viernes, 13 de mayo de 2022

En su presencia hay plenitud de gozo

 

En su presencia hay plenitud de gozo


“Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. Servid a Jehová con alegría; venid ante su presencia con regocijo. Reconoced que Jehová es Dios; Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos, y ovejas de su prado. Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; alabadle, bendecid su nombre. Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, y su verdad por todas las generaciones” Salmos 100:1-5.

“Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre” Salmo 16:11.

El salmo cien es una gran doxología o lenguaje que indica una oración de alabanza a Dios y es el final glorioso de un grupo de salmos, con los que se quiere resaltar la manera correcta de entrar en la presencia de Dios; la experiencia gozosa y el deleite de estar con Él.

Nos dice claramente “cantad alegres”, “servid con alegría”, “venid ante su presencia con regocijo”, enfatizando que Dios no quiere que nos acerquemos con un semblante serio o totalmente agobiados por las cargas, sino que lo hagamos con gozo para alabarle y adorarle a Él.

Estar con Dios debe ser una experiencia feliz, reconociendo que Él es Dios y nosotros hechura suya. Es entrar con confianza y dependencia total sin importar como estemos, porque es el único que conoce nuestro corazón, el que escucha nuestro grito de alabanza en medio de una angustia o nuestro grito de júbilo en medio de una bendición.

En Hechos 4:24, los apóstoles regresaron e informaron a la Iglesia primitiva en Jerusalén lo que estaba sucediendo con la persecución de la iglesia y se presentaron ante Dios en oración, y comenzaron diciendo: «Soberano Señor, tú eres Dios». Ante una situación adversa como esta ¿lo creemos? o ¿seremos como muchos que se comportan como si Él no fuera Dios?

No dejemos que los problemas nos roben el gozo de disfrutar de su presencia. El apóstol Pablo y Silas nos dan un ejemplo: después de haber sido azotados, puestos en la cárcel y asegurados sus pies en el cepo, no tomaron una actitud negativa sino gozosa y dice Hechos 16:25 “Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían”. El gozo es fruto del Espíritu Santo y ninguna dificultad debe quitárnoslo; además, el gozo del Señor es nuestra fortaleza, porque cuando en alabanza le entregamos nuestra situación, Él nos da las fuerzas para salir adelante.

Recordemos Éxodo 15:2 “Jehová es mi fortaleza y mi cántico, y ha sido mi salvación. Este es mi Dios, y lo alabaré; Dios de mi padre, y lo enalteceré”. La única justificación para entrar a su presencia con un semblante triste es cuando hemos pecado y nos acercamos en arrepentimiento a pedir perdón, con un corazón contrito y humilde, pero esto no es adoración.

Este Salmo nos da también tres razones para alabarle y adorarle: “Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, y su verdad por todas las generaciones”. El Señor nos ha dado toda clase de bendiciones, su compasión no se ha agotado, su misericordia es eterna y su verdad permanece para siempre; busquemos intencionalmente adorarle y alabarle como a Él le agrada.   Oración.

«Señor mi Dios, solo tú eres digno de alabanza. Quiero adorarte con todo mi corazón; lléname de alegría y gozo en el Espíritu, para alabarte y reconocerte como mi creador. Que mi boca se llene de acción de gracias por tu infinita bondad, fidelidad y misericordia. Haz que encuentre cada día en tu presencia mi deleite y plenitud. En el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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jueves, 12 de mayo de 2022

No dejemos la fuente de agua viva

 


No dejemos la fuente de agua viva

“Porque dos males han hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua. ¿Es Israel siervo? ¿es esclavo? ¿Por qué ha venido a ser presa?” Jeremías 2:13-14.

“Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna” Juan 4:13-14.

Aquí el Señor resume los dos males cometidos por el pueblo de Israel que los llevó a su ruina espiritual. Primero, lo habían rechazado a Él que era la fuente de agua viva y, segundo, cavaron “cisternas rotas” para ellos mismos que no podían contener el agua.

Dios anhelaba bendecirlos, pero, cuando se alejaron de Él y rechazaron su dirección, colocaron su confianza en el poder de Egipto y Asiria, buscando ayuda en estas naciones y no en el Dios poderoso que los había sacado de Egipto y los había sustentado hasta la tierra prometida. El Señor les recuerda todo esto como prueba de su gracia y misericordia, pero Israel se contaminó con estas naciones y aun el liderazgo de sacerdotes, pastores y profetas desobedecieron porque dejaron de consultar a Dios.

