domingo, 10 de julio de 2022

Mi mayor reto

 

Mi mayor reto


”Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.”, Jeremías 9: 23-24

Vivimos inmersos en un mundo superfluo donde se juzga a las personas por su apariencia externa; se admira y sobrevalora la inteligencia (ciencia), el poder y las riquezas, cosas que en sí mismas no son malas pero que cuando ocupan un lugar preponderante en nuestro corazón, nublan el verdadero valor y propósito de la vida.

En contraste con este sistema de valores banal, la Biblia nos dice que el verdadero valor está en lo que llevamos por dentro. En la naturaleza un buen árbol (sembrado con buena semilla, cultivado en buena tierra, regado con buena agua) dará frutos buenos, pero un árbol malo (sin una buena fuente de nutrientes, agua o luz solar) no dará fruto o sus frutos serán tan malos que nadie los querrá comer. Del mismo modo, los frutos que demos en la tierra dependerán de con qué llenemos nuestro corazón. ¿Cultivamos nuestro amor y deseo por las cosas materiales o estamos cultivando nuestra relación de amor y amistad con Dios?

El deseo de poder, de inteligencia o del dinero no deberían determinar nuestras decisiones sino ser una añadidura que Dios nos da y utiliza para bendecirnos y bendecir a otros. Entender y conocer a Dios de una manera íntima y personal nos garantiza mantenernos en el centro de su voluntad y alcanzar lo mejor del plan que Dios tiene para nosotros. El reto más grande es este, ir en contra de la corriente y poner a Dios y su palabra como nuestra prioridad, el fruto sin duda será admirable: Entender, conocer y ser amigo del Todopoderoso.   Oración.

«Señor Jesucristo, en estos tiempos donde abundan las distracciones es un verdadero reto buscarte y no sucumbir en el intento; sé que no estoy solo, tu Espíritu me ayuda en mi debilidad, ayúdame a poner manos a la obra. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito