viernes, 12 de julio de 2019

NUESTRA VALÍA ESTÁ EN DIOS


NUESTRA VALÍA ESTÁ EN DIOS
“Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida”, Isaías 43:4
“Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová”, Jeremías 9:23-24
“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”, 1 Pedro 2:9
La gente tiende a admirar a los demás por su belleza, sabiduría, poder, riqueza y fuerza, pero todo esto es tan efímero. La gente nos acompaña cuando nos ve exitosos según los parámetros del mundo, pero se hace a un lado cuando vivimos bajo los valores espirituales que no se fundamentan en cosas terrenales y mundanas.
Pero la buena noticia es que Dios nos estima porque nos amó desde el principio sin importar lo que somos y lo que tenemos, nos acepta tal cual somos con virtudes y defectos. Nuestra valía se encuentra en Él. Pues nos ha dado capacidades únicas para enfrentar la vida y para servirle. Esto es importante especialmente para aquellos que se valoran por lo que los demás piensan de ellos y tienen poco aprecio por sí mismos. Todos estamos propensos a sentirnos así cuando nos falta algo o alguien, pero podemos estar perdiendo el enfoque para el cual fuimos creados por Dios, cuando vivimos en un estado permanente de insatisfacción, cuando nos sentimos evaluados por otros constantemente, cuando nos sentimos indecisos por temor a equivocarnos y nuestros pensamientos son negativos sobre nosotros, nuestro futuro, nuestras capacidades.
Mostramos una baja autoestima, nos exigimos demasiado y podemos caer en el perfeccionismo tratando de agradar a otros. Basta ya de esto, recordemos que somos hijos de Dios, comprados con un precio muy alto, la sangre de Cristo. Somos preciosos a sus ojos y Él se complace con nosotros por nuestra fe. Somos tan importantes para Él, que nos escogió desde los confines de la tierra, nos llamó por nuestro nombre y se dispuso a morir por cada uno de nosotros para librarnos de toda esclavitud y hacernos reyes y sacerdotes para su gloria.
El único orgullo que debemos manifestar es de conocer y entender quién es nuestro Dios. Lo demás es vanidad cuando nos medimos con los demás. Vivamos de tal manera que reflejemos su carácter justo y misericordioso.  Oración.
"Gracias amado Dios, por amarme de tal manera que diste hombres y naciones por mi vida, porque me miras con amor y misericordia y me tienes en gran estima. Enséñame a valorarme como tú lo haces y a entender que mi valía no viene de los parámetros sociales que impone el mundo, sino por el hecho de conocerte y ser tu hijo; derecho dado por medio de la Sangre de Cristo cuando creí. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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lunes, 8 de julio de 2019


CARA A CARA
“Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adorareis al Padre. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren”, Juan 4: 21-24
El libro más publicado y leído en toda la historia es la Biblia y habla de la relación del Creador con nosotros, desde el Génesis hasta el Apocalipsis. Muestra la intimidad que teníamos en un principio, cómo la perdimos y cómo la volvimos a tener. En el Edén, Adán y Eva tenían una relación cara a cara con Dios, caminaban juntos, hablaban y tenían una intimidad profunda. No se avergonzaban de estar en su presencia, pero cuando pecaron llegó su vergüenza, sintieron miedo y se escondieron de Él. El nivel más puro de comunión e intimidad había sido arruinado por el pecado.
Después de esto lo más cerca que podían llegar los seres humanos a Dios era a través de ritos y ceremonias en lugares que Dios destinó para ese propósito, siguiendo la ley de Moisés, primero en el tabernáculo y luego en el templo que construyó Salomón. Pero nadie lo podía ver cara a cara, la imperfección de la humanidad no podía estar delante de la santidad de Dios.
Sólo el sacrificio perfecto de Jesús en la cruz, hizo que el velo del templo se rasgara en dos, simbolizando que él restauraba nuevamente nuestra intimidad con nuestro Dios Padre. Ahora podemos adorarlo en cualquier tiempo y lugar, como nos dice Juan 4. Sin embargo, aún no lo podemos ver cara a cara, tal como sí pudieron Adán y Eva antes de la caída.
La promesa de que todas las cosas van a ser como al principio, se cumplirá con el regreso de Cristo y podremos verlo. Lo podremos adorar, podremos hablarle y caminar nuevamente a su lado. Como dice Apocalipsis 21:3 “Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios”.
Que esta promesa nos impulse a permanecer en su presencia, esperando el glorioso día de su regreso.  Oración.
"Señor llena mi vida con esta promesa, un día podré verte cara a cara y disfrutar de tu majestad y santidad. Jesús abrió el camino para llegar a la presencia del Padre y ahora tengo la confianza para acercarme a tu trono de gracia y hablarte sin temor. Gracias Jesús, ahora puedo entrar con valentía en el lugar santísimo del cielo por tu sacrificio perfecto. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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domingo, 7 de julio de 2019

