martes, 25 de noviembre de 2014

Hebreos 7:4-7

Hebreos 7:4-7

Consideren la grandeza de ese hombre, a quien nada menos que el patriarca Abraham dio la décima parte del botín.  Ahora bien, los descendientes de Leví que reciben el sacerdocio tienen, por ley, el mandato de cobrar los diezmos del pueblo, es decir, de sus hermanos, aunque éstos también son descendientes de Abraham.  En cambio, Melquisedec, que no era descendiente de Leví, recibió los diezmos de Abraham y bendijo al que tenía las promesas.  Es indiscutible que la persona que bendice es superior al que recibe la bendición.



A mi parecer, cada día nos alejamos más y más de ciertas costumbres y tradiciones que nos complican entender lo que culturalmente explica la biblia.  No sólo es difícil por ser una cultura oriental y la nuestra occidental sino que además, conforme pasan los años, nuestras costumbres también cambian.  Recordemos por ejemplo, la gran importancia del sacerdocio y, sobre todo, de la genealogía de ese sacerdocio.  En los tiempos de Jesús, los mismos fariseos le replicaban diciendo que eran hijos de Abraham y por consecuencia, tenían el cielo asegurado.  Había un extremismo en cuanto a la genealogía.  Ojo, Dios mismo había explicado la importancia en cuanto a la misma.  Incluso, se les había prohibido juntarse con gentiles y que siguieran a otros dioses.  Por eso, la biblia nos deja un gran detalle sobre la posición que Melquisedec tenía.  Irónicamente no se nos dice casi nada de él pero sí se aclaran perfectamente sus características.  ¿Y qué podemos aprender de todo esto?  Que Cristo, no es cualquier sacerdote.  Querían disminuir su esencia divina a humana y por ello se aclara a través de Melquisedec que Jesús no tiene que ver con Leví sino que está por encima de él.  Sabemos que Jesús tiene su genealogía basada en la tribu de Judá.  Hijo de David.  Confirmando así, el nuevo pacto y el freno a la necesidad de seguir con el sacerdocio y los sacrificios.
A pesar de que dos mil años han pasado, hoy día seguimos viendo el mismo comportamiento en la gente al querer negar la divinidad de Cristo.  “una gran persona; un gran ejemplo; un revolucionario” y así muchos otros adjetivos.  Error.  Cristo es Dios mismo.  El pasaje de hoy nos explica que Melquisedec recibió el diezmo  sin ser descendiente de Leví.  Algo totalmente en contra de lo que debía ser.  También los pasajes anteriores nos dicen que Jesús es sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.  Si con esto aprendemos que Melquisedec es mayor que Leví, podemos concluir que el sacerdocio de Jesús es, por lo tanto, mayor al de Leví.  Cristo es nuestro sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.  Tal vez no te cause mucho impacto leer esto pero su significado es enorme.  Rompe con la genealogía de Leví y cumple con las profecías acerca del Mesías.  Ahora, ¿qué lugar tiene Jesús en tu vida?  En tu mente y en tu corazón debes tener claro que es Dios hecho hombre y que no hay absolutamente nada ni nadie están por encima de Él.  Ningún otro hombre.  Ningún otro “santo”.  Nadie.  Él es el único camino y no debes dejarte confundir.

Oración

Señor: gracias por tu palabra y por enseñarme a no desviarme de tu camino.  Gracias por la vida de Jesús y por cumplir tus profecías y promesas en Él.  Gracias por permitirme leer y estudiar tu palabra y abrir mis ojos a tu grandeza y poderme sorprender de la exactitud con la que tus promesas se han cumplido.  Gracias Señor en el nombre de Jesús.  Amén

lunes, 24 de noviembre de 2014

2 Pedro 3:14-16

2 Pedro 3:14-16


Por eso, queridos hermanos, mientras esperan estos acontecimientos, esfuércense para que Dios los halle sin mancha y sin defecto, y en paz con Él.  Tengan presente que la paciencia de nuestro Señor significa salvación, tal como les escribió también nuestro querido hermano Pablo, con la sabiduría que Dios le dio.  En todas sus cartas se refiere a estos mismos temas.  Hay en ellas algunos puntos difíciles de entender, que los ignorantes e inconstantes tergiversan, como lo hacen también con las demás escrituras, para su propia perdición.



