martes, 29 de octubre de 2019

DIOS DE JUSTICIA Y JUICIO


DIOS DE JUSTICIA Y JUICIO

“Entonces Jehová le dijo: Por cuanto el clamor contra Sodoma y Gomorra se aumenta más y más y el pecado de ellos se ha agravado en extremo descenderé ahora, [...] Y se acercó Abraham y dijo: ¿Destruirás también al justo con el impío? Quizá haya cincuenta justos dentro de la ciudad: ¿destruirás también y no perdonarás al lugar por amor a los cincuenta justos que estén dentro de él? Lejos de ti el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío, […] El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo? Entonces respondió Jehová: Si hallare en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo este lugar por amor a ellos. Y Abraham replicó y dijo: […] Y volvió a decir: No se enoje ahora mi Señor, si hablare solamente una vez: quizá se hallarán allí diez. No la destruiré, respondió, por amor a los diez”, Génesis 18:20-32
El pecado de Sodoma había llegado al colmo; por eso, la tierra emitió un clamor desde ese lugar. Dios respondió para establecer justicia y juicio, pero no sin antes contarle a su amigo Abraham, “Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer,…? (Génesis 18:17-18)
Abraham intercede por Sodoma, pues su sobrino Lot y su familia residen allí, y lamentablemente no había 50, ni 45, ni 30, ni aún 10 justos. Cuando llegó a los diez, Abraham detuvo su intercesión, tal vez ni aún el número completo de la familia de Lot hallaba justificación a los ojos de Dios.
El corazón de Dios no es de venganza, sino de justicia. Pero antes de hacer juicio, Él muestra su misericordia llamando al arrepentimiento. La Biblia claramente dice que Dios no quiere la muerte del impío, sino que se arrepientan y vivan. “Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos” (Ezequiel 33:11a)
En ocasiones la maldad del mundo nos lleva a preguntarnos, por qué Dios no actúa frente a los malos como con Sodoma. Quisiéramos ver de inmediato el castigo y a veces hasta quisiéramos que les lloviera fuego. Pero Dios es inmensamente paciente, amoroso y justo, dice la Biblia “Jehová, tardo para la ira y grande en misericordia, que perdona la iniquidad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por inocente al culpable” (Números 14:18)- El Señor siempre hace justicia y da a los que hacen iniquidad el justo pago por sus acciones.
Maravillosa es la misericordia de Dios para con el mundo de hoy, pero también dice la Palabra: “¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!” (hebreos 10:31), por tanto, el arrepentimiento está en nuestras manos, pues terribles consecuencias traen el pecado.    Oración.
"Amado Dios, quiero en oración buscar tu rostro, convertirme de mis malos caminos, para que tú me escuches desde los cielos, y perdones mis pecados, libera mi alma de todo lo que es contrario a tu santidad. Quiero caminar en rectitud, para que tus justos juicios sean gratos a mí vida y desde hoy bendeciré tu nombre para siempre, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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lunes, 28 de octubre de 2019

LA VERDADERA FE


LA VERDADERA FE
“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.”, Romanos 10:17
La fe cristiana no es fe ciega, es una fe confirmada, comprobada y manifestada por medio de Cristo; aunque se nos enseña en la Biblia a tener confianza en lo que no vemos (Hebreos 11:1), eso que no vemos son las promesas de Dios, en las cuales confiaron los antiguos hombres de Dios y por causa de ellas fueron capaces de hacer grandes cosas; así mismo, al confiar y obedecer a Dios antes que a los hombres, estas promesas se cumplirán indefectiblemente también en nuestras vidas.
Es una certeza que lo que Dios dice que hará, aunque no lo veamos por un lapso de tiempo, tendrá su cumplimiento (Números 23:19).
Y la gran evidencia de nuestra fe es la muerte y resurrección de Cristo, es un hecho comprobado no sólo por los evangelios, sino también por historiadores de la época y por miles de creyentes alrededor del mundo, por eso su fundamento es una profunda confianza en las Palabras de Cristo, porque como dice la escritura : “por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.” (Hechos 17:31), y si sabemos que Cristo resucitó, por este hecho nuestra fe no es vana, ni nuestro anuncio de la verdad (1 Corintios 15:14).
Hermanos, nuestra fe no es producto de una superstición, ni de una hipótesis, es un hecho que Cristo resucitó y que ahora vive en el corazón de cada creyente, de todo aquel que le recibe, que confía en Él como su Señor y Salvador. (Romanos 10:8-10). Si no tienes a Cristo, estás invitado a comprobar este hecho, y ser testigo de esta certeza que nos acompaña a muchos, prestando atención a la Palabra de Dios e invitando a Cristo a morar en tu corazón. (Juan 3:16). Oración.
"Señor Jesucristo, gracias por morir por mí en la cruz, me arrepiento de mis pecados, te entrego mi vida, mi corazón y anhelo obedecerte, dirige mis pasos como sólo tú lo puedes hacer. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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domingo, 27 de octubre de 2019

