martes, 21 de septiembre de 2021

Diligencia y confianza en Dios. 2

 


Diligencia y confianza en Dios. Parte 2

“Dios es el que me ciñe de poder, y quien hace perfecto mi camino; quien hace mis pies como de ciervas, y me hace estar firme sobre mis alturas; quien adiestra mis manos para la batalla, para entesar con mis brazos el arco de bronce”. Salmos 18:32-34

Este precioso salmo, nos revela una perspectiva profunda de nuestra relación con Dios, pues nos enseña que Él nos da fuerza, nos prepara, guía y da firmeza para que podamos hacer las cosas con diligencia.

Cuando colocamos nuestra confianza en Dios, Él nos cubre y dirige con el poder de su Espíritu (ciñe) y si somos guiados por el Ayudador que Él nos dio, por medio de la fe en Jesús, entonces no andamos en la carne y estamos aplicando lo que dice Proverbios 3:6 “Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.”

Cuando dice “Quien hace mis pies como de ciervas, y me hace estar firme sobre mis alturas”, el salmista hace la comparación con un ciervo que puede escalar montes muy altos sin caerse o hacerse daño, así mismo nosotros con Dios, podemos andar en medio de las dificultades, pero al final, Dios nos dará agilidad espiritual y sabiduría, para salir victoriosos y poder sobrepasar las montañas de nuestra vida, en el poder de su fuerza.

El término “adiestra mis manos para la batalla, para entesar con mis brazos el arco de bronce.” denota que cuando confiamos en Dios, Él permite que cada día tengamos mejores capacidades para llegar a la excelencia en todo lo que hacemos y hacer frente a todas las dificultades o retos que se nos presenten en la vida.

Entonces, la diligencia de nuestra parte debe ser en colocar en acción los principios que nos enseña la Palabra de Dios, para que aquello que antes no podíamos hacer o asumir, o alguna dificultad que parece más alta que una gran montaña, la podamos sobrepasar para mostrar la gloria de Dios en nosotros.   Oración.

«Señor, en todo el camino que he transitado y las dificultades que he tenido, tú has estado conmigo, preparándome y llevándome a confiar plenamente en ti, a mantenerme y reafirmarme en tu gran amor, para al final, bendecirme y ser bendición para otros. En Cristo Jesús. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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