domingo, 20 de enero de 2019

TRANSFORMADOS


TRANSFORMADOS POR EL AMOR DE DIOS

Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, según la promesa de la vida que es en Cristo Jesús, a Timoteo, amado hijo: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y de Jesucristo nuestro Señor. Doy gracias a Dios, al cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia, de que sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones noche y día; deseando verte, al acordarme de tus lágrimas, para llenarme de gozo. 2 Timoteo 1:1-4
Mas yendo por el camino, aconteció que, al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. Él, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer. Hechos 9:3-6.
Pablo, de ser un perseguidor de la iglesia de Cristo, insensible y arrogante se transforma en un pastor amoroso, tierno, consejero y un hombre de fe. Sólo esto puede ocurrir cuando le permitimos a Dios tocar nuestro corazón con su amor. Esto es por obra y gracia del Espíritu Santo.
Pablo siendo un asesino aprendió a amar, experimentó el amor incondicional de Dios, a través de Cristo resucitado, e imitó la fe y la conducta del que lo amó a pesar de lo que él era. Ahora actúa como sacerdote, como profeta y enseña sobre el amor a su discípulo Timoteo y como evangelista y Apóstol extiende la fe al mundo gentil.
Es la conversión más famosa de toda la historia. En el camino a Damasco, Saulo (ahora Pablo) tuvo un encuentro personal con Jesucristo y se rindió a Él. El que entró a esta ciudad era un hombre cambiado, el que iba con una furia vengativa contra los cristianos, ahora era conducido de la mano, ciego y menesteroso. El mismo ardor que antes Saulo había empleado para perseguir a la iglesia lo emplea ahora, una vez convertido para su misión a los gentiles. Sólo el señor Jesucristo puede transformar el corazón humano y hacernos nuevas criaturas.
Por eso no desistamos en orar por aquellos que están a nuestro lado y necesitan el toque del amor de Cristo para ser cambiados. La gracia renovadora de Cristo puede lograr la conversión del peor pecador, puede liberar al que está atado al mundo y sus deseos, puede sanar al que está enfermo, puede dar un nuevo propósito de vida al que se siente vacío y sin sentido.
Obedezcamos el mandato de compartir el evangelio, siguiendo la dirección de Dios, aunque nos enfrentemos con personas difíciles como Saulo, no sabemos cuál es el propósito y los planes que Dios tenga para ellas. Sin saberlo podemos estar sembrando la semilla de la fe en un potencial evangelista, pastor, predicador o maestro. 1 corintios 3:7. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento.   Oración.
Señor Jesucristo gracias por encontrarme en el camino de la vida, por cambiarme el rumbo y por hacer de mí la persona que tú quieres que yo sea. Sigue transformando mi corazón, mostrándome el propósito que tienes para mí y usándome para llevar tu gracia renovadora a las personas que necesitan ser cambiadas por ti. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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sábado, 19 de enero de 2019

NO RETROCEDER


NO RETROCEDER, NO RENDIRSE. PARTE 1
Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma. Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma. Hebreos 10:38-39
En cuántas situaciones de la vida hemos querido tirar la toalla, incluso hemos dejado de orar o nuestra oraciones manifiestan solo quejas y preocupación. Pero la fe que hemos recibido por el evangelio de Cristo, nos da la confianza en que así como Él venció nosotros también; tenemos un gran tesoro en la Palabra de Dios, en la fe y el amor en Cristo Jesús (2 Timoteo 1:13-14), por tanto debemos retener cada enseñanza, cada promesa que nos da la escritura, pues en esto está la fuerza para no retroceder, para no rendirnos. “No nos cansemos de hacer el bien, pues a su tiempo, si no nos cansamos, segaremos.” (Gálatas 6:9).
Por esto, a pesar de los sufrimientos y las pruebas, no decaigamos, no dejemos que el desánimo logre parar nuestra carrera de la fe, peleemos esta buena batalla con las armas y los dones que hemos recibido; la recompensa que nos espera es mucho más de lo que podemos pedir o entender.
Aprendamos de Jesús que a pesar del sufrimiento que estaba pasando, por el gozo de obtener la salvación para todos los que creen en su nombre, no se detuvo; ahora está sentado a la derecha del Padre intercediendo por nosotros, dándonos la fortaleza para seguir.
Cada prueba, cada lágrima, cada sufrimiento nos hace más fuerte, si las enfrentamos tomados de su mano “nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce perseverancia, y la perseverancia produce carácter probado, y el carácter probado produce esperanza. Romanos 5:3-4).
Así que, si estás pasando por una situación difícil, no te rindas, no retrocedas, si el que venció la muerte está contigo, ¿quién contra ti?   Oración.
Gracias Señor porque tú me das la confianza para seguir, tu aumentas mis fuerzas, si tú estás a mi diestra permaneceré firme. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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viernes, 18 de enero de 2019

