sábado, 22 de enero de 2022

¿Amamos a Dios?

 


¿Amamos a Dios?

“Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él”. Juan 14:23

Aunque experimentar la presencia de Dios en nuestra vida debería ser parte de nuestro día a día, a menudo no es así, por lo general los afanes de la familia, el trabajo o el estudio, nos roban el tiempo con Dios y sin quererlo terminamos tomando decisiones y haciendo todo de manera individual, sin consultarle a Dios, y resulta que al poco tiempo por las consecuencias evidenciadas nos damos cuenta de que estamos caminando sin la dirección de Dios. Pero lo delicado de esto es que estamos dejando ver que en realidad no amamos a Dios.

El versículo de hoy nos dice que si nosotros amamos a Dios guardaremos su Palabra, entonces si en nuestro día a día no disponemos el tiempo para leer y meditar en lo que nos quiere decir Dios en cada momento y para cada situación, es porque en realidad estamos viendo a Dios como nuestra última opción, como el Dios que apaga nuestros incendios. No somos conscientes y no tenemos la voluntad para ceder el control de nuestra vida a Dios, sino hasta que se presente la más grave consecuencia o sintamos que todo se sale de nuestro control. Y esto es un error muy grande que estamos cometiendo, porque a pesar de que Dios tenga misericordia, escuche nuestro clamor e intervenga en la situación, sin duda vamos a tener que enfrentar las secuelas de nuestras propias y equivocadas decisiones.

Así que, hermanos, la invitación es para que amemos a Dios verdaderamente, que lo conozcamos por medio de su Palabra y aprendamos a tener una relación sincera con Él; si nosotros escudriñamos las escrituras nos vamos a encontrar con un Dios que por amor nos adoptó como sus hijos, nos cuida y bendice. Dios no es un ser lejano, Él ha decidido morar en cada creyente por medio de su Espíritu Santo para guiarnos al conocimiento de su verdad y así revelarnos su buena voluntad. El secreto para la bendición lo encontramos en su dirección (Salmos 25:12-13).  Oración.

«Amado Dios, cuántas veces me he alejado, he hecho lo malo por no escucharte. Te pido perdón porque conociendo tu voluntad he sido desobediente y me he apartado de tu verdad. Te ruego Señor en el nombre de Jesús que borres mi pecado y maldad y crees en mí un corazón limpio que te ame y se deleite en tus mandamientos, para gloria de tu Santo nombre, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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