viernes, 6 de mayo de 2022

Un ciego no puede guiar a otro ciego

 

Un ciego no puede guiar a otro ciego


“Y les decía una parábola: ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo? El discípulo no es superior a su maestro; más todo el que fuere perfeccionado, será como su maestro”. Lucas 6:39-40

“¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo puedes decir a tu hermano: hermano, ¿déjame sacar la paja que está en tu ojo, no mirando tú la viga que está en el ojo tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja que está en el ojo de tu hermano”. Lucas 6:41-42

“No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto. Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas”. Lucas 6:43-44

Estas enseñanzas de Jesús tienen mucho que ver con nosotros, no podemos guiar a otros si primero no ponemos atención a lo que está pasando en nuestra propia vida. No podemos dar de lo que no tenemos, no podemos enseñar lo que no sabemos y no podemos ayudar a otros si no somos libres primero de nuestras propias ataduras.

Si estamos ciegos ante nosotros mismos no podemos ver con claridad, ni mucho menos servir a los demás. Necesitamos la luz de Cristo en nosotros para poder andar sin tropiezo, tenemos que recibir primero la sanidad divina. Como en Marcos 10:51 “Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista”.

Es tiempo de dejar que la palabra de Dios sea implantada en nuestro corazón de tal modo que seamos fructíferos y se manifieste en todo lo que pensamos, hacemos y hablamos, porque el árbol se conoce por sus frutos. Dice la biblia “de la abundancia del corazón habla la boca”, entonces: ¿Qué tenemos en nuestro corazón? Que lo que habla nuestra boca concuerde con lo que abunda en nuestro corazón.

El Señor hoy nos invita a que todo lo que pensemos, hablemos o hagamos sea conforme a su palabra. Es difícil guiar a otros más allá de donde hemos llegado cada uno de nosotros. Primero debemos ser ejemplo en todo, para que otros puedan seguirnos.

No podemos juzgar y criticar a los demás si primero no examinamos nuestro propio corazón. Aquí con esta parábola Jesús nos enseña cómo un hombre con una viga en su ojo trata de sacarle una pajita al ojo de su vecino. No tenemos derecho a criticar a otros a menos que no tengamos ninguna falta y eso es casi imposible, porque todos somos pecadores y fallamos de una u otra forma.

Un maestro decía: «No puedo oír lo que me dices porque estoy escuchando lo que haces”. Las palabras bonitas no pueden tomar el lugar de las buenas obras. Es con nuestro testimonio que impactamos la vida de los demás. Hoy que hay tantas ideologías y sectas extrañas no podremos vencerlas con confrontaciones, palabrería e ira, sino demostrando la superioridad del evangelio a través de la transformación de nuestra vida, como el único poder que nos ha hecho mejores personas.

¿Qué nos está susurrado el Espíritu Santo hoy? Nadie puede hablar de Dios con verdad a menos que se deje guiar por el Espíritu Santo, porque Él es el que nos revela los verdaderos pensamientos e intenciones de nuestro corazón. Pidamos que nos conceda entendimiento para hablar y hacer todo lo que traiga el amor y la paz de Dios en los corazones de los que nos rodean.  Oración.

«Señor Jesucristo, dame visión espiritual, para entender primero el estado de mi vida, tú conoces mis pensamientos e intenciones con las que me dirijo a los demás, examíname para que sea consciente de mis propias faltas y no juzgue o critique a los otros sin primero corregir mis propios errores. Lléname de tu palabra y de tu presencia para que todo lo que piense, hable y haga provenga de ti. Dios, hoy me invitas a abordar mis relaciones con amor, bondad y sabiduría, siendo testimonio y ejemplo de transformación por medio de tu evangelio y de la gracia de tu Santo Espíritu. En el Nombre de Jesús. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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jueves, 5 de mayo de 2022

Un nuevo comienzo en Jesucristo

 


Un nuevo comienzo en Jesucristo

“Esperó aún otros siete días, y volvió a enviar la paloma fuera del arca. Y la paloma volvió a él a la hora de la tarde; y he aquí que traía una hoja de olivo en el pico; y entendió Noé que las aguas se habían retirado de sobre la tierra. Y esperó aún otros siete días, y envió la paloma, la cual no volvió ya más a él. Y sucedió que en el año seiscientos uno de Noé, en el mes primero, el día primero del mes, las aguas se secaron sobre la tierra; y quitó Noé la cubierta del arca, y miró, y he aquí que la faz de la tierra estaba seca. Y en el mes segundo, a los veintisiete días del mes, se secó la tierra. Entonces habló Dios a Noé, diciendo: Sal del arca tú, y tu mujer, y tus hijos, y las mujeres de tus hijos contigo. Todos los animales que están contigo de toda carne, de aves y de bestias y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, sacarás contigo; y vayan por la tierra, y fructifiquen y multiplíquense sobre la tierra”. Génesis 8:10-17

¿Alguna vez nos ha tocado empezar de cero en alguna situación de nuestra vida?

