viernes, 18 de abril de 2025

Discernir el cuerpo y la sangre de Cristo

 


Discernir el cuerpo y la sangre de Cristo

 “Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.” Mateo 26:26-28

La institución de la cena del Señor, vemos que fue un acto realizado por Cristo mismo la noche en que fue entregado para ser crucificado; en esta, el Señor Jesús, repartiendo el pan a sus discípulos, dice “Tomad, comed; esto es mi cuerpo.” Así mismo, tomando la copa dijo “Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto,” Entonces, cuando nosotros nos disponemos con nuestros hermanos a tomar la cena del Señor, estamos, como dice la Palabra, anunciando su muerte hasta que Él regrese (1 Corintios 11:26).

Sin embargo, es importante que también aprendamos acerca de lo especial de este momento, puesto que no es una comida que compartimos como cualquiera otra, sino que es ésta un momento de comunión como hermanos para discernir el cuerpo y la sangre de nuestro Señor Jesucristo, es decir, entender o diferenciar esta cena de las demás. Para esto es necesario entonces que recordemos que el Señor Jesús en su cuerpo llevó todos nuestros pecados, dolores, rebeliones y enfermedades (Isaías 53:4-5) así mismo que entendamos que su sangre derramada fue la del nuevo pacto que dice que: somos pueblo de Dios, que el Señor pone su Palabra en nuestra mente y corazón y que definitivamente Él nunca más se acordará de nuestros pecados y transgresiones (Hebreos 8:10-12).

Hermanos, la cena del Señor cuando se discierne como realmente es, es decir, entendiendo la importancia y trascendencia que tiene de manera personal y también social, se convierte en un momento de gran intimidad con nuestro Señor y con nuestros hermanos, en el cual podemos ver el obrar poderoso de Dios en cualquier área de nuestra vida: espiritual, emocional y física; de modo que, la invitación es para que con mucha fe, humildad y entendimiento participemos de este gran momento, disponiéndonos para que el Señor obre en nosotros según su voluntad y amor.   Oración.

«Padre Celestial, gracias Señor por el privilegio que me concedes de sentarme contigo y con mis hermanos a tu mesa para participar de la Santa Cena; sé que por tu misericordia y amor obraras grandemente en nuestro espíritu, alma y cuerpo; gracias Señor por manifestar en nosotros tu gracia y bondad, por Jesucristo, amén.

jueves, 17 de abril de 2025

Vivamos el mensaje del Evangelio

 


Vivamos el mensaje del Evangelio

«La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; el precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos. El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; los juicios de Jehová son verdad, todos justos. Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; y dulces más que miel, y que la que destila del panal» Salmo 19:7-10.

«Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra, pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.» Santiago 1:22-25.

Estos pasajes nos deben llevar a reflexionar si estamos viviendo el mensaje del evangelio o somos simples oidores, engañándonos a nosotros mismos, ya que debemos actuar de forma consecuente cuando escuchamos la palabra de Dios. No somos cristianos solo por oír, sino cuando lo que oímos se transforma en acciones.

Cuando nos exponemos a la verdad de la palabra, esta revela lo que somos y cómo deberíamos de ser; pero si solo escuchamos y no actuamos, de nada sirve. La palabra es como un espejo que nos muestra la corrupción de nuestra naturaleza y el estado de nuestro corazón, nos habla claramente de cada aspecto de nuestra vida, nos muestra nuestro pecado, nos lleva al arrepentimiento, convierte nuestra alma y nos hace sabios para obrar, porque lo que produce bendición no es el oír la palabra, sino el obedecerla.

El simple conocimiento no basta, porque quien piensa que conocer la Biblia convierte a alguien en piadoso, se engaña a sí mismo; es creyente quien la conoce para recibir la revelación de nuestro Salvador Jesucristo, creer en Él y obedecerle.

Los verdaderos creyentes se identifican por una vida renovada por la palabra. Para esto, tenemos que abrir nuestros oídos espirituales y permitirle al Espíritu Santo que nos dé sabiduría para aplicarla a nuestra vida. La salvación no viene de utilizar métodos humanos, sino de ser humildes y mansos, aceptando la palabra implantada que Dios ha hecho que se arraigue en nuestro corazón al recibir a Jesucristo.  Oración.

