sábado, 11 de abril de 2020

Victoria sobre el día sombrío


Victoria sobre el día sombrío
Oración.

«Padre Amado, gracias porque tu Palabra es alimento a mi espíritu y contemplo con asombro cada detalle de tu grandeza, tú tienes el control de todo, no falta ningún detalle a tus designios, y se regocija mi corazón al recordar la perfecta obra de salvación, no hubo ni piedra, ni tumba que te retuviera para darnos la victoria sobre el pecado. Gracias mi Señor Jesús. Amén.»
“José de Arimatea, miembro noble del concilio, que también esperaba el reino de Dios, vino y entró osadamente a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús. Pilato se sorprendió de que ya hubiese muerto; y haciendo venir al centurión, le preguntó si ya estaba muerto. E informado por el centurión, dio el cuerpo a José, el cual compró una sábana, y quitándolo, lo envolvió en la sábana, y lo puso en un sepulcro que estaba cavado en una peña, e hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro”. Marcos 15:43-46
Los evangelios registran como un hecho importante la sepultura del cuerpo de Jesús, pues tiene especial valor en la obra de la redención. El entierro de Jesús se llevó a cabo con mucha prisa, porque era viernes ya casi oscurecía y el día siguiente era de reposo donde no se podía hacer nada, pues se llevó a cabo con unos pocos discípulos, las mujeres que siguieron a Jesús desde Galilea hasta Jerusalén, y además la guardia romana. Estos detalles expusieron la autenticidad de su resurrección, porque los cuerpos de los crucificados iban a fosas comunes o tal vez tirados en el Gólgota para ser comidos por las fieras y por ello seguramente se llamaba “lugar de la Calavera”.
José de Arimatea, «miembro noble del concilio», discípulo de Jesús en secreto, con una valentía que sólo Dios puede proveer, solicitó a Pilato el cuerpo de Jesús, para darle sepultura, pues él tenía un sepulcro nuevo cerca del lugar en donde Jesús había sido crucificado, pues Dios arregló todos los detalles para que Jesús fuera sepultado dignamente.
Al día siguiente, sábado día de reposo para los judíos, es un día lúgubre, el Maestro está en el sepulcro y pareciese que venció el mal sobre el bien, la muerte sobre la vida, los designios del hombre sobre la voluntad de Dios, por tanto, la tristeza, la angustia y el temor se materializaron en los discípulos y todos los interrogantes quedaron sin respuesta.
Tal vez hoy estés viviendo como aquel sábado sombrío, en angustia, sin esperanza, en derrota total, sin respuestas a tu bancarrota, pero recuerda, Jesús no se quedó allí, la inmensa piedra fue removida y Él resucitó con gran poder para darnos la entrada al cielo, el perdón de los pecados y propósitos para vivir en victoria. Dispón tu vida y dile a Jesús: Hoy te abro mi corazón y te recibo como mi Señor y mi único Salvador, toma el control de mi vida, hazme la persona que tú quieres que yo sea y escribe mi nombre en el libro de la vida. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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viernes, 10 de abril de 2020

¿Crees que tu oración será contestada?


¿Crees que tu oración será contestada?

Juan 16:23-27
“En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.  Entonces, ¿podemos estar seguros de que Dios contestará todas las oraciones que elevemos a él en el nombre de Jesús? En primer lugar, debemos tener en cuenta que nuestro Padre celestial no va a darnos algo que pueda traer desgracia a nuestras vidas, de la misma manera que un padre terrenal que ama a su niño no le va a dar un filoso cuchillo o cualquier otra arma peligrosa, aunque el pequeño la pidiere. En esencia, cuando pedimos algo en el nombre de Jesús, estamos diciendo que nosotros creemos que el propio Jesús pediría lo mismo si se encontrara en nuestra situación.
Una vez entendemos todo esto, y lo creemos de corazón podemos esperar confiadamente la respuesta de Dios a nuestras oraciones conforme a sus planes para nuestras vidas, los cuales son “planes de bienestar” (Jeremías 29:11), de acuerdo a su voluntad que es “agradable y perfecta” (Romanos 12:2), y en el tiempo que él estime conveniente. David escribió en el Salmo 37:7: “Guarda silencio ante Jehová, y espera en él.” Cuando seguimos las instrucciones del Señor y esperamos en él confiadamente, recibiremos mucho más de lo que esperamos porque él “es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos”, dice Efesios 3:20.
ORACIÓN
Amante Padre celestial, gracias por Jesucristo, por la salvación que nos has dado a través de él y por la seguridad que tenemos de que podemos acercarnos a ti en cualquier momento con nuestras necesidades, sabiendo que tú las suplirás conforme a tu perfecta voluntad. Por favor, ayúdame a permanecer en tu palabra y a obedecerla como lo hizo Jesús. En su santo nombre y con la ayuda del Espíritu Santo te lo pido, Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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jueves, 9 de abril de 2020

