vence el mal con el bien”
“Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de
Dios, el que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce
bruñido, dice esto: Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu
paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras. Pero tengo unas
pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice
profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas
sacrificadas a los ídolos. Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no
quiere arrepentirse de su fornicación”. Apocalipsis 2:18-21
Hoy el Señor nos recuerda que hay una batalla entre el bien y
el mal. Pero tiene promesas maravillosas para aquellos que vencen el mal. La
iglesia de Tiatira es ensalzada por su amor, fe, servicio, perseverancia y
crecimiento personal, pero Jesús la cuestiona acerca de la tolerancia hacia
algunas cosas del mundo. Cuando se dirigió a esta iglesia usó el título de Hijo
de Dios, la razón por la que lo hace es porque había algunos que negaban su
divinidad y agrega “el que tiene ojos de fuego”, que muestra la capacidad que
el Señor tiene para penetrar en los secretos más escondidos de nuestro corazón
y como fuego consumidor nos recuerda su ira ardiente contra el pecado. Y por
último se refiere a sus pies como “bronce bruñido” imagen ligada al juicio de
Dios, parece describir viniendo victorioso en juicio, dispuesto a someter bajo
su autoridad a todos sus enemigos.
Esta iglesia estaba preocupada por lo que aparentaba ser
frente al mundo y de ahí esta seria advertencia del Señor para recordarles que
Él veía lo que realmente eran. El Señor no daba por buenas todas las cosas, tal
como algunos creían, sino que su juicio venía sobre ellos.
Cristo alaba a su iglesia, exaltando algunas cualidades que
tenían: “Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que
tus obras postreras son más que las primeras” (Apocalipsis 2:19); es decir,
observaba un progreso en la vida espiritual de esa iglesia. Esto es interesante
porque hay muchas iglesias y creyentes que comienzan con mucho ánimo pero que
poco a poco se van desalentando.
Cristo reprende a su iglesia: “Pero tengo unas cosas contra
ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca
a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos. Y le he
dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su
fornicación”, (Apocalipsis 2:20-21)
Aunque había cosas en esa iglesia que habían progresado muy
bien, había otras que desagradaban profundamente al Señor. La iglesia en
Tiatira había permitido que personas malvadas dañaran la iglesia desde dentro.
La inmoralidad sexual estaba desde el mismo liderazgo de la iglesia. Esto hacía
que fuera especialmente grave. Revelan que el mundo espiritual está lleno de
falsedad y mentira; la iglesia de Tiatira se había unido a un yugo desigual con
el mundo.
Vivimos en una cultura saturada de sexo, en la que se anima a
ser sexualmente activos buscando la realización personal, pero sabemos que la
Palabra de Dios tiene un concepto muy alto del sexo en el contexto del
matrimonio, cualquier cosa fuera de éste lo lleva a la promiscuidad y a la
impureza sexual.
Jesús llama al arrepentimiento y es muy importante recordar
que podemos ser perdonados. La iglesia está llamada a la santidad. Y Jesús
promete que compartirá su autoridad con el fiel pueblo vencedor. También
compartirá su gloria. La santidad no significa ser perfecto, sino vivir una
vida de integridad en todas las áreas de nuestra vida. Oración.
«Señor Jesús dame tu sabiduría para comprender los límites de
la tolerancia, ayúdame con el poder de tu Espíritu a vencer el pecado, ayúdame
a obedecerte y a vencer el mal haciendo el bien, en el nombre de Jesús, amén.