miércoles, 3 de abril de 2019

ESTUDIAR LA PALABRA DE DIOS


ESTUDIAR LA PALABRA DE DIOS Y ENSEÑARLA A NUESTROS HIJOS
y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas. Deuteronomio 6:7-9
Podemos ver cómo nuestros jóvenes se han apartado de la verdad, siguiendo filosofías de ídolos de internet y televisión que enseñan cosas superfluas e influencian comportamientos de rebeldía, de dependencia a drogas y malos deseos. Todo esto conlleva a la muerte, a una generación que se olvidó de Dios o que nunca lo conoció y luego las consecuencias pasarán factura.
Entonces ¿por qué debemos diligentemente insistir en estudiar la Palabra de Dios? Para que nuestro corazón no se aparte de Dios, y para que nuestras futuras generaciones conozcan el poder y la gracia que hay en el Señor. Es responsabilidad de los padres enseñar a sus hijos el amor y la fidelidad de Dios (Isaías 38:19).
Somos propensos a olvidarnos rápidamente de las cosas que Dios ha hecho en nuestras vidas, de su gran amor y de su verdad que nos protege y bendice cada día, por esto con diligencia debemos recordar todos los días sus promesas, estudiar sus principios, obedecerlos y enseñarlos a los niños y jóvenes (Deuteronomio 4:9).
Cambiemos el rumbo equivocado que quiere trazar el mundo para los hijos. Enseñemos con amor los principios de Cristo escritos en la Biblia, pues esto les evita el dolor y el vacío de una vida sin Dios. Que nuestra ofrenda de amor a Dios, sea la vida de nuestras futuras generaciones en sus manos, por medio del estudio y la enseñanza de su Palabra. Esta es la forma de entregar a los hijos a Dios.  Oración.
Señor, que con diligencia pueda estudiar y entregar el testimonio de tu amor a las futuras generaciones, para que sea cambiado su rumbo vacío y de dolor, hacia tu luz, y que ilumine su vida. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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martes, 2 de abril de 2019

Dios Cumple. Sus. Promesas.


                             Dios Cumple. Sus. Promesas.                                                                                                                                                                                                                                           Dios cumple sus promesas. Y desde el vientre de nuestra madre ya nos conoce                                    Fue el caso de Rebeca. Le dijo Dios Dos naciones hay en tu seno, Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; El un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, Y el mayor servirá al menor. De sobra Dios savia que Esaú que era el mayor de los mellizos sería un desobediente a sus Padres y a Dios.  Génesis 25. 21. Y oró Isaac a Jehová por su mujer, que era estéril; y lo aceptó Jehová, y concibió Rebeca su mujer.
22. Y los hijos luchaban dentro de ella; y dijo: Si es así, ¿para qué vivo yo? Y fue a consultar a Jehová;
23. y le respondió Jehová: Dos naciones hay en tu seno, Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; El un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, Y el mayor servirá al menor. Rebeca la revelación que le dio Dios es posible que no se lo digiera a Isaac, pero Ella la guardaba en su corazón, de ahí que cuando escucho a Isaac su esposo decirle a Esaú que fuese a cazar y le hiciera un guisado para que le diera las bendiciones al instante Rebeca se dio prisa a de sirle a su otro Hijo Jacob que fue el que nació segundo que se diera prisa a matar un cabrito y que le asiera un guisado a su Padre para que le diera las bendiciones. Ella se acordó de la promesa que Dios le dio. Jacob no quería mentir al padre fue la madre la que le obligo a mentir por causa de la promesa que Dios le avía dado y era la voluntad de Dios. No en las maneras que se produjo mintiendo Jacob a su padre asiéndose pasar por Esaú, y talvez porque la madre no le conto a su Esposo Isaac la revelación que Dios le avía dado. Jacob de lo que sembró recogió porque el fue engañado por su suegro, pero Dios Bendecía a Jacob porque Dios cumple sus promesas.                                                       

