lunes, 2 de diciembre de 2019

Con Dios todo tiene sentido


Con Dios todo tiene sentido

«Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar; tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz. ¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana? Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él. Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin».
A veces nos enfrascamos en la rutina diaria y pensamos que los días pasan sin sorpresas, sin nuevas expectativas, esto nos sucede cuando perdemos el norte y olvidamos que cada día para Dios tiene un propósito. Nos olvidamos de Dios, pero Él jamás se olvida de nosotros, aunque esté silencioso, está cuidándonos en silencio. Comprendamos que “todo tiene su tiempo”, este es el tiempo de plantar, edificar, abrazar, guardar, amar… Si alguna vez nos sentimos sin sentido, recordemos que nuestras vidas son de infinito valor para Dios y que su Presencia está siempre con nosotros cuidándonos. Descubramos en esa relación personal e íntima que tenemos con Dios cada día, cuál es su voluntad para nosotros, entonces sabremos que en las manos del Señor no hay vidas estériles, hay mucho que aprender y hacer. Cuando dejemos de pensar un poco en nosotros mismos y coloquemos nuestra mirada en los demás, entenderemos que cada día nos ofrece una oportunidad de servir y dar de lo que somos y tenemos. Es tiempo de amar, plantar, curar, edificar… no lo desperdiciemos. Oración.
Amado Jesús, ayúdame a encontrarle sentido a cada día de mi vida, entendiendo que separado de ti nada puedo hacer, gracias porque soy importante para ti y me has escogido para hacer tu voluntad en este mundo. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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domingo, 1 de diciembre de 2019

Dios nos seduce con cuerdas de amor


Dios nos seduce con cuerdas de amor
“Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en él, y él en Dio
s”, 1 Juan 4:16b
Cuando el hombre trata de definir a Dios, generalmente lo hace en términos humanos, concibiéndolo conforme a las pasiones egoístas de su corazón, pero cuando Juan proclama “Dios es amor”, está haciendo una declaración del carácter de Dios, pues es el más importante de sus atributos: el amor.
La Biblia nos muestra las más extraordinarias manifestaciones del amor de Dios por su pueblo, en Oseas 11:1-2 dijo: “Cuando Israel era niño, yo le amé, y de Egipto llamé a mi hijo. Cuanto más los llamé, tanto más se alejaron de mi presencia”. Aquí el profeta dulcemente muestra la mente y los pensamientos más profundos e íntimos del corazón de Dios. El profeta continúa diciendo: “Yo con todo eso enseñaba a andar al mismo Efraín, tomándole de los brazos; y no conoció que yo le cuidaba. Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; y puse delante de ellos la comida” (Oseas 11:3-4). Nos describe la imagen de un padre abnegado y amoroso que cuida a su hijo durante esos indefensos primeros años, tomándole de los brazos y ayudándole en sus primeros pasos. ¡Qué afecto, entrega, cuidado y cariño!
Esas manifestaciones de amor se sellaron en Juan 3:16 que dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, más tenga vida eterna”. El amor es entrega y Dios entregó en sacrificio a su Hijo Único para que nosotros, los que ponemos la fe en Él, estemos toda la eternidad en su presencia. Este es un amor asombroso, y somos nosotros quienes decidimos disfrutar de ese amor o rechazarlo, y aun así, Dios nos sigue llamando y todo lo que tenemos que hacer es aceptar su amor en la persona del Señor Jesucristo. Oración.
Amado Padre, cierro mis ojos y vuelvo al vientre de mi madre, convencido que tú diste el soplo de mi vida y esperas mi nacimiento para tomarme de la mano y enseñarme a caminar. Me has tomado en tus brazos y sobre tus hombros me has cuidado. Qué amor tan perfecto y sublime es el que tú das, gracias mi amado Dios. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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sábado, 30 de noviembre de 2019

