lunes, 22 de julio de 2019

LA PERFECCIÓN DE LA FIDELIDAD DE DIOS.


LA PERFECCIÓN DE LA FIDELIDAD DE DIOS.
“Jehová, hasta los cielos llega tu misericordia, y tu fidelidad alcanza hasta las nubes”, Salmo 36:5
“Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo”, 2 Timoteo 2:13
“Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?”, Números 23:19
La fidelidad es parte esencial de la naturaleza de Dios, distinto a lo que sucede con nosotros los humanos, que somos infieles. Dios siempre hará lo que dice y cumplirá todo que promete. Él nunca se olvida de sus promesas, ni falta a lo que dice, no habla en vano. Ser infiel sería obrar en contra de su propia naturaleza.
Por eso debemos descansar en su inmutabilidad, Él no cambia, podemos confiar plenamente en Él y jamás fallará a los que creemos en su Palabra. Más allá de cómo se vean nuestras vidas y de las situaciones por las que atravesemos, Él permanece fiel. Esto fue lo que mantuvo a Abraham a través del tiempo sin desmayar, nunca perdió su esperanza porque sabía quién se lo había dicho, quién se lo había prometido. Romanos 4:20-21 “Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido”.
Recordemos cada día las promesas de su Palabra. Su bondad no se ha agotado y cada mañana su misericordia se renueva sobre nosotros porque su fidelidad es grande. La Fidelidad de Cristo no depende de la nuestra, pues es fiel a pesar de nosotros. Si desconfiamos, Él permanece fiel, no puede ser infiel a su Palabra, porque no puede negarse a sí mismo. Esto debería animarnos a afirmar cada día más nuestra fe, si estamos pasando pruebas no nos alejemos de Dios. Nos ha prometido un futuro maravilloso junto a Él, confiemos en ello.
En Cristo vemos resplandecer con más fuerza la fidelidad de Dios. Es en Cristo donde el amor y la compasión son nuevos y confiables. Apropiémonos de estas promesas y sigamos adelante a pesar de las circunstancias: 1 Corintios 15:57-58 “Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano”. Apocalipsis 3:21 “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”.
Que nada nos desanime a seguir perseverando, a seguir siendo fieles, pues Dios nos ha reservado grandes promesas para disfrutarlas hoy y por la eternidad.  Oración.
"Gracias Dios por tu fidelidad. Es tan grande que tu Palabra dice que llega hasta los cielos. Has prometido cuidarme cada día y permanecer fiel a pesar de mis errores y de mi falta de fe. Por eso quiero ampararme bajo la sombra de tus alas, saciarme y deleitarme en tu presencia, confiar en tus promesas y perseverar hasta el fin. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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domingo, 21 de julio de 2019

UNA CAMINATA HASTA LA ETERNIDAD


UNA CAMINATA HASTA LA ETERNIDAD
“Bienaventurados los que habitan en tu casa; perpetuamente te alabarán. Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, en cuyo corazón están tus caminos. Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente, cuando la lluvia llena los estanques. Irán de poder en poder; verán a Dios en Sion”, Salmo 84:4-7
La vida cristiana es una caminata diaria que comienza desde el momento en que Jesucristo llega a nuestro corazón y camina a nuestro lado. Pero a veces la enfermedad, las malas noticias, el rechazo, los ataques del enemigo y los problemas nos quieren hacer rendir y parar. Es cierto que somos peregrinos a la ciudad celestial y tenemos que pasar por más de un valle de lágrimas y más de un desolado desierto, pero Dios está con nosotros por medio de su Espíritu, quien hará brotar manantiales para sustentarnos y nos dará fuerzas para nuestro cansancio.
Recordemos cuando Jesús se encontró con el hombre recostado junto al estanque y que hacía mucho tiempo que su vida había entrado en un estado de pausa en el que no podía avanzar, le pregunta si quiere ser sano y si quiere salir de su postración. A veces nuestra vida entra también en ese estado de inercia y sentimos que ya no podemos avanzar más. Pero hoy el Señor quiere darnos nuevas fuerzas para que empecemos a caminar de nuevo y para que lo hagamos sin cansarnos, pero para eso necesitamos avivarnos en el espíritu.
Levantar el vuelo como las águilas y quedarnos conectados a la corriente de aire del Espíritu Santo implica esforzarnos por entrar en la presencia de Dios. Como dice el pasaje “bienaventurados los que habitan en tu casa y bienaventurado aquel que tiene en ti sus fuerzas”.
En la medida que caminemos por donde el Señor nos lleve, nuestras fuerzas seguirán aumentando y seremos capaces de transformar nuestro valle de lágrimas en un lugar lleno de manantiales y bendición, porque Él, Todopoderoso, es el que camina a nuestro lado. Cuando nuestras limitadas fuerzas se encuentran con un Dios ilimitado, el cansancio y el agotamiento ya no dominarán nuestra vida, sino el poder de Dios.
Nuestro crecimiento espiritual estando en la presencia de Dios a menudo lo precede el viaje a través de los áridos lugares de nuestra vida, cuando pasamos por dificultades y necesitamos depender de Dios. Cuando nos deleitemos en pasar tiempo con Él, veremos toda la adversidad como un motivo para volver a experimentar su fidelidad.
Si hoy andamos por un valle de lágrimas tengamos la seguridad de que nos conducirá hacia Dios, busquemos su presencia y permitamos que el Espíritu Santo refresque y reavive nuestro corazón y que cambiemos nuestra tristeza por ríos de deleite. Recibamos diariamente la fuerza espiritual de la gracia de Dios y continuemos nuestro camino hacia la eternidad, anhelando cada día más y más de Él.  Oración.
"Señor, gracias por esta promesa de bendición, ayúdame a permanecer en tu presencia y que tu Santo Espíritu me impulse a volar por encima de las circunstancias como un águila. Quiero más de ti, llenarme de tu plenitud, es la única forma de caminar hacia la eternidad, avívame y dame las fuerzas en este peregrinaje. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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sábado, 20 de julio de 2019