Aunque no lo creamos estamos aquí en esta tierra porque Dios ha sido fiel. En este relato del Génesis se muestra la fidelidad de Dios con el hombre y la naturaleza dándole una nueva oportunidad, un nuevo comienzo.

La creación se había pervertido y desviado del propósito original, a tal punto que Dios se arrepintió de haber hecho al hombre como nos dice Génesis 6:6 “Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón”. Pero su infinito amor y misericordia sobrepasaron el deseo de extinguir a la raza humana, cuando halló a un justo y su familia, lo que lo hizo desistir de raer toda su creación de la faz de la tierra. Se dice que este hombre halló gracia ante sus ojos. Génesis 6:8

Noé tuvo una fe ciega, a tal punto que construyó el arca en obediencia y no temió cuando el arca flotó mientras las aguas prevalecían sobre la tierra por 150 días (Génesis 7:24), simplemente confió su vida y su familia en las manos de Dios, aguardó pacientemente hasta que las aguas disminuyeran y entendió a través de la paloma que envió y no regresó, que ya la tierra estaba seca. Dios le dio a Noé un nuevo mundo, un nuevo legado, una nueva historia, un nuevo comienzo. Dios Padre hizo un pacto con Noé de que jamás volvería a destruir la tierra y como señal dejó el arco iris, para que constantemente recordáramos su fidelidad, porque sus promesas nunca fallan.

Le permitió al hombre continuar su vida en la tierra y a la naturaleza nuevamente desarrollar su potencial. Pero a pesar del diluvio, el ser humano no aprendió la lección y el mundo nuevamente se encuentra contaminado por el pecado. Dios, por su gran fidelidad hizo un nuevo y definitivo pacto de amor, envió a su Hijo amado a morir para satisfacer la demanda de justicia por causa de nuestros pecados. Una vez más Dios está dando una nueva oportunidad para que vivamos y tengamos esperanza.

Todos los que hemos creído y aceptado a Jesús en nuestra vida, hemos nacido de nuevo, somos criaturas nuevas, se nos dio otra oportunidad para vivir conforme a la voluntad de Dios y ser libres de la muerte, porque nos ha dado vida eterna por medio de Jesucristo.

Dios nos está dando un nuevo comienzo en Jesucristo. 2 corintios 5:17 “De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. ¿Estamos dispuestos a caminar en fe? ¿A confiar que Él nos guiará y a obedecer lo que Él nos diga?     Oración.

«Padre amado, gracias por tu fidelidad, tu inagotable amor y misericordia que me han dado nuevamente la oportunidad de vivir en esta tierra. Por aceptar lo que Jesús hizo por mí, ahora tengo vida eterna y una esperanza futura. Quiero rendir mi ser y pedirte que me ayudes a caminar en fidelidad. Eres un Dios bueno y misericordioso, por eso anhelo llevar tu mensaje de esperanza a los que me rodean, para que tengan la oportunidad de comenzar de nuevo. En el Nombre de Jesús. Amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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miércoles, 4 de mayo de 2022

Tenemos la unción del Santo

 

Tenemos la unción del Santo


“Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas” 1 Juan 2:20.

“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir” Juan 16:13.

“Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él” 1 Juan 2:27.

¿Qué es la unción del Espíritu Santo en el creyente? Cuando miramos la epístola del apóstol Juan, podemos ver que la unción del Espíritu es el mismo Espíritu Santo morando en el creyente; lo que significa que, desde el momento en que nos convertimos a Cristo, recibimos al Espíritu Santo y su unción. Dice: “Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros”, por esta razón no necesitamos orar pidiendo una unción especial para desarrollar la obra de Dios, puesto que ya la tenemos en nosotros; lo que debemos pedir y puede ser repetidamente, es la llenura del Espíritu Santo, para ser controlados por Él. Como lo dice el apóstol Pablo en Efesios 5:18 “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu”.

El Espíritu que mora en cada uno de nosotros desata y libera la totalidad de su poder para llevar a cabo cada aspecto de nuestra vida y ministerio, para la gloria de quien es la cabeza de la iglesia, Cristo. Mientras más vivamos en sumisión y obediencia al Espíritu Santo, más seremos usados y controlados por Él.

