jueves, 19 de mayo de 2022

Una habitación permanente

 

Una habitación permanente


“Para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios”. Efesios 3:17-19

“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y

Este es uno de los misterios más grandes de la vida espiritual: que Cristo haga su morada permanente en los corazones de los creyentes. Que tome posesión de nuestra vida y se entronice en ella, solo es posible por la fe en Él. Por la fe en Jesucristo somos salvos y recibimos al Espíritu Santo; por la fe debemos pedirle a Cristo que tome autoridad sobre nuestra vida y al Santo Espíritu que gobierne nuestro ser.

Cuando la sede de nuestras emociones, mente y voluntad es ocupada por Cristo, el amor de Dios es arraigado y fundamentado en nosotros para que crezcan raíces profundas y una buena base espiritual, de tal manera que nuestra vida sea ese templo santo para el Señor, como dice Efesios 2:20-21 “edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu”.

Como las raíces de una planta y la base de un edificio están normalmente escondidas de la vista y dan firmeza a lo que soportan, el amor en los cristianos es el elemento esencial para la estabilidad de su vida y del establecimiento de la iglesia. De ese modo, no serán movidos porque no es un amor superficial, es un amor que proviene del corazón propio de Dios y está transmitido al creyente por fe en Jesús, quien es la expresión máxima de este amor divino.

Jesús hace hogar en nuestro corazón; “morar”, en griego, es la palabra “katoikein” y se usa para una residencia permanente, por lo cual, para nosotros es un gran gozo entender que donde habita su Espíritu allí habita Él y de manera continua. El fortalecimiento del ser interior viene cuando Cristo fija su residencia en nosotros; el secreto de esa fortaleza es la presencia de Cristo en lo más íntimo de nuestra vida.

Él no es tan solo un visitante, su residencia es posible ya que nos hizo morada suya y nos permitió participar de su naturaleza divina para fundirse orgánicamente a nosotros como cabeza. Sabemos la realidad de la obra terminada de Dios, que a través de su muerte y resurrección creó una habitación eterna, el templo de Dios, donde su plan fue completado; ha establecido un nuevo hombre y nos hemos convertido en el lugar de habitación eterno de Dios.

Cristo quiere venir a morar en la vida de una persona, pero no contra su voluntad, Él toca la puerta de nuestro corazón y llama, ¿estás dispuesto a dejarlo entrar?   Oración.

«Amado Señor, gracias porque a través de tu obra redentora, con tu muerte y resurrección, me has hecho una nueva criatura; has empezado, por medio de tu Espíritu, a obrar poderosamente en mi ser interior. Tu obra en la cruz fue completa, no solo me perdonaste, sino que me redimiste con una vida nueva. Me he convertido en el lugar de habitación eterno de tu Espíritu; por eso, transforma e influencia mi alma para ser ese templo santo para ti. En Cristo Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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miércoles, 18 de mayo de 2022

La soberanía de Dios

 

La soberanía de Dios


“Pero después de muerto Herodes, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José en Egipto, diciendo: Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a tierra de Israel, porque han muerto los que procuraban la muerte del niño. Entonces él se levantó, y tomó al niño y a su madre, y vino a tierra de Israel. Pero oyendo que Arquelao reinaba en Judea en lugar de Herodes su padre, tuvo temor de ir allá; pero avisado por revelación en sueños, se fue a la región de Galilea, y vino y habitó en la ciudad que se llama Nazaret, para que se cumpliese lo que fue dicho por los profetas, que habría de ser llamado nazareno”. Mateo 2:19 -23

“Todo lo que Jehová quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos” Salmos 135:6.

La soberanía de Dios se ve en este relato, los magos de oriente fueron guiados divinamente a la casa donde estaba el niño Jesús, su propósito era honrarlo y adorarlo, era el Rey que había nacido. Dios intervino sobrenaturalmente para asegurar la protección de su Hijo de todos aquellos que procuraban su mal, por eso a través de sueños un ángel le advierte a José que huya a Egipto porque Herodes tenía la intención de matar al niño, estaba lleno de celos de este pequeño inocente, que era el verdadero Rey del cielo. El Padre maneja los hilos de la historia, nada ni nadie puede interponerse a su plan soberano de salvación, por eso cada profecía sobre Jesús se ha cumplido al pie de la letra.

