quiero mas de ti ESPÍRITU SANTO
martes, 13 de octubre de 2009
Nuestra corona futura
Nuestra corona futura
Cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de la vida.
Santiago 1:12
La vida eterna es la corona que Dios ha prometido a quienes lo aman. Es el galardón supremo del creyente. Aunque en el presente experimentamos algunos de los beneficios de vida eterna, la tenemos como una promesa. Algún día la recibiremos en su plenitud. Seguimos esperando recibir el galardón futuro. Cuando venga el Señor, nos dará la plenitud de vida eterna.
El apóstol Pablo expresó un pensamiento similar: "Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida" (2 Ti. 4:8). Cuando Cristo regrese por la iglesia, a los cristianos se les dará una vida de justicia eterna. Todos recibiremos la misma corona de las recompensas de vida eterna, justicia y gloria.
La resistencia no gana la vida eterna. Sin embargo, la resistencia es la prueba de la fe y del amor genuinos, y eso es recompensado con la plenitud de vida eterna. Un amigo recibido con agrado
Ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.
Hebreos 12:11
El considerar una prueba como algo que causa gozo es algo que requiere disciplina, ya que el gozo no es la reacción humana natural ante las aflicciones. El cristiano tiene que hacer un compromiso consciente para afrontar cada prueba con una actitud gozosa. Pablo estaba preso en Roma cuando dijo a los filipenses: "Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez dig ¡Regocijaos!... he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación" (4:4, 11). Él había aprendido a estar contento y a regocijarse en medio de las pruebas. Eso no es algo que sucede por casualidad.
Cuando vea llegar una prueba, asuma una actitud de gozo que resulta de esperar lo que la obra perfeccionadora del Señor hará a través de la prueba. Debemos estar convencidos de que vamos a afrontar las pruebas con una actitud alegre. Es el gozo de quien considera un privilegio que se pruebe su fe porque sabe que la prueba lo acercará más al Salvador. Entonces una prueba será un amigo recibido con agrado.
Cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de la vida.
Santiago 1:12
La vida eterna es la corona que Dios ha prometido a quienes lo aman. Es el galardón supremo del creyente. Aunque en el presente experimentamos algunos de los beneficios de vida eterna, la tenemos como una promesa. Algún día la recibiremos en su plenitud. Seguimos esperando recibir el galardón futuro. Cuando venga el Señor, nos dará la plenitud de vida eterna.
El apóstol Pablo expresó un pensamiento similar: "Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida" (2 Ti. 4:8). Cuando Cristo regrese por la iglesia, a los cristianos se les dará una vida de justicia eterna. Todos recibiremos la misma corona de las recompensas de vida eterna, justicia y gloria.
La resistencia no gana la vida eterna. Sin embargo, la resistencia es la prueba de la fe y del amor genuinos, y eso es recompensado con la plenitud de vida eterna. Un amigo recibido con agrado
Ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.
Hebreos 12:11
El considerar una prueba como algo que causa gozo es algo que requiere disciplina, ya que el gozo no es la reacción humana natural ante las aflicciones. El cristiano tiene que hacer un compromiso consciente para afrontar cada prueba con una actitud gozosa. Pablo estaba preso en Roma cuando dijo a los filipenses: "Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez dig ¡Regocijaos!... he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación" (4:4, 11). Él había aprendido a estar contento y a regocijarse en medio de las pruebas. Eso no es algo que sucede por casualidad.
Cuando vea llegar una prueba, asuma una actitud de gozo que resulta de esperar lo que la obra perfeccionadora del Señor hará a través de la prueba. Debemos estar convencidos de que vamos a afrontar las pruebas con una actitud alegre. Es el gozo de quien considera un privilegio que se pruebe su fe porque sabe que la prueba lo acercará más al Salvador. Entonces una prueba será un amigo recibido con agrado.
lunes, 12 de octubre de 2009
Genesis 32
Genesis 32 -
CAPÍTULO 32
Versículos 1-8. La visión de Jacob en Mahanaim-Su miedo de Esaú. 9-23. La ferviente oración de Jacob por liberación-Prepara un regalo para Esaú. 24-32. Lucha con el Ángel.
Vv. 1-8.Los ángeles de Dios se aparecieron a Jacob para darle ánimo con la seguridad de la protección divina. Cuando Dios somete a su pueblo a grandes pruebas, los prepara por medio de grandes consolaciones.
