Un cristiano genuino
Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo, si en verdad
le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está
en Jesús. En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre,
que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de
vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y
santidad de la verdad”. Efesios 4:20-24
La manera en que una persona piensa, actúa y vive, refleja
mucho lo que es. Preguntémonos en este momento: ¿qué estamos reflejando a los
demás?, ¿estamos influenciando positivamente en nuestro entorno o simplemente
lo que hacemos está dañando a otros? Recordemos que este año 2025 es el año de
nuestra renovación espiritual, si queremos salir del letargo y cumplir con el
propósito para el cual el Señor nos llamó y nos escogió.
Si queremos ser agentes de cambio en este mundo roto y
perdido, nuestra manera de vivir debe ser contraria al resto de las personas.
La gente debería ver una diferencia en nosotros si nos llamamos “cristianos”,
porque la misma carta a los Efesios nos dice en Efesios 5:8 “Porque en otro
tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de
luz”, esto implica dejar radicalmente nuestra vida pasada de pecado, y andar
según las enseñanzas de Jesús, caminando en el Espíritu y sacrificando los
deseos de la carne, al considerarnos muertos al pecado por la obra redentora de
nuestro Salvador.
Caminar en el Espíritu es algo que aprendemos en la medida
que vamos conociendo a Dios y cuando confiamos en Él y en su santa Palabra. La
vida del creyente es un proceso, porque, aunque ahora tenemos una nueva
naturaleza, los pensamientos y las actitudes se van transformando en la medida
en que nos llenamos de los pensamientos y actitudes de Cristo. Por eso como
dice Pablo: “vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y
santidad de la verdad”, esto implica mantenernos en un compromiso consciente y
diario con Dios permitiendo que Él vaya cambiando nuestro interior y renovando
nuestra mente.
La única forma de “convertir” la mente es rendirla a Cristo y
vivir en una renovación constante de nuestra manera de pensar, (Romanos 12:2).
Esto demanda esfuerzo.
Pablo describe la conducta de los gentiles sin Cristo que los
creyentes deben evitar, (Efesios 4:17-24). Esta conducta incluye la vanidad de
la mente, el entendimiento entenebrecido, la alienación de Dios, la ignorancia,
la dureza de corazón, la sensibilidad perdida, la sensualidad y toda clase de
impureza. Esta lista es un catálogo progresivo y feo de las faltas y errores de
la vida de aquellos que no tienen a Cristo. “Pero vosotros no habéis aprendido
así a Cristo”, indica que conocer a Cristo es ser un discípulo atento para oír
sus enseñanzas y ávido para seguir sus instrucciones, y no vivir como los
inconversos. La verdad de Cristo excluye la conducta disuelta que los
caracteriza, estamos llamados a ser luz y disipar las tinieblas que nos rodean,
si anhelamos ser cristianos genuinos. Que esta sea una meta para este nuevo
año. Oración.
«Amado Jesús, siendo poseedor de tu verdad al creer en ti,
tengo muchas razones para abandonar cualquier conducta contradictoria a mi fe y
andar como hijo de luz en este mundo que necesita personas renovadas por ti
para influenciar en la vida de tantas personas que están sin propósito y sin
rumbo a la eternidad. Ayúdame por el poder de tu Espíritu a abandonar mi vieja
forma de vida y renovar mi mente adoptando un nuevo estilo de vida que me has
dado lleno de gozo y paz, amén.