Un alma por un alma
“He aquí que todas las almas son mías; como el alma del
padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá.”, Ezequiel
18:4
“Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados,
el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en
la carne, pero vivificado en espíritu;”, 1 Pedro 3:18
En el alma están nuestros pensamientos, nuestra voluntad y
nuestras emociones o sentimientos. Nuestra alma por el pecado, permanecía
esclavizada e inclinada a hacer el mal. Es decir, emociones desequilibradas,
confusión en nuestros pensamientos, e inclinación a hacer lo malo y a decidir
lo que no agrada a Dios, porque tomábamos decisiones que no tenían en cuenta a
nuestro Creador.
Si el alma que pecare muere, estábamos muertos en nuestros
delitos y pecados pero Cristo se ofreció una vez y para siempre por nosotros;
en su cuerpo fueron colocados todos nuestros pecados y al morir Cristo fue
ejecutada la sentencia que nos era contraría y fuimos libres(Colosenses 2:14).
Un alma por otra alma.
El pasaje de hoy nos enseña dos verdades: somos responsables
morales de nuestro pecado; lo segundo es que el pecado trae consecuencias y la
consecuencia principal es la muerte, la separación eterna con nuestro Dios
santo y justo (Romanos 6:23a), pero por amor, Él nos da, por medio de la fe en
Jesucristo la salvación de nuestra alma, como lo dice la escritura: “obteniendo
el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.” (1 Pedro 1:9).
Nuestros pensamientos, sentimientos y voluntad ahora son
salvados para heredar la vida eterna por la gracia de Cristo y para gloria de
Dios Padre, para que ahora por el poder de su Espíritu, pensemos lo bueno,
sintamos el gozo de Dios y seamos guiados por el Espíritu a hacer la voluntad
de Dios. Oración.
«Señor, me has dado vida eterna por medio de Cristo, has
colocado paz en mis pensamientos, puedo experimentar el gozo en mi vida aun en
medio de circunstancias adversas y puedo decidir libremente agradarte porque ya
no soy esclavo del pecado. En el nombre de Jesús, amén.
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