viernes, 10 de julio de 2020

La ley y la gracia. Parte 1


La ley y la gracia. Parte 1

“No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.” Gálatas 2:21
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.” Efesios 2:8-9
La ley de Dios nos revela lo que es pecado, y lo que es a la verdad santa, el mandamiento santo, justo y bueno. Pero como seres humanos en nuestra propia naturaleza pecaminosa, no podemos cumplir la ley, (Romanos 7:7-24); y si no la podemos cumplir, entonces somos condenados por esta ley que es para nuestro bien. El pecado que mora en nosotros se aprovecha del mandamiento y nos hace deudores de ella, como explica el apóstol Santiago de manera contundente: “Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos.” (Santiago 2:10).
Así que, como no podíamos cumplir esta ley debido a nuestra naturaleza de pecado, pues en la práctica, no hacemos el bien que queremos hacer sino el mal que no queremos, entonces el Señor Jesucristo tomó toda la deuda que teníamos por no cumplir la ley y la pagó en la cruz del calvario, “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” (2 Corintios 5:21).
Y este conocimiento, ¿a qué nos lleva? ¿Cuál es el efecto práctico de esta verdad, si la aceptamos en nuestra vida? Pues a que vivamos ahora, por fe en aquel que nos amó y se dio así mismo por nosotros, porque dice la escritura “Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.” (Romanos 1:17).
Este es el resultado de la gracia de Dios, nuestra salvación por medio de la fe en Cristo Jesús y una vida nueva que podemos aceptar, y empezar hoy mismo.  Oración.
«Padre, cuando mis pecados desmoronaban mi ser, tú me rescataste de mi vana manera de vivir y me diste vida en Cristo, tu gracia me capacita para seguir adelante, obedeciendo tu Palabra por amor a tu nombre. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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jueves, 9 de julio de 2020

El arrepentimiento verdadero Parte 2


El arrepentimiento verdadero Parte 2

“y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.” Lucas 24:46-47
No hay arrepentimiento sin la Cruz, sin Cristo, lo que muchas veces pasamos por alto cuando leemos las escrituras, es que es “en su nombre”, lo cual quiere decir que no se está condenando al pecador, sino que se le está invitando a la cruz a morir a su vieja naturaleza de pecado y a resucitar juntamente con Cristo.
Dios nos muestra su gran amor en Cristo, en que, siendo aún pecadores Cristo murió por nosotros (Romanos 5:8). Y esta noticia nos conmueve, nos lleva de rodillas ante Él, por esto son las buenas nuevas: “que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.” (2 Corintios 5:19)
Arrepentimiento sin gracia es remordimiento, es religión, porque es tratar de apartarse del pecado en nuestra propia fuerza. Solo por la gracia de Cristo, se nos da un corazón y un espíritu nuevo. Dios coloca a su Santo Espíritu en nosotros para darnos amor, poder y dominio propio, para que no sirvamos a los deseos de la carne, para que el pecado no tenga ningún poder en nuestra vida y tengamos la capacidad de poner en práctica sus preceptos (Ezequiel 36:26-28) y como consecuencia, podamos cumplir la ley del amor: que nos amemos los unos a los otros, como Cristo nos amó. (1 Juan 4:7) Oración.
«Mi Padre amado, me rindo ante tu majestad, ante tu gran amor que mostraste por medio de Cristo en la cruz, quiero hoy acercarme no por mis propias obras de justicia, sino en la fe de Cristo, y adorarte, descansar en tu gran amor que me renueva, me restaura y me da la fuerza para seguir el camino a pesar de todas las dificultades. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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miércoles, 8 de julio de 2020

TENIENDO LA MENTE DE CRISTO


TENIENDO LA MENTE DE CRISTO

“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”, Filipenses 4:8
Es sorprendente la manera sutil y casi imperceptible como el mundo actual, con los medios de comunicación y las redes sociales, nos adoctrinan hacia una manera de pensar trivial y llena de impurezas, llevándonos a pensamientos, sentimientos y actitudes deshonrosas; como creyentes no podemos desenfocarnos del verdadero propósito para el cual Dios nos creó.
La Biblia muestra que nuestro corazón es engañoso y es malo, por tanto fácilmente podemos ser arrastrados a la corriente del mundo, si no ponemos un guardián en nuestro cerebro y nuestro corazón que deseche lo inmoral y deshonroso. Pablo se preocupa de que nuestros pensamientos deben estar enfocados de manera sana y segura, ya lo había expresado: renueven su mente, no se acomoden a la corriente de este mundo, pues para Dios es importante que sus hijos vivan en la plenitud de su voluntad agradable y perfecta, por eso Él nos dio el privilegio de una mente capaz de encaminar todo pensamiento hacia esta plenitud.
Pablo define en este verso la mente de Cristo, pues Cristo es la Verdad, la honestidad, el único Justo, puro, amable, misericordioso, compasivo y Él es aquel a quien debemos alabar y adorar. Ahora la Biblia nos dice: “Más nosotros tenemos la mente de Cristo” (1 Corintios 2:16b) es decir que todo aquel que ha confesado que Jesús es su Señor y Salvador poseen su mente, esto significa que deberíamos pensar como él piensa, amar como él ama, valorar como él lo hace y ser transformados a la manera de Jesús.
Por tanto “Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos” (Isaías 55:7), o sea nuestros pensamientos deben estar enfocados en aquello que aporta a una vida abundante; no podemos tener la mente de Cristo si no nos educamos en tener una mente pura y una vida de oración.  Oración.
"Amado Dios, ayúdame a renovar cada día mis pensamientos, para que mi mente se enfoque en todo lo verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre. Quiero hacer tu voluntad y glorificar tu nombre a la luz de tu Palabra. Te amo Señor. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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martes, 7 de julio de 2020