Cuando el ser humano rechaza a Dios, siempre crea un ídolo, elabora su propio dios, lo hace a la medida de sus deseos, de sus pasiones e inclinaciones, un dios que satisfaga sus demandas; por eso, hay muchas personas que cavan pequeñas cisternas y beben el agua de ellas, pero no encuentran satisfacción. Algunos buscan dinero, fama, placer, pero nunca encuentran lo suficiente para satisfacerse. El Señor dice “cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua”; así son el mundo y sus cosas, todo pasa y nada permanece.

Nunca se producirá una gran renovación interior en nuestra vida hasta que no coloquemos nuestro énfasis en Dios y su palabra; cuando perdemos interés en Él empezamos a guiarnos por nuestra propia prudencia. Como dice Proverbios 3:5 “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia”.

La gracia de Cristo se compara con la fuente de agua viva, que limpia y vivifica a los pecadores, que reanima a los desanimados, que sostiene y mantiene la vida espiritual de los creyentes; por eso, abandonar esa fuente es el primer error que como pueblo de Dios podemos cometer cuando descuidamos su palabra y desobedecemos sus mandamientos.

El Señor termina diciendo “¿Es Israel siervo? ¿es esclavo? ¿Por qué ha venido a ser presa?” Cuando Israel se alejó del Dios vivo, volvió a esclavitud, a merced del enemigo. Reflexionemos: si nos alejamos de Jesús, volveremos a ser esclavos del pecado y dejaremos de vivir en la libertad con que Cristo nos libertó. Recordemos lo que dice Gálatas 5:1 “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud”.  Oración.

«Señor Jesucristo, a libertad me trajiste después de ser esclavo del pecado, mi carne y el mundo. Afirma mi fe en ti y en tu palabra para obedecer tus mandamientos. Tú anhelas bendecirme, no permitas que me aleje de ti y permite que confíe en tu dirección y cuidado. Haz que jamás busque refugio fuera de ti, en cosas y personas que me fallarán, porque tú mi Dios eres lo único seguro. En Cristo Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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miércoles, 11 de mayo de 2022

Si es la voluntad de Dios, nada lo puede cambiar

 Si es la voluntad de Dios, nada lo puede cambiar

“E hizo pasar Isaí siete hijos suyos delante de Samuel; pero Samuel dijo a Isaí: Jehová no ha elegido a éstos. Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son éstos todos tus hijos? Y él respondió: Queda aún el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí. Envió, pues, por él, y le hizo entrar; y era rubio, hermoso de ojos, y de buen parecer. Entonces Jehová dijo: Levántate y úngelo, porque éste es” 1 Samuel 16:10-12.

¿Cómo saber qué dirección es la que Dios quiere que nosotros tomemos? Cuando es la voluntad de Dios que algo suceda en nuestra vida, nada lo puede cambiar; por eso, siempre debemos buscar su dirección. Él moverá el cielo y la tierra, pero su voluntad se cumplirá totalmente en nosotros. Efesios 2:10 dice “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”. Al ser escogidos, nos prepara y equipa para hacer lo que ya ha establecido.

Los propósitos de Dios para nosotros deben traer contentamiento; aunque probablemente enfrentemos tiempos de adversidad, podemos estar seguros que en esos tiempos Él hará que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo amamos y hemos sido llamados según su propósito (Romanos 8:28).

Estemos seguros que en los tiempos de espera Dios nos está preparando, guiando y enseñando para la obra que quiere que hagamos, como lo hizo con David, quien fue ungido rey pero se hizo en secreto; no fue coronado sino hasta mucho tiempo después, pero Dios estaba preparando a David para sus responsabilidades futuras. Lo ungió, sin embargo, tuvo que pasar por desiertos y necesidades para formar su carácter como rey.

Parecía que David era el menos dotado de todos los hijos de Isaí, pero el Espíritu del Señor descendió sobre él desde ese día en adelante y lo llenó de gran sabiduría, valor y con todas las capacidades de un príncipe. Esto le confirmaba que su elección era de Dios. La mejor evidencia de ser predestinados al reino de la gloria es haber sido sellados con el Espíritu de la promesa y experimentar su obra de gracia en nuestro corazón.

