miércoles, 23 de noviembre de 2022

Dulce refugio- Parte 2

 


Dulce refugio- Parte 2

«Y dijo aún Jehová: He aquí un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña; y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado.» Éxodo 33:21-22

Moisés también pudo experimentar, al igual que Elías, lo que significa refugiarse o esconderse en la Roca; en su caso, no está escondido en la hendidura de la peña por desánimo, sino porque le ha hecho una petición a Dios, que le permita ver Su gloria; Dios le ha dicho que para que esto suceda Moisés debe estar refugiado en la Roca, por eso le vemos en ese lugar confiando en que recibirá lo que el Señor le prometió, y a la expectativa de lo que a continuación verá. ¡Wow!, ¡Qué privilegio!, ¿ver la gloria de Dios? Sí, Moisés pudo ver a Dios de espaldas.

 

Con este relato quizá pensaremos: «Daría todo por estar ahí y experimentar lo mismo»; pero, un momento, hemos olvidado algo importante, ¡Nosotros también lo hemos hecho! pues hemos visto a Dios porque Jesús lo declaró: «El que me ha visto a mí, ha visto al Padre;» (Juan 14:9) ¡Qué maravilloso!, ¿lo hemos visto? ¡Claro que sí! Pero ¿cómo?, las Escrituras nos revelan que cuando conocimos a Jesús, conocimos también al Padre, y desde ese momento en el que le conocemos, le hemos visto (Juan 14:7)

 

Lo anterior debe llevarnos a meditar en que las veces que hemos estado en nuestro refugio, que ya sabemos no es un lugar, sino una persona, Jesucristo, hemos podido ver la gloria de Dios, su poder, su bondad, así como lo hizo Moisés, pero también hemos experimentado lo que es hablar con Dios (cuando oramos), y escucharlo cuando leemos su palabra y nos es revelada por el Espíritu Santo.

 

Qué privilegio saber que ese refugio en el cual se escondieron personajes como Elías, Moisés y muchos otros, está disponible también para nosotros, así que disfrutemos de ese privilegio y descansemos en Jesús, pues sólo en Él encontramos: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza.   Oración.

«Padre, gracias porque por medio de tu palabra conozco que tú Hijo Jesús es el dulce refugio en el cual mi vida descansa. amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.