lunes, 12 de noviembre de 2018

Una esperanza viva

I Pedro 1:3-5.  Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una
esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe”, I Pedro 1:3-5. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo”, Gálatas 4:6-7. La Biblia le da un gran énfasis a nuestra gran "herencia", dice, "Mi Dios satisfacer todas las necesidades de ustedes de acuerdo a sus gloriosas riquezas en Cristo Jesús." Como hijos de Dios se nos da acceso a la fortuna de la familia. Aquí en la tierra se nos dan "las riquezas de su gracia, bondad, paciencia, gloria, sabiduría, poder y misericordia." Pero en la eternidad heredaremos aún más.
Pablo dijo, "Quiero que sepan qué rica y gloriosa es la herencia que Dios ha dado a su pueblo." Pues estaremos con Dios para siempre, seremos completamente cambiados para ser como Cristo, seremos libres de todo dolor, muerte y sufrimiento, seremos recompensados y tendremos nuevas posiciones de servicio y compartiremos de la gloria de Cristo. ¡Qué herencia tan maravillosa!
Dios ha reservado una herencia inestimable para sus hijos, esa herencia es eterna, es preciada, pura, permanente y protegida. Nadie se la puede quitar; no puede ser destruida por las guerras, la mala economía, los malos gobiernos o las catástrofes naturales. Esta herencia es eterna, es lo que debería de estar anhelando y por lo que debería de estar trabajando. Pablo dice, "Y todo lo que hagan, háganlo con el corazón, como haciéndolo para el Señor, no para los hombres, ya que saben que recibirán una herencia del Señor como recompensa."
En la tierra se trabaja con el propósito de alcanzar una jubilación, pues es una meta a tan cortísimo plazo, pero debemos de estar trabajando y viviendo a luz de la eternidad. Jesús dijo en Juan 14:2 En la casa de mi Padre muchas MORADAS hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Oración
"Amado Padre, que privilegio pertenecer a tu familia, me has llamado hijo y me has hecho partícipe de herencias celestiales inimaginables e incorruptibles y aún sin merecerlo, solo por el puro afecto de su santa voluntad. Gracias Padre bueno. Amen.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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domingo, 11 de noviembre de 2018

La justicia de Dios


Santiago 1:19-25. Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra
la justicia de Dios. Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra, pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace. La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos. El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; Los juicios de Jehová son verdad, todos justos. Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; Y dulces más que miel, y que la que destila del panal.", Salmo 19:7-10.  Oración. Señor ayúdanos a escuchar tu Palabra y aplicarla a nuestra vida para poder cambiar. Haznos hacedores de tu Palabra que fue dada por la Expiración del Espíritu Santo Amen.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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sábado, 10 de noviembre de 2018

Tardo Para la Ira


Tardo Para la Ira.      “Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios”.
Santiago 1:19.      Santiago comienza enseñándonos de cómo controlar nuestra ira. Controlamos nuestra ira cuando nos enraizamos en la Palabra de Dios. Cuando nos alineamos con la Palabra que nos ha engendrado, que nos ha formado y preservado. Y cuando caemos en sumisión a la Palabra de Dios, nos alineamos con el carácter de Dios. La ira es un viaje, ¿no es así? A veces comienza cuando alguien te hiere, o cuando se te ha menospreciado o malentendido, o quizás cuando otros no reúnen tus expectativas. Te han traicionado a la espalda, cuando has sido excluido, cuando no se te entiende en tus deseos y en lo que quieres. A veces se te critica justamente, muchas veces injustamente. Estás enojado. La ira es un viaje que comienza con una emoción de estos tipos. (Puedes llenar en tu propio espacio en blanco de cuál de estas opciones te haces enojar.)
Pero la Palabra de Dios nos da este remedio simple y maravilloso, dos caras de una misma moneda:
Sé pronto para oír, tardo para hablar
Sé buenos oyentes y conversadores cautelosos.
Cuenta hasta diez antes de hablar, y esto te ayudará a reducir tus pasos cuando estés de camino a la ira. Y nunca, jamás permitas que se ponga el sol sobre tu enojo. No permitas que Satanás consiga un punto de apoyo para otro día de ira. Te alegrarás, te prometo eso. Nosotros no podemos hacer nada para que no digan nada de nosotros pero si esta en nuestro poder que lo que nos digan no nos afecte en nuestro corazón. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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viernes, 9 de noviembre de 2018

