sábado, 21 de septiembre de 2019

UN CORAZÓN LIMPIO


UN CORAZÓN LIMPIO
“Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.”, Santiago 4:8
“Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve. Hazme oír gozo y alegría, y se recrearán los huesos que has abatido. Esconde tu rostro de mis pecados, y borra todas mis maldades. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio”, Salmos 51:7-10
El pecado contamina todo nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo cuando cedemos a los malos deseos. Esto nos desconecta completamente de un Dios santo y puro. Pero en su amor nos ha dado a su hijo, para que por medio de su sangre preciosa seamos limpios de toda maldad y sea purificada nuestra conciencia de las obras que conducen a la muerte, a fin de que sirvamos al Dios vivo (hebreos 9:14).
Es necesario acercarnos a Dios, dejar la ambigüedad de nuestro corazón y tomar una decisión radical y decidir por Dios y su Espíritu, dejar de seguir el mundo de pecado con sus deseos de la carne, pues éstos son contrarios (Gálatas 5:17 ). Es lo uno o lo otro; acudiendo sin demora a Dios por medio de la fe en Jesús, porque la paga del pecado es la muerte, pero Cristo ha pagado el precio por nosotros y nos ha liberado.
Así que no tenemos excusa, pues tenemos sus promesas y la esperanza de que una vez creamos en Jesús, cuando se manifieste en su venida, seremos semejantes a Él, porque le veremos tal como Él es (1 Juan 3:2-3). Esta verdad nos debe llevar a esforzarnos por mantenernos fieles a su Palabra, a despojarnos de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos enreda, y a correr con perseverancia la carrera que tenemos delante de nosotros (Hebreos 12:1). Oración.
"Señor, por la preciosa sangre que Jesús derramó en la cruz, límpiame de todo pecado, y lléname de tu Espíritu para mantenerme alerta y perseverante. Hoy quiero dejar de raíz el pecado que contamina mi corazón y serte fiel. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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viernes, 20 de septiembre de 2019

NO TE PREOCUPES, NO TE ANGUSTIES


NO TE PREOCUPES, NO TE ANGUSTIES
“No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.”, Juan 14:1
No nos dejemos llenar de angustia, confiemos en Dios y en Jesús. Sus promesas nos son más que suficientes en medio del problema. Cuando estemos a punto de caer en temor o angustia, miremos la cruz, recordemos que Él no nos falló para salvarnos, para llevarnos a la vida eterna, entonces tampoco nos fallará en ninguna situación por adversa que parezca, esperemos en Él hasta el último momento, Él llegará en el momento justo, Cristo tiene todo bajo control, aun la muerte venció, ¿no vencerá lo que nos causa preocupación? Claro que nos dará la salida, nos rescatará del hueco profundo, si hemos caído, y aprenderemos a confiar cada vez más en su provisión.
A veces decimos como el salmista ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí?, pero confiemos en Dios, esperemos en Él alabándolo, luego de que llegue su ayuda, seguiremos alabándole y dando gracias porque su mano poderosa vino en nuestro rescate (Salmo 42:11).  Oración.
"Toma mi Dios, toda angustia, porque en ti he confiado, no me dejaré llenar de desespero ni de temor, pues espero en ti y mi esperanza eres tú, mi refugio es tu Palabra. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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jueves, 19 de septiembre de 2019