El arrepentimiento verdadero Parte 1


El arrepentimiento verdadero Parte 1

“Se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírlo, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo este recibe a los pecadores y come con ellos. Entonces él les refirió esta parábola, diciendo: «¿Qué hombre de vosotros, si tiene cien ovejas y se le pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? Cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso, y al llegar a casa reúne a sus amigos y vecinos, y les dice: “Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido.” Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.” Lucas 15:1-7
El buen pastor es Jesús. Cuando estábamos perdidos y esclavos del pecado, Él dio su vida por nosotros, para hacernos libres por medio de la fe en Él. (Romanos 5:8)
Vemos en este pasaje cómo se arrepintió la oveja. El buen pastor la buscó, la encontró, la cargó en sus hombros, la llevó a casa, hizo una celebración y la oveja descansó en Él. Esto lo reitera en su Palabra cuando dice: “Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28)
El arrepentimiento verdadero es arrepentimiento hacia Dios, a volver a Él por medio de la fe en Cristo (Hechos 20:21), pues los que se acercaban a Él, eran pecadores y publicanos que le escuchaban y sus vidas eran transformadas por la fe en Él y en la Palabra que les predicaba. “Metanoia”, la Palabra griega para arrepentimiento, alude a un cambio de dirección radical, a un cambio de la forma de pensar y este cambio de mentalidad viene cuando escuchamos a Cristo y aceptamos su Palabra. ¿Hacia donde vamos a cambiar de dirección en nuestra vida sino conocemos el camino, si nadie predica del camino verdadero, que es Jesús, o si nadie envía a los que tienen esta buena noticia? (Romanos 10:14).
Así que, al escuchar la buena noticia de salvación por medio de la fe en Cristo, del perdón de pecados, vayamos a Jesús, descansemos en Él, en su gracia, no ignoremos ni tengamos por poco las riquezas de su bondad, paciencia y magnanimidad, ignorando que la bondad de Dios nos guía al arrepentimiento (Romanos 2:4).  Oración.
«Gracias mi Pastor celestial Jesucristo, porque viniste a buscarme y cuando aún yo era pecador, moriste en la cruz por mis pecados y resucitaste para darme vida eterna y vida en abundancia, en tu gracia quiero descansar, refugiarme en tus brazos de amor y anunciar a otros la buena noticia de Salvación por medio de la fe en tu nombre. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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lunes, 6 de julio de 2020

Hombres de poca fe


Hombres de poca fe

“Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza.” Mateo 8:25-26
Somos hombres de poca fe cuando nos dejamos llevar por la duda, ante el miedo a las circunstancias externas y no confiamos en que Jesús, por su gracia, nos cuida aún en los peores momentos o en las tormentas más intensas (Mateo 14:31).
Somos hombres de poca fe, cuando desconfiamos de la provisión (Mateo 6:30) y el sustento diario del Señor ya que Él es nuestro proveedor y nos dará conforme a las riquezas en gloria que obtuvo para nosotros en la cruz del calvario.
Pero principalmente, somos hombres de poca fe, cuando no prestamos atención a su Palabra, porque por ella nuestra fe es aumentada, ya que la fe viene como resultado de escuchar el mensaje de la Palabra de Dios (Romanos 10:17), pues lo que está escrito llegó a nosotros para que creamos en Cristo y creyendo, tengamos vida eterna.
Cuando Cristo dice “hombres de poca fe”, está llamándonos a tomar mucho más de Él, ¿por qué tomamos tan poco si podemos obtener todo de Él?, ¿por qué nos conformamos con solo una parte, cuando su Palabra la dejó para que tomáramos todo? Así que, pidamos y se nos dará, busquemos en su Palabra y hallaremos, pero también, no nos olvidemos de dar, porque Él promete que si damos recibiremos con la misma abundancia con la que hemos dado (Lucas 6:38).  Oración.
«Señor, me aferro a tus promesas, son un tesoro que dejaste para mí, para disfrutar de tu presencia, tu amor, tu provisión y tu cuidado, aun en medio de las circunstancias más difíciles. Amén.   Oración.
«Señor, me aferro a tus promesas, son un tesoro que dejaste para mí, para disfrutar de tu presencia, tu amor, tu provisión y tu cuidado, aun en medio de las circunstancias más difíciles. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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domingo, 5 de julio de 2020

¿QUÉ ES LA SABIDURÍA Y CÓMO ADQUIRIRLA?


