miércoles, 27 de noviembre de 2019

Alaba a Dios. Parte 1


Alaba a Dios. Parte 1
“Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias; el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila”, Salmo 103:1-5
En el antiguo testamento, los términos usados para alabanza son ‘halal’ significado parafraseado de hacer ruido, ‘yada’, relacionado con acciones y gestos corporales que acompañan la alabanza, y ‘zamar’ término relacionado con la música y el canto. En el Nuevo Testamento el término usado es ‘eujaristein’, que literalmente significa dar gracias y ‘eulogein’ que significa bendecir, ambos sugieren una relación íntima con la persona que es objeto de la alabanza.
En la Biblia entera se hallan muchos casos de alabanza que surgen espontáneamente de un corazón agradecido por los favores realizados por Dios. En Salmos 104:31 se declara que la gloria es para Dios y Él se deleita y complace en sus obras, y toda la creación expresa su gozo en alabanza (Job 38:7).
Nosotros fuimos creados para alegrarnos en la obra de Dios (Salmo 90:14-16), y para expresarle a Él todo nuestro gozo por los favores recibidos, incluyendo su perdón por nuestros pecados, porque cuando el reino de Dios llega a nuestro corazón (Es decir Cristo mora en nosotros), es restaurada en nosotros la alegría, la plenitud y a pesar de la dificultades que puedan existir, es quitada la angustia y esto produce un gozo inefable, que deriva en alabanza a Dios (Isaías 9:1-2).
Poder realizar la acción de gracias hacia Dios, expresada en alabanza, aun en medio de los sufrimientos de la vida diaria, santifica todos los aspectos de nuestra vida (1 Corintios 10:30-31) y es muestra de una ofrenda real y verdadera a Dios (Filipenses 2:17), así que empecemos nuestro día alabando a Dios con todo agradecimiento. Oración.
Señor, gracias por la vida eterna que me diste en Cristo, aun en medio de aflicciones te alabaré, tú eres la mayor alegría y en tu Palabra encuentro regocijo. Te alabo oh, mi Dios, por las grandes cosas que haces en mi vida y por lo que harás poderosamente en mí, para tu gloria y honra. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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martes, 26 de noviembre de 2019

Un cambio de dentro hacia afuera


Un cambio de dentro hacia afuera

“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que, por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, más por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.”, Mateo 23:27-28
El Señor Jesús, de manera contundente, declaraba la verdad a los religiosos de la época, porque en apariencia, daban la impresión de ser justos, buenos y personas rectas, pero en sus corazones no había un cambio verdadero, estaban llenos de hipocresía, desenfreno, y exigían a los demás cumplir rígidamente leyes que ni ellos mismos cumplían (Mateo 23:4).
De qué sirve que nosotros tengamos en apariencia ser justos y buenos, pero en realidad nuestra mente está llena de malos pensamientos y nuestras acciones no cumplen el nuevo mandamiento del amor (Juan 13:34-35).
Necesitamos, por tanto, ser renovados en nuestro interior, alejar la hipocresía y la mentira de nosotros mismos y de nuestro prójimo, quitarnos ese ropaje de la vieja naturaleza con sus vicios y colocarnos la nueva que Cristo nos dio en la cruz, que se va renovando hasta que lleguemos al pleno conocimiento de Dios. (Colosenses 3:9-10).
El cambio debe indefectiblemente tener un punto de inicio, y es en la fe de Cristo porque sin Él no hay un cambio verdadero, por esto Él nos dice “…El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24). Por esto debemos ir a su Palabra para que el cambio sea desde dentro hacia afuera, puesto que Jesús dijo en Juan 5:46-47 “Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Pero si no creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras?” ¿Crees en lo que está escrito? Empieza hoy el cambio en tu vida, escudriñando las escrituras (Juan 5:39) Oración.
Señor, anhelo un cambio profundo en mi vida, guíame por lo tanto en tu Palabra, porque da testimonio de Cristo para vida eterna, permíteme ser renovado en mi interior y que esto se refleje en mi vida externa con toda bendición y fruto de amor. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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lunes, 25 de noviembre de 2019

