martes, 18 de marzo de 2025

Una búsqueda de la verdad

 


Una búsqueda de la verdad

 “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”, Juan 14:6

“Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”, Juan 8:31-32

En una búsqueda de la verdad, científicamente, se deduce que la verdad debe ser consistente, coherente y razonable. También que se debe poder experimentar y comprobar; sin embargo, la verdad no es una filosofía, no es una ideología, la verdad no es relativa, aunque se prueba en marcos contextuales; sino que la verdad es una persona viva, él es la verdad en sí mismo, es Jesucristo.

Tuve un encuentro personal con Jesús que me cambió la vida, me dio propósito, sentido a mi vida y paz. Se me mostró por su misericordia, que todo lo que yo creí no tenía correspondencia con la realidad, aunque parecía deslumbrante. Por ejemplo, entendí que el mundo no giraba en torno a mis deseos personales, que yo no era realmente libre de decidir mi propia vida, porque estaba esclavo de mis deseos pecaminosos, de un mal interior que me llevaba a hacer el mal que no quería hacer. El pecado me tenía esclavo, y en mi propia fuerza, conciencia o concentración mental no podía ser libre.

Puesto que mi vida era ilusoria, encontré en su Palabra toda la evidencia de un diseñador amoroso y libertador:

“Mi embrión vieron tus ojos,

Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas

Que fueron luego formadas,

Sin faltar una de ellas.” Salmos 139:16 (Salmos- 700 años aprox. AC)

¿Cuál es ese libro en el que estaban escritas todas las cosas que luego de mi fueron formadas?

Respuesta: El libro de la vida. Este libro, no solo contiene los nombres de los salvos, sino también la información genética, su creación, su desarrollo, su genética espiritual, todas sus obras, teniendo en cuenta que Dios es el creador y sustentador de la vida. (Apocalipsis 20:12)

En cuanto al ADN, la definición formal de la ciencia es que es el ácido desoxirribonucleico, el cual es un ácido nucleico que contiene las instrucciones genéticas fundamentales para el desarrollo, funcionamiento y reproducción de todos los seres vivos. No es coincidencia que esta definición moderna, sea muy parecida a la definición que tiene más de 2700 años de escrita en la Biblia.

Datos organizados y programados por el Diseñador, Arquitecto y Programador de nuestra alma, pero que no nos hizo robots, sino que nos dio capacidad de decidir, de buscar la verdad, de ver en su creación su magnificencia, su poder y evidencias tangibles de su sabiduría.

Donde hay datos e información ordenada, esto ilustra la improbabilidad de que la vida (o estructuras complejas como proteínas o ADN) se formen puramente por azar, porque tienen mecanismos informáticos sofisticados que solo pueden venir de una mente fuera del tiempo, de aquel que es el camino, la verdad y la vida: “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.” (Colosenses 1:16). ¡Jesucristo!    Oración.

«Padre, mi búsqueda de la verdad me llevó a un camino infructuoso y sin esperanza, pero me encontraste, bajaste del cielo a la tierra, enviando a tu Hijo, en semejanza de carne, pero sin pecado, y condenaste mi pecado en su carne, para que ahora por medio de la fe yo fuese liberado. ¡Vivo ahora para tu gloria! En el nombre de Jesús. Amén.

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