lunes, 11 de noviembre de 2019

Una deuda de amor


Una deuda de amor

“Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti? Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.”, Mateo 18:32-35
En Mateo 18:23-35, vemos el caso de un deudor que le fue perdonada la deuda por su señor luego de rogarle intensamente, pero no hizo de la misma manera que hicieron con él, al no perdonar la deuda que otro le debía, que era incluso mucho menos, sino que tomó del cuello a su deudor y le exigió que le pagara de inmediato (versículo 28).
Todos tenemos una deuda de amor que podemos pagar con actos simples al aplicar el principio de: “Y como quieren que hagan los hombres con ustedes, así también hagan ustedes con ellos” (Lucas 6:31) y tratar a los demás con el mismo amor y la misma misericordia con que Dios nos perdona. El principio de reciprocidad debería estar en nuestra mente y corazón, ya que un preso que ha sido liberado lo último que desearía es que otra persona esté condenada, y eso somos todos los que hemos sido liberados por la preciosa sangre de Cristo.
Esta deuda de amor se paga dando a los demás lo que Dios nos ha dado, y se evidencia cuando perdonamos diariamente las ofensas y contradicciones que los demás hacen con nosotros, porque si Cristo nos perdonó gratuitamente cuando aún éramos pecadores y enemigos de Dios (Efesios 2:5), nosotros lo debemos hacer con quien nos lastima, nos calumnia o nos persigue.
Por lo tanto, no debemos guardar resentimiento en nuestro corazón, ni falta de perdón, si tenemos una deuda de amor, lo mínimo que deberíamos hacer es no agrandarla más y pagar a tiempo los intereses que genera, como nos enseña la escritura “No debáis a nadie nada, sino el amaro unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.” (Romanos 13:8).  Oración.
Señor, que mi corazón no guarde rencores ni falta de perdón, porque tú me limpiaste y pagaste toda mi deuda en Cristo, así mismo quiero perdonar y amar a mi prójimo. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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domingo, 10 de noviembre de 2019

Dios es fiel y su Palabra inconmovible


Dios es fiel y su Palabra inconmovible

“Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación; sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios. Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. Porque: Toda carne es como hierba, y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; más la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada.”, 1 Pedro 1:13–25
Vivimos en tiempos peligrosos dice la Biblia en 2 Timoteo 3:1, nada es seguro ni perdurable, el futuro del planeta produce pesimismo hasta en los mismos creyentes. En una era como ésta, sólo una cosa tiene garantía de ser inconmovible, la Palabra de Dios, y esto debe llenarnos de esperanza porque sabemos que Jesús dijo en Mateo 24:25 «El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán». Cuando el mundo a nuestro alrededor se esté desintegrando podemos mantenernos firmes en la Palabra de Dios. Por eso es tan importante edificar nuestra vida sobre las constantes verdades de la Biblia y disponernos a llevar una vida santa.
Dios es la fuente de la santidad, es Santo en su esencia y quiere que seamos participantes de esa santidad, siendo como Él. Quizá es una demanda difícil para nosotros. Sabemos que no podemos llegar a ser santos por nuestros propios esfuerzos, necesitamos ser santificados por Dios, quien no sólo da el mandamiento de ser santos, sino que está dispuesto a dar el poder por medio de su Santo Espíritu, quien también nos ayuda a ser obedientes y a vencer el pecado.
El inminente regreso de Cristo debe ser una motivación a vivir para Él. Eso significa estar mentalmente vigilantes («ceñid los lomos de vuestro entendimiento»), disciplinados («sed sobrios»), y concentrados («esperad por completo»). ¿Será que estamos listos para encontrarnos con Cristo? Evitemos entonces toda codicia de lo temporal y pongamos todo nuestro tiempo, dinero y energías en lo permanente: la Palabra de Dios y nuestra vida eterna en Cristo. Oración.
Señor, gracias por la revelación de tu Palabra por medio de la cual has purificado nuestros corazones, llévanos a vivir vidas santas, danos templanza o dominio propio para no dejarnos seducir del mundo y de la carne, ciñe los lomos de nuestro entendimiento, de manera que vivamos con la mente Cristo, glorificándote en todo. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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sábado, 9 de noviembre de 2019

