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miércoles, 18 de febrero de 2009

desde El Corazon Del Padre

Ví yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo... Entonces dije, "¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejercitos"... Despues oi la voz del Señor que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí y Heme aquí, envíame a mí." Isaías 6:1, 5, 8, RV Cinco capítulos en la escritura poderosa de Isaías, el profeta se paró y pasó algún tiempo diciéndonos como él había venido a este lugar de proclamar la verdad de Dios a un mundo llenado por el pecado. Él primero nos dice de su visión sobrecogedora del Señor en toda Su majestad, sentado en el mismo trono del cielo, y luego nos dice de su respuesta a esta revelación de la santidad de Dios y Su soberanía. Isaías realizó que él estaba desesperado e indefenso ante la presencia de alguien tan grande y magnífico. Él reconoció la profundidad de su pecado y depravación ante la luz de un Dios santo y libre de pecado. Y él se arrepintió y confesó de acuerdo a ésto. Después de que un serafín tocó sus labios con un carbón vivo, llevándose su iniquidad y purgando su pecado, Isaías estaba listo a responder a la llamada de Dios de ir adelante y proclamar la Palabra del más Alto. Y, por supuesto, es donde debemos comenzar si debemos contestar a lo que Dios pide de nuestras propias vidas para ir adelante y proclamar Su Palabra, si por escrito, proclamando Su Palabra, o nuestra forma de vivir diariamente la vida. Pero hasta entonces debemos precavernos que no nos sintamos satisfechos y comenzamos a comprometer la santidad absoluta de Aquel a quien servimos y la honradez completa que Él requiere de todos quiénes reclamarían Su nombre como propio. ¿Qué de bueno es un evangelio aguado, fácil de usar si esto ha perdido su poder de salvar y liberar? ¿Qué de bueno es un mensaje del amor incondicional sin la necesidad acompañamiente del arrepentimiento? ¿Qué de bueno es ello si "nos ponemos a lo largo" aquel campañerismo está basado en una fundación falsa? Nuestra llamada como escritores y predicadores en efecto, como siervos del Dios más Alto -- debemos proclamar la visión Del Santo, sentado en el trono del cielo, donde ningún pecado corromperá alguna vez o estropeará su belleza. Nada menos que arrepentimiento completo, una vuelta de 180 grados desde siguir nuestro propio camino a siguir Su camino, y una dependencia absoluta y total en Jesús, el único hombre honrado y libre de pecado Quién alguna vez anduvo sobre esta tierra, y nos calificará para entrar en aquel lugar santo. Cuando nos encontramos tentados a ablandar este mensaje "el único y sólo camino de la salvación" como pretexto para no ofender a algunos o para que otros se sientan más cómodos o bienvenidos en nuestra presencia, recordemos a Isaías, quién se tomó el tiempo para interrumpir su mensaje profético para dejarnos saber su única y sola calificación para dar aquel mensaje: Él había visto a Dios santo y honrado, reconoció su propio pecado, arrepentido y admitido, permitió que el carbón vivo de Dios limpiara sus labios antes de que él dijera otra palabra. Si nosotros mismos andamos en esa verdad, entonces llamarémos más fácilmente a otros para hacer lo mismo, de modo que ellos también puedan entrar en Su presencia con la alegría y confianza que viene sólo de ser trasladados del reino de la oscuridad al Reino de Su querido Hijo.

martes, 17 de febrero de 2009

Sublime Misericordia y Gracia












Sublime Misericordia y Gracia

Por tanto, hermanos míos, les ruego por la misericordia de Dios que se presenten ustedes mismos como ofrenda viva.
Romanos 12:1, vp.

Un joven inglés quería ser marino como su padre, pero la Armada Real Británica no lo aceptó. Acabó en África Occidental trabajando para un traficante de esclavos, un "miserable," como un escritor lo llama, mendigando comida para poder vivir. Escapando de África, lo arrastró de la cubierta del barco una tormenta y casi se ahoga. Después de que lo rescataron, las palabras de Imitación de Cristo de Tomás Kempis le vinieron, y él clamó a Dios pidiendo salvación. Años más tarde, John Newton compuso un himno de alabanza de la "sublime gracia" que salvó a un miserable como él.

No todos hemos atravesado las profundidades de miseria que John Newton conoció antes de ser salvado; o como el rey Nabucodonosor, ya que estamos en eso. Perdió su dignidad y cordura; y felizmente, su orgullo, antes de volver en sí (Daniel 4:33-37). Sea que vengamos de un trasfondo de maldad y obstinación, nuestro pecado merece la misma respuesta a los ojos de Dios: condenación. Es sólo la sublime gracia y misericordia de Dios que puede salvarnos de nosotros mismos.

