Lo que NO es la gracia de Dios
“Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a
todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos
mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la
esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y
Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de
toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.”
Tito 2:11-14
“Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros, pues no
estáis bajo la ley sino bajo la gracia” .Romanos 6:14
Vamos a aclarar qué no es la gracia de Dios, de acuerdo a la
escritura. Lo primero que debemos aclarar, como base, es que NO es perseverar
en el pecado:
La escritura dice “¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el
pecado para que la gracia abunde?” (Romanos 6:1) y la respuesta contundente en
Romanos 6:2 es: “En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado,
¿cómo viviremos aún en él?”. Así como Cristo murió, cada uno de nosotros, que
hemos creído lo que Él hizo por nosotros, hemos muerto al pecado y hemos
recibido plenamente el favor inmerecido de Dios.
Para ejemplificar: si estamos practicando la fornicación y
decimos que estamos bajo la “gracia”, ¡no estamos experimentando la gracia sino
el engaño! Necesitamos ser llevados de manera amorosa a la gracia, para
verdaderamente ser liberados porque si el Hijo nos libera somos verdaderamente
libres, porque el Hijo es “lleno de gracia y verdad” (Juan 8:36, Juan 1:14)
Si en alguna área de nuestra vida, estamos esclavos de algo
que nos hace daño o hace daño a los demás, un vicio, pornografía, la comida,
emociones descontroladas, iras explosivas, orgullo o cualquier conducta
pecaminosa, nos hace falta experimentar la gracia de Dios en este aspecto,
porque Romanos 6:14 dice: “Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros, pues
no estáis bajo la ley sino bajo la gracia”.
Si realmente vivimos bajo la gracia, no estaríamos dominados
por algún pecado porque este no reinará sobre nosotros o nos llevará esclavos,
porque no estamos bajo la ley que nos demanda pero no puede proveernos lo que
la gracia sí: poder para vencer el pecado. Ninguno que viva en pecado puede
usar legítimamente la gracia como excusa para pecar, porque es contrario a las
Sagradas Escrituras de Dios.
La gracia de Dios, como lo dice el versículo de hoy, nos
enseña a renunciar, nos lleva a tomar decisiones que nos alejen de la impiedad
y de los deseos mundanos, para vivir sobria, justa y piadosamente. Esto es
maravilloso, el mundo puede estar bajo la mayor depravación moral, pero
nosotros por la gracia de Dios, somos guardados, apartados para vivir vidas
moralmente agradables a Dios (santidad).
En conclusión, la gracia de Dios no es persistir en el
pecado, sino que la gracia de Dios nos impulsa a tomar decisiones que nos
alejen del pecado y nos acerquen a Dios, para permanecer en Cristo y cumplir lo
que dice 1 Juan 2:6: “El que dice que permanece en él, debe andar como él
anduvo.” Oración.