«Señor gracias por tu palabra, la cual es la verdad que transformó mi corazón y convirtió mi alma cuando creí, por medio de ella, en mi Salvador y Señor Jesucristo. Ayúdame a escucharla, aplicarla, vivirla con sabiduría, para poder obedecerla en cada aspecto de mi vida, solo así seré bienaventurado en todo lo que haga. En el nombre de Jesús, Amén.   

miércoles, 16 de abril de 2025

Poderte ver

 


Poderte ver

“Llegaron a la aldea adonde iban, y él hizo como que iba más lejos. Mas ellos le obligaron a quedarse, diciendo: Quédate con nosotros, porque se hace tarde, y el día ya ha declinado. Entró, pues, a quedarse con ellos. Y aconteció que estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio. Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas él se desapareció de su vista. Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras? Y levantándose en la misma hora, volvieron a Jerusalén, y hallaron a los once reunidos, y a los que estaban con ellos, que decían: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón. Entonces ellos contaban las cosas que les habían acontecido en el camino, y cómo le habían reconocido al partir el pan.” Lucas 24:28-35

Hemos visto y escuchado a lo largo de nuestra vida acerca de Jesús, el Hijo y enviado de Dios, aquel que predijo e hizo muchas obras milagrosas, el que también no habiendo hecho ningún mal fue entregado por los principales sacerdotes y gobernadores de ese tiempo para ser crucificado, sabemos así mismo que murió, pero que al tercer día resucitó. Es a grandes rasgos lo que se nos cuenta y recuerda cada año durante la Semana Santa.

La crucifixión y muerte de Jesús es un hecho que por su misma naturaleza a muchos les causa gran tristeza, y queriendo tener un poco de empatía, sentido pésame o respeto por lo sucedido, optan estos días por abstenerse de algunas prácticas, comportamientos o alimentos; sin embargo, estas cosas teniendo cierta apariencia de sabiduría, piedad o humildad lo que realmente dejan ver es el estado de ceguera espiritual o dureza de corazón en el que se encuentran estas personas, tal y como se los dijo el Señor a los discípulos que iban camino a Emaús (Lucas 24:13-27).

Querido lector u oyente, si realmente te conmociona la vida y obra del Señor, te invito para que, al igual que los discípulos de Emaús, dispongas tu corazón para estar un tiempo con el Señor, aprovecha estos días donde por diferentes medios se nos predica la Palabra de Dios que da testimonio acerca de Jesús, y confía en que Él abrirá tus ojos espirituales permitiéndote ver realmente el poder e impacto que tiene en tu vida su crucifixión, muerte y resurrección. No se te haga raro que tu corazón, como el de los discípulos, arda dentro de ti al conocerle personalmente y ser lleno de un inexplicable e inigualable gozo, amor, paz, y propósito.  Oración.

«Padre Celestial, en este día te doy muchísimas gracias por el privilegio y el regalo de conocerte personalmente a través de tu Palabra y tu Hijo Jesucristo. Te ruego que en este tiempo nos des la oportunidad de conocerte más profundamente; bendice con espíritu de sabiduría y de revelación a aquellos que aún no te conocen personalmente y sé tú glorificándote en nuestros corazones, por Jesucristo, tu amado Hijo, amén.

martes, 15 de abril de 2025

Para los contritos y humillados

 


Para los contritos y humillados

“Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa. Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume.” Lucas 7:36-38

“Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.” Mateo 5:3

A menudo pensamos que, las personas que sirven en un templo, que son siervos del Señor o que dedican su tiempo a estudiar la Palabra de Dios, son aquellos que por su oficio o dedicación disfrutan más de las bendiciones del Señor. Precisamente vemos en el relato bíblico de hoy cómo Jesús estaba en la casa de un fariseo, una persona apegada a la Ley de Moisés, pues este le había rogado que comiese con Él; sin embargo, mientras Él estaba sentado a la mesa, dice la Palabra que, vino una mujer que era pecadora y estando detrás de Jesús a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, a enjugarlos con sus cabellos, a besarlos y a ungirlos con un perfume. ¿Cuál de los dos crees que recibió más bendición?