Mientras Jacob, a quien pertenecía la promesa, estuvo trabajando con ardor, Esaú había llegado a ser un príncipe. Jacob mandó un mensaje demostrando que no insistía en la primogenitura. La mansedumbre hará cesar las grandes ofensas, Eclesiastés x, 4. No debemos negarnos a hablar con respeto aun a quienes están enojados injustamente con nosotros. Jacob recibió un informe de los preparativos bélicos de Esaú contra él, y tuvo mucho miedo. El sentido vívido de peligro y el miedo vivificador que de él surge, pueden hallarse unidos con la humilde confianza en el poder y la promesa de Dios.
Vv. 9-23.Los tiempos de terror deben ser tiempo de oración: sea lo que sea que cause el temor, debe ponernos de rodillas ante nuestro Dios. Jacob había visto recientemente a sus ángeles guardianes pero, en su malestar, recurrió a Dios, no a ellos; él sabía que ellos eran sus consiervos, Apocalipsis xxii, 9. No puede haber una pauta mejor que esta para la verdadera oración. Aquí hay un reconocimiento agradecido de favores anteriores inmerecidos; una humilde confesión de indignidad; una sencilla declaración de sus temores e inquietudes; una referencia plena de todo el asunto al Señor y el descanso de todas sus esperanzas en Él. Lo mejor que podemos decir a Dios en oración es lo que Él nos ha dicho. Así, él hizo del nombre del Señor su torre fuerte y no pudo sino estar a salvo. El temor de Jacob no le hizo hundirse en la desesperación, ni su oración le hizo presuponer la misericordia de Dios, sin el uso de medios. Dios responde oraciones enseñándonos a ordenar correctamente nuestros asuntos.
Jacob envió un regalo para apaciguar a Esaú. No debemos desesperar de reconciliarnos con otros por muy enojados que estén con nosotros.
Vv. 24-32.Un buen rato antes del alba, estando solo, Jacob desplegó más plenamente sus temores orando a Dios. Mientras estaba así ocupado, Uno semejante a un hombre luchó con él. Cuando el Espíritu nos ayuda en nuestras debilidades y casi no hallamos palabras para expresar nuestros deseos más vastos y fervientes, y queremos decir más de lo que podemos expresar, entonces, la oración lucha, sin duda, con Dios. Por atribulados o descorazonados que estemos, prevaleceremos y, al prevalecer con Él en oración, prevaleceremos contra todos los enemigos que luchan contra nosotros. Nada requiere más vigor y esfuerzo incesante que luchar. Es un emblema del verdadero espíritu de fe y oración. Jacob mantuvo su terreno; aunque la lucha continuó largo rato, esto no remeció su fe, ni silenció su oración. Él tendrá una bendición y prefería que todos sus huesos fueran dislocados antes que irse sin una. Los que quieren tener la bendición de Cristo deben decidirse a no aceptar una negativa. La oración ferviente es la oración eficaz.
El Ángel le puso una marca de honor perdurable cambiándole el nombre. Jacob significa usurpador. Desde ahora en adelante será celebrado, no por su astucia y hábil manipulación, sino por el valor verdadero. “Serás llamado Israel”, príncipe de Dios, un nombre más grande que el de los grandes hombres de la tierra. Indudablemente él es un príncipe, esto es, un príncipe de Dios; son verdaderamente honorables aquellos que son poderosos en oración. Al tener poder con Dios también tendrán poder con los hombres; él prevalecerá y ganará el favor de Esaú.
Jacob da un nombre nuevo al lugar. Lo llama Peniel, el rostro de Dios, porque ahí había visto aparecer a Dios y obtuvo el favor de Dios. A quienes Dios honra les corresponde admirar su gracia para con ellos. El Ángel que luchó con Jacob era la segunda Persona de la sagrada Trinidad que, después, fue Dios manifestado en la carne y que, en su naturaleza humana, es llamado Emanuel, Oseas xii, 4, 5.
Jacob fue herido en su muslo. Ello podría servirle para evitar que se sintiera superior con la abundancia de las revelaciones. El sol le salió a Jacob; amanece para aquella alma que ha tenido comunión con Dios.
CAPÍTULO 32
Versículos 1-8. La visión de Jacob en Mahanaim-Su miedo de Esaú. 9-23. La ferviente oración de Jacob por liberación-Prepara un regalo para Esaú. 24-32. Lucha con el Ángel.
Vv. 1-8.Los ángeles de Dios se aparecieron a Jacob para darle ánimo con la seguridad de la protección divina. Cuando Dios somete a su pueblo a grandes pruebas, los prepara por medio de grandes consolaciones.