VASOS VACÍOS O VASOS LLENOS


VASOS VACÍOS O VASOS LLENOS
” y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.”, Colosenses 2:10
Sin Cristo somos como un vaso vacío, que sin líquido no está cumpliendo el propósito para el cual fue fabricado. Por esto, el hombre sin Cristo en el corazón, no está cumpliendo el propósito para lo cual fue creado.
Entonces, el hombre sin Dios intenta cubrir ese vacío con cosas temporales, pero nunca podrá llenarlo y sólo logra que cada día se abra más ese espacio, esa incertidumbre.
Cuando recibimos a Cristo, Él ilumina nuestro corazón con su luz para que podamos entender la gloria de Dios, su grandeza y su poder. Esta buena noticia (La Palabra de Dios) que nos llenó, es un gran tesoro que contenemos nosotros como si fuéramos vasos frágiles de barro, porque este gran poder no viene de nosotros sino de Dios (2 Corintios 4:6-7), y si hemos sido llenos, es para que así mismo, por nuestro anuncio y por compartir su Palabra, otros dejen de ser vasos vacíos y sean llenos del conocimiento de aquel que nos sacó de las tinieblas a la luz verdadera.
Por esta razón, somos llenos y completos en Cristo, porque ahora tenemos un propósito que implica una responsabilidad, ya que se nos ha confiado un inmenso tesoro, el más grande que puede existir en la tierra: el evangelio y la Palabra de Dios. Recordemos que “…a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá. “(Lucas 12:48b) Oración.
"Gracias Señor porque me llenaste del amor de Cristo, y es por tanto mi responsabilidad anunciar a otros el tesoro que has confiado en mí, para que sean llenos de tu gracia y del conocimiento de la Palabra de verdad. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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sábado, 26 de octubre de 2019

NO NOS CANSEMOS DE ORAR


NO NOS CANSEMOS DE ORAR
“También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia. Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?”, Lucas 18:1-8
¿Qué es lo que nos aflige, qué es lo que nos preocupa, qué hay en nuestra vida que nos mantiene despiertos en la noche, cuál es esa gran duda?
La oración es la respuesta para enfrentar toda intriga, toda duda, todo problema.
Dios nos ama para mostrarnos qué debemos hacer si estamos dispuestos a preguntárselo, a escucharlo, a confiar en Él y a esperar en su tiempo.
Por mucho que nos preocupemos, no podemos hacer que algo suceda, como el Señor Jesús lo dijo para nuestra reflexión: “¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?” (Mateo 6:27), pero lo que sí puede suceder si nos angustiamos, es que nos podemos enfermar, y también llenar de angustia a otras personas.
Lo que sea que logremos en nuestra vida lo lograremos de rodillas ante Dios, no en nuestras fuerzas, porque Dios no se deleita o no se agrada en la fuerza del caballo o en la agilidad del hombre, sino que se complace en que lo tengamos en cuenta en nuestro camino, y que esperemos confiadamente en su misericordia. (Salmos 147:10-11). No es nuestro afán, ni nuestra angustia la que cambiará el rumbo de las cosas, sino nuestra fe en Cristo, por medio de la oración insistente, continua, sin desfallecer.
Así que no nos cansemos de clamar a Dios, pues en su momento recibiremos la mejor respuesta, la alternativa para nuestra bendición; confiemos en que pronto nos hará justicia si clamamos de noche y de día. Oración.
"Señor, he puesto mi confianza en ti, sé que me escuchas y están atentos tus oídos a mis súplicas, sé que me mostrarás el camino que debo seguir y me darás conforme a tu voluntad lo mejor para mi vida. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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viernes, 25 de octubre de 2019

¡CONVENCEDLOS!


¡CONVENCEDLOS!

 “Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver, sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados.”, Santiago 5:19-20
“conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna. A algunos que dudan, convencedlos.”, Judas 21-22
El conocimiento de Dios puede derrumbar toda mentira que quiera mantenernos esclavos y en derrota, con los argumentos de su Palabra podemos corregir nuestro camino y también enseñar a los demás a obedecer a Cristo (2 Corintios 10:5). Fácilmente nos podemos desviar de la verdad cuando nos dejamos convencer por argumentos sutiles de miedo y mentira que nos vende el mundo de hoy.
Así mismo, si en nuestra relación íntima con Dios vemos que un hermano se ha desviado, podemos restaurarlo con espíritu de mansedumbre, considerando que nosotros también podemos ser tentados y caer (Gálatas 6:1), podemos pasar por la misma situación de dificultad y duda, pero la Palabra de verdad nos hace regresar al camino, por tanto todos necesitamos de todos. Si no estamos dispuestos a restaurar ni a dejarnos corregir, mediante la escritura, es evidencia de ahí orgullo en nuestro corazón, que en oración debemos entregar a Jesús.
Permanecer en el amor de Dios implica tener sumo cuidado y atención por nuestros hermanos, ayudándonos a crecer; implica convencer al que está equivocado y se ha desviado del camino por medio de los argumentos del amor, teniendo en cuenta que nosotros podríamos también necesitar la misma ayuda en algún momento y así evitar un gran sufrimiento. Oración.
"Señor, guíame y lléname de amor por los demás para sacarlos de esa duda en la que alguna vez estuve sin ti, y dame el conocimiento para enseñarles el camino de Cristo. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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jueves, 24 de octubre de 2019