Pasado el peligro José nuevamente escucha instrucciones de parte de Dios y regresa nuevamente a la tierra de Israel y se establece en Nazaret cumpliéndose otra vez lo dicho en las Escrituras. El inicio de la vida de Jesús en esta tierra no fue nada fácil, no hubo para Él un lugar en el mesón, Herodes quiso matarlo, toda Judea lo rechazó y aún en Nazaret no creyeron en Él e intentaron asesinarlo como dice Lucas 4:29 “y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada la ciudad de ellos, para despeñarle”, sin embargo, Jesús nunca dudo de su llamado y misión delegada por el Padre, por eso, no descansará hasta culminar todo propósito hasta el final de los tiempos.

Dios es soberano y nada lo hará desistir, lo que Él ya ha establecido, lo hará. Por eso como hijos de Dios tenemos que confiar en la voluntad divina, sus designios son perfectos. Jesús enseñó sobre la soberanía de Dios cuando al orar dijo: “hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo”. Mat 6:10. Cuando decimos que Dios es soberano queremos decir que Él tiene el control de todo, incluso de aquello que pensamos que no está bajo su control.

Muchos se preguntan ¿por qué permite la maldad? En realidad, la maldad proviene de la desobediencia a los principios de Dios, la oscuridad de este mundo es ausencia de la luz de Dios en la vida de las personas.

Enfrentarnos a dificultades, mirar lo que sucede conforme a lo que pedimos en oración y ver como Dios se glorifica aun en medio del sufrimiento, debe enseñarnos a confiar en su soberanía. Necesitamos aprender a ser obedientes a su voluntad divina, si Jesús se sometió a ella, no debemos nosotros dudar en hacerlo. Cuando independientemente de lo que sucede confiamos y nos deleitamos en Él, entonces Él concederá los deseos de nuestro corazón. Salmo 37:4

Seguros de que nuestra vida está en sus manos digamos en oración lo que dice el Salmo 138:8 “Jehová cumplirá su propósito en mí; tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; no desampares la obra de tus manos.   Oración.

«Gracias amado Dios, porque tu propósito para mi vida siempre será el mejor, y aunque a veces no comprenda plenamente tu voluntad, sé que eres soberano, nunca te equivocas. Hoy quiero abrazar tu soberanía, amor, bendición y gracia que me son suficientes para cumplir tu voluntad, ayúdame a confiar en medio de la dificultad que tienes el control de todo. En el nombre de Jesús. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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martes, 17 de mayo de 2022

Me seréis testigos

 

Me seréis testigos


 “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”. Hechos 1:8

«No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuando veis que aquel día se acerca.» Hebreos 10:25

Cuando el Señor nos pide que atesoremos su Palabra no solo se trata de comenzar el estudio de la Biblia cada día en oración, de leerla, de meditarla, de mirar otros comentarios de otras personas que han escrito sobre ella y de obedecerla, sino también de transmitirla a otros. Lo que el Señor anhela es que cumplamos su plan soberano, alcanzando las naciones de la tierra.

Jesús les pidió a sus discípulos antes de su ascensión que fueran sus testigos. Literalmente lo dijo así: «Seréis testigos». No les pidió que fueran eruditos, especialistas, enciclopedias ambulantes, simplemente que proclamaran lo que habían visto y oído de Él, eso es lo que siempre hacen los testigos.

Si nosotros hoy queremos obedecer el mandato de la Gran Comisión, no debemos solo memorizar versículos y llenarnos solo de conocimiento, ni ocultar la verdad de Dios en un cuaderno, sino que debemos salir a comunicarla a otros.

En la Iglesia primitiva el cristianismo marchó de Jerusalén, Judea y Samaria; y de ahí hasta lo último de la tierra. Desde esa época, ser misionero no era una tarea fácil, alcanzar este mundo para el reino de Dios implicaba romper barreras raciales, sociales y hasta religiosas, por eso era evidente que la iglesia desde sus inicios necesitó el poder del Espíritu Santo para ser testigos de Jesús.

Pablo en el libro de Efesios da testimonio de los primeros 30 años de la historia de la iglesia del primer siglo y cómo en su soberanía Dios uso a sus siervos para extender el evangelio hasta alcanzar a los gentiles, lo cual desde un inicio fue su propósito. Pablo dice: “que por revelación me fue declarado el misterio, como antes lo he escrito brevemente, misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu: que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio”. Efesios 3:3,5-6

El movimiento cristiano ha logrado el pacto que Dios hizo con Abraham y Moisés, los fundadores del pueblo de Dios. Génesis 12:3; Éxodo 19:6-8. Por eso como iglesia tenemos que seguir comunicando su mensaje hasta que Jesús regrese y toda la tierra sea llena del conocimiento de Jesús.  Oración.