Aquí se nos enseña que solo Dios mira el corazón, por eso, como el profeta Samuel, debemos estar dispuestos a hacer la voluntad de Dios y así el Señor nos mostrará sus planes. David, que estaba apacentando ovejas, nunca se imaginó que sería el pastor de Israel y que el gran Hijo de David, el Señor Jesucristo, sería el cumplimiento de ese cuidado pastoral por todos los siglos.

El Señor juzga por la fe y el carácter, no por las apariencias. Y debido a que solo Dios puede ver el interior, solo Él puede juzgar a las personas con precisión; por eso, debemos desarrollar nuestro carácter interior. Mientras todo el mundo puede ver nuestra cara, solo Dios sabe cómo somos por dentro. ¿Qué pasos estamos tomando para mejorar la actitud de nuestro corazón?  Oración.

«Amado Señor, tú que examinas los pensamientos y el corazón, que conoces lo profundo de mi ser, que un día me escogiste y me ungiste con la presencia de tu Espíritu Santo, permite que mi corazón sea conforme al tuyo, que pueda cumplir tu voluntad y llevar a cabo tu propósito en esta tierra. Gracias porque me estas preparando cada día, guiándome y enseñándome para formar en mí el carácter de Cristo y así poder hacer la obra que me has encomendado. En el nombre de Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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martes, 10 de mayo de 2022

Proclamando fielmente su Palabra

 


Proclamando fielmente su Palabra

“La palabra de Jehová vino a mí, diciendo: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Veo una vara de almendro. Y me dijo Jehová: Bien has visto; porque yo apresuro mi palabra para ponerla por obra”. Jeremías 1:11-12

“Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro. Apocalipsis 22:18-19

En el pensamiento hebreo, entre todos los árboles, se consideraba el almendro como el árbol vigía, era conocido como el observador o despertador ya que era el primer árbol que aparecía después del largo invierno con las flores de la primavera. Dios le da la visión a Jeremías de “una vara de almendro” para que entienda que, así como ese árbol, él tenía que ser el vigía, el reloj despertador de la nación de Judá que había caído en un letargo espiritual y debía anunciarles un duro mensaje de juicio.

Se habían alejado de Dios y el juicio venía sobre ellos por haber violado el pacto y por caer en idolatría como dice Jeremías 1:16: “Y a causa de toda su maldad, proferiré mis juicios contra los que me dejaron, e incensaron a dioses extraños, y la obra de sus manos adoraron”. Dios le estaba diciendo a Jeremías que la palabra que le iba a dar los sacudiría de su deplorable condición espiritual, por eso dice: “porque yo apresuro mi palabra para ponerla por obra”; lastimosamente el pueblo no quería que se le les despertara y rechazaron el mensaje de Jeremías.

La palabra “apresuro” en el hebreo es “shacad” que significa “estar alerta”, “estar de vigilia”. El que vela diligentemente, valora toda enseñanza y se mantiene fiel en toda sencillez de su mensaje, porque ni una j ni una tilde dejarán de cumplirse, y porque nadie puede añadir, ni quitar a lo que Dios ya ha dicho. Una persona de fe siempre se apoya en la Palabra de Dios, y sabe que el Señor honra su Palabra por encima de todo, Él se ha comprometido a cumplirla, por eso, confía en sus promesas y toma en cuenta seriamente sus advertencias.

Como hijos de Dios debemos proclamar fielmente la Palabra de Dios como lo hizo Jeremías, sin concesiones con los que se oponen a su mensaje, sin distorsionar la verdad para agradar a otros, sin alterar su esencia para contentar a los hombres. Debemos estar plenamente convencidos que Dios protege a aquellos que anuncian su verdad con fidelidad. Por eso dijo en Jeremías 1:8 “No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová”   Oración inicial

«Padre amado, gracias por escogerme aun cuando pensaba que no lo merecía. Me envías a proclamar tu Palabra con poder, a ceñirme de tu verdad y levantarme sin temor para hablar tu mensaje de salvación a todas las personas que me rodean, que están dormidos espiritualmente por causa del pecado. Haz que yo pueda transmitir con fidelidad tus promesas y advertencias porque viene juicio sobre esta tierra y muchos necesitan ser alcanzados con tu gracia. En Cristo Jesús. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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lunes, 9 de mayo de 2022

Él da mayor gracia a los humildes

 


Él da mayor gracia a los humildes

“Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, más al altivo mira de lejos. Si anduviere yo en medio de la angustia, tú me vivificarás; contra la ira de mis enemigos extenderás tu mano, y me salvará tu diestra. Jehová cumplirá su propósito en mí; tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; no desampares la obra de tus manos”. Salmos 138:6-8

Dios está en el lugar más alto, por encima de todo; sin embargo, habita y está cerca de los humildes, para reavivar su espíritu y vivificar sus corazones, como dice Isaías 57:15 «Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, pero habito también con el quebrantado y humilde de espíritu, para reavivar el espíritu de los humildes y para vivificar el corazón de los quebrantados».