¿QUÉ ES LA SABIDURÍA Y CÓMO ADQUIRIRLA?

"Recibid mi enseñanza, y no plata; Y ciencia antes que el oro escogido. Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas; Y todo cuanto se puede desear, no es de compararse con ella", Proverbios 8:10-11
La sabiduría es tan importante en la vida que sin ella andamos a ciegas, ella nos da la percepción correcta de las cosas. Tener sabiduría es mirar claramente las cosas para aplicar lo verdadero y lo justo en cada situación.
La sabiduría humana trata de encontrar en su limitada percepción la razón última de las cosas, el sentido de la vida, el propósito de nuestra existencia, algo que los filósofos de este mundo han querido explicar, sin éxito; solo conjeturas y supuestos confusos que han llegado a túneles sin salida.
La sabiduría verdadera va más allá de un simple concepto, porque ésta inicia cuando respetamos y aplicamos los principios de Dios (Proverbios 1:7); no tenerlos en cuenta es simplemente caer en la necedad y en la incoherencia de la sabiduría del mundo. ¨Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres¨, (1 Corintios 1:25).
La sabiduría de Dios se reveló en la cruz, Cristo en sí mismo es sabiduría y poder de Dios (1 Corintios 1:24), por tanto, si queremos adquirir sabiduría necesitamos que Cristo more en nuestro corazón mediante la fe en Él.
Luego, mediante el estudio, la meditación en su Palabra y con su Espíritu recibido en nuestro corazón, gracias a la fe en Cristo, somos dirigidos para crecer espiritualmente cuando aplicamos la sabiduría de Dios en cada aspecto de nuestra vida, como una semilla que es puesta en el terreno del corazón y va creciendo hasta dar fruto.
Por tanto, el primer paso para adquirir sabiduría es reconocer a Cristo nuestro Salvador, y luego obedecer todo lo que nos ha dejado en su Palabra (Mateo 28:20). Así hallaremos la vida eterna y recibiremos las bendiciones de Dios; pero si rechazamos esta sabiduría colocamos nuestra vida en peligro. (Proverbios 8:35-36).  Oración.
"Amado Señor, guíame con tu Espíritu Santo a tener presente y aplicar todo lo que has escrito en tu Palabra. Amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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sábado, 4 de julio de 2020


La grandeza del servicio
“Hubo también entre ellos una disputa sobre quién de ellos sería el mayor.
Pero él les dijo: Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores; mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve. Porque, ¿cuál es el mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve.” Lucas 22:24-27
En repetidas ocasiones, los discípulos de Jesús cayeron en este error, de considerar que, así como las naciones tenían gobernantes, en ellos también debería haber uno que estuviera a la cabeza. A pesar de que Jesús de manera reiterativa, les enseña que, en el reino de Dios no es así, que entre nosotros los creyentes no hay una estructura burocrática, sino un cuerpo vivo de servicio y comunión (1 Corintios 12:12-27), donde cada miembro cumple una función, pero todos somos parte del cuerpo de Cristo, su iglesia.
Sin embargo, en la historia vemos cómo el hombre crea puestos, lugares y considera a la iglesia como una organización o una empresa más, pero a la luz de las escrituras somos un cuerpo vivo, donde de manera mutua, desinteresada y con amor, nos animamos unos a otros a permanecer en la fe que trae como resultado, acciones de servicio y amor, nos servimos unos a otros por amor a aquel que primero nos sirvió y nos lavó de todo pecado (Hebreos 10:24-26).
Así que, si aspiramos un puesto de renombre, una posición o un lugar mejor, nuestro corazón debe estar dispuesto a servir como Cristo lo hizo, a renunciar a sí mismo, a ser el más humilde; por que en los gobernantes del mundo sucede que una vez tienen una posición de dominio y poder, su corazón se llena de orgullo, y su puesto viene a ser la forma de llenarse de ambición y como consecuencia, ya no es de bendición para los demás.
Nosotros los creyentes, debemos dar ejemplo de servicio, disponiendo nuestro corazón para ser como niños, (Mateo 18:1-3), llenos de mansedumbre y humildad, que sirven por amor y con amor.  Oración.
«Gracias Señor Jesús, porque me diste ejemplo de servicio y humildad, siendo el más grande, te hiciste el menor, al dar tu vida por amor a nosotros y no consideraste el ser igual a Dios, como cosa a que aferrarte, sino que te despojaste y te hiciste siervo para morir en la cruz y salvarnos. Cuán grande ejemplo tengo de amor y servicio, para que así mismo, con el amor que me diste, sirva a los demás con total esmero y compasión. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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