Jesús es único e incomparable


Jesús es único e incomparable

Oración.
Gracias Jesús porque viviste para mostrarme el camino, tu plan desde el principio fue pagar el precio por mi pecado en una cruz, eres único e incomparable por dar tu vida por mi rescate y por ser el mediador de un nuevo pacto, donde puedo acercarme con confianza a la presencia de mi Padre celestial. Amén.
“Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí. Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz”, Juan 18:36-37
“porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”, Lucas 19:10
Jesús es único e incomparable, sólo Él pudo pagar el precio para quitar el pecado de la humanidad. En ningún otro hubo posibilidad alguna, pues no se trata de hombres sino de Dios dando la única solución para el mundo caído. El amor por el mundo fue lo que lo motivó a hacerse hombre y venir a habitar en medio de nosotros para cumplir con su misión de morir por nuestra culpabilidad. La misión de Jesús Dios-Hombre fue clara desde el principio, no se distrajo con ninguna otra cosa que no fuera el plan de salvación. Sabía a qué vino y qué tenía que hacer. Por eso nunca se desvió. Vino con el conocimiento del propósito eterno y su participación para el cumplimiento de este.
Cristo es el único camino de regreso al Padre, ya que por el pecado de Adán nos desviamos de Él. Por eso lo anunció, lo reconoció y lo vivió. En Juan 14:6 “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. Sólo Jesús es la solución aunque muchos todavía piensan que todos los caminos conducen a Dios pero no es así, buscan su presencia en falsas religiones, sectas, esoterismo y ocultismo, pero nunca la hallarán.
Él es el único mediador. 1 Timoteo 2:5 “Porque hay un solo Dios, y un sólo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”. Qué buena noticia, no necesitamos intermediarios, podemos ir directamente a la presencia del Padre por medio de Jesucristo. No existe otro que esté más cerca de Dios que Él. Fue el único que se sacrificó por nosotros, nadie más lo hizo, el único que nos defendió y nos reconcilió con el Padre.
Esta es la gran verdad de la fe cristiana. Hay un sólo Dios vivo, no necesitamos más dioses falsos, ni ángeles, ni imágenes, ni intermediarios, ahora nuestro acceso es directo al Padre por medio de Jesucristo. Acercarse a nosotros le costó a Dios la muerte de su Hijo. Jesús por su sacrificio recuperó para sí a los hombres; dio su vida para revelarnos el amor de Dios y traernos de vuelta a casa. Cristo vino a traer eternidad.
Pero no basta con saber que el Señor Jesucristo murió, resucitó y se sentó victorioso para interceder por nosotros, debemos encontrar el significado de lo que hizo para nuestras vidas y tomar una decisión frente a esto. Cuando decidimos seguir a Cristo debe haber un cambio radical en nuestro interior.

