3.- EL DEDO DE DIOS ABRE LOS OÍDOS: desata
Marcos 7:32 Y le trajeron* a uno que era sordo y que hablaba con dificultad, y le rogaron* que pusiera la mano sobre él. (7:33) Entonces Jesús, tomándolo aparte de la multitud, a solas, le metió los dedos en los oídos, y escupiendo, le tocó la lengua con la saliva; (7:34) y levantando los ojos al cielo, suspiró profundamente y le dijo*: ¡Effatá!, esto es: ¡Ábrete! (7:35) Y al instante se abrieron sus oídos, y desapareció el impedimento de su lengua, y hablaba con claridad.
El dedo de Dios abre los oídos, muchos escuchan los mensajes pero no los pueden oír porque sus oídos están cerrados.- El dedo de Dios entra a nuestros oídos y los taladra, para que podamos escuchar y entender la palabra que viene de EL, porque dice la Biblia...LA FE VIENE POR EL OIR…
Marcos 7:32-34 habla de un sordo que hablaba con dificultad y el dedo de Dios le abre los oídos y le desata la lengua para que escuche y hable también.
A Zacarías le cumplieron la petición de su corazón, tener un hijo, pero le dicen te quedaras mudo durante los nueve meses del embarazo de tu esposa Elizabeth…Lucas 1:13 Pero el ángel le dijo: No temas, Zacarías, porque tu petición ha sido oída, y tu mujer Elizabeth te dará a luz un hijo, y lo llamarás Juan. (1:14) Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán por su nacimiento. (1:15) Porque él será grande delante del Señor; no beberá ni vino ni licor, y será lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre. (1:16) Y él hará volver a muchos de los hijos de Israel al Señor su Dios. (1:17) E irá delante de El en el espíritu y poder de Elías PARA HACER VOLVER LOS CORAZONES DE LOS PADRES A LOS HIJOS, y a los desobedientes a la actitud de los justos, a fin de preparar para el Señor un pueblo bien dispuesto. (1:18) Entonces Zacarías dijo al ángel: ¿Cómo podré saber esto? Porque yo soy anciano y mi mujer es de edad avanzada. (1:19) Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy en la presencia de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte estas buenas nuevas. (1:20) Y he aquí, te quedarás mudo, y no podrás hablar hasta el día en que todo esto acontezca, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su debido tiempo.
Note que la incredulidad puede atar a nuestra lengua, el Dedo de Dios es el Espíritu Santo que nos toca para oír, creer y confesar victoria.- Aprendamos a desatar nuestra lengua y amarrémonos a las bendiciones de que Dios tiene para nosotros.
Amen, Amen...solo el Señor puede abrir nuestros oidos para oir su palabra..y ponerla por obra.
ResponderEliminaramigo te deseo un bello dia,gracias por sus reflexiones que son de bendicion.