ENTENDIENDO LA VOLUNTAD DE DIOS. PARTE 2


ENTENDIENDO LA VOLUNTAD DE DIOS. PARTE 2


“cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.”, Santiago 4:14-15
Vivir sin hacer la voluntad de Dios es una vida llena de frustraciones. Seguir verdaderamente a Cristo, implica hacer la voluntad de Dios. Todo lo contrario, es evidencia de no tener una relación con Dios. Cristo lo miraba como una gran contradicción cuando decía: “¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, ¿y no hacéis lo que yo digo?” (Lucas 6:46)
Por tanto, no seamos insensatos para entender y obedecer la voluntad de Dios, pues es revelada a nuestras vidas por medio de su Palabra, donde Dios nos enseña su voluntad y nos guía en su cumplimiento, (Salmos 143:10), por esto Él dejó maestros, pastores y líderes para que, enseñándonos su Palabra, actuemos sabiamente y adquirimos el entendimiento necesario para saber qué es lo que Dios quiere que hagamos (Efesios 5:17).
Cada día que nos levantemos dispongamos en oración todo lo que vayamos a hacer en sus manos, y pidamos que nos guíe, consultando su Palabra a diario y pidiéndole al Dios de paz que nos de la fuerza para colocar por obra las enseñanzas de Jesús. Que hoy no sea un día más, sino un día para hacer la voluntad de Dios. Oración.
"Padre, enséñame a hacer tu voluntad, que tu Espíritu me lleve por tu camino de rectitud y obediencia con toda firmeza en todas mis actividades del día. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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miércoles, 18 de septiembre de 2019

ENTENDIENDO LA VOLUNTAD DE DIOS. PARTE 1


ENTENDIENDO LA VOLUNTAD DE DIOS. PARTE 1
“Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá.”, Lucas 12:47-48
Necesitamos conocer la voluntad de Dios y prepararnos para cumplirla, el problema latente es que o no la conocemos, o no nos conviene conocerla porque dañará nuestros planes personales, o simplemente no nos interesa. Pero si su voluntad es buena agradable y perfecta, ¿es mi voluntad mejor que la de Dios? Por supuesto que no.
Jesús conocía la voluntad de su Padre, pero necesitó prepararse para cumplirla y fuerza para ejecutarla, como notamos en el huerto de Getsemaní.
Jesús siempre nos enseñó que hacer la voluntad de Dios estaba por encima de todo, era su prioridad y su deleite, su alimento y su meta final. Como vemos en Juan 4:34, “Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra”. No sólo se trata de tener una visión clara de la voluntad de Dios, sino de cumplirla fielmente hasta hacerla de forma completa. Muchas veces hemos empezado a hacer la voluntad de Dios, pero nos rendimos a medio camino.
Ahora, ¿qué es hacer la voluntad de Dios? Desde nuestra relación con los demás, hasta nuestra relación con Dios, su Palabra nos explica lo que debo hacer para hacer su voluntad, por ejemplo, en 1 Tesalonicenses 5:18, dice que debemos dar gracias a Dios por todo, ser agradecidos, pues esto es su voluntad.
En Romanos 12:2 nos enseña que la mejor forma de conocer lo que Dios quiere que hagamos, es pensar de manera diferente a como piensa y hace el mundo o la sociedad actual, pues sus filosofías y estilos de vida hacen todo lo contrario a lo que Dios agrada.
En muchos pasajes se nos insiste que no practiquemos la fornicación (1 Tesalonicenses 4:3), ni ningún pecado, pues la voluntad de Dios es nuestra santificación, es decir que nos apartemos del mal, y de practicar cosas en contra de su ley moral, la cual está para protegernos de la muerte y del dolor que produce el pecado.
Dios espera que nos preparemos en sus caminos conociendo su Palabra para ser usados en toda buena obra, agradándole y sirviéndole en su propósito principal; que lo conozcan a Él y a su hijo amado a quien envió a nosotros para nuestra salvación (hebreos 13:21). ¿Estás preparándote, conociendo a Cristo, practicando y predicando sus enseñanzas con todo amor y pasión? Esta es su voluntad. (Juan 6:40). Oración.
"Señor, dame el entendimiento necesario para conocer tu voluntad y la fuerza para completar el propósito por el cual estoy aquí en la tierra. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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martes, 17 de septiembre de 2019

