Con mi voz clamaré a Jehová
“Con mi voz
clamaré a Jehová; con mi voz pediré a Jehová misericordia. Delante de él
expondré mi queja; delante de él manifestaré mi angustia. Cuando mi espíritu se
angustiaba dentro de mí, tú conociste mi senda. En el camino en que andaba, me
escondieron lazo. Mira a mi diestra y observa, pues no hay quien me quiera
conocer; no tengo refugio, ni hay quien cuide de mi vida. Clamé a ti, oh
Jehová; dije: Tú eres mi esperanza, y mi porción en la tierra de los vivientes.
Escucha mi clamor, porque estoy muy afligido. Líbrame de los que me persiguen,
porque son más fuertes que yo”, Salmo 142:1-6
David luego
de escapar de la espada de Saúl, huyó a la cueva de Adulam, éste fue el lugar
de refugio para vivir como fugitivo. Adulam significa refugio, pero la cueva no
iba a ser el refugio de David, pues Dios mismo quería ser el refugio de David
en este tiempo de angustia y soledad.
La cueva
estaba cerca del lugar donde David había derrotado a Goliat, donde tuvo la gran
victoria sobre los filisteos; se detiene ahora allí mismo, huye como un
criminal, y desde allí compone el Salmo 142, en el cual describe el desánimo de
su corazón y expone su queja y manifiesta su quebranto.
En la cueva,
Jehová lo fortaleció y le preparó para lo que tenía que continuar. David ora a
Dios con un corazón contrito y humillado, él dice: “Clamaré al Dios Altísimo,
al Dios que me favorece. Él enviará desde los cielos, y me salvará de la
infamia del que me acosa; Dios enviará su misericordia y su verdad.” (Salmo 57:2-3).
Y continúa alabando a Dios con todo su corazón.
Con
frecuencia pensamos que primeramente tenemos que salir de nuestra cueva para
luego glorificar a Dios. No importa cuáles sean nuestras angustias y
circunstancias, desde allí alabemos y glorifiquemos a Dios, Él conoce nuestra
senda, y Él cumplirá su propósito en nosotros como lo hizo con David, lo ungió
y lo constituyó en rey de Israel. Oración.
Amado Dios,
he buscado refugios equivocados en medio de mi aflicción y quebranto, pero
ahora vengo a ti, consciente de mi necesidad, y clamo a ti oh Jehová, tú eres
mi esperanza, tú eres mi castillo y mi porción en la tierra de los vivientes.
Escucha mi voz con que a ti clamo y llena mi vida de tu presencia. Te amo
Señor, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.