Toda buena dádiva y todo don perfecto


Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, con el cual no hay cambio ni sombra de variación”. (Santiago 1:17)

Todo lo bueno que tenemos proviene de lo alto, de Dios, de nuestro Padre celestial que nos quiere bendecir. ¿Puedes cerrar tus ojos y pensar por un momento todo lo bueno que has recibido mientras estas en esta vida? Piensa en tu salud, en tu cuerpo y cada uno de tus sentidos, tus ojos, tus oídos, tu sentido del gusto, tus brazos, tus piernas para moverte, tus talentos y habilidades, tu cónyuge, tu familia, amigos, hogar, trabajo, el alimento y el vestido, la naturaleza, el tiempo, todo sigue pensando…. Bueno, todo, todo son regalos que Dios te da para disfrutarlos, cuidarlos y aprovecharlos. No desperdicies nada de lo que Dios te ha dado, al contrario, recíbelos con gusto y con un corazón agradecido. A Dios le agrada cuando reconocemos que todo proviene de Él, y que estamos agradecidos. Yo puedo decir ¿y que de esta enfermedad qué estoy padeciendo?  Pues yo se que Mi Padre Eterno me puede sanar y si no me sana es porque me quiere llevar con EL lo cual es mucho mejor
No seamos como el Pueblo de Israel, que Dios los sacó de la tierra de Egipto para llevarlos a la tierra que mana leche y miel, y en el trayecto no hicieron más que quejarse y quejarse. Dios fue muy paciente con ellos, pero los hizo dar muchas vueltas en el mismo lugar hasta que pudieran aprender a ser agradecidos. Piensa en cada cosa de la cual te quejas, y cámbiala por un gracias Señor! Y te darás cuenta, que cada cosa que Dios te ha dado es una bendición que te permitirá madurar en la relación con El. Y lo mas importante que nos a dado es la vida eterna con EL.  Con la muerte y resurrección de nuestro Señor y Salvador JESUCRISTO.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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jueves, 8 de noviembre de 2018

El pecado


(Santiago 1:15).  El pecado causa la muerte espiritual. - Dios no se equivocó cuando dijo al hombre que su desobediencia traería consigo la muerte. Dice la Biblia: “Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. Dios no formuló sus estatutos para quitarnos la alegría y el gozo, por el contrario, lo hizo para darnos vida abundante. En cambio, el pecado nos encierra en congojas, sufrimiento, miseria y muerte. Nunca produce buenos frutos, continuamos viendo las consecuencias del pecado:

El pecado acaba con nuestra autoestima: El pecado nos hace perder nuestra propia dignidad; nos hace sentir derrotados y sin valor. El apóstol Pedro estaba dispuesto a morir antes de negar a Cristo y en la noche lo negó tres veces; y lloro amargamente, estas conductas nos hacen sentir completamente fracasados. El pecado nos hace sentir miserables, pero podemos decir como David: “Ordena mis pasos con tu palabra, Y ninguna iniquidad se enseñoree de mí.  La solución a las debilidades tan comunes en los seres humanos es Cristo Jesús. La Biblia dice “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” (1 Juan 1:9). Dios está dispuesto a restaurar todas las consecuencias que trae el pecado. Es nuestra decisión aceptar su perdón y limpieza. Dios te dice ahora, “tu corazón guarde mis mandamientos; porque largura de días y años de vida y paz te aumentarán” (Proverbios 3:1-2). El cristiano nacido de nuevo no es normal que practique el pecado. El Apóstol Pedro dijo a Cristo nunca te negaré
, pero lo decía en sus fuerzas no contaba con El Espíritu Santo lo cual es imposible no pecar.   Oración. "Amado Padre, al igual que el salmista te digo: ordena mis pasos con tu Palabra, borra de mí toda iniquidad y toda sombra de pecado, límpiame con hisopo y seré más blanco que la nieve. Hoy tomo tu camino con un corazón arrepentido y dispuesto a ser hacedor de tu Palabra, En El nombre de Jesucristo Tu Hijo amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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miércoles, 7 de noviembre de 2018