Una de las funciones del “Espíritu de verdad” es enseñarnos acerca de la persona de Jesucristo, porque nos lleva a comprender la verdad sobre la vida y obra redentora de Cristo y a discernir el error para que no seamos engañados con falsas doctrinas. Los verdaderos cristianos comprendemos las realidades espirituales gracias a la luz del Espíritu Santo.

 

La obra del Espíritu, en relación con los discípulos, era guiarlos a toda la verdad. El verbo “guiará” en el vocablo griego significa “conducir por un camino”, indica un progreso gradual. Lo que Jesús no pudo compartirles, por la inhabilidad de ellos de sobrellevarlo en ese entonces, ahora el Espíritu lo hará. Veamos Juan 16:12 “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar”. Esa promesa también es para nosotros, el Espíritu Santo adapta la enseñanza al nivel de madurez espiritual de cada creyente, compartiendo toda la verdad posible en cada etapa de nuestro desarrollo.

 

Así como en el Antiguo Testamento, el ungimiento de profetas, sacerdotes y reyes los capacitó para llevar a cabo su función, ahora, el Espíritu Santo, nuestra unción, nos capacita para entender la verdad de Dios y hacer el ministerio al que nos ha llamado.

 

La venida del Espíritu, fue y sigue siendo una ventaja indecible para la iglesia, es nuestra Guía, no solo para mostrarnos el camino, sino para influenciarnos continuamente; por eso, ser guiados a la verdad es más que simplemente conocerla, debe ser para nosotros deleite y poder transformador, para que todos los dones, toda la gracia, toda la predicación, todas las lenguas y milagros bajo la influencia del Espíritu Santo, sean para glorificar el nombre de Cristo.  Oración.

«Señor Jesucristo, gracias por el regalo de tu Espíritu, por la unción que me has dado a través de Él. Espíritu Santo, quiero que me guíes cada día a la verdad, a entender la palabra de Dios para aplicarla en cada aspecto de mi vida. Lléname de tu poder, úsame con cada don que has impartido sobre mí, quiero depender más de ti para llevar a cabo la obra que me has encomendado y glorificar así el nombre de Jesús en esta tierra, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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martes, 3 de mayo de 2022

El que ama permanece en la luz

 

El que ama permanece en la luz


“Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que, brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados” hebreos 12:15

“El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas. El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo”. 1 Juan 2:9-10

Cuando vemos las noticias en la televisión, ¿qué es lo que vemos y escuchamos?, lamentablemente información abrumadora de la violencia diseminada por todo el mundo. Como creyentes no estamos exentos del odio, pues lo vemos a menudo en nuestro entorno, en nuestra familia, en nuestro trabajo y aun en la misma iglesia, y no podemos permitir que llegue a nosotros y nos contamine. El apóstol Juan es muy claro cuando dice que el que aborrece a su hermano está todavía en tinieblas; esto es porque el resentimiento conduce a la oscuridad de nuestra alma y es la más grande barrera para nuestra comunión con Dios.

En hebreos se nos exhorta a no dejar que broten raíces de amargura cuando somos heridos por los que nos rodean, cuando nos enojamos y amargamos por las circunstancias por las que pasamos. Por el contrario, estamos llamados a ser luz e iluminar con el amor de Cristo a aquellos que nos lastiman y aborrecen. Jesús decía “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen” (Mateo 5:44).

El que permanece en la luz no tropezará, pero el que se llena de odio se enceguece y no sabe a dónde va. En oscuridad estamos espiritualmente ciegos y no podemos entender cuál es la voluntad de Dios.

Hay muchas maneras de manifestar resentimientos, como cuando nos volvemos indiferentes y le damos la espalda a las personas que nos ofendieron, cuando hay pensamientos y acciones de venganza contra los que nos han hecho daño, cuando no tenemos un espíritu perdonador, sino que alimentamos el rencor. Detrás de la falta de perdón está la amargura, que es como un veneno en nuestro interior, ya que genera raíces profundas, a tal punto, que todo lo que sale de nuestra boca contamina a todos alrededor con insultos y quejas que cargan el ambiente de malestar; y lo más triste es que dejamos de alcanzar la gracia de Dios.