OBEDECER


OBEDECER PARA VER MILAGROS
Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; más en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador. Porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él, y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres. Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron", Lucas 5:4-11
 Jesús da una orden a Simón que es el experto pescador de echar las redes después de un día de arduo trabajo donde no habían conseguido nada. Pedro pudo haber dudado en su corazón y decirle a Jesús: “¿qué sabes de pesca y del mar si nunca has hecho este trabajo, si sólo eres un carpintero?” Pero no fue así, Pedro vio una rara autoridad en Jesús que le llevó a decir: “en tu palabra echaré la red”. Pedro con toda su experiencia estaba dispuesto a probar otra vez, aunque estaba cansado.
¿Cuán dispuestos estamos a obedecer la Palabra de Dios, cuando el Señor nos da una orden que va contra nuestra lógica o que choca contra nuestro sentido común?
No basta nuestra capacidad y experiencia para resolver algunas situaciones de la vida. Como hijos de Dios, necesitamos ser guiados por Dios y depender de Él siempre. Muchos se rinden en la vida cristiana porque se creen autosuficientes y excluyen a Dios de participar de algunas áreas de su vida.
Cuando llegamos a Dios con lógica y razonamiento, llenos de esquemas mentales como argumento, es imposible obedecerlo absolutamente. Debemos ser humildes y crucificar nuestro ego, para poder reconocer que necesitamos su ayuda y su consejo.
Sólo caeremos de rodillas ante la soberanía y autoridad de Jesús cuando veamos cuán débiles y necesitados somos del poder y el amor de Dios. Si queremos ver milagros en nuestras vidas y ver los problemas resueltos necesitamos humillarnos y obedecer.
Si queremos que otros se sometan a nuestra autoridad primero tenemos que someternos a la autoridad de Dios. Pedro entendió esto y por eso sus compañeros de pesca, ante la orden de pescar de nuevo lo siguieron sin importar la hora y las circunstancias adversas para hacerlo. Si queremos un milagro, tenemos que fiarnos de la palabra de Jesús cuando nos dice que probemos lo imposible primeramente obedeciéndole.
La autoridad viene de obedecer a Dios y estar en comunión con Él. Si queremos que otros sigan a Jesús primero debemos hacerlo nosotros, entonces podremos entender lo que Jesús dice: “No temas; desde ahora serás pescador de hombres. Oración.
Señor Jesucristo, reconozco que en mí hay arrogancia y autosuficiencia, hazme humilde para reconocer que te necesito, que separado de ti nada puedo hacer. Toda autoridad viene de ti, es preciso que obedezca tu Palabra y los milagros vendrán a mi vida como resultado. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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jueves, 17 de enero de 2019

