domingo, 4 de diciembre de 2022

¿Por qué nos visitaste?

 

¿Por qué nos visitaste?


“Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?” Salmos 8:3-4

Mientras meditaba y oraba para redactar este devocional, veía el firmamento que mi Dios creó y una hermosa luna de color amarillo aparecía en el horizonte, solamente una pequeña franja que parecía una sonrisa se dejaba observar, ahora que escribo, pienso en el salmista, quien inspirado por el Espíritu Santo dice: “Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?”, y solamente viene a mi ser gratitud y adoración; gratitud, porque el Dios creador tuvo misericordia y compasión de nosotros, pues para restaurar esa comunión e intimidad con la cual Dios y el hombre se relacionaban antes de que pecáramos, decidió visitarnos, acordándose de que sin Él solo somos polvo (Salmos 103:14); y adoración, porque el Hijo de Dios se despojó de sí mismo tomando la semejanza de hombre, naciendo de manera milagrosa por el poder del Espíritu Santo a través de una joven virgen, para demostrarnos cuán grande es su amor, pues aun siendo nosotros pecadores vino a este mundo para cumplir una misión de salvación que lo llevaría desde el pesebre a la cruz, para que todo aquel que en Él depositara su fe, pudiera tener perdón de pecados, salvación y vida eterna (Hebreos 9:28).

Que hoy, al mirar el horizonte, los cielos y las estrellas mil, podamos comprender, por la revelación de su Santo Espíritu, que Dios precisamente nos visitó y se acordó de nosotros, para que pudiéramos disfrutar y compartir de su amor.

Así que hermanos, en esta navidad, donde muchos viajamos para encontrarnos con nuestros seres queridos o compartimos de alguna manera con otras personas, aprovechemos para llevar a los corazones de nuestros familiares y amigos la mejor visita que les podemos brindar, la de nuestro Señor Jesús.  Oración.

«Padre Dios, gracias por tu misericordia, porque sabes que sin tu presencia no podemos vivir, pues tan solo somos polvo. Gracias por tu Hijo, quien nos visitó, naciendo en un pesebre y muriendo en una cruz por amor. Que tu Santo Espíritu nos revele cuán importantes somos para ti, que fuiste capaz de dar a tu Unigénito por nosotros los pecadores. Que todos los días anhele ser visitado por ti en la intimidad de la oración, te lo pido en el nombre de tu Hijo Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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sábado, 3 de diciembre de 2022

El lenguaje de los cielos

 

El lenguaje de los cielos


“Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz. Por toda la tierra salió su voz, y hasta el extremo del mundo sus palabras.” Salmos 19:1-4a

Al recordar una noche de mi adolescencia, cuando regresaba de un paseo familiar en compañía de mis primos y un tío que nos cuidaba, llegan a mi mente momentos inolvidables, mi tío empezó a cantar una canción, precisamente que hablaba de cómo los cielos cuentan la gloria de Dios; hoy, mi tío ya goza de la presencia de Dios en su reino, pero su grato recuerdo siempre estará en mi corazón, porque él fue la persona que me llevó a Cristo.

Génesis 1:1 declara que es Dios el creador de los cielos y la tierra, y el Salmo 19:1 nos revela que los mismos cielos, su creación, cuentan su gloria, además, que el firmamento anuncia en un lenguaje silencioso pero contundente la obra de sus manos; si un día emite palabra a otro día y una noche declara sabiduría a otra, cuánto más nosotros, sus hijos, debemos anunciar las grandezas de nuestro Dios, que nos sacó de las tinieblas y nos trasladó al reino de su amado Hijo (Colosenses 1:13).

No callemos, que no sea por nosotros que se diga como menciona el salmo 19:3 “No hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz.”, sino más bien, gracias a que anunciamos la gloria de Dios, al igual que los cielos, y a que contamos como el firmamento las obras de sus manos, podamos decir como manifiesta el Salmo 19:4 “Por toda la tierra salió su voz, y hasta el extremo del mundo sus palabras.”

Compartir el mensaje del evangelio en el lenguaje de los cielos, un lenguaje de amor, siempre nos lleva a Jesús; la creación misma manifiesta la existencia de Dios y su grandeza, pero a nosotros se nos ha encomendado llevar este mensaje celestial hasta lo último de la tierra, como dice Marcos 16:15 “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.”  Oración.