lunes, 1 de abril de 2019

LA LIBERTAD


LA LIBERTAD DE SU PALABRA
El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor. Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros. Lucas 4:18-21
Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. Gálatas 5:1
Sin Cristo en nuestro corazón estamos cautivos y oprimidos. Pues vino a liberarnos radicalmente, sólo Él tiene el poder para hacerlo en verdad (Juan 8:36). Pues fácilmente muchas cosas nos pueden hacer esclavos, pero estando en Cristo, no dejaremos que nada nos domine, (1 Corintios 6:12). La herramienta principal que tenemos para experimentar esa libertad es su Palabra, porque podemos andar con toda libertad si seguimos y cumplimos sus enseñanzas. (Salmos 119:45).
Esta fue su misión, traer a nosotros libertad por medio de su preciosa sangre, y traer en sí mismo la verdad, para que, creyendo en Él, dejáramos de estar cautivos de nuestros propios deseos, del pecado y de las mentiras que hay en el mundo, los cuales conllevan a la muerte.
Nuestra firmeza en la vida está en que guardemos su Palabra; cada enseñanza es una llave para sacarnos de algún encierro en que se encuentre nuestra mente, cada principio que ponemos en práctica nos saca de la oscuridad a la luz verdadera.
Gocemos de esta libertad, que fue conseguida con el sufrimiento del hijo de Dios, andando guiados por su Espíritu, pues donde está el Espíritu de Dios allí hay libertad. No vivamos oprimidos, ni cautivos, ni esclavos del pecado, sino más bien sirviéndonos unos a otros con amor, pues cuanto más amor crezca en nosotros más libertad experimentamos (Gálatas 5:13, 1 Juan 4:18). Oración.
Padre, en el nombre de Jesús, que tu gran amor crezca cada día más en mí, para vivir con toda libertad, siguiendo tus enseñanzas, que me hacen verdaderamente libre. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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domingo, 31 de marzo de 2019

PALABRAS QUE EDIFICAN


PALABRAS QUE EDIFICAN O PALABRAS QUE DESTRUYEN
Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Efesios 4:29
La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos. Proverbios 18:21
Nuestras palabras son determinantes en nuestra vida, lo que decimos viene de nuestro corazón (Mateo 12:34) y refleja nuestro estado interior.
Pero muchas veces usamos nuestras palabras para destruir y no para construir. La Palabra de Dios nos enseña que procuremos hablar cosas que contribuyan a La Paz y a la edificación mutua (Romanos 14:19), quitando de nuestro lenguaje palabras groseras, deshonestas u ofensivas. (Efesios 5:4, Colosenses 3:8).
El problema radica en que muchas veces sin usar lenguaje vulgar ofendemos a las demás personas, cuando somos despectivos, cuando humillamos con cosas materiales, cuando criticamos teniendo como fin que la persona sienta dolor, pero no que sea corregida con amor.
Edificar a otra persona con nuestras palabras tiene dos componentes esenciales, la verdad radical y sincera, y la amabilidad (Colosenses 3:12 , Efesios 4:32), el amor debe ser la motivación con que corregimos a otra persona, por eso debemos aconsejarlo por medio de la Palabra de Dios, para que el Espíritu de Dios sea quien lo convenza, de pecado, de juicio y de justicia. Debemos llevar siempre a la persona con nuestras palabras a que, cada vez más, ame y confié en Dios para que salga de su error, pues al final sólo Dios puede cambiar el corazón.
Que nuestras palabras estén sazonadas con la sal del amor, con la esperanza y paz que abundan en la Palabra de Cristo (Colosenses 3:16), ¿Tus palabras edifican o destruyen?  Oración.
Señor, que cada palabra que sale de mi boca sea para edificar a mi prójimo, para alentar a mi hermano, para animarlo y no para desanimarle, porque en tu Palabra hay esperanza y verdadero gozo. Amén.