«Amado Jesús, gracias por no dejarme sólo para cumplir la tarea de compartir tu mensaje, derramaste tu Santo Espíritu en mí, para darme el poder de ser tu testigo en esta tierra. Que al pensar en tu segunda venida me estimule y despierte, siendo diligente en el cumplimiento de la Gran Comisión, enseñando y predicando cada día tu Palabra. En el nombre precioso de Jesús he orado. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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lunes, 16 de mayo de 2022

La obediencia el tema esencial del evangelio

 


La obediencia el tema esencial del evangelio

“Y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre” Romanos 1:5.

“Pero que ha sido manifestado ahora, y que, por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe” Romanos 16:26.

“Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres; siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón” 2 Corintios 3:2-3.

Abraham se encontraba en la tierra a la que Dios le había enviado, que sería el lugar de bendición prometida para él. Pero empezó a asolar el hambre en esa región, y en ese momento sintió miedo de la situación, se olvidó de la promesa de Dios y tomó la decisión de trasladarse a Egipto. Dios nunca le dijo que abandonara la tierra porque era allí donde lo iba a bendecir. Génesis 12:10.

Al tomar esa decisión apresurada Abraham se tuvo que enfrentar a graves problemas a causa de la belleza de su mujer. La falta de fe y desobediencia nunca nos conducirán a cosas buenas.

Nosotros deberíamos evaluarnos y mirar si a veces hacemos lo mismo, ya que en tiempos de abundancia y prosperidad es fácil pensar en Dios, pero ante la adversidad, cuando pasamos momentos difíciles, tendemos a olvidarnos de sus promesas y empezamos a desconfiar, esto hace que tomemos decisiones equivocadas sin la dirección del Espíritu Santo.

Hoy ante las situaciones que vivimos en nuestro país y en el mundo entero, es oportuno recordar las palabras del apóstol Pablo cuando dijo: “por fe andamos no por vista” 2 Corintios 5:7. El señor no quiere que las circunstancias, por adversas que sean, nos quiten la confianza en Él y tomemos caminos alternos que nos lleven a momentos problemáticos. Tenemos su Palabra, la guía del Espíritu Santo y la oración, como recursos espirituales para salir del camino equivocado y volver a la voluntad de Dios para nosotros. Pero en obediencia, pues es esencial para que nos revele sus propósitos.

El evangelio tiene el objetivo, no sólo de salvar nuestras almas, sino de ser obedecido, nada sacamos con conocerlo si no hacemos lo que Jesús nos pide que hagamos. Para Pablo no tenía sentido la vida cristiana sin la obediencia a la fe. Como vemos el tema inicial y final, desde Génesis hasta Apocalipsis, es la obediencia.

Todos los problemas del ser humano con Dios se originaron con la desobediencia a su Palabra en el Edén; además muchas personas evalúan el cristianismo por lo que ven en nosotros, es decir, por nuestro testimonio que es la mejor manera de defender el evangelio, por eso la mejor traducción de la Biblia es la que hacemos con nuestra vida misma, es la más convincente. ¿Qué tan importante es nuestra obediencia a la Palabra de Dios?   Oración.

«Señor, recordando lo que el apóstol Pablo dijo: “Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres”, hazme entender lo importante de obedecer tu palabra, porque como carta de Cristo, escrita no con tinta sino con el Espíritu del Dios vivo, permite que mi vida con todas mis acciones y expresiones, esté en concordancia con lo que tú dices. Quiero que mi conducta no sea una piedra de tropiezo para otros. En el nombre de Jesús. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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domingo, 15 de mayo de 2022

Perder el brillo

 

Perder el brillo


“¡Cómo se ha ennegrecido el oro! ¡Cómo el buen oro ha perdido su brillo! Las piedras del santuario están esparcidas por las encrucijadas de todas las calles”. Lamentaciones 4:1

“Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”. Mateo 5: 14-16

“¡Cómo se ha ennegrecido el oro! ¡Cómo el buen oro ha perdido su brillo!”, estas palabras las pronunció el profeta Jeremías al referirse al pueblo de Judá cuando cayó en una crítica situación espiritual por haber desobedecido continuamente a Dios.