«Padre Dios, hoy quiero agradecerte por aquella persona que me compartió tu mensaje de salvación, gracias porque al declararme tu amor, mi vida y la de mi familia cambiaron para siempre; oro, para que yo también pueda ser utilizado como un instrumento en tus manos, para llevar tu evangelio hasta lo último de la tierra, te lo pido en el nombre de tu Hijo Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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viernes, 2 de diciembre de 2022

Recuerdo de Navidad

 

Recuerdo de Navidad

“Porque un niño nos es nacido, hijo n


os es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz” Isaías 9:6.

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres” Juan 1: 1-4.

Para muchos la Navidad es la mejor época del año, y puede ser así porque los recuerdos que se cultivan desde la niñez nos permiten experimentar emociones agradables en nuestro ser: los regalos, las reuniones familiares, la comida, los arreglos navideños y en general el ambiente que se vive nos llevan a apreciar estos momentos de manera muy especial; por otra parte muchos viven esta temporada, con tristezas, angustias, nostalgias, enfermedades, escasez entre otras dificultades; sea cual sea la situación, Dios quiere que este, como cualquier otro mes del año, tengamos tan presente que el más grande recuerdo de Navidad, es el regalo más grandioso que Él nos dio y que está disponible para cualquiera que por fe lo desee recibir, y es su Hijo Jesucristo.

La palabra navidad significa nacimiento, y es precisamente alrededor del gran acontecimiento del nacimiento del Hijo de Dios, que para estas fechas se engalana la humanidad, si bien su nacimiento no fue en el mes de Diciembre, recordar lo que se profetizó en Isaías 9:6 y que se cumplió en Jesús, debe llevarnos a una adoración tal, que las penas, tristezas, y aun las efímeras y vanas celebraciones se desvanezcan para que aparezca la verdadera razón por la cual debemos celebrar, pues un niño nos fue dado, cuyo nombre es Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

Qué gran misterio que el Eterno, quien ha sido desde el principio y por quien todo lo que existe fue hecho, se hiciera hombre y viniera de su trono a nacer en un pesebre, Él, el Príncipe de Paz, quien es la vida de los hombres, quiere ahora vivir en nuestros corazones. Hermanos, que esta navidad podamos compartir ese regalo de Dios para la humanidad, para que Jesús nazca en los corazones de nuestros seres amados y así podamos tener el más grato recuerdo de navidad.  Oración.

«Padre amado, gracias, mil gracias por el más grande regalo que me has dado, gracias por tu Hijo Jesucristo, quien vino a vivir en mi corazón por tu Santo Espíritu, llévame a compartir el regalo más maravilloso con cada persona que me permitas conocer. Amen.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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jueves, 1 de diciembre de 2022

Qué sería de mí - Parte 2

 


Qué sería de mí - Parte 2

“Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro. Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico. Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.” Marcos 2:3-5

Qué gran diferencia vemos en este pasaje, en comparación con el de ayer; pues cuando el cojo de nacimiento necesitó ayuda, la solución del hombre fue: “llevémoslo al templo a mendigar”; pero cuando el paralítico la necesitó, cuatro personas dijeron: “la solución no es la mendicidad, sino una persona, Jesús”, por eso los puedes imaginar, corriendo y pensando: “hay que tomar lo que sea para llevar a este paralítico rápido donde Jesús, antes de que se vaya”, “tomemos su lecho y carguémoslo, ¡vamos! no hay tiempo que perder”; dos reacciones distintas ante una misma necesidad espiritual.

¿Puedes imaginarte, antes de que el milagro ocurriera, lo que estaría pensando este hombre al ver todo lo que estaba sucediendo a su alrededor?, pues hay cuatro personas que están haciendo todo lo necesario para llevarlo hacia la vida (Juan 1:4), ya que no quieren dejarlo como está. La biblia no nos relata si alguien le preguntó a este hombre si quería ser llevado donde Jesús, pero meditemos, si estuvieses en su lugar y te lo preguntaran, qué preferirías ¿ser llevado a algún sitio para mendigar? o por el contrario ¿que te llevaran a Jesús? Quizá pensarás al igual que el paralítico: “Llévenme a Jesús”, pues puedes ver que este era su anhelo, ya que cuando lo ves frente al Señor, este resalta su fe (Marcos 2:5), fe que nos muestra la certeza de este hombre que en Jesús encontraría sanidad.

