JACOB, LUCHA POR SU BENDICIÓN
Génesis 32:24-26 Así
se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba. Y cuando
el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se
descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba. Y dijo: Déjame, porque
raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices.
Jacob fue un israelita que luchó por su bendición desde el
vientre de su madre, anhelaba ser bendecido por Dios. Compró por un plato de
lentejas la herencia de su hermano Esaú como primogénito, y la obtuvo. Buscó
que su padre le bendijera a cambio de su hermano Esaú y alcanzó esa bendición.
Como hijo, era obediente a sus padres, los honraba y alcanzó gran bendición por
eso.
Dios le hablaba en sueños y le decía lo que él haría con su
vida, Dios le daba promesas para su futuro, las cuales se cumplieron. Después
de luchar con Dios toda una noche, Dios le cambió su nombre de Jacob a Israel,
de engañador a luchador. Jacob es recordado como un hombre que amó y obedeció a
Dios.
A pesar de su debilidad de carácter, Jacob tenía tenacidad
para enfrentar la vida, Jacob era un luchador comprometido. El es un modelo a
imitar, cuando de enfrentar las dificultades se trata.
¿Por qué la vida de Jacob es tan desafiante para nosotros?
Jacob sabia que la única forma de conquistar las bendiciones
de Dios, era por medio de la fe, de creerle a Dios y sus promesas. Veamos en la
vida de Jacob, seis características como luchador.
No se dejó vencer por los contratiempos, ponía todo su
esfuerzo para lograr sus propósitos. Pagó con dedicación un precio por alcanzar
las bendiciones de Dios y estas llegaron.
Deseó que Dios lo bendijera: “Tú mismo afirmaste que me
harías prosperar, y que mis descendientes serían tan numerosos como la arena
del mar, que no se puede contar.» Génesis 32.12.
Tenía espíritu de persistencia. Insistió hasta lograr la
bendición. Luchó con el ángel toda la noche y no se rindió.
Primero Dios en su vida y después los hombres. La Biblia
dice que Jacob se quedó solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba.
Jacob trataba primero con Dios sus problemas y después con los hombres. Conocía
el secreto de estar a solas con Dios en el lugar secreto.
Aprendió a no lamentarse en la adversidad. Cuando el varón
con el que luchaba vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su
muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba. A pesar del
dolor que pudo sentir, continuó en su propósito, no se concentró en lo que
estaba sintiendo, sabia separar sus sentimientos de dolor y continuó adelante.
Jacob cojeaba, esto simboliza lo que le costó perder, y
perdió orgullo. Dios sabe que el orgullo nos lleva al fracaso y Dios buscará la
forma de quitarnos el orgullo, haciéndonos pasar por situaciones donde nos
creemos muy seguros, Dios permite que nos equivoquemos y pidamos su ayuda.
6. Reclamó su bendición. Y el varón que luchaba con Jacob le
dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me
bendices.
Sabia reclamar su bendición, conocía sus derechos como hijo
de Dios. El sabia que tenía prometida la bendición y la pidió, luchó por ella
toda la noche. Esto nos indica que debemos perseverar, insistir hasta lograrlo,
no rendirnos.
No dejemos a Dios, no dejemos su palabra, no dejemos de
orar, no nos cansemos de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no
desmayamos.
Hoy pídele a Dios Padre tu bendición. Como hijos de Dios, tú
y yo tenemos derecho de reclamar las bendiciones que están en su palabra. Jacob
lo hizo y dijo: no te dejaré, si no me bendices.
Pelea por tu bendición.
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