No dejo de sorprenderme en aquellos que niegan a Dios por considerarlo “creado por el hombre” o que no se puede explicar científicamente.  Hablan de cuando el mundo se creó hace miles de millones de años y eso lo creen sin ninguna dificultad.  Hablan de la evolución sin tener al cien por ciento la línea entre el simio y el homo sapiens.  Pero lo dan por hecho y resulta blasfemia el cuestionar su veracidad.  Pero cuando se refiere a Dios, cuando hablamos de un ser que no podemos encerrar en nuestras mentes ni explicar con métodos científicos, entonces sí, ¿cómo podemos creer en eso?  Personalmente me resulta más difícil creer que la tierra tiene miles de millones de años.  No porque los tenga o no sino porque nadie ha vivido ni siquiera doscientos años para poder confirmar que nuestro método para identificar la “edad” es correcto.  ¿no te parece ilógico?  Hace tiempo vi un documental sobre el ADN.  Lo que encontraron unos científicos es que todos tenemos un mismo gen que se transmite por la madre solamente.  Le llamaron Eva.  Resulta que ese gen, lo encontraron en todos los humanos y, en resumen, comprueba que todos venimos de una misma “madre Eva”.  También, el mismo ADN, según los científicos, eliminaba la opción de que el ser humano tuviera miles de años de existencia.  Los cálculos que le daban eran sumamente similares a los que historiadores de la biblia le dan a nuestra existencia.  Aproximadamente 6000 años.  A pesar de esas negaciones, críticas e incluso burlas, la biblia nos dice que Dios es paciente.  Paciente para que abran los ojos y se den cuenta de su error.  Paciente a pesar de que la gente tergiversa su palabra.  Así también nosotros debemos ser con nuestro prójimo.  Pacientes.  Orando por ellos.  No queriendo juzgar ni querer “convertir” a nadie.  Nuestro llamado es a compartir el evangelio y anunciar a Cristo amando a nuestro prójimo.  Del resto se encarga Dios.  Por ello Pedro nos dice: esfuércense cada día para que sean hallados sin mancha y sin defecto, en paz con el Señor.
Allá afuera vas a escuchar muchas cosas acerca de Dios.  No todas serán ciertas.  Algunas te confundirán.  Por esta razón debes acudir a la biblia.  Debes corroborar lo que escuchas y no creer simplemente porque alguien dijo.  Mientras tanto, preocúpate por mantenerte santo.  Preocúpate por compartir a Cristo dando testimonio con los que te rodean.  Preocúpate por estar en paz con el Señor.  No te dejes confundir ni engañar.  Pide a Dios por sabiduría para que abra tu entendimiento y te revele su palabra conforme a su voluntad.

Oración
Señor: gracias por tu palabra que está llena de enseñanza.  Gracias por advertirme que muchos usan tu nombre sin siquiera conocerte.  Te pido por sabiduría para no confundirme de lo que escucho y que siempre pueda venir a tu palabra para corroborar lo que escucho de Ti.  Perdona mis pecados mi Dios y permite que pueda vivir sin mancha y en paz contigo.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Hebreos 1:10-12

Hebreos 1:10-12

También dice: Tú, oh Señor, en el principio pusiste los cimientos de la tierra, y el cielo es obra de tus manos, ellos perecerán, pero tú permaneces para siempre.  Se desgastarán como un vestido, los doblarás como un manto, y cambiarán como ropa que se muda; pero tú eres siempre el mismo, y tus años nunca se acabarán.      