Muéstranos Señor el camino a seguir


Muéstranos Señor el camino a seguir
“Muéstrame, oh Señor, tus caminos; Enséñame tus sendas. Encamíname en tu verdad, y enséñame, Porque tú eres el Dios de mi salvación; En ti he esperado todo el día., Salmos 25:4-5
Para conocer el camino que debemos seguir, necesitamos la guía de Dios, por lo tanto, reflexionar en sus preceptos y considerar sus caminos escritos en la Biblia, es fundamental para transitar la vida por el camino correcto, como se explica en Salmos 119:15. Pero muchas veces nos desviamos, tomamos una ruta equivocada, porque navegamos sin mapa, sin GPS y sólo vamos tomando la dirección que nuestros sentidos o conveniencias personales nos digan, ¿no será mejor consultar a quien sabe y conoce el camino por el que debemos andar?
Si consideramos la vida como un viaje, en el que día a día debemos tomar un ruta, donde abordamos un barco para llegar a un destino, tendríamos más cuidado de saber no sólo cómo navegar sino qué dirección tomar, usando los instrumentos adecuados; en la práctica, Dios nos ha dado varias herramientas para que no nos perdamos: su Palabra, la oración, la alabanza, la comunión con nuestros hermanos y su Santo Espíritu que nos guía conforme a su verdad.
Tenemos todos los elementos, pero debemos ponerlos en acción por medio de la fe. Practicar un devocional diario y constante reúne estos elementos para que escuchemos a Dios antes de iniciar cualquier actividad, confiemos en Él, pongamos en práctica su Palabra y esperemos que Dios nos muestre el camino por donde debemos andar (Salmos 143:8).
Todos sus caminos son de bendición, llenos de misericordia y verdad para los que ponen en práctica su Palabra (Salmo 25:10). Dios no sólo está dispuesto a enseñarnos sino que también nos promete bienestar, protección, sacarnos de toda aflicción y muchas más recompensas (Salmo 25:13-17), por lo tanto, demostremos toda confianza y mantengamos una vida devocional que nos lleve a ser guiados por el camino correcto en cada viaje diario de la vida. Oración.
Señor, tú me das todas las herramientas para no desviarme del camino, ayúdame a mantenerme fiel y constante, creciendo en tu Palabra y colocando en acción todas las cosas que me has dado para crecer y recibir dirección. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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viernes, 29 de noviembre de 2019

No somos como el resto del mundo


No somos como el resto del mundo

 “Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad. Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste”.
Frecuentemente en la vida ocurren situaciones que piden una decisión de nuestra parte, y siempre tenemos muchas opciones, pero solo una forma correcta de proceder delante de Dios. Si voy tarde al trabajo y mi jefe me pregunta porque llegué tarde la única forma correcta de proceder es decir la verdad: me levanté tarde, lo correcto sería levantarse temprano, pero la mentira siempre está delante de nosotros.
En nuestra vida cotidiana se dan todas estas situaciones en las que deberíamos honrar al Señor. Si se da cuenta en el ejemplo anterior, la mentira resultó de algo que sabiendo previamente que no debo hacer, aun así, lo hice; el pecado siempre llama más pecado y Dios no se hace el ciego ante ellos como si lo hace el mundo. El Señor Jesús oró por nosotros que hemos creído en él, para que seamos guardados del mal.
Desde la próxima y cada decisión que tomemos sea grande o pequeña, hagamos exactamente lo que Dios dice, no lo veamos como nuestro Dios grande para unas, cosas, pero el que no interviene en otras, esto claro, requiere tener a Dios como una prioridad real en nuestra vida. Finalmente, si creemos que somos sus hijos, decidamos ya no vivir de cualquier manera sino a su manera. Santifiquémonos en su verdad; su palabra es verdad. Oración.
Señor, tú me escogiste para andar en tu camino, tú me viste primero y decidiste que yo iba a ser tu hijo e iba a ser salvo. Quiero corresponder, ya no quiero servir en tus filas y al mismo tiempo en las del mundo, que sea mi anhelo vivir por ti y para ti sin ningún reparo, santificado en tu verdad. Amen. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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jueves, 28 de noviembre de 2019

Un nuevo nombre


Un nuevo nombre
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.”, Apocalipsis 2:17
Dios cambió el nombre de Abram que probablemente significaba “el padre es exaltado”, a Abraham, que significa “Padre de una multitud”. Esto sucedió cuando realizó el pacto con él, de darle la tierra prometida y una descendencia numerosa (Génesis 17:5), de la cual hacemos ahora parte por medio de la fe en Jesús, según Gálatas 3:29.
Al mismo tiempo, Dios cambió el nombre de «Sarai», la esposa de Abraham, que significa «mi princesa», por el de «Sara», que significa «madre de naciones» (Génesis 17:15). El mismo hecho sucedió con Jacob, su nombre alude a la suplantación y engaño que hizo a su hermano Esaú, pero luego de que tiene un encuentro personal con Dios, sería identificado como aquel que «había luchado con Dios y con los hombres y venció» (Génesis 32:28).
Jesús cambió el nombre de Simón, al de Pedro, cuando lo llamó a servirle. Luego de la muerte y resurrección de Jesús, Pedro inicia contundentemente la predicación el día de pentecostés cuando el Espíritu es derramado sobre los creyentes allí reunidos (Hechos 2).
Ahora nosotros, en Cristo somos más que vencedores (Romanos 8:28-39) y Dios nos ha dado una nueva identidad, puede que conservemos el nombre puesto por nuestros padres, pero cuando recibimos a Cristo no somos las mismas personas y estamos llamados a actuar según nuestra nueva naturaleza, considerándonos muertos al pecado pero vivos en Cristo, y por lo tanto no debemos permitir que el pecado controle nuestra vida, ni caigamos ante los deseos pecaminosos (Romanos 6:11-12). Así como la vida de estos siervos cambió radicalmente al tener un encuentro personal con Dios y obedecer a sus promesas, nuestra vida debe tomar un giro al aceptar esta nueva identidad, una nueva manera de pensar y actuar siguiendo la Palabra de Dios.  Oración.
Señor, me diste un nuevo comienzo, soy nuevo gracias a Cristo y el pecado no gobierna en mi vida, dirige mis pasos y fortaléceme en tu verdad, para vivir arraigado en tus promesas, sobreedificado en tus principios y lleno del fruto del Espíritu Santo. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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miércoles, 27 de noviembre de 2019