Como a vaso frágil


Como a vaso frágil
“Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.”, 1 Pedro 3:7
Nos han enseñado a los hombres que somos la cabeza del hogar y a tener autoridad, pero no debemos ser autoritarios, no debemos ser duros con las mujeres ni con nuestra familia, ni impositivos, sino tratar a todos con amor y ternura.
Nuestro compromiso es santificar a nuestra esposa, hermanos y/o a quienes tengamos a cargo, con la Palabra de Dios; porque la responsabilidad Bíblica de todo varón es ser el pastor de su familia, enseñando con diligencia la Palabra de Dios a sus hijos y a su cónyuge, con amor. Si hemos de corregir que sea “suavecito y al oído”, esto es, con ternura, con paciencia y amabilidad, porque como nos enseña la Palabra de Dios, el amor no se irrita fácilmente, no guarda rencor. (1 Corintios 13).
Pidamos a Dios que nos llene de todo su amor, tratemos a quienes tenemos bajo autoridad con cariño y suavidad, con todo respeto y a las mujeres como a vaso más frágil, porque participan por igual del regalo de la nueva vida que Dios nos ha dado por la fe en Cristo, así nuestras oraciones no tendrán estorbo. Entonces seremos verdaderos protectores y proveedores de nuestro hogar. Oración.
Señor, ayúdame a ejercer con sabiduría y amor el rol que has dispuesto para mí, sabiendo que de todo tendré que dar cuenta, ayúdame a ser administrador fiel del amor que estoy llamado a compartir. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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domingo, 24 de noviembre de 2019

Comienza de nuevo, pero en Cristo


Comienza de nuevo, pero en Cristo
“Porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse; más los impíos caerán en el mal.”, Proverbios 24:16
“Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.”, 1 Juan 1:8-9
¿Hemos caído en el mismo error una y otra vez? ¿Tenemos problemas con los demás porque no hemos cambiado un mal comportamiento frente a alguna situación, ira, malos pensamientos, malos deseos?
Si de verdad estamos cansados de repetir lo malo, debemos ir a ser tratados por nuestro Maestro, en lo más profundo de nuestro interior, confesar sin excusas nuestro pecado a Dios, reconocer la necesidad de su dirección y pedirle la fuerza para no caer nuevamente (Salmo 51).
El cómo nos levantemos y con quién, luego de una derrota, sea del pecado o de alguna situación desfavorable, dependerá si volvemos a repetir y a sufrir las consecuencias; damos un giro radical a la manera en que hacemos las cosas o seguimos en un ciclo que nos hará perder tiempo, bendiciones y propósito. De esto se trata el arrepentimiento, de reconocer que hemos actuado independientemente (Jeremías 3:13), y de que no prosperaremos si encubrimos la maldad en nuestro corazón y nos apartamos de ella para alcanzar el favor de Dios (Proverbios 28:13).
Por esto, comencemos de nuevo si hemos caído, pero esta vez haciendo algo diferente, tomemos la mano de Cristo al levantarnos, es decir, permitamos que nuestro corazón sea guiado por la escritura, creyendo cuando nos enseña que somos nuevas creaciones y no tenemos por qué ser esclavos del pecado (2 Corintios 5:17), estando aún más atentos a sus indicaciones, que día a día nos ofrece por medio de su Palabra y su Espíritu.
hermano, comienza de nuevo si has caído, levántate confesando tu pecado a Cristo, pero empieza a actuar con una forma de pensar diferente y con una actitud de disposición total a seguir con amor y pasión sus instrucciones de vida. Oración.
Señor, sé que he caído muchas veces, que no he hecho lo que te agrada, pero no quiero repetir el mismo error, ayúdame en mi debilidad, quiero que tú me corrijas, me afirmes y llenes de bendiciones mi vida. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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sábado, 23 de noviembre de 2019

Doblar rodillas ante Dios


Doblar rodillas ante Dios

“Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle. Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.”, Lucas 22:41-44
No hay una posición física más aceptable que otra para Dios, cuando oramos, pero sí una disposición y una actitud que le agrada cuando vamos a su presencia: que arrodillemos nuestro corazón, dejando todo orgullo, que vayamos con un corazón arrepentido, porque el Señor no desprecia a quien con sinceridad se humilla y se arrepiente (Salmo 51:17).
Esta humillación, no es el concepto humano de ofensa, sino el de ir con humildad ante Dios y reconocer nuestra necesidad de Él y nuestro pecado, porque Dios anhela que doblemos todo orgullo, que lo adoremos con pleno conocimiento de quién es Él, de su santidad, poder y su gran amor; por esto se revela a sí mismo a través de la Palabra de Dios, la cual nos va enseñando a reconocerlo en todos nuestros caminos, a no creernos sabios ni entendidos en nuestro propio entendimiento.
Entonces, arrodillarnos ante Dios se trata de reconocer que Él no mira lo que miramos nosotros sino que conoce nuestro corazón (1 Samuel 16:7) y mira nuestra actitud hacia el prójimo, si verdaderamente le hemos perdonado la ofensa (Mateo 6:14,15), si de verdad pedimos con fe (Santiago 1:6) y conforme a su voluntad (1 Juan 5:14), además, si lo que pedimos es sin egoísmo (Santiago 4:3), si igualmente tratamos a nuestra esposa con ternura y dignamente (1 Pedro 3:7), para que nuestra oración no sea estorbada y si reconocemos con humildad cuando fallamos ante Él (Lucas 18:9-14). Luego de este autoexamen, podemos contestar si nos estamos, verdaderamente, arrodillado ante Dios. Oración.
Señor, vengo ante ti con corazón contrito y humillado, reconociendo mi necesidad de ti, pero también te pido que me muestres todo aquello que no te agrada de mí y me des la fuerza para dejarlo. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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viernes, 22 de noviembre de 2019

