domingo, 24 de noviembre de 2024

AVANZAD HACIA LA VICTORIA

 


AVANZAD HACIA LA VICTORIA

“Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando”, Salmo 23:4-5

La Biblia dice: “Así venció David al filisteo con honda y piedra; e hirió al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su mano” (1 Samuel 17:50). Un joven pastor armado sólo con su vara, su honda y su fe en Dios derribó a un temible gigante. Ahora, Jesús es tu Pastor y hará lo mismo en tu vida si tú se lo permites, Él dijo: “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas” (Juan 10:11). Jesús promete guiarte y protegerte, aderezar mesa en presencia de tus enemigos. Por tanto, si las amenazas, las incertidumbres y las luchas se van agolpando alrededor de ti, tu Pastor extiende un banquete de provisiones en medio de la batalla, pues nada te faltará mientras te abres paso hacia la libertad.

Qué grande es la confianza que David tenía en el Señor que, a pesar de haber pasado por cantidad de adversidades, pudo afirmar con seguridad: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo” (Salmo 23:4). David sabía que Dios lo tenía todo bajo su control. Durante los tiempos más tenebrosos, supo reconocer que Dios estaba a su lado, caminando con él a través del valle. Tú puedes tener esa misma confianza, Él siempre está contigo, tiene especial cuidado de ti y sabe lo que es mejor para ti.

La declaración: “Tu vara y tu cayado me infunden aliento” es de gran seguridad, son dos cosas que representan la disciplina y dirección del Señor, es decir, hay corrección si no se hace la voluntad de Dios, y hay guía si obedecemos las instrucciones basadas en su Palabra. Por tanto, toma un asiento ante la extraordinaria mesa de Dios y siéntate, disfruta de la presencia de tu Padre celestial. Acude a Él cada vez que te sientas agotado y cargado, porque ha prometido que te hará descansar. Avanza hacia la victoria que Él tiene para ti y observa cómo caen uno tras otro los gigantes que hay en tu vida.  Oración.

"Jehová de los ejércitos, gracias por guiarme por el valle oscuro y tenebroso, y sacarme a lugares de delicados pastos, gracias por protegerme de las asechanzas del enemigo y darme la victoria, gracias por tu presencia en cada instante de mi vida. Te amo Señor. Amén. 

sábado, 23 de noviembre de 2024

Las bendiciones eternas

 


Las bendiciones eternas

“Ahora pues, Jehová Dios, confirma para siempre la palabra que has hablado sobre tu siervo y sobre su casa, y haz conforme a lo que has dicho. Que sea engrandecido tu nombre para siempre, y se diga: Jehová de los ejércitos es Dios sobre Israel; y que la casa de tu siervo David sea firme delante de ti. Porque tú, Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, revelaste al oído de tu siervo, diciendo: Yo te edificaré casa. Por esto tu siervo ha hallado en su corazón valor para hacer delante de ti esta súplica”. 2 Samuel 7:25-27

“Ahora pues, Jehová Dios, tú eres Dios, y tus palabras son verdad, y tú has prometido este bien a tu siervo. Ten ahora a bien bendecir la casa de tu siervo, para que permanezca perpetuamente delante de ti, porque tú, Jehová Dios, lo has dicho, y con tu bendición será bendita la casa de tu siervo para siempre”. 2 Samuel 7:28-29

Las promesas de Dios son inmutables y sus bendiciones eternas, por eso debemos apropiarnos de ellas tal como David lo hizo. Somos sus siervos y también, reyes y sacerdotes escogidos para Él. Dios es Soberano y tiene el timón de nuestras vidas en sus manos; por eso al conocer a Jesucristo hemos entrado en el reposo de su presencia, que es la máxima expresión de la vida bendecida por Dios. Por eso la promesa de 2 Samuel 7:28-29, es para nosotros.

Le debemos todo a Dios, y quizás creemos que no somos nada en este mundo, pero para Dios sí, y ha prometido que somos herederos de la promesa que le dio a Abraham, que seríamos bendecidos, como dice Romanos 4:16 “Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros”.