Para sorpresa de todos los que estaban presentes y aun de muchos de nosotros hoy en día, el Señor a través de una ilustración explica cómo es que el reino de los cielos es de aquellos humildes, contritos y humillados. Muchas veces al igual que Simón el fariseo, pensamos que nuestra deuda con el Señor, es decir, nuestro pecado es poco, comparado con el de otros, y entonces eso nos lleva a poco amor hacia Jesús, en el caso de Simón, nos cuenta la Biblia que, no tuvo el más mínimo acto de cortesía o atención con el Señor cuando él entró en su casa; en cambio, esta mujer reconociendo que era pecadora y no merecedora de la gracia del Señor, al ver a Jesús, por fe se acercó y le amó; con todo lo que era y lo que tenía le sirvió y le adoró (Lucas 7:39-50).

Por supuesto, quien recibió y disfrutó de toda la gracia y el amor del Señor fue la humilde mujer, pues todos sus pecados fueron perdonados y en paz la despidió el Señor.

Conocer este hecho ocurrido, nos permite entender que la bendición de Dios no es para aquel que pueda parecer merecedor o digno de recibirla por sus actos, sino que, es para todos por igual y que la única manera de disfrutarla es acercándonos al Señor por medio de la fe y en una completa actitud de humildad y adoración.   Oración.

«Padre Celestial, haz de mí esa persona contrita y humillada que por fe se acerque cada día a tus pies, reconociendo mi gran necesidad de ti y agradeciendo tu gracia y amor que me conceden toda bendición, por Jesucristo, mi Señor y Salvador, amén.

lunes, 14 de abril de 2025

ZARZAS ARDIENTES

 


ZARZAS ARDIENTES

“Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios. Y se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema. Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí.”, Éxodo 3:1-4

Cuando Dios nos habla, algo cambia en nuestra vida, Él tiene formas muchas veces insospechadas por nosotros de llamar nuestra atención, para que lo escuchemos atentamente y reconsideremos nuestra vida, para que tomemos decisiones correctas, o cambiemos algo que no le agrada.

Nos puede hablar por medio de una zarza ardiente espiritual. ¿Cuáles son las zarzas ardientes en nuestra vida? Son las cosas que suceden, tal vez fuertes o conflictivas, que no se pueden ignorar y retan nuestra vida, pues nos quieren llevar a una nueva posición porque nos desafían a confiar plenamente en Dios y tienen un efecto perdurable. Esto pasó con Moisés, luego de que Dios le hablara, su vida nunca volvió a ser la misma.

La clave es la confianza en Dios, porque muchas veces aparentemente no nos dirá exactamente lo que debemos hacer en alguna situación, pero podemos estar seguros de que Él colocará las cosas de tal forma que será para nuestra bendición, como dice Proverbios 3:5-6: “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.”

Dios está dispuesto a hablarnos si estamos dispuestos a escucharlo, pero lo más importante, después de escucharlo, es obedecerle.

Dios nunca nos diría algo que no fuera lo mejor para nosotros, así que, aunque no conocemos toda la historia o el final de nuestra vida, podemos estar confiados de que Dios dispondrá y nos llevará paso a paso para completarla, hasta llegar al mejor fin que tiene planeado para nosotros (Jeremías 29:11). Él tiene la mejor historia para nosotros y el mejor final, que no es otra cosa que el principio de una nueva vida gloriosa en Cristo, para toda la eternidad y del cumplimiento de su voluntad y propósito para nuestra vida.

Aprendamos a escucharlo, reflexionando sobre cada circunstancia particular que nos sucede, llevándola día a día a sus manos. Por medio de su Palabra y en oración, confiemos y estemos dispuestos a obedecer, pues el Señor dispondrá todo para darnos la instrucción precisa y para que obtengamos el mejor fin para nuestra bendición. ¿Qué es lo que Dios quiere enseñarte o quiere decirte a través de la situación por la que estás pasando ahora? Oración.

