miércoles, 3 de noviembre de 2021

Necesitamos de Dios

 


Necesitamos de Dios

«Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión; teme a Jehová, y apártate del mal». Proverbios 3:5-7

El capítulo 3 del libro de Proverbios es el consejo que un padre le da a su hijo, cuando ha salido de su hogar para empezar a andar en el camino de la vida asumiendo nuevas responsabilidades. Le aconseja que sus pasos deben ser ordenados según lo que dice la Palabra de Dios. Cuán importante es esto en el día de hoy para todos nosotros que a diario nos enfrentamos a desafíos en la vida. Cuánto necesitamos de la sabiduría de Cristo, por eso dice en Proverbios 3:1 “Hijo mío, no te olvides de mí Ley, y que tu corazón guarde mis mandamientos». La sabiduría está personificada en el Señor Jesucristo. Dijo el apóstol Pablo en 1 Corintios 1:30 “Pero por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención”.

Confiar en el Señor hará que dirija nuestros pasos. Debemos reconocer que hay momentos en que no podemos manejar nuestra vida por sí solos, sino que necesitamos la dirección de Dios. Proverbios 28:26 nos dice: “El que confía en su propio corazón es necio; más el que camina en sabiduría será librado”.

A veces nos encontramos enfrentados a situaciones que no nos agradan, en las que nos sentimos inseguros o en peligro. Aquí dice: “Fíate del Señor de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia”. Fiarse en el hebreo es: “apresurarse a refugiarse”, ¿en quién más lo haremos sino en Dios?, recordemos cuántas veces al hacerlo hemos experimentado que Él nos ha guiado en nuestro caminar, inclusive a través de circunstancias problemáticas y variadas y lo mejor es que lo seguirá haciendo. Reconozcámoslo en todos nuestros caminos y Él hará derechas nuestras sendas.

El Señor nos invita a ser humildes y a reconocer nuestras propias limitaciones, por eso debemos tenerle en cuenta para tomar decisiones, no seamos autosuficientes pensando que todo lo podemos hacer solos, el secreto de un hijo de Dios es depender de su amor y su misericordia. Él dice en su Palabra en Juan 15:5 “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”. Dios nos hizo para amarnos y para guiarnos a llevar vidas fructíferas y sabias.   Oración.

«Señor, enséñame a ser humilde y a reconocer cuánto te necesito. Sin ti no soy nada. Gracias por traerme a un nuevo día, quizás hoy el cielo está nublado y no brilla el sol, o quizás es un día luminoso, pero, en cualquier caso, quiero siempre darte gracias por guiar mi caminar en esta vida, quiero fiarme y confiar en ti sin reservas. En el nombre de Jesús. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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