Una búsqueda de la verdad
“Jesús le dijo: Yo soy
el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”, Juan
14:6
“Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si
vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y
conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”, Juan 8:31-32
En una búsqueda de la verdad, científicamente, se deduce que
la verdad debe ser consistente, coherente y razonable. También que se debe
poder experimentar y comprobar; sin embargo, la verdad no es una filosofía, no
es una ideología, la verdad no es relativa, aunque se prueba en marcos
contextuales; sino que la verdad es una persona viva, él es la verdad en sí
mismo, es Jesucristo.
Tuve un encuentro personal con Jesús que me cambió la vida,
me dio propósito, sentido a mi vida y paz. Se me mostró por su misericordia,
que todo lo que yo creí no tenía correspondencia con la realidad, aunque
parecía deslumbrante. Por ejemplo, entendí que el mundo no giraba en torno a
mis deseos personales, que yo no era realmente libre de decidir mi propia vida,
porque estaba esclavo de mis deseos pecaminosos, de un mal interior que me llevaba
a hacer el mal que no quería hacer. El pecado me tenía esclavo, y en mi propia
fuerza, conciencia o concentración mental no podía ser libre.
Puesto que mi vida era ilusoria, encontré en su Palabra toda
la evidencia de un diseñador amoroso y libertador:
“Mi embrión vieron tus ojos,
Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas
Que fueron luego formadas,
Sin faltar una de ellas.” Salmos 139:16 (Salmos- 700 años
aprox. AC)
¿Cuál es ese libro en el que estaban escritas todas las cosas
que luego de mi fueron formadas?
Respuesta: El libro de la vida. Este libro, no solo contiene
los nombres de los salvos, sino también la información genética, su creación,
su desarrollo, su genética espiritual, todas sus obras, teniendo en cuenta que
Dios es el creador y sustentador de la vida. (Apocalipsis 20:12)
En cuanto al ADN, la definición formal de la ciencia es que
es el ácido desoxirribonucleico, el cual es un ácido nucleico que contiene las
instrucciones genéticas fundamentales para el desarrollo, funcionamiento y
reproducción de todos los seres vivos. No es coincidencia que esta definición
moderna, sea muy parecida a la definición que tiene más de 2700 años de escrita
en la Biblia.
Datos organizados y programados por el Diseñador, Arquitecto
y Programador de nuestra alma, pero que no nos hizo robots, sino que nos dio
capacidad de decidir, de buscar la verdad, de ver en su creación su
magnificencia, su poder y evidencias tangibles de su sabiduría.
Donde hay datos e información ordenada, esto ilustra la improbabilidad
de que la vida (o estructuras complejas como proteínas o ADN) se formen
puramente por azar, porque tienen mecanismos informáticos sofisticados que solo
pueden venir de una mente fuera del tiempo, de aquel que es el camino, la
verdad y la vida: “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en
los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean
dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y
para él.” (Colosenses 1:16). ¡Jesucristo!
Oración.
«Padre, mi búsqueda de la verdad me llevó a un camino
infructuoso y sin esperanza, pero me encontraste, bajaste del cielo a la
tierra, enviando a tu Hijo, en semejanza de carne, pero sin pecado, y
condenaste mi pecado en su carne, para que ahora por medio de la fe yo fuese
liberado. ¡Vivo ahora para tu gloria! En el nombre de Jesús. Amén.
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