NO HUYAS


NO HUYAS AL LLAMADO DE DIOS
Vino palabra de Jehová a Jonás hijo de Amitai, diciendo: Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí. Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová. Pero Jehová hizo levantar un gran viento en el mar, y hubo en el mar una tempestad tan grande que se pensó que se partiría la nave. Y los marineros tuvieron miedo, y cada uno clamaba a su dios; y echaron al mar los enseres que había en la nave, para descargarla de ellos. Pero Jonás había bajado al interior de la nave, y se había echado a dormir. Y el patrón de la nave se le acercó y le dijo: ¿Qué tienes, dormilón? Levántate, y clama a tu Dios; quizá él tendrá compasión de nosotros, y no pereceremos. Jonás 1:1-6
Usted y yo fuimos escogimos por el Señor, Juan 15:16. No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
Cuando conocemos a Jesús nos involucramos en una vida de aventura y propósito. Jonás fue escogido y quizás como a nosotros, le faltaban infinidad de cosas para ser usado por Dios, sin embargo, lo escoge. El Señor es Soberano y puede usarnos independientemente de nuestras debilidades. Él no se sirve de nosotros por nuestras cualidades y atributos sino por su infinito amor.
Lo único que no tiene reversa en la vida cristiana es el llamado de Dios. Romanos 11:29 “Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios”. Somos bendecidos cuando lo conocemos, decidimos amarlo y servirle. Pero vendrán dificultades cuando lo conocemos. Podríamos ser como Jonás, quien no quiso amarlo y seguirle en un momento de su vida.
Este hombre estaba muy cómodo en su vida espiritual y estaba feliz andando a su manera, pero todo cambió cuando el Señor lo mandó a Nínive. Nos puede estar pasando lo mismo, nos gusta recibir mucho y dar poco y ante el llamamiento de Dios, nos levantamos para huir, nos llenamos de miedo y preferimos dormir para olvidar lo que el Señor nos pide.
Todos tenemos un rótulo imposible de borrar: Hijos de Dios, sellados por el Espíritu Santo”. Un sello tan fuerte porque es la misma presencia del Señor en nosotros. No podemos dejar a un lado nuestra responsabilidad. El Señor Jesucristo lo dijo claramente: “y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca.
Que no nos pase lo de Jonás, que los incrédulos tuvieron más temor de Dios y le pidieron que orara por ellos. Que la gente que no conoce de Dios nos diga lo que nosotros debemos hacer, que les prediquemos, que oremos, es muy triste.
Quizás decimos como Jonás “temo a Dios y contradecimos nuestros principios, haciendo lo contrario. Hermanos, Dios siempre respaldará su Palabra independientemente de nuestra terquedad e incredulidad. “Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros”. 1 Samuel 15:22.   Oración.
Señor Jesucristo, qué privilegio que me hayas escogido entre tantas personas que hay en este mundo. Quiero salir de mi comodidad e indiferencia, para servirte y ayudarte en la salvación de este mundo, ayúdame a ser fiel a tu llamado y llevar fruto permanente. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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miércoles, 16 de enero de 2019