Mientras Jacob, a quien pertenecía la promesa, estuvo trabajando con ardor, Esaú había llegado a ser un príncipe. Jacob mandó un mensaje demostrando que no insistía en la primogenitura. La mansedumbre hará cesar las grandes ofensas, Eclesiastés x, 4. No debemos negarnos a hablar con respeto aun a quienes están enojados injustamente con nosotros. Jacob recibió un informe de los preparativos bélicos de Esaú contra él, y tuvo mucho miedo. El sentido vívido de peligro y el miedo vivificador que de él surge, pueden hallarse unidos con la humilde confianza en el poder y la promesa de Dios.
Vv. 9-23.Los tiempos de terror deben ser tiempo de oración: sea lo que sea que cause el temor, debe ponernos de rodillas ante nuestro Dios. Jacob había visto recientemente a sus ángeles guardianes pero, en su malestar, recurrió a Dios, no a ellos; él sabía que ellos eran sus consiervos, Apocalipsis xxii, 9. No puede haber una pauta mejor que esta para la verdadera oración. Aquí hay un reconocimiento agradecido de favores anteriores inmerecidos; una humilde confesión de indignidad; una sencilla declaración de sus temores e inquietudes; una referencia plena de todo el asunto al Señor y el descanso de todas sus esperanzas en Él. Lo mejor que podemos decir a Dios en oración es lo que Él nos ha dicho. Así, él hizo del nombre del Señor su torre fuerte y no pudo sino estar a salvo. El temor de Jacob no le hizo hundirse en la desesperación, ni su oración le hizo presuponer la misericordia de Dios, sin el uso de medios. Dios responde oraciones enseñándonos a ordenar correctamente nuestros asuntos.
Jacob envió un regalo para apaciguar a Esaú. No debemos desesperar de reconciliarnos con otros por muy enojados que estén con nosotros.
Vv. 24-32.Un buen rato antes del alba, estando solo, Jacob desplegó más plenamente sus temores orando a Dios. Mientras estaba así ocupado, Uno semejante a un hombre luchó con él. Cuando el Espíritu nos ayuda en nuestras debilidades y casi no hallamos palabras para expresar nuestros deseos más vastos y fervientes, y queremos decir más de lo que podemos expresar, entonces, la oración lucha, sin duda, con Dios. Por atribulados o descorazonados que estemos, prevaleceremos y, al prevalecer con Él en oración, prevaleceremos contra todos los enemigos que luchan contra nosotros. Nada requiere más vigor y esfuerzo incesante que luchar. Es un emblema del verdadero espíritu de fe y oración. Jacob mantuvo su terreno; aunque la lucha continuó largo rato, esto no remeció su fe, ni silenció su oración. Él tendrá una bendición y prefería que todos sus huesos fueran dislocados antes que irse sin una. Los que quieren tener la bendición de Cristo deben decidirse a no aceptar una negativa. La oración ferviente es la oración eficaz.
El Ángel le puso una marca de honor perdurable cambiándole el nombre. Jacob significa usurpador. Desde ahora en adelante será celebrado, no por su astucia y hábil manipulación, sino por el valor verdadero. “Serás llamado Israel”, príncipe de Dios, un nombre más grande que el de los grandes hombres de la tierra. Indudablemente él es un príncipe, esto es, un príncipe de Dios; son verdaderamente honorables aquellos que son poderosos en oración. Al tener poder con Dios también tendrán poder con los hombres; él prevalecerá y ganará el favor de Esaú.
Jacob da un nombre nuevo al lugar. Lo llama Peniel, el rostro de Dios, porque ahí había visto aparecer a Dios y obtuvo el favor de Dios. A quienes Dios honra les corresponde admirar su gracia para con ellos. El Ángel que luchó con Jacob era la segunda Persona de la sagrada Trinidad que, después, fue Dios manifestado en la carne y que, en su naturaleza humana, es llamado Emanuel, Oseas xii, 4, 5.
Jacob fue herido en su muslo. Ello podría servirle para evitar que se sintiera superior con la abundancia de las revelaciones. El sol le salió a Jacob; amanece para aquella alma que ha tenido comunión con Dios.
domingo, 11 de octubre de 2009
Genesis 31
Genesis 31 -
CAPÍTULO 31
Versículos 1-21. Jacob se va en secreto. 22-35. Labán persigue a Jacob. 36-42. Jacob se queja de la conducta de Labán. 43-55. El pacto de ellos en Galaad.