la tentación


Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman." (Santiago 1:12)
La tentación es un arma de Satanás, pero también es una herramienta de Dios para fortalecer nuestro carácter, por eso es que Jesús nos dice: “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.” (Mateo 26:41) Durante nuestra vida estaremos constantemente expuestos a situaciones que de acuerdo a nuestra reacción será el fruto que haya en nuestras vidas. Cuanta gente han conocido que se lamenta de cómo fue que le sucedió tal o cual cosa. Mucha gente se ha enfrentado a situaciones que al tomar el camino equivocado han trastornado y transformado sus vidas; las tentaciones en la lujuria, en el robo, en la venganza, en las drogas, etc. han colocado a muchos jóvenes a vivir vidas en esclavitud que afectan sus generaciones y las siguientes, por eso es que nuestro Señor Jesús nos pide que oremos así: “Cuando vengan las pruebas, no permitas que ellas nos aparten de ti, y líbranos del poder del diablo." (Mateo 6:13,BLS) “Por eso, que nadie se sienta seguro de que no va a pecar, pues puede ser el primero en pecar. Ustedes no han pasado por ninguna tentación que otros no hayan tenido. Y pueden confiar en Dios, pues él no va a permitir que sufran más tentaciones de las que pueden soportar. Además, cuando vengan las tentaciones, Dios mismo les mostrará cómo vencerlas, y así podrán resistir. Por eso, Jesús nos dice: “Orad que no entréis en tentación.” (Lucas 22:40) 
“En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.” (Salmo 4:8)
Oh Padre eterno con tranquilidad en mi corazón dormiré, porque Tú sustentas mi alma, porque cuidas mis pasos y me afirmas en Tu Palabra porque Tú has dado a Tu Hijo Jesús por mí. Toda mi alma confía en Ti, Tu luz me guía y Tu Espíritu me alienta; Tu palabra me fortalece, y Tu amor me afirma. Contigo no temeré, porque Tú siempre estás conmigo. Gracias Señor mío por las pruebas, y gracias por la capacidad que me has dado para resistirlas, fortaléceme para nunca caer en ellas. A Ti clamaré de día y de noche. Te buscare cada mañana, y Tus palabras estarán conmigo al levantarme, al andar en el camino, cuando este en mi casa, y al acostarme. Gracias Padre eterno en El nombre de Jesucristo Tu Hijo AMEN.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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martes, 6 de noviembre de 2018

NO DUDES


DUDA DE TUS DUDAS Y NO DUDES
Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. Santiago 1:6-8
¿Qué sucede cuando usted titubea en hacer algo que Dios le ha dicho que haga? Su adversario, el diablo, dará el primer paso y le asaltará de inmediato.
Si quiere vivir por fe, considere que la duda es uno de los hábitos más peligrosos que pueda tener. Eso proviene de la indecisión. La Biblia dice que un hombre así es “inestable, de poca confianza e indeciso, sobre todo lo que él piensa, siente y decide”.
Si usted es de doble ánimo, las decisiones que toma estarán divididas. Usted tratará de vivir por fe y de proteger su temor a la misma vez, hará declaraciones de fe como: “yo creo que Dios me va a sanar”. Entonces su temor le habla al oído: “Pero no quisiera decir que estoy sano”. Usted está tan ocupado debatiendo entre la fe y el temor que no puede progresar en nada.
Deshágase del hábito de la duda hoy. Tome la decisión definida de confiar en la Palabra de Dios y actuar conforme a lo que ella dice. Decídalo de una vez por todas. Decida que no volverá a darle lugar a la duda. Cuando la duda venga a su mente, échela fuera rápidamente.
Cuando Dios hable, no desperdicie un momento, dé el paso de fe que necesita dar y así siempre irá adelante del diablo.
Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.  Pedro dudo y empezó a hundirse en la mar por dudar de la palabra de Cristo. Mateo.   14:30 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame!
14:31 Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?          Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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