Si hay alguna de estas manifestaciones en nosotros debemos preocuparnos, porque no estamos permitiendo al Espíritu Santo el control de nuestras emociones, sino que estamos actuando en nuestra carne. Hermanos, el perdón es lo que nos conduce de vuelta a la luz, si permanecemos en la luz no habrá ninguna causa de tropiezo. Permitamos al Señor que quebrante nuestro corazón, lo escudriñe y arranque toda raíz de amargura que está oscureciendo nuestra vida. Volvamos al amor de Dios, inundémonos de él y de su perdón para poder ver a otros con la mirada de Cristo y perdonar como Él lo hizo con nosotros.   Oración.

«Señor Jesucristo, dame un espíritu de perdón, no permitas que mis emociones me controlen, ni que el odio oscurezca la verdad de tu presencia en mi vida; quiero disfrutar de tu gracia y mirar a otros con bondad y misericordia, perdonarlos si me han herido y no permitir que ningún resentimiento y amargura nublen mi vida espiritual. Te entrego mis cargas y te pido que me ayudes a hacer tu voluntad. Rindo mi ser delante de tu presencia. En Cristo Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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lunes, 2 de mayo de 2022

¡Cuidado con las falsas doctrinas!

 

¡Cuidado con las falsas doctrinas!


“Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo. Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros. Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas. No os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira procede de la verdad. ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo”. 1 Juan 2:18-22

Aquí se nos muestra la encarnizada guerra que se mantiene entre la luz y la oscuridad; ahora esa lucha se manifestará con toda crudeza en estos tiempos finales, esa lucha que se inició cuando el más hermoso de los ángeles quiso ser como Dios e inició una rebelión que arrastró a muchas huestes celestiales; y aun sabiendo que ya fue derrotado por la muerte y la resurrección de Jesucristo, sigue engañando al mundo queriendo llevar al castigo final a cuantas almas pueda conquistar.

 

Juan nos dice que todo lo que se opone a Cristo es una doctrina falsa y él es el único que menciona la palabra anticristo en su primera y segunda epístola. Explica estas dos características: «estar en contra» de Cristo e «imitar ser» Cristo.

Observemos la expresión “Hijitos, ya es el último tiempo”, Juan lo escribió hace casi 2.000 años. «Este último tiempo» indica no solo los tiempos del apóstol Juan, sino nuestro tiempo presente. Él no solo afirma que vendrá o habrá un anticristo, sino que en sus días ya había «muchos anticristos»; y ¿cómo identificaba a un anticristo?, el pasaje nos dice “¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? ese es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo”.

El anticristo niega la deidad de Cristo, él está en su contra, es su enemigo sobre la tierra, por eso el mismo apóstol nos aconseja en 1 Juan 4 :1-3 “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo”

Como no todo espíritu es de Dios, se nos recomienda probarlos. Hoy existen películas, libros, información en las redes, que no revelan la verdadera identidad de nuestro Salvador y presentan una imagen distorsionada del Señor Jesucristo. Por eso, como creyentes, debemos siempre basarnos en la palabra de Dios que es la verdad revelada y nos muestra claramente a Jesús en toda su deidad y humanidad.

 

El anticristo es un engañador; él pretende ser Cristo y aparenta ser como Cristo, pero esto no lo hace como Él. Eso es exactamente lo que el Señor Jesucristo anunció; Él dijo que vendrían muchos en su nombre, usando su nombre, diciendo que eran Cristos: “Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos” (Mateo 24:24).

Jesús nos invita a descubrirlo en las Escrituras, Juan 5:39 dice “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí”. Tenemos su palabra y también la unción de su Santo Espíritu, podemos conocer todas las cosas a través de Él. Recordemos 1 Corintios 2:10 que dice “Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios”.

Miremos entonces qué es lo que creemos, porque quizá nuestras costumbres, hábitos, el modo de enfocar y vivir nuestra vida pueden ser contrarias a Jesucristo y a sus enseñanzas.  Oración.

«Gracias mi Jesús porque me llevas a tu palabra, a escudriñarla cada día para encontrarte en ella. Tú eres el camino para la vida eterna, eres la palabra viviente, porque todo lo que dijiste e hiciste da testimonio de que eres el Cristo, el Hijo de Dios que vino en carne para dar su vida por esta humanidad. Solo anhelo ser un reflejo de ti, que haya coherencia entre lo que creo y hago para que mi vida siempre esté acorde a tus enseñanzas. En el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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domingo, 1 de mayo de 2022

El verdadero conocimiento de Dios

 

El verdadero conocimiento de Dios


“El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo” 1Juan 2:4-6.

“Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” Efesios 4:13.

Este pasaje habla de conocer a Dios, de estar con Dios y permanecer en Dios, lo que implica tener una relación personal con Él; y este debe ser el anhelo de nuestro corazón. San Agustín decía “Nos creaste para ti, Señor, y nuestro corazón andará siempre inquieto mientras no descanse en ti”.