Dios estableció un pacto de trascendencia eterna con David, esta promesa de Dios, aplicada a todos los creyentes, es una realidad dentro del nuevo pacto con Jesucristo. La seguridad de la salvación del creyente está basada en el pacto eterno que Dios ha hecho con cada creyente mediante el sacrificio de Jesucristo y con su reinado a través del Mesías, por eso en Jesucristo encontramos la culminación del cumplimiento de la promesa hecha a David.

En Cristo vemos la relación filial entre Padre e Hijo que heredamos, Él es nuestro Padre al hacernos sus hijos a través de Jesucristo, tenemos el eterno reinado de Dios y su Plenitud habitando en los hombres, no en un templo hecho de manos, sino Él morando en cada creyente por medio de su Santo Espíritu.

Reconozcamos entonces esa gracia inmerecida de Dios y digamos: ¿Quiénes somos para que hayas tenido misericordia de nosotros? Por eso, enséñanos a andar en tus caminos y a servirte con fidelidad.  Oración.

«Señor, hoy reconozco tu soberanía absoluta sobre mí, gracias por tu relación de gracia inmerecida para conmigo, me has adoptado como hijo y me has hecho partícipe de todas tus promesas al habitar en mi corazón por medio de tu Santo Espíritu. Gracias Señor por tu grandeza con la que has llenado mi vida, continúa afirmando mi casa como lo has prometido. Amén. 

viernes, 22 de noviembre de 2024

Los tres caminos equivocados.

 


Los tres caminos equivocados.

“¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré.”, Judas 1:11

El camino de Caín, el error de Balaam y la contradicción de Coré. ¿de que se tratan estos tres caminos equivocados? Reflexionamos en cada uno.

Al respecto el apóstol Juan nos explica: “No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa lo mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas.” (1 Juan 3:12), pero la escritura nos enseña claramente que todos hemos pecado, que no hay justo ni aun uno (Romanos 3:10), pero sabemos también que somos hechos justos por medio de la sangre preciosa de Cristo: “Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira” (Romanos 5:9)

La raíz del problema de Caín era querer acercarse a Dios por su propio esfuerzo, no hacer bien como Dios le había enseñado, sino hacerlo a su manera, siendo finalmente el fundador de la primera religión: “ Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante.” (Génesis 4:3-5)

El camino de Caín, en esencia es la religiosidad que nos empuja a tratar de agradar a Dios en nuestro propio esfuerzo, a nuestra manera, pero terminamos finalmente alimentando la carne y siendo arrojados al pecado, respecto a este mal interior que nos conduce a actuar contrario a la voluntad de Dios, escribe el apóstol Pablo inspirado por el Espíritu: “ Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.” (Romanos 7:19-20). Esto fue lo que empujó a Caín a la incredulidad, pues no le creyó a Dios y no pudo ser justificado por Él, el pecado entonces se apoderó de él y terminó cometiendo el primer asesinato de la historia.

Entonces, para no seguir el camino de Caín, tenemos que ser primero cubiertos con la sangre del Cordero, para acercarnos por medio de él a la presencia de Dios, pues él es el único sacrificio agradable a Dios: “Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.” (Efesios 5:2); esta es la clave: cubiertos con su sangre y andando en su amor, ofrecemos continuamente a Dios sacrificio de alabanza, fruto de labios que confiesan su nombre (Hebreos 13:15).   Oración.

«Padre, se que ahora en Cristo soy tu hijo y por medio de su sangre estoy reconciliado contigo para ofrecerte mi alabanza y anunciar a Cristo con mi propia vida, viviendo en amor para agradarte en todo, gracias por esta salvación tan grande y porque me has dado el camino correcto. En el nombre de Jesús, amén.

jueves, 21 de noviembre de 2024

EL PRIMER MANDAMIENTO

 


EL PRIMER MANDAMIENTO

“No tendrás dioses ajenos delante de mí.”, Éxodo 20:3

Significa que Dios debe ocupar el primer lugar en nuestro corazón, no la pareja, ni el trabajo, ni ninguna otra cosa creada. Es decir, todo lo demás es también importante pero la prioridad es Dios. Jesús explicó este mandamiento diciendo que debemos amar a Dios con toda nuestra mente, alma y corazón (Mateo 22:37-40). Esto quiere decir que, si permitimos que otra cosa ocupe el lugar de Dios, habrá un vacío inevitable y un desorden en nuestro interior, será como tratar de construir una casa al revés o sin cimientos, todo se caerá (Mateo 7:24). No podemos colocar por ejemplo a nuestra pareja o cónyuge como un dios, es decir darle todo nuestro tiempo, pensamiento, voluntad e intenciones. Primero es Dios, luego confiando en Dios por medio de Jesucristo, Él nos ayudará a que todas las demás cosas tengan su justa medida y orden.