A lo largo de la historia, han existido teorías que hoy en día nos parece increíble pensar que tuvieran validez.  La tierra era considerada plana y se creía que el sol giraba alrededor de ella.  Si avanzamos un poco más, se pensaba que el átomo era la partícula más pequeña.  Y así, conforme han pasado los años, vamos conociendo más y más sobre aquello que nos rodea y eliminando teorías equivocadas.  Sin embargo, tal y como la biblia nos dice, mientras todo es mutable, Dios es inmutable.  Las generaciones cambian.  Nuestro conocimiento cambia.  Nuestra manera de entender lo que nos rodea cambia.  Sin embargo, Dios sigue y seguirá siendo el mismo.  En estos versículos vemos a Dios Padre hablar de Dios Hijo como el medio a través del cual se creó la tierra y cómo el tiempo no tiene ningún poder sobre Él.
¿De qué nos sirve entender esto?  Últimamente he escuchado opiniones de líderes que hablan sobre la “edad” de la biblia como si esto la descartara para ser utilizada hoy en día.  “Es un gran libro pero no aplica a nuestra época”.  ¿Será cierto?  ¿Será que Dios no es tan perfecto como pensábamos?  Tal vez Nietzsche tenía razón al decir que Dios había muerto.  Así, las distintas teorías comienzan a salir.  Las noticias nos dicen: tal persona dijo esto y tal persona dijo aquello.  Se hace gran alboroto cuando se cambia de parecer y se cuestiona todo.  Sin embargo, la biblia nos dice que Dios no cambia.  Por lo tanto, su palabra tampoco cambia.  ¿El problema?  La gente dice lo que piensa y lo que entiende en lugar de lo que Dios dice.  ¡Esa es una gran estrategia de Satanás!  ¿Recuerdas cómo se acercó a Eva?  Cuestionando lo que Dios había dicho con respecto al huerto del Edén.  ¿Recuerdas cómo tentó a Jesús?  Cuestionando lo que la biblia dice.  Ahora, utilizando estos dos mismos ejemplos, vemos resultados totalmente opuestos.  Mientras Eva se dejó envolver entre lo que le decían y ella recordaba, Jesús utilizó la palabra misma para mantenerse firme.  ¿Coincidencia?  ¡Por supuesto que no!  Es Dios mismo enseñándonos cómo debemos conducirnos.  Mucha gente cuestiona hoy el matrimonio.  Cuestiona a la religión y la homosexualidad.  Cuestiona la existencia del cielo o el infierno.  Mientras tanto, ¿cómo debemos reaccionar nosotros?  Imitando a Jesús.  Acudiendo a la palabra y compartiendo lo que ella dice.  No cayendo en discusiones de lo que yo pienso sino lo que Dios dice.  A Jesús le preguntan los fariseos sobre el divorcio queriendo tenderle una trampa.  ¿Qué responde Él?  En Mateo 19 vemos que acude a lo que estaba escrito en Génesis 1:27  Podía haberles contestado: hipócritas, quieren justificar su forma de vivir.  Sin embargo no hizo eso.  Nos dejó el mejor ejemplo.  Acudió a la palabra y esa fue su respuesta.  Allá afuera quieren confundirte.  Quieren hacerte pensar que las cosas han cambiado tanto que la biblia no tiene sentido hoy en día.  Error.  La biblia es la palabra de Dios y Él no ha cambiado ni cambiará.  Debemos cuidarnos de lo que se habla y se dice, debemos estar firmes en la palabra y entender que cuando entramos en alguna discusión o se cuestiona a Dios, lo más importante es, como lo hizo Jesús, hablar la palabra misma.  Ella es inmutable y perfecta mientras que nosotros no.

Oración

Señor: gracias.  Tu palabra abre mi entendimiento y le da sentido a mi vida.  Te pido pueda ser sabio y aprender siempre de ella para que mis principios siempre estén en línea con tu voluntad.  Te pido que mis palabras sean tus palabras y mis actos sean en servicio a Ti.  Hoy entiendo que puedo escuchar muchas cosas en tu contra pero que al venir a Ti a través de tu palabra, veo que son opiniones de aquellos que ni siquiera te conocen.  Gracias Señor por amarme y cuidarme.  Te pido perdones mis pecados.  En el nombre de Jesús.  Amén. 

sábado, 22 de noviembre de 2014

Hebreos 2:11-13

Hebreos 2:11-13

Tanto el que santifica como los que son santificados tienen un mismo origen, por lo cual Jesús no se avergüenza de llamarlos hermanos, cuando dice: “Proclamaré tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te alabaré.”  En otra parte dice: “Yo confiaré en él.”  Y añade: “Aquí estoy yo, con los hermanos que Dios me ha dado.”