Qué escena tan conmovedora la que leemos, logra tocar las fibras más profundas de nuestro corazón, pues al igual que ese paralítico, quizá no literalmente, tú y yo fuimos cargados por alguien más para ser llevados hacia el Señor.

Hermanos, aprovechemos el mes que inicia, y en el que toda la familia está reunida, para practicar lo que estos cuatro hombres hicieron, llevar a aquellos que están en necesidad hacia Jesús.  Oración.

«Padre, tu gracia es sublime, tu misericordia y amor son inagotables; hoy celebro tus obras y bondades, te doy gloria y honra. Señor, mi anhelo es siempre publicarle al mundo tu grandeza y llevar a quienes están en necesidad a que te conozcan, pues entiendo que tu luz es la única que alumbra las tinieblas, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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miércoles, 30 de noviembre de 2022

Qué sería de mí - Parte 1

 

Qué sería de mí - Parte 1


“Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo.” Hechos 3:2

La biblia no nos relata cuántas personas eran las que llevaban cada día a este cojo de nacimiento a la puerta del templo a pedir limosna, pues lo impactante de esto no es la cantidad, sino ver cómo el hombre a lo largo del tiempo se ha acostumbrado tanto a observar la necesidad espiritual de otros, que parece hasta normal auspiciar la mendicidad, no material, sino espiritual, de aquellos que están en necesidad. Esto debe hacernos reflexionar, pues al igual que estas personas que llevaron a este hombre para que pudiera pedir limosna, ¿cuántas veces nosotros también hemos auspiciado la mendicidad espiritual de nuestros familiares, amigos, vecinos y aun la del mundo en general? y ¿por qué decimos que la hemos auspiciado?, porque en algunos momentos hemos callado ante la posibilidad de compartirle a otros de Jesucristo (Lucas 10:30-32).

Vayamos un poco más a fondo en esta reflexión, pensemos en lo que hubiese pasado si alguien no hubiera tenido misericordia de nosotros y, al igual que aquellos hombres de esta historia, no nos hubieran compartido de Jesús; sin duda alguna, estaríamos hoy viviendo en nuestra vieja condición espiritual: muertos en nuestros delitos y pecados, alejados de Dios (Efesios 2:1,12); pero, gracias al Señor que alguien decidió pararse y no callar más y al ver nuestra necesidad espiritual no siguió derecho (Lucas 10:33-34), sino que nos compartió una oración extraordinaria en la que aceptamos a Cristo en nuestro corazón, su obra redentora; y cuando creímos en Él, el Señor hizo su entrada triunfal a nuestras vidas, cambió por completo nuestro existir y nos dio esa vida nueva que tanto estábamos necesitando, entonces, pasamos de ser mendigos espirituales a ser hijos de Dios (Juan 1:12-13).

Hermanos, basta ya de seguir auspiciando la mendicidad espiritual de los que nos rodean, levantémonos y démosles a otros, de lo que hemos recibido, a Jesucristo.  Oración.

«Señor, infinitas gracias te doy porque me buscaste para que yo no siguiera muerto en mis delitos y pecados; nunca te cansaste, sino que golpeaste la puerta de mi corazón una y otra vez, hasta que llegó el día en el que no te dejé afuera esperando, sino que con gusto te dije: ¡Bienvenido eres Jesús!, toma asiento en el trono de mi corazón y haz de mí la persona nueva que tú quieres que yo sea, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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martes, 29 de noviembre de 2022

Es mejor obedecer y prestar atención- Parte 2

 

Es mejor obedecer y prestar atención- Parte 2


“Y se volvió, y tomó un par de bueyes y los mató, y con el arado de los bueyes coció la carne, y la dio al pueblo para que comiesen. Después se levantó y fue tras Elías, y le servía.” 1 Reyes 19:21

El día de ayer reflexionamos sobre lo que Dios nos está diciendo que debemos dejar atrás, y para entender por qué esto es importante, utilizaremos la vida de Eliseo, pues su ejemplo nos demuestra que para seguir, disfrutar y vivir correctamente el camino de Dios, es necesario que hagamos morir todo aquello que puede hacer que en algún momento miremos hacia atrás (Lucas 9:62).

