Mi Dios, suplirá
“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus
riquezas en gloria en Cristo Jesús”. (Filipenses 4:19)
Pablo era un hombre que había aprendido a vivir tanto en la
abundancia como en la escasez y a través de su ministerio entendió que sin
importar la situación en la que estuviera viviendo, Dios supliría todo lo que
le faltara. Por tal razón, él lo testificaba con toda convicción.
Hoy por hoy, sus palabras se convierten en una promesa muy
alentadora para nosotros, sobre todo cuando la necesidad golpea fuertemente el
sustento de nuestra familia, cuando vemos la aparición de una enfermedad
que termina atemorizándonos y robándonos
el gozo y la paz que vienen del Señor y, en algunos casos, hasta la falta de un
amor verdadero.
Si cualquiera de las anteriores situaciones está compungiendo
tu corazón y a pesar de que te esforzaste , trabajaste duro por alcanzar tus
objetivos y aun así no te es posible suplir esas necesidades, entonces es
momento de revisar prioridades y preguntarte si estás viviendo encerrado en
buscar las cosas terrenales, las cuales
perecen, o las celestiales que permanecen para siempre.
A veces nos encontramos en una encrucijada de necesidades y
en vez de acudir primeramente al que es el dueño del oro y la plata, nos
enfocamos en cómo resolver el problema.
Si hasta este día padeces necesidad continua, tal vez sea
porque estás buscando todo menos la presencia de Dios. Pero déjame decirte que
cuando Él ocupe el primer lugar en tu vida, hogar, matrimonio y economía, no
tendrás falta de ningún bien.
¿No es asombroso pensar que todo lo que nos haga falta será
suplido?
Por ello, es necesario aprender a confiar en el que sustenta
a las aves del cielo y viste a los lirios del campo. Quizás tu situación actual
te dice que no hay salida y necesitas urgentemente intervenir para que las
bendiciones de Dios sean sobre tu vida. ¡No te desesperes, ni temas dice el
Señor! Sólo confía y Él hará. Pues las mayores victorias de la vida se obtienen
de rodillas.
“Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y
todas estas cosas os serán añadidas”. Mateo 6:33 (RVR).
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