Antes había muchas líneas de pensamiento sobre el conocimiento de Dios; los griegos estaban convencidos que podían llegar a Dios por medio del razonamiento y búsqueda intelectual, posteriormente trataron de encontrar a Dios en la experiencia emocional y esto dio a luz religiones misteriosas, llevando a las personas a un punto de expectación y sensibilidad emocional. Esto no era conocer a Dios ni sentir a Dios, era solo una experiencia pasajera.

Para los judíos el conocimiento de Dios no era por especulación humana ni por una experiencia en las emociones, sino por la propia revelación de Dios. Esta manera también está relacionada con el cristianismo; Dios se ha revelado a sí mismo por medio de su palabra, haciéndose conocer como un Dios santo, una santidad que conlleva, al que lo conoce, a la obediencia de sus mandatos. Por eso, Juan nos dice que el conocimiento de Dios se puede demostrar solamente por la obediencia a Él.

Para nosotros, los que creemos en Jesús, conocer a Dios es experimentar su amor en Cristo y devolver ese amor con obediencia. La única manera de demostrar que somos obedientes y estamos unidos a Cristo es imitándolo, Juan lo expresa así “El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo”. El que pretenda permanecer en Dios debe vivir entonces de la misma manera como Jesús vivió.

Juan plantea dos principios aquí: el conocimiento debe llevar a la obediencia y la unión debe llevar a la imitación, lo que debe impulsarnos cada día a andar en santidad, no tomando a la ligera el pecado ni permitiendo que alguna situación nos induzca a él.

El conocimiento de Dios debe afectar nuestro diario vivir para poder andar como Él, en amor, en misericordia, en santidad, entre otros. Juan se deleita en decir que Jesús es el hombre modelo que debemos imitar, entonces debemos pedirle al Señor que nos ayude a crecer a su estatura espiritual.   Oración.

«Amado Dios, gracias porque me desafías a tener una vida digna al llamado que he recibido, me estimulas a crecer en amor y conocimiento de tu palabra para que sea obediente a tus preceptos; gracias porque me has dado tu revelación para querer vivir como Jesús, con humildad, gentileza, santidad, amor y misericordia. Quiero que cuando otros observen mi vida puedan verte a través de mí. En Cristo Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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sábado, 30 de abril de 2022

Mi gozo está en Dios

 

Mi gozo está en Dios


“Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya fruto, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación. Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar.” Habacuc 3:17-19

En la vida, por propósito y bondad de Dios, pasamos por diversas situaciones y circunstancias; y evidentemente una de las cuales más nos afecta o en parte nos descontrola, es cuando tenemos escasez; escasez económica, de respuestas, de compañía y en general escasez emocional y hasta espiritual, pues como la palabra lo dice nos está haciendo falta algo, algo que indudablemente necesitamos y anhelamos.

Pero lo cierto de todo esto, por difícil y doloroso que sea, es que es completamente necesario en nuestra vida y es a través de lo cual el Señor nos quiere edificar. Por eso, Él a través de su palabra, nos enseña que por mucho que veamos escasez o falta de fruto en una o muchas áreas de nuestra vida, nuestro gozo nunca debe faltar; puesto que, nuestra alegría y plenitud no deben depender de los resultados o las circunstancias, sino que siempre deben estar puestas en Dios.

El gozo de nuestra vida está en conocer a Dios, en tenerlo a Él en nuestro corazón y en saber que nos ama y que cada mañana su misericordia es renovada. Eso es lo que a nosotros nos debe llenar el corazón de alegría y gozo, pues todo lo demás son añadiduras, de las cuales Dios se encargará de suplir en su tiempo y conforme al plan y propósito en el cual quiere que andemos.

Recordemos además este mandato básico y claro, dice Dios en 1 Tesalonicenses 5:16, 18 “Estad siempre gozosos.” “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.” Así que, el llamado es para que en todo tiempo vivamos en el gozo de Dios y agradecidos por su gran amor.   Oración.

«Padre Celestial, te confieso que en estos momentos de escasez siento desfallecer, pues no veo el fruto que anhelo y espero; pero he visto que aun en ellos me estás bendiciendo, pues me formas y fortaleces para los planes y propósitos que me tienes. Así que, como me has enseñado, mi deseo es que a pesar de que esté pasando por esos momentos, mi alegría y mi gozo sean manifiestos, pues tengo conmigo al Dios de mi salvación. En el nombre de Jesús, amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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