Vv. 1-21.Los asuntos de estas familias se relatan con mucho detalle aunque no se mencionan los (así llamados) grandes sucesos de los estados y reinos de ese período. La Biblia enseña a la gente los deberes corrientes de la vida, cómo servir a Dios, cómo disfrutar las bendiciones que Él otorga y hacer el bien en las variadas situaciones y deberes de la vida. Los hombres egoístas se consideran despojados de todo lo que queda fuera de su alcance y la codicia se traga hasta el afecto natural. La sobrevaloración de la riqueza mundana que los hombres hacen es un error que es raíz de la codicia, la envidia y de todo mal. Los hombres del mundo se entrometen en el camino ajeno y cada uno parece estar quitándole a los demás; de ahí surgen el descontento, la envidia y la discordia. Pero hay ciertas posesiones que bastan por todo; feliz aquel que las busca en primer lugar. En todos nuestros cambios debemos respetar el mandamiento y la promesa de Dios. Si Él está con nosotros, no tenemos que temer. Los peligros que nos rodean son tantos que, en realidad, nada más puede dar ánimo a nuestros corazones. Recordar las temporadas favorecidas por la comunión con Dios es muy refrescante cuando uno está en dificultades; y a menudo debiéramos recordar nuestros votos, para que no dejemos de cumplirlos.
Vv. 22-35.Dios puede poner freno en la boca de los hombres malos para restringir su maldad aunque no cambie sus corazones. Aunque no amen al pueblo de Dios, lo fingirán y tratarán de hacer méritos por necesidad. ¡Necio Labán! ¡Llamar dioses todas esas cosas que podían ser robados! Los enemigos pueden robar nuestros bienes pero no nuestro Dios. Aquí Labán culpa a Jacob de cosas que no sabía. Quienes encomiendan su causa a Dios no tienen la prohibición de rogar por ella con mansedumbre y temor. Cuando leemos que Raquel roba las imágenes de su padre, ¡qué escena de iniquidad se abre! La familia de Nacor, que dejó a los caldeos idólatras, ¿esta misma familia se vuelve idólatra? Así es. Parece que la verdad es que eran como algunos de tiempos posteriores, que juraron por Jehová y juraron por Milcom, Sofonías i, 5; y como otros de nuestros tiempos que desean servir simultáneamente a Dios y a Mamón. Grandes muchedumbres reconocerán de palabra al Dios verdadero pero sus corazones y casas son albergues de la idolatría espiritual. Cuando un hombre se entrega a la codicia, como Labán, el mundo es su dios; y sólo tiene que residir entre idólatras groseros para volverse uno de ellos o, por lo menos, un favorecedor de sus abominaciones.
Vv. 36-42.Si Jacob se dejaba voluntariamente ser consumido por el calor del día y la helada de la noche, por llegar a ser el yerno de Labán, ¿qué tendríamos que negarnos a soportar por llegar a ser hijos de Dios? Jacob habla de Dios como del Dios de su padre; él se tenía por indigno de ser considerado en sí mismo pero era amado por amor de su padre. Él lo llama el Dios de Abraham y el temor de Isaac, pues Abraham estaba muerto e ido a ese mundo donde el perfecto amor echa fuera todo temor pero Isaac estaba vivo aún, santificando al Señor en su corazón con temor y temblor.
Vv. 43-55.Labán no podía justificarse a sí mismo ni condenar a Jacob, por tanto, desea no saber más del asunto. No está dispuesto a reconocer su falta como debiera haber hecho. Propone un pacto de amistad entre ellos con lo cual concuerda rápidamente Jacob. Se levanta un montón de piedras para conservar el recuerdo del hecho, pues entonces no se sabía escribir o se usaba poco. Se ofreció un sacrificio de ofrenda de paz. La paz con Dios pone un verdadero consuelo en la paz con nuestras amistades. Ellos comieron juntos el pan, y participaron de la fiesta por el sacrificio. En las épocas antiguas, las partes ratificaban el pacto de amistad comiendo y bebiendo juntos. Dios es el juez de las partes litigantes y Él juzgará con justicia: el que hace mal, lo hace por su cuenta y riesgo.
Ellos dieron un nuevo nombre al lugar, Majano del testimonio. Después de la airada discusión de las condiciones, se separaron amigos. Dios suele ser mejor para nosotros que nuestros temores y dirige a favor nuestro los espíritus de los hombres, más allá de lo que pudiésemos esperar; porque no es en vano confiar en Él.
CAPÍTULO 31
Versículos 1-21. Jacob se va en secreto. 22-35. Labán persigue a Jacob. 36-42. Jacob se queja de la conducta de Labán. 43-55. El pacto de ellos en Galaad.
