martes, 31 de marzo de 2009

Joacim vencido por Nabucodonosor


2 Reyes 24 -

CAPÍTULO 24
Versículos 1-7. Joacim vencido por Nabucodonosor. 8-20. Joaquín, cautivo en Babilonia.

Vv. 1-7.Si Joacim hubiese servido al Señor, no hubiera servido a Nabucodonosor. Si se hubiera contentado con su servidumbre, su condición no hubiera sido peor, pero, al revelarse contra Babilonia, se sumergió en mayores problemas. Véase cuánta necesidad tienen las naciones de lamentar los pecados de sus padres, para no pagar las consecuencias. Las amenazas se cumplirán tan seguramente como se prometen, si no lo impide el arrepentimiento de los pecadores.

Vv. 8-20.Joaquín reinó sólo tres meses, pero fue tiempo suficiente para demostrar que pagó las consecuencias de los pecados de sus padres, porque siguió sus pasos. El gobierno se confió a su tío. Sedequías fue el último de los reyes de Judá. Aunque los juicios de Dios contra los tres reyes anteriores a él debieran haberle servido de advertencia, hizo lo malo, como ellos. Cuando los encargados de los consejos de una nación, actúan sin sabiduría y contra su verdadero interés, debemos notar en esto el desagrado de Dios. Dios les oculta lo que pertenece a la paz pública a causa de los pecados del pueblo. Y para cumplir los propósitos secretos de su justicia, el Señor sólo tiene que dejar a los hombres entregados a la ceguera de su mente o librados a la lujuria de sus propios corazones. El acercamiento paulatino de los juicios divinos permite a los pecadores arrepentirse, y da tiempo a los creyentes para prepararse para enfrentar la calamidad, mientras muestra la obstinación de quienes no abandonarán sus pecados.

lunes, 30 de marzo de 2009

Identificarse con el sufrimiento de Cristo


Identificarse con el sufrimiento de Cristo

Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos.

Hebreos 2:10

Los cristianos pueden identificarse con su Maestro porque, como Él, sufren para entrar en su gloria.

Cristo les dijo a los discípulos en el camino a Emaús: "¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?" (Lc. 24:25--26). Nuestro Señor tuvo que explicar que la gloria futura exigía que Él sufriera. Nosotros debemos esperar lo mismo.

La senda hacia la gloria para Cristo fue la senda del sufrimiento injusto. Esa es también nuestra senda. Jesucristo soportó el sufrimiento con paciencia fue exaltado a la más excelsa gloria. Él es nuestro ejemplo de cómo reaccionar ante el sufrimiento.

domingo, 29 de marzo de 2009

La enfermedad de Ezequías-Su recuperación como respuesta a la oracion


2 Reyes 20 -

CAPÍTULO 20
Versículos 1-11. La enfermedad de Ezequías-Su recuperación como respuesta a la oración. 12-21. Ezequías muestra sus tesoros a los embajadores de Babilonia-Su muerte.

Vv. 1-11.Ezequías se enfermó mortalmente el mismo año que el rey de Asiria sitió a Jerusalén. Isaías llevó a Ezequías el aviso de prepararse para morir. La oración es uno de los mejores preparativos para morir, porque con ella tomamos la fuerza y el valor de Dios que nos capacita para terminar bien. Él lloró amargamente: de esto algunos entienden que no quería morir; en la naturaleza del hombre está temer la separación del alma y el cuerpo. También hubo algo peculiar en el caso de Ezequías; él estaba ahora en medio de su servicio. Que la oración de Ezequías, ver Isaías 38, interprete sus lágrimas; en ella nada hay de que era presa servil o lo atormentaba la idea de la muerte.
La piedad de Ezequías le facilitó estar en su lecho de muerte. “Oh Jehová, te ruego que hagas memoria”; no habla como si Dios necesitara que le recordásemos algo; tampoco como si la recompensa pudiera reclamarse por deuda; es solo la justicia de Cristo la que compra la misericordia y la gracia. Ezequías no ora, Señor sálvame, sino, Señor recuérdame; sea que viva o muera, déjame ser tuyo. Dios siempre oye las oraciones del quebrantado de corazón y dará salud, largura de días y liberaciones temporales en tanto y en cuanto sea verdaderamente bueno para ellos.
Se usaron medios para la recuperación de Ezequías, pero considerando el nivel a que había llegado la enfermedad, y cuán súbitamente fue detenida, la cura fue milagrosa. Cuando estemos enfermos, debemos usar tales medios que sean adecuados para ayudar a la naturaleza, de lo contrario no confiamos en Dios; más bien lo tentamos.
Para confirmar su fe, en forma milagrosa, la sombra del sol retrocedió y hubo luz por más tiempo de lo acostumbrado. Esta obra prodigiosa muestra el poder de Dios en el cielo y en la tierra, la gran manera en que Él oye la oración y el gran favor que concede a sus elegidos.