sábado, 30 de marzo de 2019

LA COSECHA DEL AMOR


LA COSECHA DEL AMOR
Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; más volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas. Salmos 126:5-6
No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Gálatas 6:9
Lo más fácil es tirar la toalla, dejar de luchar, hacernos a un lado. Es más fácil rendirnos cuando las cosas no salen como queremos.
Perdemos la paciencia y llegamos al límite reaccionando con enojo, cuando esperamos algo de las personas y aun no lo obtenemos.
Pero debemos sembrar en las personas para recoger, sembrar amor para recoger amor, sembrar paciencia para que nos tengan paciencia, sembrar confianza, a pesar de las fallas del otro, para recoger confianza. Aquello que sembremos en otros, en lo que les ayudemos y los formemos con ejemplo y mucha paciencia, eso recogeremos después.
Tengamos la actitud del Señor Jesús, que soportó la cruz por el gozo puesto delante de Él, nuestra salvación; así mismo nosotros sepamos soportar todo sufrimiento por amor de todos aquellos que han de creer en Jesús gracias a nuestro testimonio. (2 Timoteo 2:10).
Lo que sembremos con dolor y dificultad, luego lo recogeremos con gozo, además nuestra recompensa será abundante, porque más bienaventurado es dar que recibir. Por lo tanto, demos ejemplo y amor sobre todo a quien no lo espera y sigamos sembrando en los corazones a través de la enseñanza de la Palabra de Dios, para que a su tiempo recojamos la cosecha del amor.  Oración.
Padre, dame la paciencia para no rendirme y seguir sembrando en los demás lo que tú por gracia me diste. Guíame a ser ejemplo de amor y humildad. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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viernes, 29 de marzo de 2019

PERMANECER EN CRISTO


PERMANECER EN CRISTO
Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. Juan 15:4-5. Si somos persistentes en las cosas temporales que nos dan una felicidad momentánea, cuánto más debemos insistir en buscar las cosas eternas. Realmente nuestra prioridad debe ser agradar y servir a Dios con todo lo que tenemos: cuerpo, alma y espíritu.
Es un problema de enfoque. Aquello en que nos concentramos más termina tomando todo nuestro tiempo, fuerza y vida, pero si nos concentramos en Cristo, en conocerle más, en agradarle viviendo como Él vivió, estamos permaneciendo en Él (1 Juan 2:5-6).
Permanecemos en Él cuando obedecemos su Palabra, cuando la hacemos nuestra y practicamos sus principios usándolos en cada aspecto de nuestra vida; por esto Cristo nos enseñó que. Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. (Juan 15:10).
Y en este aspecto se revela o hace evidente si permanecemos en Él, si cumplimos este mandamiento: El que ama a Dios, ame también a su hermano. (1 Juan 4:21).
En resumen, permanecemos en Él, viviendo como Cristo vivió, siguiendo su ejemplo, guardando su Palabra y amando a nuestro prójimo; es cuestión de obediencia. Oración.
Señor, guíame con tu Espíritu a obedecerte y a vivir como tú viviste, lleno de amor para con mis hermanos y mi prójimo. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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jueves, 28 de marzo de 2019

EL PODER DE DIOS


EL PODER DE DIOS
Por lo demás, hermanos míos, fortaleceros en el Señor, y en el poder de su fuerza. Efesios 6:10
No es en nuestra propia fuerza que hallamos el poder necesario para enfrentar las dificultades o los retos de la vida diaria. La fe es un motor, una fuente de energía inagotable y de motivación imprescindible. Por esto la escritura nos exhorta a estar firmes en la fe, (1 Corintios 16:13) y a comprender cuál es la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, conforme a la eficacia de la fuerza de su poder. Este gran poder con que Dios nos ayuda en todo no tiene límites, con ese mismo poder Dios resucitó a Cristo y lo sentó a la derecha de su trono (Efesios 1:19-20).
Por lo tanto, clamemos a Dios para que seamos fortalecidos en nuestro interior por medio del poder de su Espíritu (Efesios 3:16), para que no decaiga nuestro ánimo, para que hallemos la motivación correcta y para que todo lo que hagamos, lo hagamos por la fortaleza que Dios nos da (1 Pedro 4:11a). Porque con nuestra fe es la forma de vencer.
Así que seamos fuertes y valientes, esto un mandato del Señor, no en nuestra propia fuerza sino en el poder de Dios, porque Él prometió que estará con nosotros donde quiera que vayamos (Josué 1:7, 9). Porque su Espíritu está en nosotros por medio de la fe en su hijo amado. Mateo 28. 20. enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. Oración
Señor, lléname de tu poder, del poder de tu Espíritu, para dar testimonio de ti, para vencer todos los obstáculos que en mi propia fuerza sería imposible porque para ti nada es imposible. Gracias Señor. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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