Vv. 1-21.Los asuntos de estas familias se relatan con mucho detalle aunque no se mencionan los (así llamados) grandes sucesos de los estados y reinos de ese período. La Biblia enseña a la gente los deberes corrientes de la vida, cómo servir a Dios, cómo disfrutar las bendiciones que Él otorga y hacer el bien en las variadas situaciones y deberes de la vida. Los hombres egoístas se consideran despojados de todo lo que queda fuera de su alcance y la codicia se traga hasta el afecto natural. La sobrevaloración de la riqueza mundana que los hombres hacen es un error que es raíz de la codicia, la envidia y de todo mal. Los hombres del mundo se entrometen en el camino ajeno y cada uno parece estar quitándole a los demás; de ahí surgen el descontento, la envidia y la discordia. Pero hay ciertas posesiones que bastan por todo; feliz aquel que las busca en primer lugar. En todos nuestros cambios debemos respetar el mandamiento y la promesa de Dios. Si Él está con nosotros, no tenemos que temer. Los peligros que nos rodean son tantos que, en realidad, nada más puede dar ánimo a nuestros corazones. Recordar las temporadas favorecidas por la comunión con Dios es muy refrescante cuando uno está en dificultades; y a menudo debiéramos recordar nuestros votos, para que no dejemos de cumplirlos.
Vv. 22-35.Dios puede poner freno en la boca de los hombres malos para restringir su maldad aunque no cambie sus corazones. Aunque no amen al pueblo de Dios, lo fingirán y tratarán de hacer méritos por necesidad. ¡Necio Labán! ¡Llamar dioses todas esas cosas que podían ser robados! Los enemigos pueden robar nuestros bienes pero no nuestro Dios. Aquí Labán culpa a Jacob de cosas que no sabía. Quienes encomiendan su causa a Dios no tienen la prohibición de rogar por ella con mansedumbre y temor. Cuando leemos que Raquel roba las imágenes de su padre, ¡qué escena de iniquidad se abre! La familia de Nacor, que dejó a los caldeos idólatras, ¿esta misma familia se vuelve idólatra? Así es. Parece que la verdad es que eran como algunos de tiempos posteriores, que juraron por Jehová y juraron por Milcom, Sofonías i, 5; y como otros de nuestros tiempos que desean servir simultáneamente a Dios y a Mamón. Grandes muchedumbres reconocerán de palabra al Dios verdadero pero sus corazones y casas son albergues de la idolatría espiritual. Cuando un hombre se entrega a la codicia, como Labán, el mundo es su dios; y sólo tiene que residir entre idólatras groseros para volverse uno de ellos o, por lo menos, un favorecedor de sus abominaciones.
Vv. 36-42.Si Jacob se dejaba voluntariamente ser consumido por el calor del día y la helada de la noche, por llegar a ser el yerno de Labán, ¿qué tendríamos que negarnos a soportar por llegar a ser hijos de Dios? Jacob habla de Dios como del Dios de su padre; él se tenía por indigno de ser considerado en sí mismo pero era amado por amor de su padre. Él lo llama el Dios de Abraham y el temor de Isaac, pues Abraham estaba muerto e ido a ese mundo donde el perfecto amor echa fuera todo temor pero Isaac estaba vivo aún, santificando al Señor en su corazón con temor y temblor.
Vv. 43-55.Labán no podía justificarse a sí mismo ni condenar a Jacob, por tanto, desea no saber más del asunto. No está dispuesto a reconocer su falta como debiera haber hecho. Propone un pacto de amistad entre ellos con lo cual concuerda rápidamente Jacob. Se levanta un montón de piedras para conservar el recuerdo del hecho, pues entonces no se sabía escribir o se usaba poco. Se ofreció un sacrificio de ofrenda de paz. La paz con Dios pone un verdadero consuelo en la paz con nuestras amistades. Ellos comieron juntos el pan, y participaron de la fiesta por el sacrificio. En las épocas antiguas, las partes ratificaban el pacto de amistad comiendo y bebiendo juntos. Dios es el juez de las partes litigantes y Él juzgará con justicia: el que hace mal, lo hace por su cuenta y riesgo.
Ellos dieron un nuevo nombre al lugar, Majano del testimonio. Después de la airada discusión de las condiciones, se separaron amigos. Dios suele ser mejor para nosotros que nuestros temores y dirige a favor nuestro los espíritus de los hombres, más allá de lo que pudiésemos esperar; porque no es en vano confiar en Él.
sábado, 10 de octubre de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)