En cualquier situación, elige a Jesucristo

En cualquier situación, elige a Jesucristo
“Ahora bien, en el día de la fiesta acostumbraba el gobernador soltar al pueblo un preso, el que quisiese y tenían entonces un preso famoso llamado Barrabás. Reunidos, pues, ellos, les dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás, o a Jesús, llamado el Cristo? […] Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud que pidiese a Barrabás, y que Jesús fuese muerto”. Mateo 27:15-18
Jerusalén celebraba una fiesta solemne cada año: la pascua, y en este día acostumbraban a dejar en libertad un preso, por eso los sacerdotes, ancianos y gobernantes pidieron a Pilato que condenase a muerte a Jesús, el Hijo de Dios, y que soltase en su lugar a Barrabás, un agitador político, ladrón y asesino, y así lo hizo Pilato, consiguiendo ellos lo que pidieron.
En aquel día había también otros presos condenados a muerte y Jesús fue colocado en medio de dos malhechores, porque fue considerado un delincuente de la misma clase, ya que durante su ministerio los judíos le increparon diciendo que era “amigo de publicanos y de pecadores”. Jesús les respondía que “los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos”, por lo que nunca dejó de estar cerca de los pecadores hasta el final.
El evangelio de Lucas, nos cuenta que “uno de los malhechores que estaban colgados, le injuriaba diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo. Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”. (Lucas 23:39-43)
En la situación que vivimos actualmente, donde la vida de todos está en juego, vemos que hay dos bandos. Uno que injuria a Dios por esta crisis y niega su existencia, como aquel ladrón que le dice: “Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros” (Lucas 23:43), sorprendentemente esta frase se repite hoy diciendo <> sin examinar la culpabilidad de sus propios hechos. Pero hay otro bando, los que reconocemos a Jesucristo, Dios hecho hombre, nuestro único Salvador, que habitó entre nosotros y que esperamos su pronto regreso como Él lo prometió, para establecer su reino para siempre.
Hermano, abre tu corazón a Jesucristo, recíbelo como tu Señor y Salvador, deja que Él gobierne tu vida a través de las Escrituras, pues solo Dios tiene Palabra de vida eterna y respuesta a tu necesidad. Oración.
«Precioso Señor Jesucristo, gracias porque un día tocaste a mi vida y elegí seguir tu camino, abrí mi corazón para que entraras y gobernarás mi existencia, te doblegue mi corazón, reconocí el vacío de mi vida cuando no estás y desde entonces llegó la paz y el gozo que sobrepasa el entendimiento humano. Gracias mi Señor Jesús. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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miércoles, 8 de abril de 2020