ZARZAS ARDIENTES


ZARZAS ARDIENTES
“Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios. Y se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema. Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí.”, Éxodo 3:1-4
Cuando Dios nos habla, algo cambia en nuestra vida, Él tiene formas muchas veces insospechadas por nosotros de llamar nuestra atención, para que lo escuchemos atentamente y reconsideremos nuestra vida, para que tomemos decisiones correctas, o cambiemos algo que no le agrada.
Nos puede hablar por medio de una zarza ardiente espiritual. ¿Cuáles son las zarzas ardientes en nuestra vida? Son las cosas que suceden, tal vez fuertes o conflictivas, que no se pueden ignorar y retan nuestra vida, pues nos quieren llevar a una nueva posición porque nos desafían a confiar plenamente en Dios y tienen un efecto perdurable. Esto pasó con Moisés, luego de que Dios le hablara, su vida nunca volvió a ser la misma.
La clave es la confianza en Dios, porque muchas veces aparentemente no nos dirá exactamente lo que debemos hacer en alguna situación, pero podemos estar seguros de que Él colocará las cosas de tal forma que será para nuestra bendición, como dice Proverbios 3:5-6: “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.”
Dios está dispuesto a hablarnos si estamos dispuestos a escucharlo, pero lo más importante, después de escucharlo, es obedecer
.
Dios nunca nos diría algo que no fuera lo mejor para nosotros, así que, aunque no conocemos toda la historia o el final de nuestra vida, podemos estar confiados de que Dios dispondrá y nos llevará paso a paso para completarla, hasta llegar al mejor fin que tiene planeado para nosotros (Jeremías 29:11). Él tiene la mejor historia para nosotros y el mejor final, que no es otra cosa que el principio de una nueva vida gloriosa en Cristo, para toda la eternidad y del cumplimiento de su voluntad y propósito para nuestra vida.
Aprendamos a escucharlo, reflexionando sobre cada circunstancia particular que nos sucede, llevándola día a día a sus manos. Por medio de su Palabra y en oración, confiemos y estemos dispuestos a obedecer, pues el Señor dispondrá todo para darnos la instrucción precisa y para que obtengamos el mejor fin para nuestra bendición. ¿Qué es lo que Dios quiere enseñarte o quiere decirte a través de la situación por la que estás pasando ahora? 1. Oración inicial
"Gracias Señor porque tienes planes maravillosos para mi vida, estoy dispuesto a escucharte y a obedecerte, guía mi vida a una nueva dimensión, a aquella que tú sabes que es mejor para mí. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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miércoles, 23 de octubre de 2019

APRENDER A ESPERAR EN DIOS


APRENDER A ESPERAR EN DIOS

“Oh SEÑOR, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré ante ti y esperaré.”, Salmos 5:3
Qué difícil es esperar, sobre todo en la sociedad actual donde podemos tener algo con un sólo click o con manipular nuestro teléfono. ¿Pero cuándo es el momento propicio para hacer algo o comprar algo? ¿No será que muchas cosas las hacemos sin esperar el tiempo de Dios? De seguro que esto traerá consecuencias. Habrá otras cosas que por mucho que las deseemos no las tendremos cuando queramos. Así que tendremos que aprender a esperar, y este principio es muy importante, hace parte del carácter que Dios quiere que formemos, pues por no saber esperar cometemos muchos pecados. Por ejemplo, no esperamos hasta el matrimonio para tener relaciones sexuales, lo que lleva a la fornicación y al desorden sexual, no esperamos el tiempo adecuado para un negocio, lo que lleva a la ruina, a perder la tranquilidad ante las deudas, queremos ya el último dispositivo inteligente, la última ropa de moda, queremos ya y pagamos después, lloramos al final.
Dios quiere guiarnos a su verdad y enseñarnos a esperar en su voluntad (Salmo 25:5) y darnos las cosas en el tiempo preciso, ya que en ese tiempo exacto es cuando será una bendición para nosotros (Salmo 145:15-16). Él sabe que antes de tiempo no estaremos preparados, y si recibimos lo que estamos pidiendo será para nuestro mal. ¿Acaso Dios quiere hacernos algún mal? Por supuesto que no, así que vale la pena esperar con paciencia que nuestro Dios venga a ayudarnos y a proveernos lo que pedimos; mientras tanto esperemos sin quejas, sin contiendas y con paciencia, fortalecidos en el poder de su Espíritu, (Lamentaciones 3:24-26). Hermano, piensa en este momento en aquello que le estás pidiendo a Dios y que necesitas, pídele que te dé la paciencia y la fortaleza para esperar el momento que Él disponga, mientras tanto sé diligente en prepararte para el día en que recibirás de Dios su bendición y una vez la recibas no te olvides de honrarlo y darle la gloria. Oración.
"Gracias mi Señor, estoy seguro que me darás lo que estoy pidiendo conforme a tu voluntad, en la forma y el tiempo que tu consideres apropiado, mientras tanto esperaré en ti con paciencia, fortalecido en ti y con gozo. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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