"Gracias Señor porque tienes planes maravillosos para mi vida, estoy dispuesto a escucharte y a obedecerte, guía mi vida a una nueva dimensión, a aquella que tú sabes que es mejor para mí. Amén.

domingo, 13 de abril de 2025

El gran Rey de paz

 


El gran Rey de paz

 “Fueron los que habían sido enviados, y hallaron como les dijo. Y cuando desataban el pollino, sus dueños les dijeron: ¿Por qué desatáis el pollino? Ellos dijeron: Porque el Señor lo necesita. Y lo trajeron a Jesús; y habiendo echado sus mantos sobre el pollino, subieron a Jesús encima. Y a su paso tendían sus mantos por el camino. Cuando llegaban ya cerca de la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, gozándose, comenzó a alabar a Dios a grandes voces por todas las maravillas que habían visto, diciendo: ¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor; paz en el cielo, y gloria en las alturas!” Lucas 19:32-38

Contrario a la paz es la guerra, la enemistad y la división; contrario al Rey del cielo, son los reyes de la tierra. Los reyes o gobernadores de las naciones dicen buscar y querer la paz, pero la verdad es que nunca la hallan ni la alcanzan; Jesús en su lugar es el único Rey que vino y vendrá a traer verdadera y duradera paz, y esto por la gran diferencia entre el reinado del Rey y el de los reyes, pues Jesús vino en mansedumbre y humildad a servir y no a ser servido, Zacarías 9:9 dice respecto de Él “Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.”

Y es así como lo vemos entrar a Jerusalén y como también lo reconoce la multitud, pues con grandes voces de júbilo decían “¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor; paz en el cielo, y gloria en las alturas!” Esta paz que se menciona fue posible gracias a la obra que el Rey haciéndose siervo con total humildad y amor, realizó en la cruz, y de la cual puede disfrutar cualquier persona sobre la tierra por medio de la fe, Romanos 5:1 dice “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;”

Paz con Dios y paz con nuestro prójimo ha sido el resultado del castigo que recibió el gran Rey, así nos lo revelan Isaías 53:5 y Efesios 2:14, diciendo “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.” “Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,”

Hermanos, que esta semana de reflexión y conmemoración de la obra del gran Rey de paz, nos permita acercarnos confiadamente al trono de Dios y, tomando ejemplo de su humildad y amor, acabemos con cualquier tipo de enemistad, discordia o división que tengamos con nuestro prójimo (Romanos 12:18).   Oración.

«Padre, gracias por tu Palabra y por la bendición que me das de poderte conocer a través de ella en la revelación del Espíritu Santo; gracias también por esta semana que iniciamos hoy, te pido que sean unos días de gran revelación en el conocimiento tuyo y de gran transformación de mi carácter, por la gracia de tu Hijo Jesucristo, amén.

sábado, 12 de abril de 2025

ME GOZARÉ EN JEHOVÁ

 


ME GOZARÉ EN JEHOVÁ

“En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas”, Isaías 61:10

En el mundo hay muchas cosas que dan alegría, dan euforia, pero qué pasajeras y efímeras son, por eso hay tantas personas angustiadas, deprimidas y sin ganas de vivir, buscando refugio en situaciones y lugares equivocados. David decía “Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente” (Salmo 51:12). Hay una gran verdad, el pecado quita el gozo que produce la salvación; no es posible vivir con gozo y alegría sin la presencia de Dios, sin una relación de compañerismo y amistad con Jesucristo.

La Biblia dice: “Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz; Y por ello te vendrá bien. Toma ahora la ley de su boca, Y pon sus palabras en tu corazón. Si te volvieres al Omnipotente, serás edificado; Alejarás de tu tienda la aflicción” (Job 22:21-23).

Hoy levanta tu ánimo y en gran manera gózate en el Señor, piensa cuán grande, sublime e incondicional es el amor de Dios, porque ha cubierto con su manto tu pecado y ha vestido tu desnudez con ropaje de salvación, te ha ataviado con vestiduras sin mancha, sin arruga y resplandeciente como el novio que va al altar y más aún te ha puesto como joya en su corona. Gózate y alégrate en el Dios de tu salvación, pues eres de tal forma como Él quiso que fueras.

Hermano, hallar “la felicidad” - en términos bíblicos “gozo”- es decisión y solo hay un lugar preparado de antemano para cada uno: la presencia de Dios en nuestra vida. David decía: “En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre” Oración.

"Amado Jesucristo, por mucho tiempo albergué tristeza en mi corazón, hasta el día en que abrí mi corazón para que moraras dentro de mí, pues lavaste mi maldad y mi pecado, me vestiste con manto de justicia y hoy puedo gozarme y deleitarme en tu presencia. Te amo Señor. Amén.