Pero también se define el verdadero amor, nadie puede amar a otra persona sino se llena del amor de Dios primero, porque no se puede dar de lo que no se tiene, si es así, aquello que llamamos “amor” solo serían sentimientos y emociones desbordadas, si no se tiene a Cristo en el corazón.

Que nuestra prioridad sea entonces llenarnos del amor de Dios, conocerlo y obedecerlo (oye estas palabras, y las pone en práctica), para que nuestros sentimientos estén bajo su control, que nuestra prioridad sea Dios antes que los hombres o cualquier otra cosa. Oración.

"Padre, que mi prioridad seas tú, estar en tu presencia y conocerte, para que tu luz se refleje en mí en todas las cosas. Ayúdame a organizar las prioridades de mi vida y a ser sabio y entendido de cuál es tu voluntad. Amén. 

miércoles, 20 de noviembre de 2024

Desaprender para aprender.

 


Desaprender para aprender.

 “Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio. Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito está: Él prende a los sabios en la astucia de ellos”, 1 Corintios 3:18-19

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”, Romanos 12:2

 “Desaprender para aprender” me repetía constantemente cuando me enseñaba la Palabra de Dios, Pues hay patrones de pensamiento insertados en el mundo que no permiten experimentar la verdad transformadora que revelan las escrituras. Estos patrones o esquemas de pensamiento nos llevan a patrones de comportamiento, sin embargo en la experiencia práctica comprobamos que si seguimos pensando y actuando de esta manera lo único que conseguimos al final es dolor, angustia, incertidumbre, entre otras cosas. Se cumple exactamente lo que dice la escritura: “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.” (Gálatas 6:7-8).

Desaprender para aprender la Biblia lo explica en detalle en 1 Corintios 3:18-19: “Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio. Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito está: Él prende a los sabios en la astucia de ellos”,

La escritura no enseña a abandonar la razón ni el conocimiento lógico, sino al contrario a abandonar los pensamientos de mentira del mundo actual, sus engaños y sus ideologías que parecen sabias pero no son para vida, ni son para vuestro bien. Lo que nos enseña la escritura es que hay otra manera de pensar y de hacer las cosas, que es radicalmente opuesta al mundo actual, pero que trae paz y bienestar a quien lo aplica, en contraste con la sabiduría del mundo que genera incertidumbre y se califica como insensata, ya que es contradictoria o no es coherente con todo lo bueno, lo agradable y lo perfecto que Dios tiene para nosotros.

Para entender con un ejemplo, podemos ver algo que se insertó en el pensamiento de la humanidad como un “derecho” o algo “bueno” y ha causado muchisimo daño, esto es el asesinato de bebés en el vientre de la madre o aborto, el mundo incluso le tuvo que cambiar el lenguaje para tratar de ocultar la realidad al llamarlo “interrupción voluntaria del embarazo” o verlo como un “derecho”, pero la verdad de Dios es que es una vida dentro de otra vida y que somos responsables tanto de la vida de la madre como de la del bebé, porque desde antes de nacer tenemos una dignidad que Dios nos otorga (Salmos 139:16)   Oración.

«Padre, me has dado nueva vida en Cristo, para que cambie mi manera de pensar y como consecuencia mi hacer sea consistente con tu verdad, te pido, en Cristo Jesús, me guíes con tu Espíritu para vivir de acuerdo a tu Palabra y así vivir en santidad, para gloria de tu nombre, amén.

martes, 19 de noviembre de 2024

DIOS EL ESTÁ DE NUESTRO LADO

 


DIOS EL ESTÁ DE NUESTRO LADO

“Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían, de manera que los egipcios temían a los hijos de Israel”, Éxodo. 1:12

En esta época del Antiguo Testamento, José, el hijo de Jacob, había muerto y se levantó un nuevo rey en Egipto que no conoció a José. El pueblo de Israel se había multiplicado y eran numerosos y fuertes en extremo. El rey egipcio los sometió a trabajos pesados, haciendo ladrillo y edificando ciudades. Sin embargo “cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban”, y así sucedía en varias ocasiones de la historia del pueblo de Dios.