ADOPTADOS HIJOS SUYOS


ADOPTADOS HIJOS SUYOS
“en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado”, Efesios 1:5-6
“Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios”, Romanos 8:15-16
La nueva relación que tenemos con Dios es que hemos sido adoptados como hijos en su familia, esto nos da derechos y obligaciones al mismo tiempo. Sabemos que los procesos de adopción son sumamente serios y complicados, por eso cuando se adopta a un niño hay que realizar muchos trámites legales hasta que se concede el certificado de que esa persona es hija de alguien y por ende su heredera. La vida anterior de una persona adoptada se borra completamente; si tenía deudas estas quedan canceladas, se le considera una nueva persona que empieza una nueva vida sin vinculación con su pasado. Su ceremonia de adopción se lleva a cabo en frente de testigos.
Cuando conocemos a Dios y nos hace hijos por su voluntad, adquirimos todos los derechos de un hijo legítimo, nos volvemos herederos y coherederos con Cristo. Nuestro pasado automáticamente es borrado y nos hace nuevas criaturas. 2 Corintios 5:17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. Somos hijos de un nuevo Padre en todos los sentidos. Como es una adopción espiritual que se hizo en la cruz del calvario, el testigo de nuestra ceremonia de adopción es el Espíritu Santo, quien da testimonio a nuestro espíritu de que somos de verdad hijos de Dios.
Antes de ser adoptados estábamos bajo el control de nuestra naturaleza humana pecadora; pero Dios en su misericordia nos ha tomado como su exclusiva posesión, el pasado ya no tiene ningún derecho sobre nosotros, Dios tiene ahora el derecho absoluto, el pasado está cancelado y nuestras deudas borradas por la sangre preciosa de Jesús.
Ahora tenemos una nueva vida con Dios, por eso el apóstol Pablo nos dice que hemos recibido el Espíritu de adopción para ya no estar más en temor, ya no somos esclavos sino libres. No volvamos a esclavitud viviendo bajo los parámetros del mundo, vivamos en la libertad que Cristo nos dio por medio de su sacrificio, en una vida bajo los preceptos divinos, una vida abundante y de bendición.
Tengamos una relación íntima con nuestro Padre quien nos restaura y nos convierte en sus hijos. Hemos heredado su vida y su gloria, vivamos conforme a lo que su Palabra dice que somos: santos y amados. Acerquémonos con confianza y digámosle: Abba Padre.           Oración.
"Gracias Padre celestial, porque sin merecerlo, me tomaste cuando estaba perdido, cuando andaba en pecado y me adoptaste por el puro afecto de tu voluntad. Enséñame a andar en libertad y a caminar como un verdadero hijo de Dios, obedeciendo tu Palabra, teniendo siempre una íntima comunión contigo y disfrutando de todas las promesas y de la gloria que he heredado. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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sábado, 6 de julio de 2019