Se inclina a atender a los quebrantados de corazón, a los que reconocen su necesidad de Él. La humildad es una virtud que hace que su gracia se derrame de manera abundante sobre nosotros, dice: “Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes” Santiago 4:6.

Con los orgullosos no se muestra condescendiente, sino que los mira de lejos y los resiste. La soberbia es el pecado que nos separa de Dios cuando seducidos por el enemigo queremos actuar a nuestra manera, cuando permitimos que nuestra mente se envanezca, nuestros ojos se enaltezcan y creamos que estamos bien sin Dios.

A veces se malinterpreta el concepto de humildad y se asocia con silencio, sumisión y pensamientos de insuficiencia. Hay varias cosas que debemos saber para entender bien que es humildad:

1 Pedro 5: 5a “Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad”; nos enseña que debemos someternos unos a otros revistiéndonos de humildad. Esto implica aprender a recibir amonestación o consejo y entender que nuestras opiniones no siempre son mejores que la de los demás. Es aprender a conocer nuestros límites y ver la gracia de Dios en la vida de otros.

Nuestro enfoque debe ser humillarnos bajo la voluntad de Dios, entendiendo esto guardaremos sus mandamientos y no satisfaremos las expectativas humanas. La humildad no significa que debemos ser personas pasivas, Dios requiere del celo y la acción en nuestras vidas, con un espíritu afable y apacible en nuestro interior; y con el anhelo de hacer lo que agrada a Él.

No debemos jactarnos de nuestras habilidades y capacidades, sino reconocer siempre que nuestra competencia proviene de Dios, si usamos nuestros dones es para la gloria y propósito de Dios.

Cuando somos humildes el Señor cumple su propósito en nosotros y mira a aquellos que tiemblan a su palabra y la obedecen. Por ello, Jesús es nuestro máximo ejemplo de humildad, se despojó a sí mismo para cumplir el propósito divino en esta tierra, tengamos su mismo sentir y glorifiquémoslo con una vida en humildad y obediencia.  Oración.

«Amado Jesús, eres el máximo ejemplo de humildad, siendo Dios, te despojaste a ti mismo, tomaste forma de siervo, te humillaste para hacer la voluntad del Padre, te ofreciste voluntariamente en cada situación a fin de que el propósito de Dios se cumpliera a través de tu vida. Enséñame a ser humilde, obediente a tu Palabra para que hagas tu voluntad en mi vida. En Cristo Jesús. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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domingo, 8 de mayo de 2022

Confianza y perseverancia

 


Confianza y perseverancia

“No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará. Mas el justo vivirá por fe; y si retrocediere, no agradará a mi alma. Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma” hebreos 10:35-39

Este es un llamado a perseverar, a no abandonar la fe en tiempos difíciles, sino demostrar a través de la paciencia que nuestra fe es genuina. Necesitamos entereza para seguir haciendo la voluntad de Dios en medio de las adversidades, confiando nuestra vida presente y futura en manos de Dios, y recordando que Él ha sido fiel con nosotros en el pasado y lo seguirá siendo siempre.

Cuando dice “no perdáis vuestra confianza”, es no echarla fuera de nosotros por dura que sea la situación, porque tenemos una esperanza segura que es el regreso de Cristo, ya que se nos dice “aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará”. Esa confianza tiene un grande galardón, que es la vida eterna y la dicha de perseverar, mostrando la misma solicitud hasta el final con la obra de fe y amor en su Nombre, como dice hebreos 6:10-12 “Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún. Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza”.

Esta exhortación a la perseverancia y paciencia nos debe llevar a la esperanza, porque el Señor no quiere que ninguno retroceda, sino que vivamos estos tiempos con fe, colocando nuestra mirada en su regreso. No seamos de los que nos dejamos llevar a la deriva hacia atrás, porque podemos naufragar; sino de los que tenemos una fe que nos capacita para mantener el control de nosotros mismos, hasta que Él vuelva.

