Llamamiento
de un Libertador. Parte 2
“Y vino el
ángel de Jehová, y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era
de Joás abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar,
para esconderlo de los madianitas”. Jueces 6:11
“Viendo
entonces Gedeón que era el ángel de Jehová, dijo: Ah, Señor Jehová, que he
visto al ángel de Jehová cara a cara. Pero Jehová le dijo: Paz a ti; no tengas
temor, no morirás. Y edificó allí Gedeón altar a Jehová, y lo llamó
Jehová-salom; el cual permanece hasta hoy en Ofra de los abiezeritas”. Jueces
6:22-24
Cuando
Gedeón estaba desgranando el trigo en el lagar y fue llamado por Dios, se
encontraba ocupado. Lo mismo que cuando Jesús escogió a los doce discípulos,
todos estaban haciendo sus labores. Siempre hemos visto que Dios no llama a
gente desocupada, sino a aquellos que están dispuestos a dejarlo todo por
seguirle, los que están seguros de renunciar a sus propias vidas para servirle,
como dice Mateo 19:29: “Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o
hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre,
recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna”.
Hermoso es
saber que, aunque sintamos temor al llamado de Dios, Él nos dice como a Gedeón:
“Paz a ti”. Dios se encargará de todos nuestros asuntos cuando decidimos
entregar nuestras vidas por entero a Él. Gedeón fue escogido para liberar a su
pueblo de los madianitas, vio cara a cara al ángel de Dios y pensó que moriría.
Los Israelitas tenían muy claro lo que el Señor le había dicho a Moisés en
Éxodo 33:20 “Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y
vivirá”. Por eso, ese encuentro con lo sobrenatural y celestial le causó miedo.
Ahora, como hijos de Dios, sabemos que está cercano, que no debemos temer,
sino, entrar confiadamente a su Presencia, porque el Señor Jesús eliminó esa
barrera que nos separaba por causa del pecado. Tenemos libertad para
relacionarnos con el Dios viviente, Poderoso y Santo, que nos ama y al que le
debemos adoración y exaltación por todo lo que ha hecho por nosotros.
Así como
Gedeón, hizo un altar y lo llamó Jehová Shalom, levantemos un altar en nuestros
corazones porque hemos experimentado la paz con Dios a través de Jesucristo, el
“Príncipe de paz”, que vive en nuestro espíritu y nos invita cada día a
descansar en Él, porque tiene el control de cada situación de nuestra vida y
nos ha prometido darnos su paz siempre; por eso, no debemos temer a su llamado.
Deleitemonos en su hermosa Presencia. Oración.
«Amado
Jesús, gracias por ser mi paz, por traer tranquilidad y sosiego a mi vida desde
el momento que te conocí. Quiero descansar en tu Presencia y abrir mi corazón y
oídos espirituales para escuchar lo que quieres de mí, estoy dispuesto a
servirte sin vacilación, a renunciar a todo aquello que me impide amarte,
estando seguro de que me fortalecerás y sostendrás de tu mano en cada paso que
dé. Amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.