sábado, 30 de noviembre de 2024

Creced en la gracia

 


Creced en la gracia

“Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.” 2 Pedro 3:18

Estamos llamados a crecer como dice la escritura: “Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.” (2 Pedro 3:18) y también en Filipenses 1:9 se nos exhorta a crecer en amor, ciencia y en todo conocimiento: “Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aún más y más en ciencia y en todo conocimiento,”. Y la razón de este crecimiento es que nuestra relación con Dios es impactada directamente por la doctrina que creemos, hay engaños que son sutiles pero profundos e intentan dañar nuestra fe.

Entonces somos tentados a quedarnos donde estamos, a pensar que ya no necesitamos aprender y que ya con conocer algo de la doctrina es suficiente, pero la escritura nos exhorta a ser “arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias.”, (Colosenses 2:7); observemos que denota que permanezcamos firmes en Cristo, en la fe, con una firmeza en Cristo que se da por el uso de los sentidos espirituales como nos enseña Hebreos 5:14: “pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal”.

Debido a la la falta de crecimiento, muchos se han desviado de la fe porque intentaron en su fuerza agradar a Dios y terminaron fríos; prefirieron tirar la toalla, no sabiendo que también nuestro crecimiento en santidad y obediencia es por que permitimos que la gracia de Dios nos provea lo que la ley exige. ¿Si no conocemos esta verdad como vamos a crecer? (Tito 2:11-14)

La evidencia de la anterior afirmación y la respuesta a la pregunta planteada, la podemos evidenciar en la misma vida de Pablo, que por el Espíritu da testimonio del poder de la gracia en él: “por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.” (1 Corintios 15:10)

Hermanos sigamos sin temor abandonando toda religiosidad el consejo por el Espíritu que Pablo le da a Timoteo: “Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús.” (2 Timoteo 2:1).    Oración.

«Padre, me has dado descanso en Cristo Jesús y por su gracia soy lo que soy, viviendo en la libertad de Cristo, no para el pecado ni para satisfacer los deseos de la carne, sino para ser guiado por tu Espíritu, agradándote en todo. En el nombre de Jesús, amén.