ESTAMOS COMPLETOS EN CRISTO


ESTAMOS COMPLETOS EN CRISTO

 “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.”, Colosenses 2:9-10
Él está sobre todo principado, autoridad, poder, dominio y de todo nombre que se nombra, (Efesios 1:21), y nosotros por la fe en Él somos hijos De Dios (Gálatas 3:26).
Así que esa plenitud que habita en Cristo mora en nosotros, por eso estamos completos en Él. Él llena todo vacío que se pueda encontrar en nosotros con su amor; todo temor, toda falta de cariño y comprensión es satisfecha cuando lo recibimos, por eso es sanado nuestro corazón ya que Él sufrió en nuestro lugar, y gracias a sus heridas recibimos la paz y fuimos sanados. (Isaías 53:5).
Si hemos sido sanados, bendecidos en todo, gracias a Jesús, no tenemos por qué vivir en derrota, en desánimo, dependientes de algo o de alguien, si Cristo venció nuestro triunfo es la fe.
Por tanto, alejemos de nuestra vida todo vicio que pretenda llenar algún vacío, busquemos conocer el amor de Cristo para que así seamos llenos de toda la plenitud de Dios. (Efesios 3:19). Oración.
"Gracias Señor porque gracias a Cristo estoy completo. Tu eres mi tesoro más preciado y suficiente en mi vida, guíame a conocerte más y a obedecerte para gozar de tu plenitud. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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lunes, 16 de septiembre de 2019

SEÑOR, ¿QUÉ QUIERES QUE YO HAGA?


SEÑOR, ¿QUÉ QUIERES QUE YO HAGA?

“y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. Él, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.”, Hechos 9:4-6
Cuando todo en nuestra vida falla, cuando nos caemos del caballo de nuestro orgullo y no nos queda nada sino mirar a la cruz, lo mejor que podemos hacer es prestar atención a Dios y disponer nuestro corazón a obedecer.
Si no nos salen las cosas con las decisiones que hemos tomado, ¿no será el momento de empezar a hacerlas de manera diferente? Pero, ¿cuál es la manera correcta?
Como Saulo antes de que Dios le llamara, nuestro nombre es “Yo” y la forma de hacer las cosas es “a mi manera”, pero al recoger las consecuencias de nuestra desobediencia y estrellarnos, si acudimos a Dios, Él nos da un nuevo nombre y una forma diferente de pensar y de hacer las cosas en su poder y su sabiduría ilimitada.
Nuestro nuevo nombre no es un nombre denotado por algún nombre propio, sino un cambio en nuestra actitud, un cambio interior que hace Dios por medio de su Espíritu; por lo tanto, no volvemos a ser lo que éramos antes, y la forma de actuar es “conforme a tu voluntad”.
Es así como en este momento, si quieres ser bendecido viviendo a la manera de Dios, dile al Señor con todo tu corazón y disposición verdadera: Señor Jesús, ¿qué quieres que yo haga?   Oración.
"Señor, revela tu voluntad a mi vida, enséñame tu propósito para mi vida, no quiero vivir a mi manera sino siguiendo la guía de tu amor derramado en mi corazón por la gracia de Cristo. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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domingo, 15 de septiembre de 2019

CÁRCELES EMOCIONALES. PARTE 1


CÁRCELES EMOCIONALES. PARTE 1
“El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buena
s nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos”, Lucas 4:18
Tal vez muchos no están en una prisión física, pero sí encerrados en conflictos emocionales que los mantienen atrapados en su mente.
Incluso hay personas que físicamente han ido a parar a una cárcel por algún delito cometido o incluso por injusticia, y han encontrado allí la libertad cuando han escuchado y creído en la Palabra de Dios.
Porque la Palabra de Dios, cuando la aceptamos, tiene un primer efecto y es el de liberar nuestra mente de la opresión de la mentira, que causa confusión y altera nuestra forma de actuar. La mentira nos lleva a estar cautivos de nuestras emociones, porque creerle implica no estar atento a escuchar la guía del Espíritu de Dios, pues Jesús nos prometió que Él nos guiaría a toda verdad.
¿Hay alguna opresión en tu vida que te lleva a sentirte sin salida, atrapado en sí mismo o en los problemas? Evalúa lo que es verdad en cada situación, analizando todo frente a lo que dice la Biblia y llevando el pensamiento a la obediencia a Cristo. A través de su Palabra encontramos libertad y paz para nuestro pensamiento, pues no se trata de que no tengamos ningún problema o de que se terminen inmediatamente, sino que Dios nos da la fuerza para resistir, la sabiduría para resolver y la libertad a través de su Palabra.  Oración.
"Gracias mi Señor porque me has dado libertad en mi mente, porque tu verdad revelada nos conduce hacia sendas de justicia y amor, porque donde está tu Espíritu, allí hay libertad. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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