MANIFESTEMOS EL AMOR. TERCERA PARTE.


MANIFESTEMOS EL AMOR. TERCERA PARTE.

 “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”, Mateo 11:28-29
“Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles. Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará”, Isaías 35 3-4
“Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas; y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado”, Hebreos 12:12-13
¿Estamos animando y somos amorosos con los que lo necesitan? Jesús siempre tuvo palabras de aliento para los que estaban desesperanzados, cargados, angustiados y cansados, aprovechó cualquier oportunidad para animarlos a venir a su presencia y aliviar sus cargas. Como creyentes hemos sido envestidos del poder y del amor de Dios para animar, dar un consejo sabio, para levantar con fuerza a los que se sienten débiles y que ya no pueden más.
Debemos estar siempre alerta y para alentar y afirmar a nuestros semejantes. Tenemos la Verdad en nuestro corazón que es Cristo y con su Palabra podemos ayudar a mucha gente. Estamos puestos para llevar esperanza y consuelo a los que no conocen a Dios. Recordemos Romanos 8:37-39 “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”.
¿Hablamos bien de los demás? Estamos llamados a amar hablando bien de las personas, no calumniando ni difamando a nadie, El Señor Jesucristo fue muy claro en esto cuando dijo en Mateo 12:36 “Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio”.
El amor se demuestra con hechos, no sólo con palabras. ¿Lloramos con los que lloran y nos gozamos con los que gozan? Ambas manifestaciones son cruciales en la vida de un creyente. Llorar con el que sufre y necesita nuestra comprensión y amor, cuando tiene el corazón destrozado y debemos cuidarlo, pero es más difícil regocijarnos cuando alguien triunfa, tiene éxito y está feliz. Nuestra naturaleza humana es envidiosa y egoísta. El Señor quiere que disfrutemos junto con el que ha recibido la bendición.
Evaluémonos: Cuando se trata de amar, en la forma en que Cristo amó, ¿cómo lo estamos haciendo?    Oración.
"Señor Jesucristo, gracias por esta lección sobre el amor. Me escogiste para ser instrumento de bendición para otros, no permitas que mi corazón egoísta se olvide e ignore a los demás. Enséñame a animar y a alentar al que está caído y débil, a hablar siempre en sabiduría proclamando tus promesas sobre otros, a llorar con los que sufren y a reír con los que se alegran por tus bendiciones. Amén.  Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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viernes, 19 de julio de 2019

MANIFESTEMOS EL AMOR. SEGUNDA PARTE.


