domingo, 29 de mayo de 2022

Montes que obstaculizan la fe

 


Montes que obstaculizan la fe

“Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho”. Marcos 11: 22-23

Reconozcamos que hay montes en nuestra vida, que no nos dejan avanzar y crecer espiritualmente, nos estancamos cuando estamos ante problemas que son difíciles de resolver o cuando tenemos montañas de culpa e inseguridad que nos impiden vivir victoriosamente y desarrollar nuestro potencial y sólo pueden ser allanadas con la gracia de Dios, cuando entendamos quién es Él y que no hay nada que no pueda hacer. Jeremías 32:27 dice: “He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí?”

Mover montañas debería ser una norma de vida de los creyentes, por eso el Señor nos anima a tener fe y a dar pasos para remover todo obstáculo que se interponga. Primero debemos confiar en Él, estando seguros de que no nos va a fallar, quitando todo temor de nuestros pensamientos y afirmando sus promesas en nuestro corazón, como dice Salmos 56: 3-4 “En el día que temo, yo en ti confío. En Dios alabaré su palabra; en Dios he confiado; no temeré”.

Cuando nos entregamos sin reservas, estamos convencidos de que Dios proveerá lo que falta y dará solución a nuestro problema porque se interesa por nosotros, por eso deleitémonos en Él, gocémonos en su presencia, su bendición está disponible, pues nos impulsa a una dimensión de dominio sobre las adversidades. Salmo 37:4 dice: “Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón”.

Dejemos todo en las manos de Dios y descansemos en Él, “encomendar” es la máxima expresión de confianza porque es desprendimiento total de nuestra carga, de nuestra necesidad, para dejarle la solución a Dios. Salmo 37:5 “Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará”.

No pensemos más en el problema dice Proverbios 23: 7a “Porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él”, nos volvemos miedosos y ansiosos cuando nos enfocamos en el problema, no dejemos que el ruido de nuestras dificultades nos impida oír la voz de Dios. Dice hebreos 3:15 “entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación”.

Dios quiere que venzamos la incredulidad, que es el obstáculo más grande de la fe. Santiago 1:6-7 nos recuerda: “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.  Oración.

«Señor Jesucristo quiero colocar mis ojos en ti porque eres el autor y consumador de la fe, con tu poder y gracia puedo allanar todo monte que se levante en contra mía y que no me deje ver tu grandeza y potestad, quiero rendirme totalmente en tu presencia en deleite y confianza seguro de que obrarás por encima de cualquier circunstancia. En Cristo Jesús. Amén.      Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.