Es fácil distinguir a quienes han recibido la gracia de Dios; son los que tienen una mirada de agradecimiento en su cara y palabras de agradecimiento sus labios.

Nuestro mecanismo de defensa




Nuestro mecanismo de defensa
Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado.

Salmo 66:18

Según el versículo de hoy, ni siquiera se puede conversar con Dios, mucho menos crecer espiritualmente, si se albergan pecados en el corazón. Por eso es tan esencial la confesión.

Primero tiene que estar dispuesto a aceptar el castigo de Dios por su pecado. Si piensa que Él está obrando con rudeza, debe examinar su vida para ver si lo merece. Por la misma razón que los padres deben castigar la mala conducta de un hijo, Dios lo castiga a usted para que no repita sus errores.

Dios también ha puesto un sistema de sentido de culpa en usted para su propio bien. La vida espiritual sin sentido de culpa sería como la vida física sin dolor. El sentido de culpa es un mecanismo de defensa; es como una alarma que funciona para guiarlo a la confesión cuando usted peca. Es cuando usted tiene que confrontar su pecado y reconocer delante de Dios que es una afrenta para Él. Ese reconocimiento debe ser parte de su vida antes de que pueda crecer espiritualmente, ya que elimina el pecado que lo detiene a usted.

lunes, 16 de febrero de 2009

mi devocional. no contaminarse

DANIEL.1.1 En el año tercero del reinado de Joacim rey de Judá, vino Nabucodonosor rey de Babilonia a Jerusalén, y la sitió. 2Y el Señor entregó en sus manos a Joacim rey de Judá, y parte de los utensilios de la casa de Dios; y los trajo a tierra de Sinar, a la casa de su dios, y colocó los utensilios en la casa del tesoro de su dios. 3Y dijo el rey a Aspenaz, jefe de sus eunucos, que trajese de los hijos de Israel, del linaje real de los príncipes, 4muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, de buen parecer, enseñados en toda sabiduría, sabios en ciencia y de buen entendimiento, e idóneos para estar en el palacio del rey; y que les enseñase las letras y la lengua de los caldeos. 5Y les señaló el rey ración para cada día, de la provisión de la comida del rey, y del vino que él bebía; y que los criase tres años, para que al fin de ellos se presentasen delante del rey. 6Entre éstos estaban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, de los hijos de Judá. 7A éstos el jefe de los eunucos puso nombres: puso a Daniel, Beltsasar; a Ananías, Sadrac; a Misael, Mesac; y a Azarías, Abed-nego. 8Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse. 9Y puso Dios a Daniel en gracia y en buena voluntad con el jefe de los eunucos; 10y dijo el jefe de los eunucos a Daniel: Temo a mi señor el rey, que señaló vuestra comida y vuestra bebida; pues luego que él vea vuestros rostros más pálidos que los de los muchachos que son semejantes a vosotros, condenaréis para con el rey mi cabeza. 11Entonces dijo Daniel a Melsar, que estaba puesto por el jefe de los eunucos sobre Daniel, Ananías, Misael y Azarías: 12Te ruego que hagas la prueba con tus siervos por diez días, y nos den legumbres a comer, y agua a beber. 13Compara luego nuestros rostros con los rostros de los muchachos que comen de la ración de la comida del rey, y haz después con tus siervos según veas. 14Consintió, pues, con ellos en esto, y probó con ellos diez días. 15Y al cabo de los diez días pareció el rostro de ellos mejor y más robusto que el de los otros muchachos que comían de la porción de la comida del rey. 16Así, pues, Melsar se llevaba la porción de la comida de ellos y el vino que habían de beber, y les daba legumbres. 17A estos cuatro muchachos Dios les dio conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencias; y Daniel tuvo entendimiento en toda visión y sueños. 18Pasados, pues, los días al fin de los cuales había dicho el rey que los trajesen, el jefe de los eunucos los trajo delante de Nabucodonosor. 19Y el rey habló con ellos, y no fueron hallados entre todos ellos otros como Daniel, Ananías, Misael y Azarías; así, pues, estuvieron delante del rey. 20En todo asunto de sabiduría e inteligencia que el rey les consultó, los halló diez veces mejores que todos los magos y astrólogos que había en todo su reino. 21Y continuó Daniel hasta el año primero del rey Ciro.CUANDO DECIDIMOS NO CONTAMINARNOS CON LAS COSAS DE ESTE MUNDO BEMOS EL PODER DE DIOS

domingo, 15 de febrero de 2009

La necesidad del arrepentimiento


La necesidad del arrepentimiento
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí.

Salmo 51:10

No puede haber verdadera confesión sin arrepentimiento. Muchas veces no confesamos nuestro pecado porque no estamos dispuestos a abandonarlo. Cuando era un joven cristiano, recuerdo haberle dicho al Señor que me arrepentía por determinados pecados que había cometido y después le daba gracias por haberlos perdonado. Pero eso era lo único que hacía.