MANIFESTEMOS EL AMOR. SEGUNDA PARTE.
“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”, Romanos 5:8
“Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor”, 1 Juan 4:7-8
Jesús nos perdonó a todos dando su vida por nosotros y dio la muestra más grande de amor al tomar nuestro lugar y cargar con todos los pecados de la humanidad, para liberarnos de la condenación eterna. ¿Será que perdonamos libremente a las personas que nos lastiman y lo hacemos de corazón? El perdón es la muestra del verdadero amor y quizás la prueba más difícil para mostrarlo. ¿Qué hay en nuestro corazón? Quizás rencor y una larga lista de eventos con otras personas que no hemos podido perdonar y que nos impiden caminar en amor. Hoy el Señor quiere que perdonemos, así nos libraremos emocionalmente y creceremos espiritualmente, de lo contrario frenaremos nuestro progreso cristiano.
Jesús oraba constantemente por la humanidad. ¿Oramos frecuentemente y con entusiasmo por las demás personas? La oración por otros que tienen una gran necesidad nos quita el egoísmo y hace ver nuestros problemas más pequeños. Es la forma más poderosa de poder amarlos. Santiago 5:16 “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados, la oración eficaz del justo puede mucho”.
Podemos expresar verbalmente nuestro amor. Decir “te amo” es una de las frases más cortas y vitales que cualquier ser humano puede escuchar. Podemos tocar a las personas para manifestar nuestro amor. El contacto físico como un abrazo, un beso, un apretón de manos, una palmadita en el hombro son poderosos. Cada día las personas son más frías en este mundo hostil e indiferente. Los cristianos debemos demostrar el amor de Cristo como Jesús lo hacía: Él tocaba a los leprosos, le tendía su mano a los caídos, bendecía al que se le acercaba, miraba con amor a los necesitados, etc. mostrando siempre su tierna compasión.
No desechemos el privilegio de amar a otros con manifestaciones de afecto, no sabemos cuánto lo necesitan los demás en este mundo tan carente de amor. El Señor Jesús dijo en Mateo 24:12 “y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará”. No permitamos que nuestro corazón se enfríe.   Oración.
"Señor Jesucristo, gracias por tu muestra de amor en la cruz del calvario, gracias porque eres amor puro y verdadero, lo expresaste todo el tiempo en tu vida terrenal, enséñame a amar como tú, para poder perdonar, orar por otros y tocar a aquellos que están necesitados de amor con tu presencia. Que puedan conocer de tu amor a través de mí. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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jueves, 18 de julio de 2019

MANIFESTEMOS EL AMOR. PRIMERA PARTE.


MANIFESTEMOS EL AMOR. PRIMERA PARTE.
 “Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante”, Efesios 5:1-2
El amor es la marca distintiva de la vida de un creyente, nos va muy bien cuando amamos en forma abstracta, como amar a toda la humanidad, pero ¿cómo es nuestro amor cuando se trata de amar a las personas de manera práctica?
Sólo cada uno de nosotros puede evaluarse delante de Dios y ver si realmente expresamos el amor de Dios como deberíamos. Cristo es nuestro ejemplo máximo, aprendamos de Él e imitémoslo. Jesús era un gran oyente, ponía toda su atención cuando hablaban las personas y este es el primer deber del amor, escuchar. A veces por no hacerlo armamos una tormenta en un vaso de agua, porque suponemos cosas y no escuchamos las razones del que está a nuestro lado. No podemos por nuestra sordera entender las necesidades de los demás. Si escucháramos más nos evitaríamos un sin número de problemas.
Jesús servía a los demás de manera práctica, siempre estaba ayudando a los quebrantados, a los desvalidos, a los enfermos, a los oprimidos y aún a los hambrientos. Él suplía sus necesidades espirituales, físicas y emocionales. ¿Estamos buscando servir a los demás, en casa, en el trabajo, en la calle o en la iglesia? Dios siempre nos pondrá oportunidades para hacerlo. No nos neguemos a hacerlo. Miremos lo que dice Proverbios 3:27-28 “No te niegues a hacer el bien a quien es debido, Cuando tuvieres poder para hacerlo. No digas a tu prójimo: Anda, y vuelve, y mañana te daré, Cuando tienes contigo qué darle”.
Jesús no hacía acepción de personas, las aceptaba respetando sus diferencias. ¿Estamos dispuestos a tratar a todos por igual, disfrutando a las personas independientemente de su origen étnico, racial, estado económico, afiliación política, personalidad, etc.? Dios nos ha hecho a cada uno diferentes y es una de las manifestaciones más gloriosas de su amor para con nosotros, nos ama y nos acepta tal como somos. Sólo quiere que aprendamos a amarlo y a amar a los demás como Él lo hace. Dios ama a la persona, pero aborrece el pecado. El pecado aleja a la persona de Dios.
Revisemos hoy estas tres maneras de expresar nuestro amor a los demás. Mañana seguiremos con otras y evaluaremos si estamos fallando en algo. Pidamos a Dios que se cumpla en nosotros 1 Juan 3:18 “Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.    1. Oración inicial
"Amado Señor Jesús, gracias por ser mi ejemplo máximo de amor. Quiero aprender a escuchar como tú escuchas, a servir como tú sirves y aceptar a los demás tal como son. Sé que es la forma práctica de manifestar mi amor por otros y de llevar una vida de entrega y servicio con un amor no fingido. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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miércoles, 17 de julio de 2019