Dios usa nuestras vidas


Dios usa nuestras vidas
«Acab dio a Jezabel la nueva de todo lo que Elías había hecho, y de cómo había matado a espada a todos los profetas. Entonces envió Jezabel a Elías un mensajero, diciendo: Así me hagan los dioses, y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos. Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado. Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres»
Dios usó a Elías en el monte Carmelo para hacer descender fuego desde el cielo sobre los profetas de Baal. Y sin embargo se desplomó bajo las amenazas de Jezabel. Como fugitivo, huyendo de la reina, y deseando morirse. En el momento en que desvió su atención de Dios al enemigo, se vio desbordado. Entonces el Señor le volvió a hablar, aunque esta vez no lo hizo de forma espectacular, sino con “un silbo apacible y delicado”, llevándole a un lugar apartado para que descansara y pasara tiempo con Él. Cuando la nación volvió a ver a Elías después de este episodio, éste ya se había fortalecido espiritualmente.
Entonces, responde a la pregunta: “¿Has desviado tu atención, de Dios a “las cosas que tienes que hacer”? Si es así, necesitas tiempo a solas con Dios. Cuando Él te llame para que te apartes a descansar, hazlo inmediatamente
Hay dos peligros que le siguen a todo triunfo: Primero, pasar demasiado tiempo escuchando los elogios del mundo. Segundo, dar por hecho que tienes todo lo necesario para triunfar en tus propias fuerzas. Si haces una de esas dos cosas, te desconectas de Dios, la fuente de toda fortaleza. David exclamo: “El Señor es la fortaleza de mi vida, ¿de quién he de atemorizarme?”. Sólo puedes ser audaz y valeroso si tu fe está cimentada en Dios.
Además, Dios envió a Eliseo para que asistiera a Elías; Él también puede enviar a la persona adecuada para ayudarte a ti. Él sabe lo que necesitas para volver a levantarte y seguir adelante. Oración.
Padre Amado, te ruego que mis pensamientos sean cautivados por ti, que mi atención se centre en tu Palabra para que mi fe se fortalezca, y mi confianza esté cimentada en tu ley. Quiero servirte con toda firmeza, integridad y santidad. Te amo Señor. Amen. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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jueves, 21 de noviembre de 2019

El centro de nuestra vida es Cristo


El centro de nuestra vida es Cristo

“Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.”, Colosenses 1:16
Nuestra existencia toma verdadero rumbo y tiene verdadero sentido cuando Cristo es el centro de ella. Así como todo lo creado fue hecho por medio de Él y para Él, nuestra vida debe ser dispuesta para Él, en todas las áreas.
Por esto la escritura enseña en hebreos 12:2 que coloquemos nuestra atención y nos enfoquemos en Cristo, ya que Él inició y aún perfecciona nuestra fe; es una cuestión de enfoque cuando disponemos todo a su servicio: nuestra vida, trabajo, estudio, dones y talentos. Veremos entonces, si así hacemos, que nuestra vida toma un propósito e iniciamos a ver el fruto de justicia (Filipenses 1:11); y como dice el Salmo 1 versículo 3 “Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará”.
¿Quieres que tu vida en la tierra no pase desapercibida, que sea útil, próspera e impacte a millones de personas? Entonces que Cristo sea el centro de tu vida, disponiendo todo de ti para servirle y dar a conocer su nombre, y la verdad de su Palabra. Oración.
Padre, anhelo servirte y agradarte en todo, que Cristo sea el centro de mi vida y el sustento de mis decisiones, toma todo de mí para tu servicio, que mi vida sea ejemplo de amor para impactar la vida de otros. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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