Cristo volverá pronto y culminará su plan salvador. Seamos de los que tenemos fe para preservación del alma (hebreos 10:39); por eso, sostengámonos como viendo al Invisible, como lo hizo Moisés quien creyó en la promesa, “Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible” (hebreos 11:27).

El que es justo ante los ojos de Dios, vivirá por la fe en Jesucristo, quien lo dio todo para asegurarnos una eternidad junto a Él, donde seremos recompensados ricamente.  Oración.

«Señor, gracias por alentarme con tu palabra, recordándome que siempre has sido fiel en medio de mis pruebas y compasivo con los que me rodean. Hazme crecer en confianza y perseverancia, haciendo con fidelidad la obra que me has encomendado. Dame la paciencia que me capacita para continuar en pie, bajo las circunstancias difíciles que estoy viviendo, por mi fe en ti y en la promesa de que pronto volverás. En Cristo Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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sábado, 7 de mayo de 2022

El evangelio es poder de Dios para salvación

 

El evangelio es poder de Dios para salvación


“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío, primeramente, y también al griego”. Romanos 1:16

“¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!” Romanos 10:14-15

Para el apóstol Pablo la evangelización era su pasión y estaba dispuesto a darlo todo por ella. Pablo empieza su carta a los romanos, diciendo que está orgulloso del Evangelio, es sorprendente el trasfondo de esta afirmación puesto que lo habían metido en la cárcel en Filipos, lo habían obligado a huir a Tesalónica, le habían sacado de contrabando en Berea, se habían burlado de él en Atenas y en Corinto su mensaje les había parecido una estupidez a los griegos y un escándalo a los judíos; sin embargo, él proclamaba que no se avergonzaba del evangelio porque era poder de Dios para salvación y salió victorioso cualquiera que fuera su situación.

En su vida había gratitud y convicción de que el evangelio era el poder de Dios que salva y transforma vidas. Quizás a nosotros como creyentes nos falta experimentar estas dos cosas, para que podamos llevar el mensaje de Cristo con valentía y pasión como lo hizo Pablo.

¿Cuál es nuestra concepción del evangelio de salvación? De pronto nunca hemos profundizado en ello, por eso quizás nunca compartimos su mensaje. ¿Es para nosotros “dunamis” que en el original griego significa fuerza, poder milagroso, potencia, potestad, dinamita entre otras; capaz de remover al ser humano y transformar por completo su naturaleza? ¿Es poder que rescata a esta humanidad de su perdición, de su pecado, de su enfermedad, de la muerte eterna, de la ira de Dios, de su desesperanza y separación del Creador? ¿O simplemente es un mensaje más de todos los que hay en este mundo?

 

El evangelio sólo puede transformar a aquellos que lo oyen, lo reciben y creen en él. Para ello, necesitamos la fe que es aceptación total y confianza absoluta en Jesucristo. La fe empieza por receptividad, cuando estamos dispuestos a escuchar, luego por asentimiento de la mente cuando estamos de acuerdo que es verdad, pero el paso decisivo es cuando se pasa a la entrega total, cuando nos rendimos incondicionalmente a él.

Pablo dice en Romanos 1:17 “Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá”. Ser justificados es entrar en una nueva relación con Dios, una relación de amor, de confianza y de amistad, en lugar del distanciamiento de la enemistad y el miedo. Ya no nos dirigimos a un Dios que irradia justo y terrible castigo, sino perdón y amor redentor.

El que está en la correcta relación con Dios, no por sus propias obras, sino por su absoluta fe en lo que el amor de Dios ha hecho a través de Jesucristo, puede experimentar vida nueva y eternidad.

Nosotros hemos sido enviados para proclamar su evangelio en esta tierra, tenemos el poder de Dios para salvación de muchas vidas, pero contestémonos estas preguntas que hace el apóstol Pablo: “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?” Las personas no pueden creer si no oyen el mensaje del evangelio, sino estamos dispuestos a predicarlo. Si queremos rescatar al mundo de la condenación eterna, comencemos por compartir con gratitud lo que el Señor ha hecho en nosotros.   Oración.

«Señor Jesucristo, gracias por tu obra salvadora en mi vida, ayúdame a recordar que soy tu voz en esta tierra, que he sido enviado a proclamar las buenas noticias, moriste en una cruz para que pudiera tener una relación correcta con mi Padre celestial, perdón de pecados y vida eterna, Permite que mi vida derrame de la gracia que me has dado. En el Nombre de Jesús. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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