QUITEMOS LA QUEJA DE NUESTRA BOCA


QUITEMOS LA QUEJA DE NUESTRA BOCA


Aconteció que el pueblo se quejó a oídos de Jehová; y lo oyó Jehová, y ardió su ira, y se encendió en ellos fuego de Jehová, y consumió uno de los extremos del campamento. Entonces el pueblo clamó a Moisés, y Moisés oró a Jehová, y el fuego se extinguió. Y llamó a aquel lugar Tabera, porque el fuego de Jehová se encendió en ellos. Y la gente extranjera que se mezcló con ellos tuvo un vivo deseo, y los hijos de Israel también volvieron a llorar y dijeron: ¡Quién nos diera a comer carne! Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos; y ahora nuestra alma se seca; pues nada sino este maná ven nuestros ojos", Números 11:1-6
Muy a menudo de nuestra boca sale la queja, cuando miramos sólo los problemas y dejamos de confiar en Dios en medio de las circunstancias difíciles, mostrando nuestra carencia de fe.
El pueblo de Israel constantemente se quejó contra Dios, dejaron de confiar en su providencia y amor. Olvidaron que durante su travesía desde Egipto hasta el desierto Dios los había sostenido y cuidado.
Igualmente nos pasa a nosotros, cuando colocamos nuestros ojos en las circunstancias terrenales y olvidamos todo lo que Dios ha hecho por nosotros. Olvidamos que nos rescató de la esclavitud del pecado y nos trasladó de las tinieblas a la luz, olvidamos que nos ha llevado con su amor y gracia por el sendero espiritual que conduce a la vida eterna.
Perdemos de vista a Dios porque nuestra mirada no está puesta en las cosas celestiales sino en las terrenales, dejamos de ver la tierra prometida y las bendiciones que Dios ha prometido, cuando se no aparece la primera dificultad en nuestro caminar con Él y queremos volver atrás, a ser nuevamente esclavos del mundo y sus placeres. Esto demuestra falta de fe y rebeldía contra el plan que Dios ha diseñado para cada uno de nosotros.
Nuestra falta de fe muchas veces viene porque no conocemos las promesas que Dios nos ha dado en su Palabra. Nuestra precaria vida de oración y poco estudio de la Biblia, nos llevan a tener una fe débil que declina fácilmente ante las adversidades.
El Señor anhela que crezcamos en fe, como lo pedían sus discípulos: “Señor auméntanos la fe”. Hermanos, la fe es por el oír y obedecer la Palabra de Dios. Demostremos que las personas de fe no son las que nunca tienen dudas, sino las que permanecen fieles y obedientes a Dios a pesar de las circunstancias, confiando en sus promesas y colocando su mirada en Jesús autor y consumador de la fe.  Oración.
Señor gracias por permitirme ver lo positivo en todas las circunstancias difíciles, ayúdame a crecer en la fe conociendo tu Palabra, apropiándome de tus promesas y descansando en tu eterno amor, cambia mi queja por alabanza, reconociendo todo lo que has hecho por mí y confiando plenamente en que me sostendrás hasta el fin. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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Aconteció que el pueblo se quejó a oídos de Jehová; y lo oyó Jehová, y ardió su ira, y se encendió en ellos fuego de Jehová, y consumió uno de los extremos del campamento. Entonces el pueblo clamó a Moisés, y Moisés oró a Jehová, y el fuego se extinguió. Y llamó a aquel lugar Tabera, porque el fuego de Jehová se encendió en ellos. Y la gente extranjera que se mezcló con ellos tuvo un vivo deseo, y los hijos de Israel también volvieron a llorar y dijeron: ¡Quién nos diera a comer carne! Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos; y ahora nuestra alma se seca; pues nada sino este maná ven nuestros ojos", Números 11:1-6
Muy a menudo de nuestra boca sale la queja, cuando miramos sólo los problemas y dejamos de confiar en Dios en medio de las circunstancias difíciles, mostrando nuestra carencia de fe.
El pueblo de Israel constantemente se quejó contra Dios, dejaron de confiar en su providencia y amor. Olvidaron que durante su travesía desde Egipto hasta el desierto Dios los había sostenido y cuidado.
Igualmente nos pasa a nosotros, cuando colocamos nuestros ojos en las circunstancias terrenales y olvidamos todo lo que Dios ha hecho por nosotros. Olvidamos que nos rescató de la esclavitud del pecado y nos trasladó de las tinieblas a la luz, olvidamos que nos ha llevado con su amor y gracia por el sendero espiritual que conduce a la vida eterna.
Perdemos de vista a Dios porque nuestra mirada no está puesta en las cosas celestiales sino en las terrenales, dejamos de ver la tierra prometida y las bendiciones que Dios ha prometido, cuando se no aparece la primera dificultad en nuestro caminar con Él y queremos volver atrás, a ser nuevamente esclavos del mundo y sus placeres. Esto demuestra falta de fe y rebeldía contra el plan que Dios ha diseñado para cada uno de nosotros.
Nuestra falta de fe muchas veces viene porque no conocemos las promesas que Dios nos ha dado en su Palabra. Nuestra precaria vida de oración y poco estudio de la Biblia, nos llevan a tener una fe débil que declina fácilmente ante las adversidades.
El Señor anhela que crezcamos en fe, como lo pedían sus discípulos: “Señor auméntanos la fe”. Hermanos, la fe es por el oír y obedecer la Palabra de Dios. Demostremos que las personas de fe no son las que nunca tienen dudas, sino las que permanecen fieles y obedientes a Dios a pesar de las circunstancias, confiando en sus promesas y colocando su mirada en Jesús autor y consumador de la fe.  Oración.
Señor gracias por permitirme ver lo positivo en todas las circunstancias difíciles, ayúdame a crecer en la fe conociendo tu Palabra, apropiándome de tus promesas y descansando en tu eterno amor, cambia mi queja por alabanza, reconociendo todo lo que has hecho por mí y confiando plenamente en que me sostendrás hasta el fin. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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martes, 15 de enero de 2019

