viernes, 1 de diciembre de 2023

Clamando por agua

 

Clamando por agua


“Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo;” Salmos 42:1-2a

No hay peor sensación que el tener sed y no hallar algo para saciarla, hace 2 días me pasó, tenía mucha fiebre y era como si escuchara a mi cuerpo gritar que quería un poco de agua, lo peor de todo es que en el sector donde vivo no había porque estaban haciendo mantenimiento a las redes del acueducto, ¡qué desesperación comencé a sentir!, pero en ese instante el Espíritu Santo me llevó a recordar las palabras del Salmista: “Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.” (Salmos 42:1), y era como si Él me dijera a través de este versículo: “si tan solo así mismo buscaras al Señor, con esa necesidad que tienes en éste momento”, quedé en shock porque dije: es cierto, entonces pensé: Cuán fácil es identificar las necesidades físicas, pero cuán difícil resulta darnos cuenta de las espirituales, pues si tenemos una necesidad física, salimos corriendo a solventarla, pero quizás con la espiritual no pasa igual, pues al parecer “no es tan urgente o importante”, ¡cuán errados estamos! pues las espirituales sí que son vitales. Esto mismo se lo dio a entender Jesús a una mujer, cuyo enfoque estaba en satisfacer una necesidad física como la mía, manifestándole que, si ella encontrara un pozo en el cual pudiera sacar agua y beber, ciertamente al hacerlo volvería a tener sed, por lo cual la invitación que el Señor le hacía era a que echara mano de la fuente de agua viva, que estaba frente a ella, para que no volviera a tener sed jamás (Juan 4:5-42).

Al meditar en estas palabras el Espíritu Santo me confrontó, pues era claro que necesitaba agua física para combatir la fiebre, pero a mi alcance estaba la fuente de agua viva capaz de darme una llenura integral: en mi cuerpo, alma y espíritu. Al entender esto pude comprender lo dicho por el Salmista pues la sed que yo tenía no era de agua física, sino de Dios, del Dios vivo (Salmos 42: 2a) Oración.

«Padre, cuán fácil me resulta prestar atención a las necesidades físicas, pero cuán difícil es darme cuenta de las espirituales. ¿Qué sería de mí si no tuviera tu Santo Espíritu? Pues es Él quien me guía a la verdad y me enseña cuán importante es prestarle atención a mi parte espiritual, En el nombre de Jesús. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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