sábado, 16 de abril de 2022

Momentos sin Jesús

 

Momentos sin Jesús


“Habiendo, pues, resucitado Jesús por la mañana, el primer día de la semana, apareció primeramente a María Magdalena, de quien había echado siete demonios. Yendo ella, lo hizo saber a los que habían estado con él, que estaban tristes y llorando. Ellos, cuando oyeron que vivía, y que había sido visto por ella, no lo creyeron.” Marcos 16:9-11

Desde que el Señor Jesús fue arrestado vemos como sus discípulos lo dejaron por temor (Mateo 26:56), y luego al ver todo lo que aconteció alrededor de este suceso las cosas para ellos se volvieron más difíciles, pues a su Señor y Maestro lo habían crucificado, y por consiguiente en su corazón había llanto, tristeza, desesperanza, miedo, incredulidad, asombro y falta de entendimiento.

Actitudes, pensamientos y sentimientos similares son los que nos abordan cuando por diferentes motivos no permanecemos en la presencia de Dios, cuando nos alejamos y dejamos a un lado nuestra comunión con Él. En el momento menos imaginado y probablemente sin tener muy claro el porqué de la situación, nosotros también nos llenamos de desesperanza, tristeza, amargura, incredulidad, temor y todo aquello que no viene de Dios.

Lo cierto de todo esto es que su fundamento está en lo que les dijo el Señor Jesús en esos momentos: “Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!” (Lucas 24:25); es decir que, el porqué de estos tiempos difíciles, es nuestra falta de fe. Cuando nosotros estamos en continuos momentos sin Jesús es porque hemos dejado de creer, creer en Él y en su Palabra.

Así que, la invitación es a que no seamos tardos de corazón para creer. En esos momentos con el Señor, dispongamos todos nuestros asuntos en sus manos y confiemos que de todo lo que sucede, Él tiene el control, de esta manera el amor, el gozo, la paz y la esperanza siempre abundarán.   Oración.

«Dios, hay momentos en que mi fe falta, que son más grandes mis pensamientos que mis convicciones, se me olvida quién eres y cuánto has hecho por amor a mí, y son esos momentos los más desagradables y sin sentido en mi vida, porque no tengo gozo, no hay esperanza y nada me hace sentir pleno. Por eso ruego a ti para que no dejes que en ninguna situación mi fe falte, lléname de ti y permíteme vivir arraigado en lo que Tú dices. Por Jesucristo nuestro Señor, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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