Ocurrió algo importante en mi vida espiritual cuando comencé a decir: “Señor, gracias por perdonarme esos pecados. Sé que no te agradan, y no quiero volver a cometerlos”. Eso puede ser difícil de decir porque a veces queremos cometer ciertos pecados otra vez. Pero revelamos falta de madurez espiritual cuando queremos eliminar el castigo del pecado pero deseamos retener el placer. Para que su confesión de pecado sea genuina, debe apartarse de sus pecados.

sábado, 14 de febrero de 2009

devocional La Necesidad de un Milagro


La Necesidad de un Milagro
Todos necesitamos en algún momento de la vida un milagro, frente a enfermedades, en necesidades, complicaciones que vivimos, en la enfermedad de un familiar querido o un problema por el que estamos pasando.


Los milagros es la intervención sobrenatural de Dios sobre nuestras vidas y en todo esto es tan importante el creer porque cuando creemos nos conectamos con este Dios, el Dios que todavía sigue operando milagros cuando hay alguien que se atreve a creer.

Hay algo muy interesante que Jesús dijo en uno de los evangelios en Marcos,9.24 él dijo “al que cree todo le es posible” y esta fueron palabras dichas por Jesús a un padre que tenía a su hijo muy mal, en grave estado y él estaba totalmente desesperado y Jesús simplemente le dijo… Si puedes creer hombre, todo será posible.

El creer es una llave que nos abre una puerta, una puerta a lo imposible para que lo imposible justamente sea hecho posible, es la llave para que los milagros sucedan y esta llave se llama fe.

Todos tenemos dentro de nosotros una medida de fe, claro muchas veces hemos dicho yo no tengo fe pero la Biblia dice que dentro de nuestro corazón Dios nos ha dado una medida de fe lo que necesitamos hacer es desarrollar esa medida de fe y la palabra desarrollar es una palabra muy interesante porque tiene que ver con la capacidad de poder sacar y desenrollar algo que ya está adentro, esto me hace a la idea de una gran alfombra que está totalmente enrollada y alguien comienza a desenrollarla, es decir que todo estaba pero necesitaba a alguien que sacara todo lo que ya estaba adentro y así pasa con la fe, dentro de cada uno de nuestros corazones Dios nos ha dado la fe que necesitamos, simplemente la tenemos que poner en práctica.

Ahora la gran pregunta es ¿cómo podemos tener un poco mas de fe? En cierta ocasión los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron auméntanos la fe y saben Jesús tomo en su mano una semilla de mostaza, un grano de mostaza, la mostaza es una de las semillas mas pequeñas, podríamos decir casi imperceptible cuando la tenemos en nuestra mano, pero en su genero es una de las mas altas hortalizas, llega a crecer mas de tres metros de estatura y todo eso estaba dentro de una pequeña, diminuta semilla y así pasa con la fe.

Cuando la fe entra en contacto con los problemas, con las dificultades con las necesidades, la fe tiene la capacidad de comenzar a crecer así como la semilla necesita de la tierra para poder desarrollarse, la fe necesita de los problemas para poder comprobar que todavía los milagros existen.

Si usted está pasando por situaciones limites, hay algunas cosas finales para recordar.
En primer lugar que USTED NO ESTÁ SOLO: que Dios está mucho más cerca de lo que usted se ha imaginado. En segundo lugar que DENTRO DE SU CORAZON DIOS HA DEPOSITADO ESTE VALOR INCALCULABLE QUE SE LLAMA FE: y por medio de la fe usted podrá experimentar que los milagros todavía son una realidad.

viernes, 13 de febrero de 2009

devocional




Despojarse del peso muerto
Despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante.

Hebreos 12:1

Cada vez que nos excusamos por nuestro pecado, estamos culpando a Dios. Adán lo hizo cuando Dios le preguntó acerca del comer el fruto prohibido. Él respondió: "La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí" (Gn. 3:12). Adán no aceptó la responsabilidad de su pecado, sino que culpó a Dios, de que le había dado a Eva.

El pecado nunca es culpa de Dios, ni es la culpa de una persona o circunstancia que Dios trajo a nuestra vida. El excusar el pecado pone en tela de juicio a Dios por algo que solo es nuestra culpa. Si decide castigarnos es porque lo merecemos.

Por eso la confesión de pecado es indispensable para el crecimiento espiritual. Cuando acepte la realidad de su pecado y lo confiese, tiene menos peso muerto que lo arrastre hacia abajo en el proceso de crecimiento. Como lo indica el versículo de hoy, aumentará su crecimiento cuando se despoje del pecado del pecado mediante la confecion