Esto tan lamentable también nos puede suceder a los creyentes cuando nuestra vida se oscurece y pierde el brillo de la presencia de Cristo por nuestra desobediencia y cuando estamos en pecado. El pecado es como el lodo que no deja reflejar la luz en un bombillo sucio. En el pasaje de Mateo el Señor nos pide que nuestra luz alumbre a los que nos rodean, para que vean nuestras buenas obras y glorifiquen a Dios. Esa luz personal debe irradiar primero nuestra casa, luego la ciudad donde vivimos y por último al mundo.

El enemigo con sus artimañas sutilmente va ganando terreno en nuestra vida, con conversaciones, amistades, lugares, costumbres, cosas aparentemente insignificantes, que opacan nuestro testimonio como hijos de Dios y perdemos el brillo de Cristo que nos debe distinguir del resto del mundo. También el mundo ofrece un falso resplandor con placeres, deseos, poder y vanagloria que nos pueden desviar del camino de Dios, pero recordemos que no todo lo que brilla es oro.

Satanás siempre andará sagazmente detrás de nosotros para alejarnos de Dios y no debemos permitirlo, porque el brillo de un creyente no proviene de sí mismo sino de la luz de Cristo dentro de nosotros, por eso es importante que el Espíritu Santo llene cada espacio de nuestro ser, siendo sensibles a su voz y dirección por medio de la Palabra de Dios y manteniendo una comunión íntima y sincera con nuestro Señor.

El pecado puede manchar los dones más excelentes que el Espíritu Santo nos ha dado, el Señor quiere que seamos como el oro que, aunque probado por el fuego de las pruebas, nunca cambia su esencia y valor real. Mantengamos la lámpara encendida, llenos del aceite del Espíritu, viviendo conforme a su verdad y en santidad, brillando con la luz de Cristo.  Oración.

«Señor Jesucristo, ayúdame a brillar para bendición de los que me rodean y para glorificar tu Nombre. Me llamaste a ser luz para influenciar mi entorno con el evangelio, no permitas que el pecado y la desobediencia me alejen de tu presencia, ni tampoco que me deje seducir por el resplandor de este mundo o el engaño del enemigo. Quiero ser esa vasija de barro donde alumbre continuamente tu presencia, permaneciendo en obediencia y santidad. En Cristo Jesús. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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sábado, 14 de mayo de 2022

Enfocados en Jesús

 


Enfocados en Jesús

“De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce” Mateo 1:17.

Toda la Biblia tiene un tema unificador que es Jesucristo, desde el Antiguo hasta el Nuevo Testamento Él es el enfoque principal e igualmente debería ser el foco central de nuestra vida. La Biblia es un libro sobre familias; las genealogías son muy importantes, por eso el libro de Mateo comienza con un árbol genealógico, donde encontramos, entre los ancestros de Jesús, mujeres gentiles como Tamar, Rahab, Rut; también a Salomón, concebido por Betsabet y el rey David, y muchos otros más.

Lo importante aquí es que Dios usa seres humanos pecadores y comunes para manifestar su poder y cumplir con su plan de salvación; por eso, por su gracia también nos incluyó a nosotros sin importar cuál fuera nuestro pasado. La mayor necesidad para nosotros como para sus ancestros, era recibir el perdón de Dios, por eso necesitamos de un Salvador.

Jesús es el cumplimiento de todo lo profetizado en el Antiguo Testamento y es también la culminación de la historia de salvación. En esa genealogía se expone la historia del pueblo de Dios, dividida en tres periodos iguales: Catorce generaciones desde Abraham hasta David (Mateo 1:1-6), catorce generaciones desde David hasta el cautiverio Babilónico (Mateo 1:7-11) y catorce generaciones desde el cautiverio Babilónico hasta José padre adoptivo de Jesús. María también era de la línea de David (Mateo 1:12-17).

El Nuevo Testamento se fundamenta en la precisión de esta genealogía, exponiendo el hecho de que el Señor Jesucristo pertenece a la línea de descendencia de Abraham y a la del rey David; la de Abraham lo sitúa en la nación y la de David en el trono. Esto coloca a Jesús en una posición única; nació del linaje de David y de la descendencia de Abraham, por eso los enemigos de Cristo nunca pudieron refutar su descendencia.

