Velad,
“Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que
tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. Cinco de ellas eran
prudentes y cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron
consigo aceite; más las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con
sus lámparas. Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. Y a la
medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! Entonces
todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. Y las
insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras
lámparas se apagan. Más las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos
falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para
vosotras mismas. Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que
estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. Después
vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! Mas él,
respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.”, Mateo 25:1-12
El Señor nos hace un llamado a estar preparados y esto implica “probar”
lo que se dice para no caer en el engaño que adormece al mundo entero, por esto
nos dice “comprobando lo que es agradable al Señor.”, de esta manera
permanecemos atentos y corroborando la verdad o exponiendo a la luz la mentira,
en toda situación. (Efesios 5:8-14), esto evita o previene caer en las obras
infructuosas de las tinieblas.
Pero podemos estar adormecidos por el engaño de las riquezas, por el
engaño de los afanes del siglo: “Mirad también por vosotros mismos, que
vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de
esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día” (Lucas 21:34).
El significado de la parábola de la porción bíblica de hoy nos está
hablando de la comunión del Espíritu, el fuego solo es encendido por el aceite
y el aceite representa la unción del Espíritu, su llenura, así que andar en el
Espíritu es la manera de estar vigilantes.
Estar preparados no se trata de un esfuerzo intelectual o de estudiar
escatología o las profecías acerca de su venida, lo cual es muy bueno y
edificante hacerlo, sino que estemos atentos a hacer la voluntad de Dios en
cada situación de nuestra vida, aplicando su palabra con el poder de su
Espíritu Santo.
La clave de esto es andar en el Espíritu, con el aceite en la lámpara, su
Palabra es nuestra lámpara que ilumina, que resplandece en la noche: “Tenemos
también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos
como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y
el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;” (2 Pedro 1:19) y esta
lámpara es encendida por el Espíritu Santo.
Así que hermanos, debemos vivir a la altura del llamado que hemos
recibido en línea con el Espíritu que indudablemente nos llevará a estar
atentos a su Palabra.
Pero también es una actitud del corazón, un anhelo de escuchar su guía y
de hacer lo que él quiere que hagamos, sobre todo para estos últimos tiempos. Oración.
«Padre quiero estar atento a tu voluntad, ante el inminente regreso de
Jesús quiero con más diligencia y por el poder de tu Espíritu vivir como Jesús
vivió, mostrando todo el amor de Cristo a los demás y predicando el evangelio
de la paz. En Cristo Jesús, amén.
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