La Biblia dice: “Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros” (1 Pedro 4:14). Así pasó cuando la iglesia del primer siglo fue intensamente perseguida, sin embargo, logró impactar el mundo, pues la unción de Dios era mayor, manifestándose en milagros, prodigios y señales sobrenaturales. Jesús dijo: “Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros”.

La frase “de manera que los egipcios temían a los hijos de Israel”, nos señala que el respaldo sobrenatural de Dios sobre su pueblo, generaba temor en sus enemigos, pues Dios actuaba poderosamente para cumplir lo que había prometido: “no temas descender a Egipto, porque allí haré de ti una gran nación” (Génesis 46.3). Dios hará su voluntad por encima de todo.

Los planes de Dios con sus hijos son grandes y majestuosos. Sin embargo, el enemigo del pueblo de Dios intenta por diversos medios obstaculizar los propósitos del cielo, pero Dios se arremanga su brazo a nuestro favor, y definitivamente lo que Él se ha propuesto se cumple.

El Salmista decía: “Dios cumplirá su propósito en mí”. Por eso, avanza, camina, no te desalientes, sigue su Palabra y se cumplirá el plan divino diseñado en el cielo para ti.     Oración.

"Señor, hoy no sufro tanta persecución humana por profesar mi fe, pero hay una perversa persecución maligna a través de medios de comunicación y redes sociales, por eso te ruego me guardes de todo mal y peligro, cúbreme con tu sangre preciosa y rodéame de tu favor, pues quiero permanecer irreprensible para ti. Gracias Señor. Amén.  

lunes, 18 de noviembre de 2024

¿La fe sin obras, las obras sin fe?

 


¿La fe sin obras, las obras sin fe?

“Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.”, Santiago 2:14-17

«Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.», Juan 6:28-29

El contexto de lo que escribe el apóstol Santiago es a personas ya salvadas, como lo dice al inicio de su carta: “Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión:” (Santiago 1:1), y se centra en el testimonio que el cristiano debe mostrar ante el mundo.

Por esto la escritura es clara en que vamos a ganar coronas o a perderlas según el trabajo que hagamos para el Señor, dos pasajes son concluyentes sobre el tema de los ya salvados relacionado a las obras, el primero está en 2 Corintios 5:10 que dice: “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo”, observemos que se refiere a un tribunal que en el contexto del versículo es para los creyentes al decir Pablo “todos nosotros”. Y el segundo pasaje está en 1 Corintios 3:15: “Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.” Y el contexto de este pasaje se refiere a la obra que hacen los que sirven al Señor anunciando el evangelio, enseñando o edificando a la iglesia pero llevando a evaluarse frente al fundamento que es Cristo mismo. (1 Corintios 3:7-11)

Y relacionado a los galardones o coronas dice la escritura en Santiago 1:12: “Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman” y en Apocalipsis 22:12 dice el mismo Señor Jesús: “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.”

Entendemos entonces claramente, que todo creyente es llamado a hacer las buenas obras que nuestro Padre preparó de antemano, para que anduviéramos en ellas, y será recompensado por llevar a cabo estas obras en la guía del Espíritu Santo; estas obras son evidencia visible de nuestra fe y nos permiten cumplir su voluntad para no ser aquellos de los cuales dice el Señor Jesús: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.” (Mateo 7:21-23)

Mañana seguiremos reflexionando acerca de este importante tema.   Oración.

«Padre, gracias por transformar mi corazón por medio de la fe en Jesús, de permitirme nacer de nuevo y colocar tu amor en mi por medio de tu Santo Espíritu, por el cual soy transformado cada día y llevado a reflejar el carácter de Cristo haciendo la obra que preparaste para mi, para gloria de tu Santo nombre. En el nombre de Jesús.