 

Si el Espíritu de Dios ha dedicado tiempo y espacio para incluirlas en el texto Bíblico, preservándolas ante el paso de los siglos, es porque tienen para nosotros un valor que debemos conocer. En Jesús se han cumplido todas las profecías y promesas de Dios; por eso, toda nuestra vida es completada en Jesús, nada faltará de lo que ya Dios ha dicho en su palabra.

Antes éramos del libro de las generaciones de Adán por nuestro nacimiento físico, porque llegamos a ser parte de su familia y en Adán todos morimos (Romanos 5:12). Es el libro de la muerte. ¿Y cómo llegamos a ser parte del libro de las generaciones de Jesucristo?, entramos por el nuevo nacimiento al creer en Cristo; esto nos coloca en el libro de la vida del Cordero. Demos gloria a nuestro Dios y Rey Jesucristo.  Oración.

«Gracias Jesús por completar mi vida, porque estás conmigo y has cumplido tu promesa a través de tu Espíritu Santo. Ayúdame de hoy en adelante a enfocar mi vida en ti, a entender que ahora pertenezco al libro de la vida del Cordero y eso me garantiza que soy de tu familia y que tengo vida eterna; que siempre honre tu precioso nombre como Dios y como Rey, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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viernes, 13 de mayo de 2022

En su presencia hay plenitud de gozo

 

En su presencia hay plenitud de gozo


“Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. Servid a Jehová con alegría; venid ante su presencia con regocijo. Reconoced que Jehová es Dios; Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos, y ovejas de su prado. Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; alabadle, bendecid su nombre. Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, y su verdad por todas las generaciones” Salmos 100:1-5.

“Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre” Salmo 16:11.

El salmo cien es una gran doxología o lenguaje que indica una oración de alabanza a Dios y es el final glorioso de un grupo de salmos, con los que se quiere resaltar la manera correcta de entrar en la presencia de Dios; la experiencia gozosa y el deleite de estar con Él.

Nos dice claramente “cantad alegres”, “servid con alegría”, “venid ante su presencia con regocijo”, enfatizando que Dios no quiere que nos acerquemos con un semblante serio o totalmente agobiados por las cargas, sino que lo hagamos con gozo para alabarle y adorarle a Él.

Estar con Dios debe ser una experiencia feliz, reconociendo que Él es Dios y nosotros hechura suya. Es entrar con confianza y dependencia total sin importar como estemos, porque es el único que conoce nuestro corazón, el que escucha nuestro grito de alabanza en medio de una angustia o nuestro grito de júbilo en medio de una bendición.

En Hechos 4:24, los apóstoles regresaron e informaron a la Iglesia primitiva en Jerusalén lo que estaba sucediendo con la persecución de la iglesia y se presentaron ante Dios en oración, y comenzaron diciendo: «Soberano Señor, tú eres Dios». Ante una situación adversa como esta ¿lo creemos? o ¿seremos como muchos que se comportan como si Él no fuera Dios?

No dejemos que los problemas nos roben el gozo de disfrutar de su presencia. El apóstol Pablo y Silas nos dan un ejemplo: después de haber sido azotados, puestos en la cárcel y asegurados sus pies en el cepo, no tomaron una actitud negativa sino gozosa y dice Hechos 16:25 “Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían”. El gozo es fruto del Espíritu Santo y ninguna dificultad debe quitárnoslo; además, el gozo del Señor es nuestra fortaleza, porque cuando en alabanza le entregamos nuestra situación, Él nos da las fuerzas para salir adelante.

Recordemos Éxodo 15:2 “Jehová es mi fortaleza y mi cántico, y ha sido mi salvación. Este es mi Dios, y lo alabaré; Dios de mi padre, y lo enalteceré”. La única justificación para entrar a su presencia con un semblante triste es cuando hemos pecado y nos acercamos en arrepentimiento a pedir perdón, con un corazón contrito y humilde, pero esto no es adoración.

Este Salmo nos da también tres razones para alabarle y adorarle: “Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, y su verdad por todas las generaciones”. El Señor nos ha dado toda clase de bendiciones, su compasión no se ha agotado, su misericordia es eterna y su verdad permanece para siempre; busquemos intencionalmente adorarle y alabarle como a Él le agrada.   Oración.

«Señor mi Dios, solo tú eres digno de alabanza. Quiero adorarte con todo mi corazón; lléname de alegría y gozo en el Espíritu, para alabarte y reconocerte como mi creador. Que mi boca se llene de acción de gracias por tu infinita bondad, fidelidad y misericordia. Haz que encuentre cada día en tu presencia mi deleite y plenitud. En el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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