viernes, 8 de noviembre de 2019

Rindamos nuestra vida a Dios


Rindamos nuestra vida a Dios

“Entonces oró Jonás a Jehová su Dios desde el vientre del pez,y dijo: Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó; Desde el seno del Seol clamé, Y mi voz oíste. Me echaste a lo profundo, en medio de los mares, Y me rodeó la corriente; Todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí. Entonces dije: Desechado soy de delante de tus ojos; Mas aún veré tu santo templo. Las aguas me rodearon hasta el alma, Rodeóme el abismo; El alga se enredó a mi cabeza. Descendí a los cimientos de los montes; La tierra echó sus cerrojos sobre mí para siempre; Mas tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Jehová Dios mío. Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Jehová, Y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo. Los que siguen vanidades ilusorias, Su misericordia abandonan. Mas yo con voz de alabanza te ofreceré sacrificios; Pagaré lo que prometí. La salvación es de Jehová. Y mandó Jehová al pez, y vomitó a Jonás en tierra.”, Jonás 2.1–10
Jonás había oído de Dios, quiso hacer su propia voluntad y esto le trajo grandes problemas, ¿se imaginan sentirse encerrado en el estómago de un pez? Así como el hijo pródigo tuvo que volver la mirada a Dios, y rendirse en su presencia, Jonás tuvo que hacerlo, y lo expresa en esta intensa oración. A veces el mundo es como el estómago de ese pez, asfixiante y oscuro, no podemos sentirnos cómodos en medio de tanta inmundicia, quizás rodeados de muchas cosas que nos alejan de Dios, pues el mundo entero está bajo el maligno, y queremos decir «me levantaré e iré a mi Padre». Como Jonás debemos clamar: «Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Jehová, y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo». No importa dónde estemos, ningún lugar es impropio para la oración. Dios sólo mira el alma arrepentida que quiere rendirse de nuevo a Él.
Tenemos al Espíritu Santo que ha venido a convencer este mundo de pecado, justicia y de juicio como dice Juan 16:8. Nuestra misión primordial no es introducir cambios sociales o políticos en el mundo, sino proclamar que la salvación es la salida. No esperemos la perfección de este mundo, sino anhelemos el momento en que Cristo regrese y establezca su reino en este mundo y su justicia eterna, mientras tanto hablemos de Él, para que muchos lo puedan disfrutar junto a nosotros. Como Jonás, hoy rindamos nuestra vida a Dios.  Oración.
Señor, queremos rendirnos a ti en este día pues hemos comprendido que separados de ti nada podemos hacer, enséñanos a hacer tu voluntad que es agradable y perfecta, a conocerte para comprender que tus caminos son más altos que los nuestros y tus pensamientos también, pues quieres lo mejor para nosotros. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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jueves, 7 de noviembre de 2019

Edifiquemos sobre un fundamento limpio


Edifiquemos sobre un fundamento limpio

“Cuando oyó Sanbalat que nosotros edificamos el muro, se enojó y se enfureció en gran manera, e hizo escarnio de los judíos. Y habló delante de sus hermanos y del ejército de Samaria, y dijo: ¿Qué hacen estos débiles judíos? ¿Se les permitirá volver a ofrecer sus sacrificios? ¿Acabarán en un día? ¿Resucitarán de los montones del polvo las piedras que fueron quemadas? Y estaba junto a él Tobías amonita, el cual dijo: Lo que ellos edifican del muro de piedra, si subiere una zorra lo derribará. Oye, oh Dios nuestro, que somos objeto de su menosprecio, y vuelve el baldón de ellos sobre su cabeza, y entrégalos por despojo en la tierra de su cautiverio. No cubras su iniquidad, ni su pecado sea borrado delante de ti, porque se airaron contra los que edificaban. Edificamos, pues, el muro, y toda la muralla fue terminada hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar. Pero aconteció que oyendo Sanbalat y Tobías, y los árabes, los amonitas y los de Asdod, que los muros de Jerusalén eran reparados, porque ya los portillos comenzaban a ser cerrados, se encolerizaron mucho; y conspiraron todos a una para venir a atacar a Jerusalén y hacerle daño. Entonces oramos a nuestro Dios, y por causa de ellos pusimos guarda contra ellos de día y de noche. Y dijo Judá: Las fuerzas de los acarreadores se han debilitado, y el escombro es mucho, y no podemos edificar el muro.”, Nehemías 4:1-10
Nehemías había recibido permiso del rey Artajerjes, a quien servía como copero, para ir a su ciudad Jerusalén con una compañía de obreros y reconstruirla, pues la ciudad había sido derribada, el templo reducido a cenizas y el pueblo asolado por los enemigos. El llamado de Dios a Nehemías no fue fácil, pues tendría que enfrentarse a enemigos que se oponían a la reconstrucción de Jerusalén, además al desánimo de un pueblo que lo había perdido todo, pues sólo decían: “el escombro es mucho y no podemos edificar el muro“. Pero cuando un hombre acepta el desafío de Dios, es capaz de motivarse a sí mismo y de motivar a otros para cumplir los propósitos de Dios. Esta motivación debe empezar con una oración sincera y específica sobre la necesidad de ver la gloria de Dios. Los creyentes estamos llamados a batallar contra los enemigos internos y externos, que nos impiden construir una vida espiritual sólida. Somos edificadores y no podemos permitir que el pecado, los vicios y malos hábitos, como la indiferencia, la apatía, la pereza, el placer pecaminoso, el materialismo, la mundanalidad y la falta de oración y búsqueda de la Palabra de Dios impidan la edificación de nuestra vida espiritual. Hay que remover el escombro y sacar la basura para que no resulte ineficaz nuestro servicio al Señor.
Los enemigos externos son las personas que como Sanbalat y Tobías utilizaron el enojo, el ridículo y la burla para tratar de disuadir a los judíos de construir el muro, son los que nos desaniman para que no sigamos a Dios. Nehemías los ignoró y en cambio oró, y la obra continuó. Cuando se burlen de nosotros por nuestra fe o nos critiquen por servir a Dios y hacer lo correcto, hagamos lo de Nehemías y no nos desalentemos, expresemos a Dios lo que estamos sintiendo y recordemos que su presencia constante nos da la fuerza para continuar.
Permitamos al Señor ser el fundamento de nuestra vida, nuestra roca en la cual debemos anclarnos, para ser fuertes. Oración.
Señor, gracias porque tu gracia en nuestro corazón produce en nosotros buenas obras, permite que crezcamos en el conocimiento tuyo para poder edificar sobre un fundamento firme capaz de soportar las más grandes pruebas, entonces podremos ofrecerte algo para la eternidad.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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miércoles, 6 de noviembre de 2019