Jesús fue un hombre como tú y como yo.  Sin embargo, al mismo tiempo era cien por ciento Dios.  ¿Cómo lo sé?  Porque eso es lo que la biblia nos dice.  Cuando se escribe este libro o carta a los hebreos, se tenía la duda de quién era realmente Jesús.  ¿Era Dios?  ¿Era un profeta?  Recuerda que en algún momento la gente pensaba que era Elías.  En general, existía confusión entre los judíos que recibían el mensaje y por ello, con estos versículos se busca clarificar las cosas.  Me parece una increíble muestra de sabiduría y soberanía por parte del Señor, al escribirnos algo que no solamente fue utilizado hace dos mil años sino hoy en día nos encontramos con los mismos cuestionamientos.  ¡Definitivamente es nuestro creador y sabe perfectamente de qué “pie cojeamos”!  Es muy importante tener claros los principios que Dios nos da.  De lo contrario andamos de un lado para el otro conforme escuchamos a alguien hablar y luego cambiamos si escuchamos a alguien más.  Recuerda que la biblia siempre debe ser tu lugar donde acudes para aclarar cualquier duda y establece todos los principios de la fe.
Jesús fue hombre.  No solamente tuvo hermanos en la fe sino también hermanos carnales.  Mateo 19:55 nos explica claramente que Jacobo, José, Simón y Judas fueron sus hermanos.  Sí.  Hijos de María su madre.  Mucha gente piensa que María permaneció sin tener más hijos después de Jesús pero es erróneo.  Claramente nos dice la palabra que tuvo otros hijos.  ¿Entiendes ahora la importancia de estudiar la biblia?  Como seguidores de Jesús, debemos tener claro quién es Él.  Él es Dios.  El Verbo.  A través de Él todo fue hecho.  Al mismo tiempo fue hecho hombre.  Hombre carnal.  Con tentaciones.  Con hambre.  Con dolor y cansancio.  Él vino a proclamar el nombre de Jehová a todos nosotros.  Ahora podemos entender que Jesús no fue una gran persona solamente.  Él es Dios también.  Sé que he sido muy repetitivo pero es de gran importancia que tengas claro este principio y no te confundan con otras creencias fuera de la biblia.  Aquellos que creen que Cristo solamente fue Dios estando en la tierra, están equivocados.  El pasaje de hoy nos dice claramente que Él y nosotros tenemos un mismo origen.  Nos dice que Jesús nos llama hermanos.  No podría llamarnos hermanos siendo Dios.  ¿Cómo el Señor le llama hermano al siervo?
Sé que no es fácil entender cómo puede ser Dios hecho hombre y al mismo tiempo seguir siendo Dios.  Parece una gran historia fantástica.  Sin embargo, Dios así lo dispuso y solamente tenemos el testimonio escrito no solo en la biblia sino en los historiadores de la época los milagros que se hicieron para demostrar esta dualidad.  A nosotros nos queda creerlo y dejar que Dios haga milagros en nuestras vidas para poder vivir en carne propia la demostración de su deidad.

Oración
Padre: gracias por ser un Dios de orden y aclarar cualquier confusión que surge involucrando tu nombre.  Hoy entiendo que Jesús fue hombre como yo y al mismo tiempo Dios.  Entiendo la importancia de leer y estudiar tu palabra para conocerte mejor y tener claros tus principios.  Gracias por la vida de Jesús.  Gracias por amarme y perdonarme.  Te pido siempre guíes mi vida Señor.  En Cristo Jesús. Amén.

viernes, 21 de noviembre de 2014

Santiago 1:19

Santiago 1:19
Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.



Listos para escuchar y lentos para hablar o enojarse. Generalmente hacemos todo lo contrario. Siempre quieres exponer tu punto primero y convencer a los demás de que estás en lo correcto.
Imagina por un momento al congreso de un país totalmente en silencio, escuchando al orador y poniendo atención a cada palabra que dice. Imagina un maestro escuchando a sus alumnos con atención; a un padre escuchando a sus hijos; a un jefe escuchando a sus subordinados; a un hijo escuchando a su padre; a un subordinado escuchando a su jefe. ¿Por qué es tan complicado escuchar? ¿Por qué se facilita tanto hablar y se dificulta el escuchar? ¿Te has topado con personas que solamente hablan y hablan y no te dejan decir nada? ¿Has estado en discusiones donde no se pueden dar opiniones ni puntos de vista? ¡Cuántas discusiones y cuántos problemas se evitarían si tan solo siguiéramos este principio! ¿Cuántas personas quieren una mejor comunicación con los demás?
Aprende a escuchar. Aprende a callar. Aprende a controlar tus impulsos.
La comunicación no es fácil entre personas.
Listo para oír no significa estar tranquilos y pretender escuchar. Hay muchas personas que escuchan lo que se dice, pero en ningún momento tratan de “procesar” la información recibida para poderla comparar con la que ellos tienen. En consecuencia, simplemente le estás hablando a una pared. El estar pronto para oír significa una actitud continua. Requiere de tu entrega y sobre todo que dejes de pensar en ti y pienses primero en lo que Jesús quiere que hagas para posteriormente poder escuchar a tu prójimo. Es hacer a un lado el egocentrismo, dejar de pensar en lo que quieres, en lo que piensas que debería ser, en lo que deseas corregir. Pronto para oír no significa dejar de exponer tu punto de vista. Parafraseando el versículo Santiago dice algo así: ten cuidado con tus actitudes, es importante que pongas atención en tu forma de reaccionar cuando las personas no están de acuerdo contigo. Cuando alguien hable, escúchalo, trata de entender su postura, entiende su situación y punto de vista. No te impacientes por contestar y debatir sobre los desacuerdos. Habla con calma, habla en el amor de Cristo. Recuerda, ten cuidado de que la ira y el enojo no se apoderen de lo que dices o haces. Es muy fácil que te pase así que pon atención.
La clave para poder llevar a cabo esto está en Cristo. Debes reconocer que tú no puedes dominar tu ira, tus enojos, tus corajes. Entender que solamente Dios, a través del Espíritu Santo puede hacer esa transformación en ti. Pídelo al Señor y experimenta los cambios que realiza en aquellos que le entregan su vida.