Vv. 12-21.En esta época el rey de Babilonia era independiente del rey de Asiria, aunque poco después fue sometido por éste. Ezequías mostró sus tesoros, su arsenal y otras pruebas de su riqueza y poderío. Esto fue efecto del orgullo y la ostentación, y un apartarse de la sencilla confianza en Dios. También parece que perdió la oportunidad de hablar a los caldeos sobre Aquel que había hecho los milagros que atrajeron la atención de ellos, y de señalarles lo absurdo y malo de la idolatría. —¿Qué es más corriente que mostrar nuestras casas y cosas a nuestros amigos? Pero si hacemos esto con orgullo en nuestro corazón para obtener aplausos de los hombres, sin alabar a Dios, se vuelve pecado en nosotros, como pasó con Ezequías. Podemos esperar irritación de cada objeto con el cual estemos indebidamente complacidos.
Isaías que, a menudo, había sido el consolador de Ezequías, ahora es quien lo reprende. El bendito Espíritu es ambas cosas, Juan 16, 7, 8. Los ministros deben ser ambas cosas cuando haya ocasión.
Ezequías reconoció la justicia de la sentencia, y la bondad de Dios en la prórroga. Pero el futuro de su familia y su nación debe de haberle causado muchos sentimientos dolorosos. Ezequías indudablemente fue humillado por el orgullo de su corazón. Bienaventurados los muertos que mueren en el Señor, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen.

sábado, 28 de marzo de 2009

La Pascua de Ezequías


2 Cronicas 30 -

CAPÍTULO XXX
Versículos 1-12. La Pascua de Ezequías. 13-20. Se celebra la Pascua. 21-27. La fiesta de los panes ácimos.

Vv. 1-12.Ezequías dio la bienvenida a Israel a la Pascua, como si hubieran sido sus propios súbditos. Rindámonos al Señor. No digáis que haréis lo que os plazca; decidid hacer lo que Él quiera. Percibimos en la mente carnal una rigidez, obstinación, e ineptitud para cumplir con Dios; eso lo heredamos de nuestros padres y debe ser superado. Quienes, por gracia, se han vuelto a Dios, deben hacer todo lo que puedan para que los demás vayan a Él. La gente se burlará, pero algunos se humillarán y serán beneficiados, quizá donde menos se espere. La rica misericordia de Dios es el gran argumento para dar vigencia al arrepentimiento; aun el más vil que se somete y se rinde será ciertamente salvo. ¡Oh, que se enviara mensajeros para llevar esta buena nueva a toda ciudad, y a toda aldea, por todo territorio!

Vv. 13-20.Lo necesario del servicio a Dios en las ordenanzas solemnes es hacer de esto una obra de corazón; sin esto, es nada. Donde hay sinceridad y resolución de corazón, sin embargo, puede haber muchas cosas que no alcancen la purificación del santuario. Estos defectos necesitan gracia que perdona y sana, porque las omisiones en el deber son pecados igual que las omisiones del deber. Seríamos deshechos si Dios nos tratara con estricta justicia, hasta por la mejor de nuestras obras. La manera de obtener perdón es buscarlo de Dios en oración; debe conseguirse pidiéndola por la sangre de Cristo. Sin embargo, todo defecto es pecado y necesita perdón; y esto debe ser lo que nos humille, pero sin desanimarnos, aunque nada puede compensar la falta de un corazón preparado para buscar al Señor.

