domingo, 18 de octubre de 2020

Nada es secreto para Dios

 


Nada es secreto para Dios

“Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre, La cual escudriña lo más profundo del corazón. Proverbios 20:27

Señor, delante de ti están todos mis deseos, Y mi suspiro no te es oculto. Salmos 38:9

La autoconciencia que está en el espíritu del hombre es un don de Dios. Como dice 1 Corintios 2:11 “Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios”. Es la capacidad del espíritu de revelar el porqué de las acciones de manera que no tenemos excusa de no saber lo que estamos haciendo. Por eso se compara con una lámpara que alumbra y examina todas nuestras disposiciones y motivos frente a la voluntad revelada de Dios.

Todos los seres humanos tenemos la capacidad de discernir lo bueno o lo malo, pero cuando conocemos a Cristo, nuestra conciencia se agudiza con la Palabra de Dios y entendemos lo bueno y lo malo a la luz de la Revelación de Dios.

Sabemos que el espíritu humano es la dimensión que nos permite relacionarnos con Dios, esta dimensión tiene tres funciones: La intuición espiritual que es la que recibe todas las impresiones de Dios y percibe todas las ideas espirituales como dice 1 Corintios 2:14 “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”. La conciencia o nuestra lámpara interior que es la facultad común de todos los hombres para discernir entre el bien y el mal. Como dice Hebreos 13:18 “Orad por nosotros; pues confiamos en que tenemos buena conciencia, deseando conducirnos bien en todo” y la comunión, es la función que nos impulsa a tener intimidad con Dios, como dice Salmos 25:14 “La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, Y a ellos hará conocer su pacto”; o sea que nuestro espíritu es el punto de contacto con nuestro amado Dios.

El espíritu humano es sólo la lámpara, el recipiente que contiene la luz, y hasta que no estemos llenos del Espíritu Santo, no nos convertimos en la luz, por eso es tan importante recibir a Cristo para que la luz de Él llegue a nuestros corazones por medio de su Espíritu. Sólo Dios puede ponernos cara a cara con la verdad porque Él nos conoce profundamente, dice que conoce todos nuestros deseos y aún nuestros suspiros no le son ocultos.

Dejémonos examinar por Dios para que Él sea guardándonos del mal y nos guíe a caminar en su perfecta voluntad.  Oración.

«Amado Señor, gracias por conocerme, porque sabes los secretos más profundos de mi corazón, pongo ante ti todos mis deseos y aun lo que suspiro, para que me guíes con la luz de tu Palabra, examina mi mente y mi corazón, para que me inclines a hacer lo bueno y para alejarme del mal. Recuérdame que eres el Señor de mi vida, gobierna en mi interior por medio de tu Espíritu. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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