Es impresionante ver cómo Eliseo entendiendo que sería el sucesor de Elías (pues había sido echado sobre él su manto), y comprendiendo la gran responsabilidad que implicaba el ser elegido como profeta de Dios, decidió correr y hacer morir todo aquello que lo pudiera estancar, pues ¿quién quisiera perderse este gran llamado? Entonces lo podemos ver aquí, destruyendo el arado, matando el ganado que le correspondía, y sirviéndolo a los demás, pues no quería tener nada por lo cual regresar, porque cuando el camino se pusiera difícil no querría volver “a lo seguro”; quizás no sabría en ese momento del todo cuán difícil llegaría a ser el vivir este llamado, pero de lo que estaba seguro es que el Dios de Elías, ese Dios Todopoderoso estaría con él y eso era más que suficiente para dejar todo atrás, por amor, y seguirle. ¿Cuántos, al igual que Eliseo, hemos entendido esto? El llamado que Dios nos ha hecho, para pertenecer a este precioso camino que hoy llamamos vida cristiana o vida con propósito, es un camino que necesita que vayamos ligeros de equipaje, pues a veces cargamos en él: dudas, orgullo, temores, pensamientos erróneos, entre otras cosas, cuando nuestro único equipaje debería ser la cruz de Cristo, una cruz que es ligera y fácil de llevar (Mateo 16:24, 11:29-30).

Hermanos, hoy hagamos morir todo aquello que no nos edifica y nos estanca, sigamos el ejemplo de Eliseo, quien olvidó todo lo que tenía atrás para proseguir a la meta (Filipenses 3:13b-14)   Oración.

«Padre, yo no quiero mirar ni volver atrás, pues entiendo que contigo todo es mejor. Llévame a poner en todo momento mi mirada en ti y en esa meta, que es llegar a vivir como lo hizo tu Hijo Jesucristo aquí en la tierra. Espíritu Santo, tú que eres mi ayudador, ayúdame a seguir y persistir en este camino. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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lunes, 28 de noviembre de 2022

Es mejor obedecer y prestar atención- Parte 1

 

Es mejor obedecer y prestar atención- Parte 1

“Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros” 1 Samuel 15:22b

Estas son palabras que el profeta Samuel dice ante la desobediencia que tuvo el rey Saúl a una orden dada por Dios; el Señor ya había manifestado que Saúl debía destruir Amalec y todo lo que tuviere, pues ellos habían sido quienes se habían opuesto cuando Israel subía de Egipto; pero lastimosamente, Saúl decide que lo mejor, no es hacer lo que Dios ha dicho, sino destruir lo que él considere sea despreciable, y reservar aquello que para él tenga valor, como por ejemplo, parte del ganado de aquel pueblo (1 Samuel 15:9)

Esto nos lleva a reflexionar, ¿Cuántas veces el Señor nos ha dicho, como a Saúl, que para poder continuar debemos hacer sacrificios? Es decir, hacer morir algo en nosotros como: algunos de nuestros viejos comportamientos, pensamientos, actitudes, acciones, entre otras. Sin duda alguna diríamos que muchas son las veces en las que Dios nos ha pedido esto, pues el Señor sabe que no son cosas para conservar; pero al igual que Saúl, en algunos momentos hemos considerado que tenemos la capacidad de decidir, por encima del consejo del Señor, qué es lo correcto o no, para conservar o desechar. Pero ¿qué pasa cuando tomamos la decisión incorrecta y conservamos aquello que para nada nos edifica? Experimentamos las consecuencias de la elección que se tomó, y nos damos cuenta que lo mejor hubiera sido, desde el inicio, obedecer a Dios.

Pensemos en este día, ¿Qué cosas me está diciendo Dios que debo dejar?, ¿por qué no lo estoy haciendo?, ¿Por qué


no quiero, porque me dejo influenciar por lo que dicen los demás, o porque no veo el valor de lo que Dios me está pidiendo?

Hermanos, hoy tomemos la decisión de prestar atención a lo que Dios nos está diciendo y obedezcamos por completo a la orden que nos está dando. Oración.

«Padre, me has llevado a entender que siempre lo mejor será obedecer y prestar atención a tu palabra, por eso, decido confiar solo en tu consejo y no en el mío. Señor, cada vez que me llames estaré dispuesto a obedecerte por completo. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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