lunes, 23 de mayo de 2022

El Rey sobre toda la tierra

 

El Rey sobre toda la tierra


“Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur. Y huiréis al valle de los montes, porque el valle de los montes llegará hasta Azal; huiréis de la manera que huisteis por causa del terremoto en los días de Uzías rey de Judá; y vendrá Jehová mi Dios, y con él todos los santos” Zacarías 14:4-5.

“Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre” Zacarías 14:9.

Esta profecía, citada en este libro, nos dice que Dios reinará sobre toda la tierra, ¿cuánto anhelamos esto? Cada vez que enfrentamos elecciones pedimos al Señor que nos de sabiduría para elegir y rogamos por gobernantes justos y sabios que cambien el destino de nuestra tierra, pero lastimosamente en este ámbito político solo reina la corrupción y el poder para hacer la voluntad humana y no la divina; cada vez el mundo se hunde en la inmoralidad, corrupción y violencia a causa de que la mayoría de los dirigentes están apartados de Dios y sin su dirección.

El Señor Jesús, al enseñarnos el Padre nuestro, nos dijo en Mateo 6:10 “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”, hablando de ese gobierno que en un próximo futuro va a ser establecido por Él en esta tierra; por eso, debemos prepararnos para reinar juntamente con Él, mostrándole al mundo entero que sí puede haber un gobierno justo, de paz y prosperidad bajo los principios de Dios.

El prepararnos implica convertirnos en ciudadanos del reino de los cielos desde ahora; para ello, lo primero es pedirle al Señor que reine sobre nuestras vidas, que tome el control y autoridad sobre nuestro corazón con el poder de su Santo Espíritu que mora en nosotros, para desarrollar el carácter santo que Él quiere que tengamos a su regreso. Recordemos 1 Tesalonicenses 5:23 que dice “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo”.

El imperio de Cristo será un reinado que perdurará hasta la eternidad, cuando sus pies se afirmen y se establezcan sobre el monte de Los Olivos para ejercer dominio sobre todos los pueblos. La figura que presenta el profeta Zacarías es la de un valle protegido, en donde estará asentada la ciudad del gran Rey, quien vendrá con sus santos a gobernar (Zacarías 14:4-5).

Se destaca el monte de Los Olivos porque fue allí donde el Señor Jesús, en su ministerio terrenal, dictó sus enseñanzas sobre las señales finales y de su segunda venida. Marcos 13:3-4 dice “Y se sentó en el monte de los Olivos, frente al templo. Y Pedro, Jacobo, Juan y Andrés le preguntaron aparte: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas? ¿Y qué señal habrá cuando todas estas cosas hayan de cumplirse?”

Comparando la profecía gloriosa de Jehová, descrita por Zacarías, con la segunda venida de Cristo, anunciada por Él, hay una gran similitud; será algo poderoso, donde los habitantes de la tierra notarán la grandeza del Rey que ha de venir y que Pablo reconfirma claramente en 1 Tesalonicenses 3:13 cuando dice “para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos”.

Debemos entonces afirmar nuestra fe y andar en santidad, con la esperanza de reencontrarnos nuevamente con Jesús en su regreso, para estar siempre con Él.   Oración.

«Gracias Dios por tu palabra; desde el Antiguo Testamento, has prometido la restauración de todas las cosas en el día de Jehová, en la manifestación gloriosa de la venida del gran Rey Jesucristo, quien viene a reinar eternamente, no solo en mi corazón, sino en la tierra, para mostrarle al mundo que tu voluntad se cumple tanto en el cielo como en la tierra. Ayúdame a caminar en fe y santidad, esperando tu regreso. En Cristo Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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