BENDITO EL QUE CONFÍA EN DIOS


BENDITO EL QUE CONFÍA EN DIOS
“En seguida hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a Betsaida, en la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. Y después que los hubo despedido, se fue al monte a orar”, Marcos 6:45-46
“Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová. Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada. Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto”, Jeremías 17:5-8
Durante los tres últimos años de Jesús en la tierra, el ritmo de su vida fue en aumento, predicaba, enseñaba y sanaba y estaba rodeado de mucha gente buscando su ayuda. Había tanto trabajo que se mantenía ocupado todo el día, sin embargo esto nunca le impidió hacer lo más importante, orar.
Necesitaba ese encuentro con su Padre celestial para descansar y renovar sus fuerzas. Para recargarse espiritualmente. A veces las oportunidades, el trabajo, el estudio y cualquier logro que deseamos alcanzar nos hacen vivir vidas agitadas, estresadas y no tenemos tiempo para Dios. El Señor quiere que evitemos el colapso y apartemos tiempo para estar en su presencia, descansar, orar y escuchar su guía.
Que nunca nos pase lo del Pueblo de Israel que buscaron el valor y la fortaleza en alianzas con Egipto y no confiaron en la ayuda de Dios quién siempre había cuidado de ellos. No aprendieron a descansar en su amor y su poder. Isaías 30:15 “Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza. Y no quisisteis”. Fueron necios en buscar el socorro en otros, en lugar de acudir a Dios.
Los seres humanos siempre tendemos a apoyarnos en nuestro propio entendimiento, acarreando sobre nuestra vida problemas por no depositar nuestra fe en el Dios Verdadero. La Biblia dice Maldito el hombre que confía en el hombre, y deja de depender humildemente del que le hizo y le conoce, desconfiando de su bondad y de su voluntad, será como un pasto en el desierto, inútil y sin valor.
Los que confían en su propia justicia y poder piensan que pueden arreglárselas sin Cristo. En cambio, los que confían son benditos, florecerán como árboles verdes que nunca marchitan y siempre darán fruto en santidad y buenas obras.
Apartemos tiempo para descansar y orar.  Oración.
"Amado Padre Celestial, en medio de los agites de la vida, del trabajo y la fatiga, ayúdame a acudir a tu presencia para hacer un alto, aflojar mi paso, descansar y alimentar mi espíritu, necesito entregarte mis cargas y renovar mis fuerzas siguiendo el ejemplo de Cristo. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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martes, 16 de julio de 2019

EL HIJO NOS LIBERTÓ


EL HIJO NOS LIBERTÓ
“Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”, Juan 8:36
“Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud”, Gálatas 5:1
El apóstol Pablo enfatiza la necesidad de permanecer en la libertad de Cristo para no volver a ser esclavos de la ley. A una fe libre de cargas, que son muy peligrosas. En su época los falsos maestros habían introducido un sistema legalista de justicia enseñándoles a los creyentes de Galacia a confiar en su obediencia a la ley más que en su obediencia a Cristo. Y los obligaron a un estándar casi imposible de cumplir lo que hizo que su vida cristiana se volviera tediosa y una carga, pues su elección era entre la libertad en Cristo que los llevaba a la salvación o la esclavitud de la ley que los conducía al juicio.
Para poder estar libres en Cristo y llevar una vida justa es importante entender que necesitamos depender del Espíritu Santo, porque llenos de Él podemos resistir el pecado y no por el legalismo y el esfuerzo humano. Cada vez que pecamos nos volvemos esclavos. Cada creyente debe confiar en el Espíritu Santo para que sea su guía y para que lo llene de poder para vencer la carne. Por eso dice: Gálatas 5: 16 “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Y en Gálatas 5:25, “Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu”.
Para poder vivir en la plenitud del Espíritu y llevar una vida santa debemos tener una comunión con Dios sólida y constante, viviendo de acuerdo con la revelación de la Palabra de Dios. Y no es conformarnos sólo con oír sus enseñanzas, sino que involucra una dependencia consciente en el poder del Espíritu para poder cumplir lo que Dios nos manda.
El nuevo pacto en Jesucristo nos hizo libres para relacionarnos con nuestro Padre por su gracia. Es el poder de ese amor y no la ley lo que nos mantiene en relación con Dios; porque el amor es más poderoso que la ley.  Oración.
"Gracias Cristo por hacerme libre y porque ahora puedo vivir en el Espíritu, gozando de tu presencia y de tu plenitud. Ayúdame a andar en santidad en respuesta a tu inmenso amor y mantenerme firme en la fe, ayudando a otros a caminar a tu lado. Ya no soy esclavo por tu sacrificio perfecto, sino hijo, y por eso puedo disfrutar de todas las bendiciones que he heredado. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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