ANDAMOS POR FE, NO POR VISTA


ANDAMOS POR FE, NO POR VISTA
"no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.", 2 Corintios 4:18
"Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo? Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos.", Romanos 8:24-25
En la historia de Noé, de Abraham, de Moisés y de muchos hombres usados por Dios en sus propósitos, hay una característica particular que debemos aprender: Ellos confiaron en Dios, acerca de cosas que aún no habían sido vistas.
Dios les declaró las cosas que habían de suceder, aunque en ese tiempo, todo a su alrededor, es decir lo que podían mirar, dijera lo contrario. En el tiempo de Noé, se burlaban de él, no creyeron en su testimonio para salvación de su vida.
Abraham confió en que recibiría una tierra prometida y una descendencia numerosa, obedeció para salir al lugar que había de recibir por herencia; y salió sin saber a dónde iba, aunque era imposible que a su edad su esposa tuviera un hijo, él confío en esa promesa, y a su tiempo fue hecha realidad. (hebreos 11:7).
Por la fe obedecemos cosas que incluso no vemos, pero que tenemos la certeza que van a llegar, que indefectiblemente se cumplirán. Estas cosas que están escritas en la Palabra de Dios son las que debemos obedecer, aunque las circunstancias externas muestren lo contrario, pues son más reales que la vida misma, por eso aguardamos con paciencia, su cumplimiento.
Aprendamos de estos hombres de fe que confiaron en Dios, que no podían mirar la promesa, pero a su tiempo la recibieron. Si confiamos en sus promesas invisibles, en el eterno poder del Señor, seremos usados para impactar a toda nuestra familia, nuestra nación y este mundo.   Oración.
"Señor, tus promesas me guardan, me dan una esperanza que no defrauda, que se cumplirá en su tiempo exacto, pues tú tienes en tu mano el control de mi vida. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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viernes, 5 de julio de 2019

EL GOZO Y LA GENTILEZA DEJAN VER LA GLORIA DE CRISTO


EL GOZO Y LA GENTILEZA DEJAN VER LA GLORIA DE CRISTO
“Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca”, Filipenses 4:4-5
Qué consejo tan extraño de Pablo desde una prisión “¡Regocijaos en el Señor siempre! Otra vez digo: ¡Regocijaos!!” Nos lleva a pensar que nuestras actitudes internas no tienen que reflejar nuestras circunstancias externas. Es fácil caer en desánimo cuando nos encontramos en situaciones desagradables que nos causan infelicidad y nos sentirnos emocionalmente débiles. Pero nunca debemos permitir que ningún evento nos robe el gozo. Esto sólo es posible cuando nuestra fuente de regocijo es el Señor. Ese gozo viene de una relación vertical con Dios, cuando permanezco en comunión con Él.
Si tenemos una perspectiva horizontal de la vida, sólo podremos visualizar una existencia desolada y sin esperanza. Pero si escogemos ver el rostro de nuestro Padre, Él nos inundará de su gloria, amor, paz y bondad. No tendremos tiempo de quejarnos, sino que estaremos consumidos por el gozo de su presencia y otros la percibirán en nosotros.
Pablo propone dos cualidades de la vida cristiana: El gozo y la gentileza. El gozo cristiano es independiente de todas las cosas de esta tierra, porque su fuente está en el Espíritu Santo que mora en él. El cristiano no puede perder el gozo porque no puede perder a Cristo.
La gentileza o amabilidad o moderación, es ser comprensivos, simpáticos, tener buenos modales, educación, cortesía en el trato con los demás. No juzgar, no señalar a los demás sino mirarlos con misericordia y gracia. El cristianismo está por encima de la justicia. Recordemos cuando le trajeron a Jesús a la mujer adúltera para juzgarla, Él habría podido aplicar la ley y dejar que la lapidaran, pero fue más allá de la justicia, se movió por la compasión y el amor. Y actuó con gentileza con ella.
¿Por qué se nos pide ser así? ¿Por qué debemos tener una vida de gozo y amabilidad? Porque el Señor está cerca y debemos tratar a todos con amor y así ganarlos para Él. Además, así aprendemos a ver las situaciones desde la perspectiva celestial, y a entender que independientemente de la prueba hay un Dios poderoso que quiere manifestar su gloria en nosotros. Oración.
"Amado Señor, permite que el gozo y la gentileza sean parte de mi carácter como cristiano y entender que así podré ser testimonio vivo de tu amor y misericordia. Ayúdame a no condenar ni a juzgar a nadie por sus actos, sino a verlos con bondad, entendiendo la gran necesidad de ti y conducirlos a tus caminos. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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jueves, 4 de julio de 2019

