martes, 28 de septiembre de 2021

El respeto y la honra a nuestros ancianos.

 


El respeto y la honra a nuestros ancianos.

“No reprendas al anciano, sino exhórtale como a padre; a los más jóvenes, como a hermanos; a las ancianas, como a madres; a las jovencitas, como a hermanas, con toda pureza.” 1 Timoteo 5:1-2

“Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor. Yo Jehová.” Levítico 19:32

La Biblia, en el Nuevo Testamento llama “ancianos” a los que han crecido y madurado en la fe. (Hechos 14:23). Sin embargo, hoy vamos a reflexionar sobre nuestros adultos mayores, ya que el menosprecio a ellos y la falta de atención a sus necesidades, tanto afectivas y de salud, como también económicas, son síntomas de una sociedad en decadencia, pues está olvidando y no valorando todo el esfuerzo, el trabajo y la experiencia que dieron nuestros mayores. Esto causará que falte la sabiduría y el buen consejo en una nación, pues la Palabra de Dios nos enseña que “Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; Mas en la multitud de consejeros hay seguridad” (Proverbios 11:14); sobre todo si es un anciano que ha puesto su fe en Cristo y obedece los principios de Dios, aplicando lo que dice en Tito 2:2 “Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia.”

Por honra, por respeto, debemos entonces aplicar este principio “Oye a tu padre, a aquel que te engendró; Y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies.” (Proverbios 23:22). Esto traerá bendición abundante a nuestra vida, pues recogemos lo que sembramos y si sembramos honra, recogeremos vida y bendición (Efesios 6:2-3).

Si estás en la edad adulta debes saber que “Corona de honra es la vejez que se halla en el camino de justicia” (Proverbios 16:31) y que puedes colocar tu confianza en Dios, pues Él te sostiene aún en tu vejez, pues Él promete que “Y hasta la vejez yo mismo, y hasta las canas os soportaré yo; yo hice, yo llevaré, yo soportaré y guardaré” (Isaías 46:4).   Oración.

«Padre, gracias por enseñarme a dar honra y respeto a mis mayores, cuidar a mis padres y prestar atención al anciano, para que mis días sean largos y reciba bendición, pues también entraré en la edad adulta y quiero sembrar honra para recoger bendición. Gracias Señor, en el nombre de Jesús, Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.