lunes, 25 de noviembre de 2024

No practiquemos los tres caminos equivocados

 


No practiquemos los tres caminos equivocados

“Pero estos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales. ¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré”, Judas 1:10-11

“¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.” Romanos 8:34

Por la fe accedemos a la justicia de Cristo, para que ésta nos sea imputada a nosotros, es decir cuando ponemos nuestra fe en Cristo, Dios atribuye la perfecta justicia de Cristo a nosotros para que lleguemos a ser justificados ante Él, como dice: «Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él» (2 Corintios 5:21).

Sin embargo nos olvidamos de esto, y queremos armar nuestra propia religión llamada “a mi manera”, con buenas intenciones, exigiendo a otros un alto desempeño y perfecto comportamiento, pero lejos de hacer la voluntad de Dios revelada en las sagradas escrituras.

Caemos entonces en tres errores, el primero querer acercarnos a Dios con nuestro esfuerzo; cuando la única manera es por medio de la preciosa sangre del Cordero. Al respecto nos dice el libro de Hebreos 10:19-22: “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura”.

El segundo error es hacer como Balaam, pretender que se puede condenar a otros sabiendo que es Dios el que perdona y justifica a los que por medio de la fe en Jesús se acercan a él, como nos enseña Romanos 3:26: “con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús”, Dios hace justicia e impone las sanciones inexcusables de su ley en la cruz, entonces Dios es justo y el que justifica al pecador que cree.

Y por último, la rebelión de Coré nos muestra que no debemos levantarnos o rebelarnos contra las autoridades puestas por Dios, cayendo en orgullo y en una contradictoria pretensión de servir a Dios de manera equivocada, por esto la iglesia es un cuerpo vivo donde Dios nos ha puesto para ser edificados mutuamente (Efesios 4:16) y también respecto a nuestros pastores y líderes nos enseña: “Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar. Pues la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su salario.” (1 Timoteo 5:17-18)    Oración.

«Padre, tú me has dado el único camino que es Cristo, a través de Él, vengo a ti para ofrecerte alabanza, no teniendo mi propia justicia, sino por la fe en tu Hijo amado hacer tu voluntad y ser de aquellos de quien digas “buen siervo fiel”. En Cristo Jesús, amén.