Palabras para su iglesia: “no pierdas tu primer amor”
“Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso: El que tiene las
siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de
oro, dice esto: Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no
puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y
no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia,
y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. Pero
tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde
has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto
a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido”
Apocalipsis 2:1-5.
Nuestro Señor Jesús, resucitado, ascendido y glorificado a
través de estas palabras nos revela el tipo de iglesia que Él quiere militando
en esta tierra hasta su segunda venida. Aunque el mensaje va dirigido a la
iglesia de Éfeso, las palabras de Jesús siguen vigentes para la iglesia
universal.
En primer lugar, una iglesia que no pierda su primer amor,
que sea conocida por el amor que le profesa a Él y a los demás. Es fácil perder
el primer amor cuando transcurre el tiempo, porque otras cosas van ocupando su
lugar en nuestro corazón: las ocupaciones, la familia, la vida y hasta el
servicio al que Dios nos ha llamado, todo esto nos puede apartar de la pasión
por el Señor Jesucristo. Él puede ensalzar nuestro servicio, pero a veces hemos
trabajado muy duro por establecer el reino de Dios aquí y nos hemos olvidado
del Rey.
El Señor debe ocupar siempre el primer lugar en nuestro
corazón, sin embargo, hay momentos en que nos centramos tanto en nuestros
asuntos, que perdemos el entusiasmo por Dios, nos preocupamos por cumplir con
tantas cosas que nos olvidamos del amor. ¿Qué nos produce oír estas palabras?:
“Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor”.
El Señor nos insta a recordar el primer amor que tuvimos
cuando nos convertimos y mirar la altura desde donde hemos caído. Está hablando
a los que ya somos salvos, por eso alaba nuestro trabajo, porque no fue
realizado para ganar su perdón y salvación, sino por amor a las personas como
reflejo del amor de Cristo a los seres humanos.
En segundo lugar, debemos arrepentirnos y organizar nuestra
vida, necesitamos deshacernos de todo lo que no es grato delante de Dios.
Recordemos lo que dice Zacarías 13:9 “Y meteré en el fuego a la tercera parte,
y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. El
invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios”.
El Señor nos está refinando cada vez que pasamos por momentos de prueba y
transformando nuestro carácter.
En tercer lugar, volvamos a hacer las cosas que hacíamos al
principio, cuando conocimos al Señor, con la pasión y el entusiasmo del primer
amor.
Es necesario que comprendamos que Dios está hablando a los
creyentes. Jesús alabará a su iglesia cuando haga un trabajo de amor, por la
paciencia en medio del sufrimiento, por la capacidad de discernimiento o
sabiduría espiritual que la lleve a afirmarse en la sana doctrina y en la
conducta hacia los demás. Oración.
«Señor Jesús, oro en este momento para que nunca pierda mi
primer amor por ti, ayúdame a recordar de dónde me sacaste cuando andaba
separado de ti, gracias por enseñarme que solo el amor a ti y al prójimo hará
que todo lo que haga glorifique tu nombre, ayúdame a aferrarme a la verdad de
tu Palabra y dame discernimiento espiritual para poder afirmar a otros en la
sana doctrina y en la conducta, ayúdame a mantenerme fiel a ti, amén.