Misión que cumplir


Misión que cumplir

“Vino palabra de Jehová a Jonás, diciendo: Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí. Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová”. Jonás 1:1-3
Jonás era un profeta escogido para llevar un mensaje de arrepentimiento a Nínive, pero él trató de escaparse de la presencia de Dios y se embarcó en dirección contraria, en el primer barco que lo pudiera llevar más lejos.
Jonás decide osadamente escapar de su misión, pero más aún, de la presencia amorosa de Dios. Pronto, la fuerte brisa anunció un cambio de planes, una gran tormenta se avecina. En pocos minutos los marineros estarían sosteniendo a Jonás de sus cuatro extremidades y sería lanzado al mar.
Hay ocasiones en que nuestra torpeza para obedecer merece un empujón de parte de Dios, pero en verdad, es un empujón para acercarnos a su corazón.
El pez fue la respuesta de Dios a otro de los planes de huida de Jonás. La inmensa boca se abrió y Jonás entró hacia el oscuro interior del estómago del pez. Si alguien podía sentirse maltratado por la vida y por las circunstancias, ese era Jonás.
Hoy, el mundo entero, recibe un empujón de parte de Dios, con la pandemia del Covid 19, y estamos confinados a un encierro que nos debe llevar a encontrarnos con nuestro Creador, a evaluarnos si realmente estamos haciendo lo que Dios quiere que hagamos o seguimos caminando en sentido contrario a lo que Él manda.
Muchos culpamos a Dios de lo que sucede y muchos creen que es obra del enemigo; lo cierto, es que hay un desasosiego, hay soledad, alguien decía: estoy a punto de enloquecer en este encierro. Al igual que Jonás, nunca había estado tan solo, tan lejos del mundo, de la luz y de su destino, él llegó a un punto donde los amigos no están, las puertas se cierran y las oraciones parecen no ser oídas. ¿Qué hay que hacer en esta circunstancia?
Jonás se volvió hacia Dios, su único camino. Su oración es una confesión, es una cantata a la fidelidad de Dios. Tres días en el vientre del pez quebrantaron al profeta. Jonás no pidió ser sacado de allí, sino que declaró su pecado y reconoció su corazón rebelde. Y cuando Jonás pronunció: «Más yo con voz de alabanza, te ofreceré sacrificios, pagaré lo que prometí», Dios lo mandó sacar del pez para que cumpliera lo que Dios le había ordenado.
Hoy, queremos salir pronto del encierro en el cual estamos, pero no hay mayor libertad que la de aquél que ha rendido su vida y voluntad a Jesucristo y así cumplir la misión que Él tiene para cada uno de nosotros. Oración.
«Amado Dios, quiero estar siempre en tu presencia para llenarme de tu amor y poder y de esta manera, lograr cumplir la misión que me has encomendado. Estoy dispuesto a hacer tu voluntad, a donde quieras que vaya, iré, si quieres suplir alguna necesidad mediante mi vida, estoy a tu servicio y mi vida entera es para ti. Te amo Señor. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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martes, 7 de abril de 2020

Levantando manos santas


Levantando manos santas

“Lavaré en inocencia mis manos, y así andaré alrededor de tu altar, oh Jehová, para exclamar con voz de acción de gracias, y para contar todas tus maravillas” Salmo 26:6-7
Lavarse las manos era una ley de tiempos antiguos, por eso los sacerdotes se lavaban las manos y los pies en la fuente de bronce antes de ministrar en el altar, como símbolo de limpieza total. (Éxodo 30:18). Dios les dio leyes y normas, entre ellas las de higiene, porque quería tener un pueblo sano, que fuera cabeza y no cola; además simbolizaba la necesidad de una limpieza interna.
A la luz de la Biblia, tiene gran significado el lavarse las manos, David habló en el sentido de tenerlas espiritualmente limpias para poder adorar delante del altar de Jehová. Él dice: “¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón; el que no ha elevado su alma a cosas vanas, ni jurado con engaño. Él recibirá bendición de Jehová, y justicia del Dios de salvación”. (Salmos 24: 3-5).
En este tiempo, muchos nos hemos lavado las manos, como jamás lo hemos hecho antes, por motivo de la pandemia, pero aun con este sencillo hecho, Dios tiene sus propósitos, sus anhelos y pide de nosotros una profunda limpieza de nuestro corazón, un verdadero cambio, una transformación de nuestra vida y una búsqueda de su presencia. En 1 Timoteo 2:8 dice: “Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda”.
Lavemos nuestras manos, pero no como lo hizo Pilatos frente al caso de Jesús antes de la crucifixión, quien pudiendo hacer algo, no lo hizo y zafó su responsabilidad. Limpiemos nuestras manos de toda violencia, de señalamientos, de malversaciones, de toda maldad y así, obtendremos la recompensa. La biblia dice: “Jehová me ha premiado conforme a mi justicia; Conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado”. Salmo 18:20. Oración.
«Amado Dios, lavaré mis manos en integridad para levantarlas en oración hacia tu santo templo, lávame más y más de mi maldad y límpiame de mi pecado, pues quiero glorificar tu nombre en santidad y aclamar tu grandeza con voz de júbilo. Te amo Señor. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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lunes, 6 de abril de 2020