Oración
Padre: te pido perdón porque no he sabido escuchar ni tampoco controlar mi ira y enojos. Hoy quiero ser diferente y reconozco que yo no puedo hacerlo. Te pido que controles mi ira, controles mis palabras y pongas en mi paciencia para escuchar a mi prójimo. Permite que recuerde siempre estos versículos para tener una actitud pronta a escuchar y lenta para la ira. Te lo pido en el nombre de Jesús
Amén

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Proverbios 10:12

Proverbios 10:12
El odio despierta rencillas; pero el amor cubrirá todas las faltas.




Primero debes entender lo que significa rencillas. Según la Real Academia Española, significa: cuestión o riña que da lugar a un estado de hostilidad entre dos o más personas. En otras traducciones como la Nueva Versión, utilizan la palabra disensión, la cual significa: contienda, riña o altercación. También resulta interesante la definición de odio: antipatía y aversión hacia algo o alguien cuyo mal se desea.
¿Te suena familiar este sentimiento?
Todos nos hemos visto envueltos en la explosividad del odio. No creo que exista una sola persona que no haya tenido un momento de coraje y furia transformándose en odio. Así somos. Es más fácil odiar que amar. En general pienso que casi siempre es más fácil hacer lo malo que lo bueno pero ese es asunto de otro día. ¿Qué tiene de importante este proverbio? ¿Para qué sirve memorizarlo y analizarlo?
En este año, he asistido a varios cursos para mejorar mi desempeño laboral. El patrón más importante que he aprendido (¡y el que más me hace falta!) es la disciplina. De igual forma, pienso que si lo trasladamos a nuestra vida en Cristo, la disciplina es nuestro mejor aliado.
Con disciplina, todo tiene un orden. Primero estableces tus metas y en el caso espiritual también lo podemos hacer y aquí es donde el versículo entra en acción. No puedes ir por el mundo tratando de agradar a Dios sin ningún plan, sin ninguna estrategia: sin disciplina. No puedes andar pensando que no vas a odiar a nadie así nada más por haber leído estas palabras. Tal vez y estés pensando: pues así he estado todo este tiempo. Es hora de hacer las cosas bien. La disciplina en Cristo entra cuando quieres ser un buen siervo y entregar tu vida a Dios. ¿Cómo la quieres entregar? ¿Al 10, 20 o 100 por ciento? Yo pensaría que al cien.
El odio es un sentimiento que debe atacarse con disciplina, con una estrategia. No puedes tener éxito contra el odio si no estás preparado. Si recuerdas la última vez que hayas tenido este sentir contra alguien o algo, podrás percatarte del poco control que tuviste sobre él, pero el amor cubre todas las faltas. El amor es la herramienta principal que tienes contra el odio. En la televisión, los libros y los consejos en general te dicen que está bien que odies a algunas personas y para “aliviarte” te recomiendan varias actividades. La Biblia no dice eso. La Biblia dice que para salir del odio es necesario amar.
Hoy quiero animarte a meditar sobre el odio en tu vida y tu forma de tratar con él, animarte a tener disciplina memorizando versículos como éste para estar preparado en situaciones futuras y poder reaccionar mejor, meditando pasajes de la Palabra de Dios, hasta que sus principios se vuelvan un hábito y no un evento forzado. Entiende que el odio causa conflictos, problemas, enemistades y no tiene ningún beneficio para ti más que destrucción. Por el contrario, el amor es constructivo. Ahora conoces las consecuencias del odio y la forma de evitarlo: en amor. Te corresponde tomar una decisión al respecto sobre cómo atacarás este sentimiento hoy y en ocasiones futuras…

