Un corazón cercano a Dios
“Dice, pues,
el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me
honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un
mandamiento de hombres que les ha sido enseñado;” Isaías 29:13
En muchos
momentos de nuestra vida, al igual que le sucedió al pueblo de Dios, pasamos
por tiempos de hipocresía, donde nos acercamos a Él solo con nuestra boca y
nuestra honra es únicamente de labios, somos como metal que resuena o campana
que hace ruido, porque le cantamos y le alabamos, pero con nuestro corazón
lejos de Él. También somos hipócritas cuando nuestro temor a Dios es
simplemente un mandamiento de hombres que nos ha sido enseñado, pues nos hace
falta acercarnos a Él con un corazón lleno de amor, agradecimiento, respeto,
reverencia y devoción; por lo que es importante que nos preguntemos el día de
hoy: ¿cómo está nuestra relación con Dios?, ¿qué tan cerca está nuestro corazón
de Él?
Dios quiere
que sus hijos le honremos como el Padre Santo y bueno que es, con un corazón
sincero y no con un corazón hipócrita.
Para poder
tener un correcto temor de Dios y una verdadera honra donde nuestra boca y
nuestro corazón estén en unanimidad, es necesario que leamos su Palabra, la
escudriñemos, meditemos en lo que Dios es y en lo que Él quiere, que entendamos
cuál es su voluntad, también permitir que esa espada de doble filo traspase
hasta partir nuestra alma y espíritu y deje al descubierto todo aquello que hay
en nosotros que no le agrada a Dios, como ese pecado y esa perversidad que no
permiten que nuestro corazón esté cercano a Él, y que solo Dios puede quitar,
limpiar y transformar.
Adicional,
es supremamente importante y necesario tomarnos un momento para pedirle perdón
a Dios, que reconozcamos delante de Él cuán lejos estábamos y cuán hipócritas
habíamos sido; Dios anhela que nos acerquemos con un corazón contrito y
humillado que acepte su pecado y que esté dispuesto a dejarse moldear y enseñar
por Él, porque “Bueno y recto es Jehová; por tanto, él enseñará a los pecadores
el camino. Encaminará a los humildes por el juicio, y enseñará a los mansos su
carrera. Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad, para los que
guardan su pacto y sus testimonios.” (Salmo 25:8-10).
Tendremos un
corazón cercano a Dios, cuando nuestra boca hable de la abundancia que hay en
él y no solo sean palabras vacías, aprendidas y repetidas.
Así pues, la
invitación es a que nos acerquemos a Dios con un corazón sincero, humilde,
lleno de amor y de agradecimiento por el perdón recibido y por todo lo que Dios
ha hecho en nuestras vidas, pues Él ha sido bondadoso y misericordioso. Oración.
«Padre
Santo, escudriña mi corazón y ve si hay en mí camino de perversidad y guíame
por el camino eterno; es mi anhelo adorarte con corazón sincero, que te agrades
en los dichos de mi boca y en la meditación de mi corazón cuando estoy delante
de ti, oh Dios. Borra mis rebeliones, límpiame de pecado, crea en mí, Señor, un
corazón limpio y renuévame con un espíritu recto, en el nombre de Jesús. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.