CEDER EL CONTROL


CEDER EL CONTROL
Nos salvó, no por obras de Justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador. Tito 3:5
Si la salvación fuese por méritos propios nadie cumpliría con el estándar de santidad para estar en la presencia de Dios. ¿Ante su majestad y Santidad quién puede considerarse justo?
Por su misericordia, envió a su hijo en carne, para que fuéramos justos gracias a la fe en Él, es decir que lo que Jesús hizo en la cruz es lo que nos limpia, nos da un nuevo corazón, no lo que nosotros hacemos. Sólo podemos ir a la cruz, como enfermos en busca de sanidad, y ÉL nos hará nacer de nuevo para poder estar en su presencia.
Esta verdad bíblica, acerca de la salvación no por nuestro propio esfuerzo personal u obras de justicia particulares, nos debe llevar a cederle el control total de nuestra vida, pues esto cambia radicalmente también nuestro comportamiento; una fe sincera trae como consecuencia un cambio en nuestra manera de pensar y de actuar, ya que es la mentira y el pecado en el que éramos esclavos en el pasado lo que motivaba nuestra acciones, ¿Qué sucede si es la verdad de Cristo lo que mueve ahora nuestro caminar?
Necesitamos, por lo tanto, volver a la senda de la fe, afirmarnos en lo que Dios hizo y en lo que puede hacer por nosotros, si dependemos de Él en todas las áreas de nuestra vida.  Oración.
Señor te cedo hoy el control de mi vida, para que tu haga en mí una nueva creación y tomes el timón de mi rumbo. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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lunes, 14 de enero de 2019

TEMPLANZA


TEMPLANZA
Al conocimiento, dominio propio;
al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad", 1 Pedro 1:6
Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio", 2 Timoteo 1:7
La necesidad de templanza en el día de hoy es imperativo, los cristianos debemos dar ejemplo en estos tiempos de violencia, indisciplina, egoísmo, apatía y desorden moral que amenaza cada día a este planeta. Debemos ser un apoyo firme para que otros puedan aferrarse en medio del caos.
Templanza es lo mismo que dominio propio, viene del griego “egkráteia” y significa control personal hacia los deseos carnales. Este dominio no viene sino por el poder del Espíritu Santo. Cuando se piensa en templanza o sobriedad siempre pensamos en el alcohol, pero realmente es el dominio que debemos tener sobre todos los apetitos carnales que pueden dañar nuestra vida como la glotonería, la falta de bondad, la chismografía, el orgullo, la envidia, el mal genio, la gritería, la violencia, los aspectos sexuales que llevan a la pornografía, lascivia, fornicación y adulterio, etc.
Es importante el autocontrol porque cuando permitimos que nos dominen las pasiones los resultados nos llevan a un círculo vicioso y a nuestra autodestrucción. Como dice Proverbios 25:28 “Como ciudad derribada y sin muro es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda”.
Tengamos cuidado con nosotros mismos, pues a veces tenemos una conciencia muy elástica cuando se trata de juzgar nuestras propias flaquezas y una conciencia muy estricta cuando se trata de juzgar las flaquezas de los demás. Es fácil para algunos condenar a otro que ocasionalmente se toma una copa de vino, pero jamás se condenan a sí mismos por su glotonería, condenan más fácil el adulterio, que su avaricia o apetito desmedido por las cosas materiales. No podemos condenar a otros si somos culpables de otras formas de destemplanza.
Pidamos sabiduría al Espíritu Santo y como Pablo digamos: “Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. 1 corintios 9:25. Recordemos que con Cristo somos más que vencedores. Tenemos el espíritu de poder, amor y dominio propio que necesita el mundo, para levantar y ayudar al que está cautivo en sus pasiones.  Oración.
Señor Jesucristo, te pido hoy dominio propio sobre el fruto de la carne que no he podido controlar y no me dejan agradarte. Necesito ser ejemplo de templanza en esta época. Hazme ese polo a tierra en este mundo desordenado y desmoralizado. Cultiva en mí todas estas preciosas cualidades del fruto del Espíritu. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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