Oración
Señor: creo que no había puesto atención al odio en mi vida. Lo había hecho a un lado y pensaba que no estorbaría en mi relación contigo. Gracias por mostrarme que no es así y que además lo único que causa son mayores conflictos. Te pido que pongas el amor en mi corazón para poder sacar el odio que hay en mí. Te pido que pueda grabar estas palabras y utilizarlas siempre. Te lo pido en el nombre de Jesús
Amén

martes, 18 de noviembre de 2014

Colosenses 3:7-8

Colosenses 3:7-8
Ustedes las practicaron en otro tiempo, cuando vivían en ellas. Pero ahora abandonen también todo esto: enojo, ira malicia, calumnia y lenguaje obsceno.



La primera parte se refiere a los versículos anteriores que hablan de la inmoralidad sexual, bajas pasiones, impureza, malos deseos y avaricia. Dice que antes vivíamos en ellas pero no más. La Biblia hace varias menciones sobre la vida antes y después de conocer a Jesús. De hecho Jesús mismo nos dejó varios ejemplos de lo que éramos y lo que ahora somos. Pablo entendió el mensaje y está tratando de compartirlo con la iglesia de Colosas y principalmente contigo y conmigo. Ya no somos la misma persona. Antes tenías un estilo de vida, una consciencia, una forma de pensar y actuar. Eso terminó. Ese estilo de vida, esa consciencia, esa forma de pensar y actuar ahora están guiadas por los principios de Jesús y la palabra de Dios. Ya no puedes ser la misma persona. No puedes tener luz y oscuridad al mismo tiempo. Si ya has conocido la verdad a través de Cristo, no puedes seguir viviendo en la mentira: las practicaron en otro tiempo cuando vivían en ellas. Ya no vives en ellas. Cristo te ha transformado. Tus malos hábitos deben parar.
El seguir a Jesús, como he escrito, implica cambios y ajustes. Algunos más radicales que otros, pero nunca terminan. Pienso en Pablo tratando de explicar a los colosenses que no se trata solamente de cumplir con unos cuantos principios y listo, sino que cuando terminamos con una lista, comienza una nueva. Primero analizamos nuestra conducta y moral sexual, nuestros deseos e impurezas. Ahora es necesario indagar más profundo y sacar nuestros enojos, iras, malicias, calumnias y groserías (lenguaje obsceno).
Hay un dicho que dice: el que se enoja pierde. ¡Es tan cierto! Con nuestro enojo podemos causar tanto daño. Podemos lastimar aún más. Si lo dejamos seguir se convierte en ira y la cosa se pone peor. Recuerda la última vez que te enojaste…
¿Lo pudiste controlar? ¿Lo entregaste a Dios para que no se quedara en ti, o simplemente lo dejaste explotar y salió lo peor de ti?
Pienso que a veces Dios permite que atravesemos situaciones difíciles o específicas, las cuales sacarán lo que hay realmente en nuestro interior y que debemos trabajar. No hay casualidades. Que tengas a alguien en tu trabajo que no toleres, que tu vecino sea tan difícil, que las cosas no salgan como querías, que llegues a tu límite, todo esto tiene la intención de sacar lo que ha estado guardado por tanto tiempo dentro de ti y que te des cuenta que es necesario trabajarlo entregándolo a Dios. Ya no vivimos como antes porque ya no somos como antes. Te recomiendo que medites en ello. Medita en los principios de la Biblia y cómo los has aplicado o cómo los has evitado. ¿Qué te hace falta entregar? ¿Qué bendición ha sido el entregarlos?

Oración
Padre: definitivamente solo buscas que en mi vida haya bendición. Gracias por enseñarme a través de tu palabra que lo que hacía antes no trae nada bueno a mi vida y que es necesario dejar de hacerlo. Ayúdame a entender y percatarme de todo aquello que debe ser transformado dentro de mí. Te lo pido en Cristo Jesús
Amén