jueves, 16 de enero de 2025

vence el mal con el bien

 


vence el mal con el bien”

“Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bruñido, dice esto: Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras. Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos. Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación”. Apocalipsis 2:18-21

Hoy el Señor nos recuerda que hay una batalla entre el bien y el mal. Pero tiene promesas maravillosas para aquellos que vencen el mal. La iglesia de Tiatira es ensalzada por su amor, fe, servicio, perseverancia y crecimiento personal, pero Jesús la cuestiona acerca de la tolerancia hacia algunas cosas del mundo. Cuando se dirigió a esta iglesia usó el título de Hijo de Dios, la razón por la que lo hace es porque había algunos que negaban su divinidad y agrega “el que tiene ojos de fuego”, que muestra la capacidad que el Señor tiene para penetrar en los secretos más escondidos de nuestro corazón y como fuego consumidor nos recuerda su ira ardiente contra el pecado. Y por último se refiere a sus pies como “bronce bruñido” imagen ligada al juicio de Dios, parece describir viniendo victorioso en juicio, dispuesto a someter bajo su autoridad a todos sus enemigos.

Esta iglesia estaba preocupada por lo que aparentaba ser frente al mundo y de ahí esta seria advertencia del Señor para recordarles que Él veía lo que realmente eran. El Señor no daba por buenas todas las cosas, tal como algunos creían, sino que su juicio venía sobre ellos.

Cristo alaba a su iglesia, exaltando algunas cualidades que tenían: “Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras” (Apocalipsis 2:19); es decir, observaba un progreso en la vida espiritual de esa iglesia. Esto es interesante porque hay muchas iglesias y creyentes que comienzan con mucho ánimo pero que poco a poco se van desalentando.

Cristo reprende a su iglesia: “Pero tengo unas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos. Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación”, (Apocalipsis 2:20-21)

Aunque había cosas en esa iglesia que habían progresado muy bien, había otras que desagradaban profundamente al Señor. La iglesia en Tiatira había permitido que personas malvadas dañaran la iglesia desde dentro. La inmoralidad sexual estaba desde el mismo liderazgo de la iglesia. Esto hacía que fuera especialmente grave. Revelan que el mundo espiritual está lleno de falsedad y mentira; la iglesia de Tiatira se había unido a un yugo desigual con el mundo.

Vivimos en una cultura saturada de sexo, en la que se anima a ser sexualmente activos buscando la realización personal, pero sabemos que la Palabra de Dios tiene un concepto muy alto del sexo en el contexto del matrimonio, cualquier cosa fuera de éste lo lleva a la promiscuidad y a la impureza sexual.

Jesús llama al arrepentimiento y es muy importante recordar que podemos ser perdonados. La iglesia está llamada a la santidad. Y Jesús promete que compartirá su autoridad con el fiel pueblo vencedor. También compartirá su gloria. La santidad no significa ser perfecto, sino vivir una vida de integridad en todas las áreas de nuestra vida.    Oración.

«Señor Jesús dame tu sabiduría para comprender los límites de la tolerancia, ayúdame con el poder de tu Espíritu a vencer el pecado, ayúdame a obedecerte y a vencer el mal haciendo el bien, en el nombre de Jesús, amén.