CAMINAD EN AMOR


CAMINAD EN AMOR

“Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante”, Efesios 5:2
Cuán importante es el amor en nuestra vida y cuando hablamos de amar, viene de inmediato a nuestra mente las personas que nos agradan, simpatizan y aman, familia y amigos, pero Jesús dijo “Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman. […] Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada.” (Lucas 6:32-35). Este mensaje no es nada simpático, va en contravía a nuestros sentimientos, porque no es fácil amar a quienes nos han hecho daño, pues lo primero que sentimos es una sed de venganza, y el Señor Jesús sabe cuál es nuestra naturaleza, y el amor que él demanda de nosotros no proviene de los sentimientos sino de nuestra voluntad, amar es una decisión.
Hoy traiga a su mente las personas que lo han vituperado, que lo han menospreciado o han herido su alma y tome la decisión de amarlos en obediencia a Cristo, “y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos” (Lucas 6:35b). El amor requiere sacrificio y entrega, por eso Dios entregó a su hijo por la humanidad. “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará” (1 Corintios 13:4-8).
Hermano, qué perfecto amor nos describe la Biblia, es el amor de Dios que ha sido derramado en nuestro corazón, con el cual debemos amar a nuestro prójimo, sea simpático y sea repelente, de igual manera lo debemos amar, solo así podemos decir: caminamos en el amor de Cristo, el mismo amor con el que Él nos amó primero.  Oración
"Amado Padre cuántas veces me he sentido tentado a ira, a la impaciencia y a veces hasta vengarme, pero viene a mí tu Palabra y tu Santo Espíritu me recuerda que debo amar a mis enemigos, entonces llego ante ti humillado implorando tu perdón y reconociendo que debo hacer tu voluntad, que de tu amor debo saciarme para amar con tu perfecto amor y ser ofrenda de olor fragante. Te amo Señor. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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domingo, 5 de abril de 2020

AVANZAD HACIA LA VICTORIA


AVANZAD HACIA LA VICTORIA

“Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando”, Salmo 23:4-5
La Biblia dice: “Así venció David al filisteo con honda y piedra; e hirió al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su mano” (1 Samuel 17:50). Un joven pastor armado sólo con su vara, su honda y su fe en Dios derribó a un temible gigante. Ahora, Jesús es tu Pastor y hará lo mismo en tu vida si tú se lo permites, Él dijo: “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas” (Juan 10:11). Jesús promete guiarte y protegerte, aderezar mesa en presencia de tus enemigos. Por tanto, si las amenazas, las incertidumbres y las luchas se van agolpando alrededor de ti, tu Pastor extiende un banquete de provisiones en medio de la batalla, pues nada te faltará mientras te abres paso hacia la libertad.
Qué grande es la confianza que David tenía en el Señor que, a pesar de haber pasado por cantidad de adversidades, pudo afirmar con seguridad: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo” (Salmo 23:4). David sabía que Dios lo tenía todo bajo su control. Durante los tiempos más tenebrosos, supo reconocer que Dios estaba a su lado, caminando con él a través del valle. Tú puedes tener esa misma confianza, Él siempre está contigo, tiene especial cuidado de ti y sabe lo que es mejor para ti.
La declaración: “Tu vara y tu cayado me infunden aliento” es de gran seguridad, son dos cosas que representan la disciplina y dirección del Señor, es decir, hay corrección si no se hace la voluntad de Dios, y hay guía si obedecemos las instrucciones basadas en su Palabra. Por tanto, toma un asiento ante la extraordinaria mesa de Dios y siéntate, disfruta de la presencia de tu Padre celestial. Acude a Él cada vez que te sientas agotado y cargado, porque ha prometido que te hará descansar. Avanza hacia la victoria que Él tiene para ti y observa cómo caen uno tras otro los gigantes que hay en tu vida.  Oración.
"Jehová de los ejércitos, gracias por guiarme por el valle oscuro y tenebroso, y sacarme a lugares de delicados pastos, gracias por protegerme de las asechanzas del enemigo y darme la victoria, gracias por tu presencia en cada instante de mi vida. Te amo Señor. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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