viernes, 12 de noviembre de 2021

Abre tu mano al hermano y al menesteroso. Parte 2

 

Abre tu mano al hermano y al menesteroso. Parte 2


“Porque no faltarán menesterosos en medio de la tierra; por eso yo te mando, diciendo: Abrirás tu mano a tu hermano, al pobre y al menesteroso en tu tierra”. Deuteronomio 15:11

«No debáis a nadie nada, sino el amaro unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley”. Romanos 13:8

“No te niegues a hacer el bien a quien es debido, cuando tuvieres poder para hacerlo. No digas a tu prójimo: Anda, y vuelve, y mañana te daré, cuando tienes contigo qué darle”. Proverbios 3:27-28

El amor de Cristo siempre será infinitamente superior al nuestro, pero Jesús no deja brechas en la ley del amor. Cuando el amor lo demande, debemos estar dispuestos a ir aún más allá de los requisitos legales e imitar al Dios de amor. La única deuda que tenemos con Jesús por todo lo que hizo por nosotros es el amor a otras personas.

Dios nos llama a la obediencia a su Palabra. Nos enseña desde el principio a cuidar de nuestros hermanos, por eso ese mandato al pueblo de Israel también se aplica a nosotros. Son verdades eternas y fundamentales para manifestar el amor de Dios en esta tierra. Esto es lo que los creyentes en Cristo deberíamos estar haciendo hoy en día. En la iglesia primitiva había mucha solidaridad entre los creyentes; pero en realidad, los creyentes actuales, en términos generales, no han mantenido esa actitud solidaria.

Era sorprendente la generosidad de la iglesia del primer siglo, veamos Hechos 4:34-35: “Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad”.

El Señor fue muy claro con los israelitas para que no fueran mezquinos de corazón, por eso les dijo en Deuteronomio 15:9 «Guárdate de tener en tu corazón pensamiento perverso, diciendo: Cerca está el año séptimo, el de la remisión, y mires con malos ojos a tu hermano menesteroso para no darle; porque él podrá clamar contra ti a Jehová, y se te contará por pecado”.

Es lo mismo que nos dice la porción de Proverbios 3:27-28 del día de hoy, que no nos hagamos los desentendidos cuando tenemos la oportunidad de dar a los demás, lo que tengamos a nuestro alcance. Dios mira nuestro corazón y siempre habrá necesitados a nuestro alrededor. Jesús lo dijo en Mateo 26:11 «Porque siempre tendréis pobres con vosotros, pero a mí no siempre me tendréis». Es nuestra oportunidad, entonces, de tener un corazón generoso, entendiendo que más bienaventurado es dar que recibir.   Oración.

«Amado Dios, recibo con agradecimiento esta palabra de exhortación, porque quiero que mi corazón sea transformado, no quiero ser mezquino con los bienes que me das, porque me has bendecido con todo lo que tengo, quiero ser generoso y poder ayudar al que se encuentre en necesidad. Anhelo también compartir de ti, para suplir los vacíos emocionales y espirituales de los que me rodean. Quiero imitarte mi Dios de amor. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.