Cristo está vivo


Cristo está vivo
“Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.”, Hechos 1:6-11
El Señor Jesús antes de ascender a los cielos dio pruebas de su resurrección a muchos de nuestros hermanos del primer siglo, lo hizo para que afianzaran su fe y siguieran anunciando las buenas nuevas, aceptaron este desafío en un tiempo donde muchos negaban este hecho. Muchos aún niegan el realismo de la resurrección corporal de Cristo y rechazan la declaración de San Lucas cuando afirmó que Jesús estaba vivo y fue visto por un gran número de personas. Lastimosamente, para muchos Jesús está muerto y la única imagen que observan es su cuerpo clavado en la cruz.
Sin embargo, Cristo está vivo y sigue cambiando y transformando las vidas de todos los que depositan su fe en Él. El diablo sabe eso y por eso levanta argumentos para atacar la estructura de la doctrina cristiana y en estos últimos tiempos la apostasía ha llegado a muchos corazones.
Nuestra vida y testimonio es otra prueba indubitable de que Cristo es un Dios vivo que puede hacer grandes cosas en este mundo incrédulo. Dichosos los que creen en Él sin haberlo visto, los que lo sentimos y lo dejamos vivir en nosotros a través de su Santo Espíritu. Como dice Romanos 8:11” Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros”. Cada creyente renovado es un testimonio del Dios vivo.  Oración.
Gracias Jesús porque resucitaste, con esto nos has dado una prueba indudable para nuestra fe, eres el Dios Vivo que merece todo honor y gloria por los siglos, por eso no debemos temer, pues tú estás por encima de la muerte. Gracias por darnos la esperanza de la resurrección. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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martes, 5 de noviembre de 2019

Consumado es


Consumado es
«Y estaba allí una vasija llena de vinagre; entonces ellos empaparon en vinagre una esponja, y poniéndola en un hisopo, se la acercaron a la boca. Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.», Juan 19:29-30
«Consumado es», esta palabra en el idioma original es sólo una, y fue pronunciada por el Señor Jesús «tetelestai». Fue su grito de victoria y de terminación con el pecado de la humanidad, con la esclavitud del dolor y la enfermedad. En esa sola Palabra Jesús declaró un hecho y una verdad poderosa, su triunfo sobre el maligno. Pero éste, derrotado y vencido, no ha cesado de oponerse a que hombres y mujeres comprendan el significado de este último grito de victoria de Jesús, por eso hay muchos que siguen buscando la paz y el descanso de su alma, pero no se han dado cuenta de que la salvación es una obra ya realizada. Siguen tratando de hacer cosas buscando el perdón y el favor de Dios. No saben que la salvación no se puede ganar, sólo aceptarse, porque ya Cristo lo hizo todo en la cruz.
Su obra de salvación se completó y es nuestro deber proclamar que Jesús es el salvador.       Oración.
Señor gracias por darnos tu salvación, por abrir nuestros ojos y oídos espirituales y entender la grandeza de tu obra en la cruz. Todo lo hiciste por nosotros. Nos amaste sin medida y nos regalaste la vida eterna. Llévanos a compartir esta verdad a otros. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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