FALSOS MAESTROS, FALSAS ENSEÑANZAS


FALSOS MAESTROS, FALSAS ENSEÑANZAS
"Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.", 2 Corintios 11:13-16
La Palabra de Dios advierte que en estos últimos tiempos se levantarán muchos falsos maestros, que introducirán falsas enseñanzas con el fin de engañar y cautivar a las personas para comercializar con ellas (2 Corintios 2:17).
Pero los verdaderos creyentes no lo hacemos así. Al contrario, trabajamos con sinceridad y honradez, porque Dios nos envió y porque si estamos unidos a Cristo, todo lo que hacemos lo hacemos por amor y obediencia.
Estos engañadores quieren quitarnos la libertad que tenemos en Cristo Jesús, a fin de someternos a esclavitud, hablan sólo de prosperidad material y se olvidan de la justicia, el juicio, la misericordia y la fe (Mateo 23:23). El mismo Señor Jesucristo advierte que no se deben omitir las enseñanzas bíblicas buscando la propia conveniencia, cuando dice: “es necesario hacer estas cosas sin omitir aquellas”.
Debemos estudiar y enseñar toda la Palabra, sin acomodar a intereses personales el mensaje de Dios. Desde el Génesis hasta el Apocalipsis, toda su Palabra es útil para la corrección de nuestro pensamiento y conducta, cuando seguimos todos sus principios, sin omitir aquellos que chocan con nuestro estilo de vida. Por eso el Señor Jesús advierte que no debemos agregarle ni quitarle a la Palabra de Dios (Apocalipsis 22:18-20).
Estas falsas enseñanzas conducen a perder mi comunión con Dios, y pueden repercutir en las decisiones que tomamos en la vida, llevándonos al desánimo, a la inconstancia e improductividad espiritual. Pero Dios es fiel y siempre guiados por su Espíritu por medio de su Palabra, nos conduce por el camino correcto de sus enseñanzas, que preservan nuestros pasos, como una lámpara en medio de la noche oscura.
Pidamos a Dios discernimiento y recibamos la palabra con toda solicitud, escudriñando diariamente las Escrituras, para ver si estas cosas que nos enseñan son así. (Hechos 17:11).  Oración.
"Señor, guíame por medio de tu Espíritu, dame discernimiento, para no caer en falsas enseñanzas que perturben mi comunión contigo y me lleven por caminos equivocados, te pido guíes a mis hermanos para que enseñen tu Palabra con toda verdad.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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miércoles, 3 de julio de 2019

SIGAMOS LAS PISADAS DE CRISTO


SIGAMOS LAS PISADAS DE CRISTO
“Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente”, 1 Pedro 2:21-23
“según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él.”, Efesios 1:4
La santidad describe nuestra nueva posición con el Señor. Él nos escogió para que fuésemos “santos y sin mancha delante de él”. Nuestros cuerpos son el templo de su Espíritu, y cualquier parte en la que Él habite la convierte en santa. Sin embargo, nuestra conducta no armoniza algunas veces con esta verdad. Somos declarados justos, pero no siempre actuamos como tales.
El problema es que muchos cristianos no se ven como Dios los ve. Dicen: “No soy realmente un santo, pero tampoco soy tan pecador”. Por tanto, se colocan en algún punto intermedio. Pero, en realidad, no hay nada en medio de la santidad y el pecado. Eres, o bien una cosa o bien otra.
La Biblia describe a la santificación como un proceso (Romanos 6:19). En Efesios 4:1, Pablo lo asemeja a una caminata que se realiza durante toda la vida. Después de exhortarnos con las palabras “que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados”, habla del dramático contraste entre la manera en que solíamos comportarnos antes de ser salvos, y la manera en que somos llamados a vivir ahora. Este estilo de vida no ocurre de un momento para otro; hay que escogerlo intencionalmente para practicarlo a medida que crecemos en la fe.
Debemos tener en cuenta que ser santos no significa ser perfectos. Dios no busca perfección, Dios busca disposición. Se trata de ser apartados para Él. De ser diferentes, de reflejar el amor de Dios en todo momento, aun cuando esto signifique nadar en contracorriente contra este mundo tan roto y falto de Él. Se nos pide seguir las pisadas de Cristo, su ejemplo en palabra y conducta.
Para finalizar, cuando nos encontremos tentados a callar sobre Cristo, a no mostrarnos como cristianos por la hostilidad de la cultura que nos rodea, recordemos las razones por las cuales Pablo no se avergonzaba del evangelio. Decía: “Para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia”, Filipenses 1:21. ¿Será esto cierto para nosotros?  Oración.
"Señor quiero caminar a tu lado y seguir tus pisadas, porque sólo así aprenderé a vivir como un verdadero hijo de Dios. Caminaste en santidad en todo lo que hiciste y dijiste en esta tierra. Quiero hacer todas las cosas como tú las harías, seguir tu ejemplo de amor, perdón y misericordia, andando en integridad. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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