Nuestra meta: desarrollar el carácter de Cristo
“Porque somos hechura
suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de
antemano para que anduviésemos en ellas.” Efesios 2:10
“No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque
el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.» Romanos 13:8
Desarrollar el carácter de Cristo en nuestras vidas, debería
ser una meta que anhelemos alcanzar, pues su carácter refleja: amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza, características del
fruto del Espíritu Santo, que sin lugar a dudas nos llevarán a experimentar la
nueva vida que Cristo ganó para nosotros en la cruz.
El Espíritu Santo quien ahora habita en cada uno de nosotros
los creyentes, nos ayuda continuamente a desarrollar el carácter del Hijo de
Dios, enseñándonos y guiándonos a una vida que tenga coherencia, comenzando
desde nuestra creencia, pasando por nuestra forma de expresarnos, hasta llegar
a nuestra manera de actuar.
Ahora bien, debemos aclarar que esa coherencia que se ve
manifestada gracias al carácter de Cristo en nosotros, empieza desde el
interior, y no desde el exterior, es decir, que las obras que se manifiestan de
acuerdo a nuestra manera de actuar, son el resultado de nuestra fe y nuestra
relación con Dios, quien por medio de la comunión del Espíritu Santo, nos
impulsa, colocando en nosotros el querer como el hacer, pues ambas cosas son
importantes como declara Santiago 2:14-17 “Hermanos míos, ¿de qué aprovechará
si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? Y si un
hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de
cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero
no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así
también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.”
Por lo tanto hermanos, pidamos a Dios, nos permita tener una
fe que obre por amor como se nos enseña en Gálatas 5:6 “porque en Cristo Jesús
ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el
amor.” Para que de esta manera se muestren en nuestras vidas esas buenas obras
que Dios ha dispuesto para que andemos en ellas, permitiendo que su amor se
refleje en nosotros y nos lleve a la misma vida coherente de Cristo Jesús. Oración.
«Padre Dios, te pido que tu Santo Espíritu desarrolle el
carácter de tu amado Hijo en mí, que produzca tanto el querer como el hacer de
Cristo en mi vida, llevándome a tener una vida donde mi creencia se convierta
en vivencia gracias a tu amor. Amen