Alaba a Dios. Parte 1


Alaba a Dios. Parte 1
“Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias; el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila”, Salmo 103:1-5
En el antiguo testamento, los términos usados para alabanza son ‘halal’ significado parafraseado de hacer ruido, ‘yada’, relacionado con acciones y gestos corporales que acompañan la alabanza, y ‘zamar’ término relacionado con la música y el canto. En el Nuevo Testamento el término usado es ‘eujaristein’, que literalmente significa dar gracias y ‘eulogein’ que significa bendecir, ambos sugieren una relación íntima con la persona que es objeto de la alabanza.
En la Biblia entera se hallan muchos casos de alabanza que surgen espontáneamente de un corazón agradecido por los favores realizados por Dios. En Salmos 104:31 se declara que la gloria es para Dios y Él se deleita y complace en sus obras, y toda la creación expresa su gozo en alabanza (Job 38:7).
Nosotros fuimos creados para alegrarnos en la obra de Dios (Salmo 90:14-16), y para expresarle a Él todo nuestro gozo por los favores recibidos, incluyendo su perdón por nuestros pecados, porque cuando el reino de Dios llega a nuestro corazón (Es decir Cristo mora en nosotros), es restaurada en nosotros la alegría, la plenitud y a pesar de la dificultades que puedan existir, es quitada la angustia y esto produce un gozo inefable, que deriva en alabanza a Dios (Isaías 9:1-2).
Poder realizar la acción de gracias hacia Dios, expresada en alabanza, aun en medio de los sufrimientos de la vida diaria, santifica todos los aspectos de nuestra vida (1 Corintios 10:30-31) y es muestra de una ofrenda real y verdadera a Dios (Filipenses 2:17), así que empecemos nuestro día alabando a Dios con todo agradecimiento. Oración.
Señor, gracias por la vida eterna que me diste en Cristo, aun en medio de aflicciones te alabaré, tú eres la mayor alegría y en tu Palabra encuentro regocijo. Te alabo oh, mi Dios, por las grandes cosas que haces en mi vida y por lo que harás poderosamente en mí, para tu gloria y honra. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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martes, 26 de noviembre de 2019

Un cambio de dentro hacia afuera


Un cambio de dentro hacia afuera

“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que, por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, más por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.”, Mateo 23:27-28
El Señor Jesús, de manera contundente, declaraba la verdad a los religiosos de la época, porque en apariencia, daban la impresión de ser justos, buenos y personas rectas, pero en sus corazones no había un cambio verdadero, estaban llenos de hipocresía, desenfreno, y exigían a los demás cumplir rígidamente leyes que ni ellos mismos cumplían (Mateo 23:4).
De qué sirve que nosotros tengamos en apariencia ser justos y buenos, pero en realidad nuestra mente está llena de malos pensamientos y nuestras acciones no cumplen el nuevo mandamiento del amor (Juan 13:34-35).
Necesitamos, por tanto, ser renovados en nuestro interior, alejar la hipocresía y la mentira de nosotros mismos y de nuestro prójimo, quitarnos ese ropaje de la vieja naturaleza con sus vicios y colocarnos la nueva que Cristo nos dio en la cruz, que se va renovando hasta que lleguemos al pleno conocimiento de Dios. (Colosenses 3:9-10).
El cambio debe indefectiblemente tener un punto de inicio, y es en la fe de Cristo porque sin Él no hay un cambio verdadero, por esto Él nos dice “…El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24). Por esto debemos ir a su Palabra para que el cambio sea desde dentro hacia afuera, puesto que Jesús dijo en Juan 5:46-47 “Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Pero si no creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras?” ¿Crees en lo que está escrito? Empieza hoy el cambio en tu vida, escudriñando las escrituras (Juan 5:39) Oración.
Señor, anhelo un cambio profundo en mi vida, guíame por lo tanto en tu Palabra, porque da testimonio de Cristo para vida eterna, permíteme ser renovado en mi interior y que esto se refleje en mi vida externa con toda bendición y fruto de amor. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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