Vv. 21-27.Muchas oraciones se hicieron a Dios con las ofrendas de paz. En estas, Israel consideraba a Dios como el Dios de sus padres, un Dios que tiene un pacto con ellos. También hubo abundancia de buena predicación. Los levitas leyeron y explicaron las Escrituras. La fe viene por el oír, y la religión verdadera siempre ha florecido conforme abunde la fiel predicación bíblica.
Cantaron himnos cada día: alabar a Dios debe ser gran parte de nuestra obra en las asambleas religiosas. Habiendo guardado los siete días de la fiesta en esta forma religiosa, ellos tuvieron tanto consuelo que además guardaron otros siete días. Esto lo hicieron con alegría. Los deberes santos deben hacerse con santa alegría. Y cuando los pecadores se humillan ante el Señor, pueden esperar alegría de sus ordenanzas. Quienes saborean esta alegría no se cansarán pronto, sino que se regocijarán de prolongar su goce.

viernes, 27 de marzo de 2009

Aproveche la ola


Aproveche la ola

Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega.

Juan 4:35

Todos los creyentes deben sentir pasión por los perdidos. John Harper tenía tal pasión. Era un joven pastor en la gran iglesia Moody Memorial de Chicago a principios del siglo XX, pero en 1912 iba de pasajero en el aciago viaje del Titanic.

Cuatro años después, un joven escocés se puso de pie en una reunión y dijo que era sobreviviente de Titanic. Mientras flotaba a la deriva agarrado de un pedazo de madera, se encontró con un hombre que flotaba sobre restos del naufragio. El hombre le pidió al escocés que recibiera a Cristo. El joven escocés se negó. La ola volvió cerca del hombre, y este le preguntó al escocés si aun no era salvo. Poco después, el hombre desapareció en el agua, y el escocés decidió confiar en Cristo como Salvador. Identificó al hombre como John Harper. El joven escocés fue el último convertido de John Harper.

¿Puede ser usted uno de los John Harper de esta generación?

jueves, 26 de marzo de 2009

Pescadores de hombres


Pescadores de hombres

Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres.

Mateo 4:19

Los pescadores del primer siglo usaban instrumentos especiales para pescar. Uno era la vara y el anzuelo (Mt. 17:27). Otro era una lanza o posiblemente un tipo de arpón (Job 41:26). Un tercero era la red (Mt. 13:47). Esta a veces tenía más de trescientos pies de largo unos ocho pies de ancho. Los pescadores la mantenían a flote por un extremo con corchos y hundían el otro extremo. A veces extendían la red entre dos botes y remaban en círculo. Luego tiraban de las sogas atadas a la parte superior de la red, terminando el proceso de pesca (Jn. 21:6).

Sin embargo, en el versículo de hoy Jesús se refería a una red que tenía forma circular (de unos quince pies de diámetro) hecha de una malla fina y con plomadas por la orilla. Atando un largo cordel al centro de la red, el pescador podía lanzarla al agua. Luego halaba el centro de la red con la cuerda para asegurar la pesca.

Así como los discípulos pescaron almas dentro del círculo de su red de aquella época, el Señor quiere que sus discípulos de nuestro tiempo evangelicemos a los hombres y a las mujeres que nos rodean.

miércoles, 25 de marzo de 2009

El primer paso


El primer paso

Bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Mateo 28:19

El bautismo es la señal exterior de la fe de uno en Cristo. Es un acto de obediencia mediante el cual una persona muestra la realidad de su salvación. La salvación no se ve con los ojos, sino que es algo sobrenatural y espiritual. Sin embargo, debe ser evidente el fruto o resultado de la salvación.

En la iglesia primitiva, el fruto inicial de la obediencia era el bautismo, y se puede esperar hoy día ese mismo fruto. Es el medio por el cual una persona da testimonio de su unión en la muerte, sepultura y resurrección de Cristo (Ro. 6:3--4). Gálatas 3:27 dice: "Todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos".

La Gran Comisión en Mateo 28 nos ordena que prediquemos el evangelio y bauticemos a otros. Eso quiere decir que debemos decir a las personas que la salvación es algo que no solo deben creer, sino también confesar públicamente, con el bautismo como el primer paso. Cuando alguien es reacio a confesar públicamente a Cristo de esa forma, tenemos razón para poner en tela de juicio la autenticidad de su fe. Jesús dij "A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos" (Mt. 10:32). Esa es la confesión pública que todos debemos hacer.